Roma.— El papa Francisco señaló este miércoles durante una audiencia privada que la economía liberal no acepta el término “justicia social”.

Además, alertó del riesgo que supone “aceptar pasivamente lo que sucede a nuestro alrededor” porque “esto significa dejar crecer las desigualdades sociales y las injusticias”.

Es importante centrarse entre la relación del trabajo digno y la justicia social (…), un término que no es aceptado por la economía liberal, por la economía de punta”, dijo.

Durante una reunión con miembros de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), sindicalistas y religiosos, Su Santidad aseveró que un riesgo que se corre en la sociedad “es el de aceptar pasivamente lo que sucede a nuestro alrededor”.

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Esta indiferencia, explicó, se da porque “o bien porque no se está en condiciones de encuadrar problemáticas complejas y de encontrar respuestas adecuadas a ellas”.

Esto puede “dejar crecer desigualdades sociales y las injusticias también en lo que se refiere a las relaciones laborales y a los derechos de trabajadores”.

En su discurso, el papa Francisco trató temas que considera “males sistémicos” en materia laboral que “pueden convertirse en plagas sociales”.

Sobre los migrantes, el papa sostuvo que “a menudo se ven como un problema (…) mientras que, en realidad, al trabajar, contribuyen al desarrollo económico y social del país que los acoge”.

Sin embargo, prosiguió el Papa Francisco, “muchos migrantes y trabajadores vulnerables aún no están plenamente integrados en la plenitud de los derechos”.

JAHA

Madrid.— En un llamado a redescubrir la esencia de la celebración de la Primera Comunión, el Arzobispo de Valladolid, España, Mons. Luis Arguello, insta a las familias y comunidades cristianas a festejar este sacramento con sencillez y profundidad.

En medio del tiempo de Pascua y la llegada del mes de mayo, el Arzobispo destaca la importancia de la Primera Comunión como un paso crucial en la vida de los niños y niñas, marcando su iniciación al conocimiento de Jesús y su presencia real en la Eucaristía.

Durante 2 o 3 años, los niños se preparan para este momento, avivando su fe en la presencia de Jesucristo en la Eucaristía, aprendiendo que pueden vivir una comunión singular con Él.

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La Primera Comunión no solo representa la participación en la Eucaristía dominical, sino también la integración en la comunidad cristiana. Los niños comprenden que, a través del bautismo, forman parte del cuerpo de Cristo y de la Iglesia.

Sin embargo, el Arzobispo reconoce una desviación en la percepción de este sacramento, donde la expectativa se centra más en la fiesta y los regalos que en el encuentro con Jesús. Las celebraciones a menudo se convierten en eventos sociales, diluyendo el significado espiritual y la participación de la comunidad parroquial.

“No hagamos de nuestras celebraciones una ‘mini boda’, una fiesta exagerada que desvirtúe y devalúe el significado que la comunidad cristiana da al domingo y a la celebración de la Primera Comunión”, dijo.

Aclaró que es legítimo hacer fiesta, con motivo de día tan importante para estos niños y niñas y sus familias pero situada en el seno de la comunidad cristiana, con la sencillez propia de una fiesta que no pone tanto el acento en las cosas externas, en el dinero que se gasta, sino en la alegría de sabernos hermanos convocados por Jesús a la Eucaristía.

En ese sentido, Arguello hace un llamado a rescatar la esencia de la Primera Comunión, situándola en el contexto adecuado de la celebración del domingo, en comunión con la comunidad cristiana y con un enfoque en la sencillez y la caridad.

Finalmente, invita a vivir la fiesta con alegría, pero dentro de la comunidad cristiana, enfocándose en la verdadera riqueza espiritual que representa la presencia de Jesús en la Eucaristía y el llamado a vivir el amor fraterno y la caridad con los más necesitados.

Siete24 en redes sociales

ebv

Inglaterra.- La historia de Phoebe Ashfield, una niña residente de Dudley en West Midlands, ha cautivado los corazones en las redes sociales luego de su inspiradora batalla contra el cáncer.

Diagnosticada con leucemia linfoblástica aguda a los siete meses de edad en 2019, Phoebe ha enfrentado esta enfermedad devastadora con una determinación admirable, superando tres recaídas a lo largo de su tratamiento.

El viaje de Phoebe y su familia no ha sido fácil.

Durante tres años, se enfrentaron a innumerables desafíos y momentos de incertidumbre.

Su madre, Emma Wyke, compartió cómo en un punto crítico del tratamiento, los médicos les advirtieron que se prepararan para lo peor. “Me dijeron que no iba a salir adelante.

Es desgarrador ver a tu niña pasar por tanto dolor”, confesó Emma.

A pesar de los obstáculos, la resiliencia de Phoebe ha sido inspiradora. Tras una ronda inicial de quimioterapia que no logró contener el cáncer, Phoebe sufrió tres recaídas, lo que la llevó a tratamientos más intensivos, incluida la terapia Car-T.

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Finalmente, en un emotivo momento, Phoebe marcó el fin de su tratamiento al tocar la campana simbólica, rodeada de enfermeras y con el apoyo inquebrantable de su madre.

La historia de Phoebe se ha vuelto viral en las redes sociales, donde su alegría y determinación han tocado los corazones de millones.

Emma compartió sus sentimientos encontrados en ese momento único, expresando tanto la felicidad como la preocupación por el futuro.

“Cuando por fin tocó la campana, fue una mezcla de emociones. Querías llorar de felicidad, pero la preocupación de una posible recaída seguía latente”, confesó Emma.

La gratitud de la familia de Phoebe hacia aquellos que donan células madre no tiene límites.

“Sin estas personas desinteresadas, mi hija no estaría aquí”, afirmó Emma.

La historia de Phoebe es un testimonio elocuente del impacto positivo que pueden tener los donantes en la vida de aquellos que luchan contra el cáncer.

Phoebe Ashfield no solo es una sobreviviente, sino que se ha convertido en un símbolo de esperanza y fortaleza para muchos, recordándonos el poder del amor, la determinación y la comunidad en tiempos de adversidad.

ARH

Madrid.— Desde este martes, la vacuna contra Covid-19 que lleva por nombre Vaxzeria desarrollada por AstraZeneca, dejó de comercializarse en Europa.

Lo anterior, luego de que la Comisión Europea validara una petición de la farmacéutica de retirar el biológico el pasado 5 de marzo.

La semana pasada, la compañía farmacéutica AstraZeneca admitió por primera vez que su vacuna contra el coronavirus podía provocar efectos secundarios como la trombosis.

Dicho efecto que ya se notificó en plena pandemia y que provocó la limitación de dicho vial durante el año 2021.

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Se han presentado 51 casos ante el Tribunal Superior, y las víctimas y sus familiares en duelo piden daños y perjuicios por un valor estimado de hasta 100 millones de libras esterlinas.

La farmacéutica justificó la retirada de la vacuna contra Covid-19 por la falta de demanda y por el excedente de vacunas disponibles en el mercado.

“Dado que se han desarrollado múltiples vacunas actualizadas para variantes de Covid-19, ahora hay un excedente de vacunas disponibles. Esto ha provocado una disminución en la demanda de Vaxzervria, que ya no se fabrica ni suministra”, indica en un comunicado.

La vacuna de AstraZeneca contra Covid-19 fue la tercera en recibir la aprobación de los reguladores europeos, después de las elaboradas por Pfizer/BioTech y Moderna.

JAHA