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Columna Invitada

¿De dónde…?

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Por Antonio Maza Pereda

Si quiere usted un rápido resumen del segundo debate presidencial, para las próximas elecciones mexicanas, se puede sintetizar en dos grandes rubros: abundancia de ataques personales y una feria de ofrecimientos, mayormente enfocados a apoyos sociales, aunque no exclusivamente.

Nada nuevo en el frente de los ataques. Nuestros políticos manejan un dogma laico: “Si yo demuestro que tú estás mal, quiere decir que yo estoy bien”, nos dicen. Y, por asociación, “si quien te apoya estuvo mal hace años, quiere decir que tú estás mal”, agregan.

El tema de las múltiples falacias que usan en estos y otros debates, ya ha sido muy tratado en otras ocasiones. En cambio, el de los ofrecimientos que, por cierto, no fueron muy novedosos, casi no se cuestionan. Y valdría la pena hacerlo. Hay poca variedad en estos. Todos los contendientes ofrecieron beneficios similares. La diferencia estuvo en la prioridad que, a cada oferta, le asignó cada contrincante, generalmente por aspectos ideológicos. La candidata de la izquierda, como era de esperarse, considera necesario poner todo en manos del gobierno o casi. Mientras que la opositora, que difícilmente es de derecha, sí ve la necesidad de descentralizar el poder y dar más participación a la sociedad civil y a la iniciativa privada. El candidato también ve un fuerte papel para el gobierno y casi no elabora sobre el tema de la participación privada y ciudadana en sus propuestas.

Lo que no se respondió es la pregunta que el ciudadano, y en particular el contribuyente, tiene en mente: “¿De dónde…?”. Todos estos ofrecimientos tienen un costo. ¿Cómo se van a pagar? Entiendo que los políticos no quieran contestar estas preguntas. Responderlas tiene algo de tóxico. Si nos dicen que lo pagaremos los contribuyentes, a nadie le va a gustar. Y en este debate, solo el candidato mencionó como de pasada la necesidad de una reforma fiscal. Solo una vez y solo dedicando al asunto un par de segundos.

Tristemente, nada es gratis. ¿Queremos paz? Habrá que gastar en equipamiento, capacitación, comunicaciones, planeación y muchas cosas más. ¿Queremos mejor educación? Habrá que gastar en capacitación, dignificación de las instalaciones, mejor remuneración de los profesores para que no estén en el pluriempleo, y más. ¿Queremos más y mejor calidad de agua? Habrá que gastar en tecnología, recuperación de agua, potabilización, nuevas presas y más. Y la lista sigue y sigue. La gran pregunta es: ¿de dónde? Todas estas ofertas de apoyos sociales, ¿cuánto nos van a costar? ¿De dónde van a salir los recursos? Aun en los sistemas más primitivos de administración, ningún plan está completo si no se consideran los recursos y cuál será su origen.

La réplica facilona y que la mayor parte de los políticos y muchos en la Sociedad dan por respuesta es: “que lo pague el gobierno”. Y aquí se está haciendo la suposición de que el gobierno tiene recursos inagotables. No se dan cuenta de que todo el dinero que tiene el gobierno es porque lo extrajo de los sufridos contribuyentes. No hay de otra. Sí, puede haber ahorros, puede ser que se logre reducir o eliminar la corrupción. Pero eso claramente no basta, como ha demostrado el gobierno actual, que ha necesitado endeudar al país a un nivel nunca antes alcanzado.

El tema que ha estado en la agenda pública en las últimas semanas, muy a disgusto de nuestro actual gobierno, es el asunto de la incautación de los fondos de las AFORES no retirados por los mayores de 70 o 75 años. Este asunto se justifica diciendo que con ello se podrán tener más recursos para las pensiones. Pero hay algo que no está considerado. En 25 años de existencia de las AFORES, se ha acumulado una cantidad de varios miles de millones de pesos que no han sido reclamados por sus dueños. Pero esos son ingresos que ocurren una sola vez. Si la totalidad es gastada en este año, el año próximo solamente habrá una proporción, creemos, del 4% anual de lo disponible en 2024. Esto, suponiendo que los jubilados dejen su dinero sin recoger. Lo que sería muy raro: con todo el escándalo en torno a esto, la mayoría de la gente ya está enterada y seguramente estarán acelerando los trámites para cobrar el dinero que tienen en las AFORES.

Se podrá recuperar una cantidad importante de lo desviado por la corrupción, en 30 años o más. Pero una vez que se ha logrado recuperarlo, cada año la cantidad que se puede obtener es menor. Mucho menor. Eso, suponiendo que fallen los programas contra la corrupción; si de veras son exitosos, cada año habrá menos por recuperar. Y hay muchos ejemplos más.

No se pueden pagar apoyos permanentes, con ingresos que no se repiten de la misma manera año con año. Y eso nos deja dos soluciones. A corto plazo, una reforma fiscal que aumente las recaudaciones. En los países que nos ponen como modelo de servicios sociales, los países nórdicos, por ejemplo, los impuestos llegan a ser superiores al 50% de los ingresos. Por supuesto, ningún candidato va a proponer tal cosa. Otra solución es un esfuerzo enorme para mejorar la economía del país. Algo que es la solución de fondo, pero de largo plazo.

A nosotros, los ciudadanos sin partido, nos toca exigir cuentas claras de cuáles son los costos de todos esos ofrecimientos y de qué manera se va a obtener el dinero para poder pagarlos. Ciertamente, necesitamos un gran debate público, qué habrá que iniciar antes de las elecciones, pero claramente tendrá que continuar por un largo tiempo. Será necesario que los ciudadanos nos acostumbremos a vigilar el desempeño de los gobiernos que elegimos y exigirles un mínimo de sentido común en temas tan importantes como el gasto público. Una gran tarea.

No podemos permitir que las imágenes desarrolladas por los expertos en mercadotecnia política nos hagan pensar que todo saldrá bien, que nuestros candidatos siempre cumplirán con lo ofrecido y tendrán un gasto público responsable. Si pensábamos que la participación ciudadana terminaba con las elecciones, la noticia es que todavía hará falta mucha intervención del electorado.

La opinión emitida en este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la postura de Siete24.mx



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Columna Invitada

¿Qué significa solidaridad?

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Por Antonio Maza Pereda

Es importante entender qué es solidaridad. Desgraciadamente, el diccionario no nos ayuda mucho. La definición es: adhesión a las causas de otros. Lo cual es confuso. Sus sinónimos son: participación, apoyo, compañerismo y otros nueve más; una de las palabras que tiene más sinónimos en español.

Un término manoseado, fundamentalmente por razones políticas, y ese abuso hace que se pierda importancia. Se ha dado ese nombre a partidos políticos, programas de gobierno y hasta barrios y localidades. Tal abuso causa repudio.

Se rechazan las cuestiones basadas en ese concepto. Por ejemplo, las organizaciones, grupos políticos, las propias políticas, las organizaciones multinacionales, sobre todo las agrupaciones de países. Esa fue la causa del abandono de la Comunidad Europea por los británicos. Y de modo destacado, es la raíz de las críticas a la Organización de las Naciones Unidas.

Algunos, ante este concepto, quieren que sus valores los asuman otros, lo cual no es sencillo. Es difícil encontrar valores realmente diferentes en los distintos grupos humanos. Los valores son bastante parecidos en todas las sociedades. Lo que hace diferente a una cultura de otra, no son los valores que tiene, sino cuál es el orden de importancia que se les da. Lo que se llama jerarquía de valores.

Cómo los utilizamos para tomar decisiones, y qué lugar de importancia les asignamos, eso es lo importante. Es un principio que se busca en política: para lograr una sociedad solidaria, tenemos que partir del principio de que los valores son lo que dan orden a las decisiones, y a las instituciones. Su modo de jerarquizarlos, es el núcleo de las culturas y el modo de diferenciarlas.

¿Estamos dispuestos a aceptar la jerarquía de valores de otras culturas? ¿Nos parece importante actuar solidariamente con nuestros conciudadanos? ¿Hasta qué punto podemos comprender y aceptar la manera de pensar de otros?

La opinión emitida en este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la postura de Siete24.mx

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México ante Trump: escenarios

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Antonio Maza Pereda

El fallido atentado contra Donald Trump, aumentó sus probabilidades de ganar las elecciones en los Estados Unidos. Ante esta situación, muchos de los analistas, tanto nacionales como extranjeros, se han dedicado a desarrollar diferentes escenarios. Es importante tener claro qué se entiende por ese concepto, que muchas veces es mal entendido. Este fue creado por una compañía de consultoría de los Estados Unidos, The Rand Corporation, en los tiempos de la Guerra Fría, principios de los cincuenta del siglo XX, cuando se le pidió a esa compañía, quien tenía un grupo muy poderoso de matemáticos, crear la estrategia de una guerra nuclear.

Ese grupo de matemáticos pensaron en un método que no incluyera aspectos matemáticos ni probabilidades, dado que no había historial de guerras nucleares. Y a eso le llamaron escenarios. Precisamente con la idea de que no se trataran de tomar demasiado en serio esos análisis, ni tratar de obtener de ahí decisiones firmes. Simplemente decir: “si tal situación ocurriera, entonces las consecuencias serían estas, y habría que actuar así”.

Este método no busca medir probabilidades. Se habla solamente de posibilidades, que no son necesariamente lo mismo. Este esquema, que ha sido muchas veces mal usado, se podría aplicar a la situación que podríamos tener frente al triunfo de Donald Trump, y ver cuáles son las consecuencias que podríamos esperar para nuestro país.

Es difícil definir algún número de escenarios. Para efectos de este artículo, se usarán solamente dos posibilidades y, de ahí en adelante, se podrían pensar en otras variantes. Un escenario sería el escenario Victoria Aplastante, donde Donald Trump triunfa con un amplísimo margen y además también gana en el Congreso; se queda sin contrapesos que le puedan impedir hacer su voluntad. Y a otro le podríamos llamar el escenario Manos Atadas, donde efectivamente gana, no por un margen muy abultado, pero pierde en el Congreso y, por lo tanto, sus contrapesos son fuertes. En estos dos escenarios, veamos las posibles consecuencias para México.

En el aspecto de los inmigrantes ilegales: si ocurre la Victoria Aplastante, se volverían a endurecer las deportaciones. Se pondrían nuevas reglas, fondos para impedir y limitar importantemente estas inmigraciones ilegales. Por otro lado, en un escenario donde Trump tiene las Manos Atadas, continuarían habiendo límites a la emigración, como lo hicieron los gobiernos demócratas, aliviando los peores aspectos de tipo político para conservar el voto de los latinos.

Otra área de consecuencias sería el Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC). En la Victoria Aplastante, Trump ampliaría los obstáculos para México en el libre comercio. Por otro lado, en el escenario de las Manos Atadas, habría una negociación más ajustada a las necesidades de los tres países. Porque hay que reconocer que a los tres les conviene este Tratado. Aquí, posiblemente, también habría que enfrentar la presión de los sindicatos de los EE. UU., que son una de las fuerzas que apoyan a los demócratas y quienes se han quejado permanentemente de que las condiciones laborales en México son sumamente desfavorables para ellos. Y han insistido en que se puedan pagar mejores salarios a los trabajadores mexicanos.

La reubicación de empresas, el llamado Near Shoring que significa dejar de estar abasteciendo a Estados Unidos desde países muy lejanos y buscar su abastecimiento en zonas cercanas. En el escenario de la Victoria Aplastante, Trump seguramente tratará de capturar lo más posible de la producción de regreso a los Estados Unidos. En cambio, si tuviera las Manos Atadas, posiblemente le daría más impulso a la relocalización de las empresas cercanas al país.

El tema del narcotráfico: con la Victoria Aplastante, habría una presión más fuerte contra los narcotraficantes y, posiblemente, intervenciones militares en forma directa. Por otro lado, no es de esperar que se limitara el tráfico de armas, dado que buena parte de los votantes de Trump están en contra de que se pongan límites a la compra del armamento. Si tuviera las Manos Atadas, habría extradiciones de narcotraficantes, presionando a los funcionarios mexicanos para aumentarlas. Habría ataques encubiertos a los traficantes, sin una intervención abierta de las fuerzas armadas de los EE. UU. Ataques quirúrgicos, pensados para acabar con algunos líderes importantes. Con las Manos Atadas, habría alguna limitación de armas, que es una bandera de los demócratas.

Finalmente, ¿qué ocurriría con las remesas? Es una manera de presionar fuertemente al gobierno mexicano. Las remesas legales son ya tan grandes como varios de los rubros de la economía mexicana. Tan relevantes como el petróleo y el turismo. Es un modo de presionar fuertemente al gobierno mexicano para que se haga la voluntad de Donald Trump. Posiblemente, se crearía una regulación limitante o impuestos a las remesas. Y, desde luego, con las Manos Atadas no se usarían las remesas como una manera de presionar al gobierno mexicano.

Estos son solamente algunos ejemplos. Puede haber otros escenarios, sobre todo internacionales. La amistad de Trump con Putin, podría cambiar la guerra en Ucrania, y su amistad con Netanyahu alargaría el conflicto en Palestina. Para efectos de ilustrar el concepto, se comentan dos de ellos, pero es probable que pueda haber otras combinaciones. El gobierno mexicano no tiene total libertad de acción frente a una potencia tan importante como la de Estados Unidos. Y nuestras economías están tan fuertemente ligadas que no se puede olvidar que una depende en buena parte de la otra. Valdría la pena analizar otras opciones y, sobre todo, estar pensando desde ahora qué hacer en el caso de que se dé cualquiera de esos posibles escenarios, para no tener que estar improvisando.

La opinión emitida en este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la postura de Siete24.mx

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Reunión en Sonora destaca Retos y Oportunidades de Inteligencia Artificial en México

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Por Guillermo Moreno Ríos

En una jornada organizada por Consejo Incide, A.C. y coordinada por Marco Antonio González y Daniel Castillo, se llevó a cabo una reunión enfocada en explorar los desafíos y oportunidades de la inteligencia artificial (IA) en México. Este evento contó con la presencia del presidente nacional del Consejo INCIDE, Guillermo Moreno, y del Dr. Luis Núñez Noriega como ponente invitado.

La sesión inició con Alejandra Hernández, coordinadora de la Expo Materiales de la Construcción, quien anunció el retorno de este evento al Expo Forum de Hermosillo el 21 y 22 de septiembre, enfocado en tecnologías verdes y sostenibilidad. Seguidamente, Marco Antonio López Trejo invitó a celebrar el XXV Aniversario del Consejo INCIDE el 14 de noviembre, destacando la colaboración de más de 60 organizaciones gremiales.

El Dr. Luis Núñez Noriega ofreció una visión amplia sobre la IA, destacando su impacto global y los retos cruciales que plantea en la sociedad contemporánea. Expuso cómo la IA no solo está transformando la economía y la industria, sino que también está remodelando las relaciones geopolíticas, especialmente en el ámbito de la tecnología y la seguridad nacional. En este contexto, mencionó la reciente legislación propuesta por Estados Unidos sobre semiconductores, diseñada para reforzar el control estratégico y la producción nacional de tecnologías críticas.

Durante su intervención, el Dr. Núñez Noriega enfatizó la importancia de que México y otras naciones en desarrollo aprovechen las oportunidades emergentes del nearshoring y la inversión tecnológica para impulsar su desarrollo económico y tecnológico. Subrayó la necesidad urgente de una colaboración estrecha entre el gobierno, la industria y la academia para mejorar la capacidad de innovación y competitividad del país en el escenario global.

La inteligencia artificial (IA) ha llegado para transformar la manera en que vivimos y trabajamos. Este fenómeno, que ya está revolucionando industrias a nivel global, presenta tanto oportunidades como retos significativos para México y su economía. La adopción de tecnologías de IA promete un aumento significativo en la productividad laboral, y México puede beneficiarse enormemente de esta tendencia, mejorando la eficiencia en diversos sectores industriales y de servicios. No obstante, es esencial prepararnos proactivamente para enfrentar los desafíos que también surgen con esta disrupción tecnológica, como el desplazamiento de empleos, un fenómeno que requerirá estrategias de adaptación y capacitación para la fuerza laboral.

El nuevo libro del Dr. Luis Núñez, “Inteligencia Artificial, Disrupción e Innovación en México”, ofrece una visión profunda sobre este tema crucial. En él, el Dr. Núñez aborda no solo los beneficios económicos de la IA, sino también las implicaciones sociales y laborales, ofreciendo un enfoque integral para entender y aprovechar esta transformación. Para aquellos interesados en profundizar en este tema, el libro ya está disponible en www.aftrreality.com. Además, el Dr. Núñez ofrece consultoría especializada para empresas que desean adoptar tecnología de IA en sus negocios, ayudándolas a navegar por este complejo pero prometedor panorama.

También es fundamental considerar el efecto del nearshoring en la economía mexicana, un tema que el Dr. Núñez aborda en su otro libro, “Nearshoring: Relocalización de empresas y el potencial económico de México”. La relación entre IA y nearshoring es crucial, ya que ambas tendencias están remodelando el entorno empresarial y económico de nuestra nación. Invitamos a los lectores a explorar estas obras y a prepararse para un futuro donde la inteligencia artificial jugará un papel central en nuestro desarrollo y competitividad.

La reunión concluyó con un llamado a la acción para adaptar políticas educativas y económicas que preparen a la fuerza laboral mexicana para un futuro cada vez más automatizado y tecnológicamente avanzado, al tiempo que se gestionan los desafíos sociales y económicos que la IA conlleva.

Mtro. Guillermo Moreno Ríos
Ingeniero civil, académico, editor y especialista en gestión integral de riesgos, resiliencia empresarial, seguros y derechos humanos.
incide.guillermo@gmail.com

La opinión emitida en este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la postura de Siete24.mx

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Globalización de la sociedad

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Antonio Maza Pereda

Estamos en una nueva era: la globalización. Se modifican conceptos, que separaban a las naciones. Se rompen costumbres locales y se homogeneizan estructuras de valores, criterios y relaciones.

Todo esto causado por una tecnología muy difundida en diferentes estratos sociales, que permite una comunicación amplísima entre todas las naciones. Que se da en la economía, el comercio, la tecnología, y el conocimiento a todos los niveles. No sólo en cultura y ciencia, sino también en las cosas de todos los días, por medio de comunicaciones rápidas y baratas, que están al alcance de un tercio de la humanidad.

Esto causa un crecimiento de las relaciones globales. Con ventajas y desventajas. Porque, si bien se encuentran beneficios  para la humanidad, también  existe el crimen globalizado, y distintos modos de explotación de las personas. Las guerras, que tenían impacto local, incluso las así llamadas guerras mundiales, que  fueron regionales o continentales, ahora  tienen la capacidad de dañar a la humanidad entera. Cada vez más, tenemos terrorismo y estafas globales.

Tuvimos una auténtica pandemia global. Antes, había pandemias en alguna parte del mundo y se difundían a lo largo de décadas. Esta pandemia del COVID ha sido la primera que ha abarcado prácticamente a todos los países y creció con gran rapidez.

Existe una resistencia importante a la globalización. ¿Cuál sería realmente la respuesta? Esta globalidad, que influye en la política y modifica los gobiernos, pudiera traer un gobierno mundial. ¿Será la mejor respuesta? Una solución humana, una respuesta que resuelve de fondo, es la solidaridad global.

¿De qué manera la globalización beneficia o perjudica a las naciones? ¿Estamos preparados para aprovechar sus logros y defendernos de las amenazas que plantean? ¿Estamos listos para dar una respuesta global, mediante la solidaridad?

La opinión emitida en este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la postura de Siete24.mx

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