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¿Quién fue Fidel Castro?
La Habana.— A las 22:29 de este viernes 25 de noviembre murió el expresidente cubano, Fidel Castro.
El actual mandatario del país, su hermano Raúl Castro, apareció ante los medios de comunicación alrededor de la medianoche de este sábado para informar la muerte del líder de la revolución cubana de 1959.
De acuerdo a la declaración del propio Raúl Castro, los restos de Fidel Castro de 90 años de edad, serán cremados respondiendo a la voluntad expresa del fallecido.
Quién fue Fidel Castro
Fidel Alejandro Castro Ruz; Mayarí, Holguín, 1926) Revolucionario y estadista cubano. Tras liderar la triunfante Revolución cubana de 1959, que agrupó a un amplio espectro de sectores sociales y formaciones políticas contra la servil y corrupta dictadura de Fulgencio Batista, Fidel Castro emprendió de inmediato una política de signo socializante que incluyó la reforma agraria y la expropiación de los bienes de las compañías norteamericanas. La presión de Estados Unidos, que apoyó en 1961 un frustrado intento de invasión de la isla, llevó a Castro a radicalizar sus posturas y a solicitar ayuda a la URSS, y aunque el desenlace de la llamada Crisis de los misiles (1962) aseguró la pervivencia de la Revolución, socavó también su independencia, dejando al país alineado en la órbita soviética.
Con el apoyo de la Unión Soviética y del bloque socialista, y a costa de las libertades ciudadanas y de los sacrificios impuestos a la población, Fidel Castro pudo superar las inmensas dificultades que supuso el bloqueo estadounidense, y siguiendo los modelos de planificación comunista logró reseñables avances sociales (educación, sanidad), si bien el desarrollo económico fue exiguo. Tras la caída del muro de Berlín en 1989, la subsidiada economía de la isla padeció una gravísima crisis; pese a ello, la Cuba castrista figuró entre los pocos regímenes comunistas que sobrevivieron al derrumbe de la URSS. Con la salud debilitada, Fidel transfirió el poder a su hermano Raúl Castro en 2008, casi cincuenta años después del triunfo de aquella revolución en que habían sido compañeros de armas.
Procedente de una familia de hacendados gallegos, Fidel Castro estudió derecho en la Universidad de La Habana, por la que se doctoró en 1950. Su ideología izquierdista le llevó a participar desde muy joven en actividades revolucionarias, como la sublevación contra la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo en Santo Domingo (1947); el fracaso de la misma motivó su exilio en México. Vuelto a Cuba, militó en el Partido del Pueblo Cubano, y pocos años después retomó su actividad revolucionaria, esta vez contra la férrea dictadura instaurada en 1952, tras un golpe de Estado, por general Fulgencio Batista (1952-1958), que puso el país al servicio de su propio provecho y de los intereses norteamericanos.
Su primer intento fue el asalto al Cuartel de Moncada en Santiago de Cuba (1953), que se saldó con un fracaso: el cuartel no llegó a ser tomado y la acción no provocó la esperada insurrección popular. Pese al descalabro militar, Castro se anotó una victoria política, ya que aquel acto dio a sus protagonistas una gran popularidad que se vio acrecentada durante el juicio subsiguiente, en el que Castro se defendió a sí mismo y aprovechó para pronunciar un extenso alegato político.
Fidel Castro fue condenado a quince años de prisión, de los que sólo cumplió dos (en la isla de Pinos) merced a un indulto que le puso en libertad en 1955. Se exilió de nuevo en México, desde donde preparó un segundo intento; pero, habiendo aprendido que su lucha tendría pocas posibilidades de triunfar en un medio urbano, esta vez apostó por crear una guerrilla rural en la zona más apartada y montañosa del país: la Sierra Maestra, en la provincia cubana de Oriente.
Con un contingente de ochenta y dos hombres (el Grupo 26 de julio) a bordo del yate Gramma, Fidel Castro desembarcó clandestinamente en Cuba a finales de 1956, siendo casi inmediatamente diezmadas sus fuerzas en un enfrentamiento con el ejército de Batista: sólo doce guerrilleros sobrevivieron. Dos años después, sin embargo, sus bases en la Sierra Maestra eran lo suficientemente sólidas y sus efectivos lo bastante nutridos como para llevar a cabo con éxito la ocupación de Santiago (1958). Desde allí Fidel Castro lanzó la ofensiva que recorrió la isla de este a oeste, secundado por sus colaboradores, entre los que figuraban Camilo Cienfuegos, su hermano Raúl Castro (que casi cincuenta años después sucedería a Fidel en la jefatura del Estado) y un argentino destinado a convertirse en uno de los grandes mitos revolucionarios del siglo XX: el Che Guevara.
La situación social y política de aquellos años favoreció el triunfo revolucionario. Pese a poseer la renta per cápita más elevada de Latinoamérica, la riqueza del país no llegaba a la mayor parte de la población, que padecía altísimas tasas de desempleo y subempleo; la dependencia económica de los Estados Unidos había generado una agricultura de grandes explotaciones que dio lugar a la formación de un numeroso proletariado rural, a la postre determinante en el proceso revolucionario. En las áreas urbanas, y en especial en La Habana, la realidad económica venía marcada por la fuerte incidencia del turismo estadounidense.
Por otra parte, la corrupción y el servilismo a los intereses del vecino del norte, siempre presentes en la vida pública cubana, habían llegado a extremos insospechado bajo la despótica dictadura de Fulgencio Batista, quien logró concitar en su contra tanto a los campesinos como a gran parte de las clases medias y a amplios sectores de la intelectualidad y del mundo universitario. Incluso las clases altas liberales y los estadounidenses habían llegado en los últimos tiempos a ver con malos ojos a un régimen que, por inestable y desprestigiado, no resultaba una buena garantía ante el ascenso de la izquierda.
De este modo, al inicial apoyo del campesinado pobre había seguido el fin de las reticencias del Partido Comunista, que abrió a Castro la posibilidad de encontrar apoyo en las ciudades; la dictadura, minada por la corrupción, fue incapaz de hacer frente al movimiento popular. El 1 de enero de 1959, el comandante revolucionario Camilo Cienfuegos entró triunfante en La Habana, un día después de que Fulgencio Batista firmase su dimisión y abandonase el país. La entrada del ejército guerrillero se producía mientras las fuerzas rebeldes acababan definitivamente con los últimos focos de resistencia. Al mismo tiempo una columna insurgente, dirigida por Ernesto Che Guevara, convergió sobre la capital, recibiendo a su paso la rendición de centenares de oficiales del ejército de Batista y la aclamación del pueblo cubano.
Designado presidente de la República, el 5 de enero Manuel Urrutia Lleó presentó a los nuevos ministros, quince en total, a la cabeza de los cuales se encontraba José Miró Cardona, representante del ala liberal, como primer ministro. Tres días más tarde Fidel Castro, que hasta ese momento se encontraba en Santiago, llegó a La Habana y se dirigió al pueblo. Castro subrayó la importancia de la huelga general en la derrota final del dictador y lanzó una advertencia a los divisionistas y a todos aquellos que pretendiesen ignorar el poder del pueblo.
El tinte moderado y conciliador de los inicios de la Revolución, que no pareció importunar a las clases altas y a los Estados Unidos, no tardaría en desaparecer bajo los efectos de un brusco giro político. Los procesos contra los colaboradores de Batista y la marginación del poder de los sectores liberales, que culminaría con la renuncia del presidente Urrutia (julio de 1959), marcaron el principio de un cambio de línea en el proyecto revolucionario.
Fidel Castro se había puesto en febrero del mismo año al frente del gobierno cubano, acumulando los cargos de primer ministro (en sustitución de José Miró) y comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, y sin pérdida de tiempo empezó a hacer realidad los proyectos de cambio que habían suministrado una base social a la Revolución: el más importante de todos, la reforma agraria, que expropiaba las grandes haciendas extranjeras para dar medios de vida a los campesinos pobres. A partir de mayo de 1959, la aplicación de la Ley de Reforma Agraria supuso la nacionalización de los inmensos latifundios de las compañías extranjeras.
El hecho provocó la inmediata hostilidad del gobierno estadounidense; sin embargo, la actitud de Estados Unidos acabó por estimular un resultado opuesto al esperado. Fidel Castro dictó medidas drásticas, como la expropiación de los bienes de las compañías norteamericanas en Cuba, que extendieron el apoyo popular a la Revolución. En 1960 se nacionalizaron las centrales azucareras, las principales industrias, los bancos y las refinerías petrolíferas; se lanzó asimismo una amplia campaña de alfabetización y se organizaron milicias populares en sustitución del viejo ejército profesional.
Ese indudable contenido socializante y nacionalista que tuvo en un principio la Revolución cubana (contra el dominio semicolonial que ejercía Estados Unidos) se radicalizó a causa de la dinámica de enfrentamiento con el gobierno norteamericano. Mientras Castro llamaba a una revolución general contra el imperialismo en Latinoamérica (Primera declaración de La Habana), el presidente Eisenhower (1953-1961) rompía las relaciones diplomáticas con Cuba (enero de 1961) y decretaba un embargo comercial destinado a ahogar la economía cubana y forzar la retirada de Castro, ya que Cuba dependía casi totalmente de sus exportaciones a Estados Unidos, fundamentalmente de azúcar.
Con la llegada a la Casa Blanca del demócrata John F. Kennedy (1961-1963) no sólo no disminuyó la presión de Estados Unidos, sino que se agudizó con la organización del desembarco de exiliados cubanos armados en la bahía de Cochinos (abril de 1961), un intento de derrocar a Fidel que fue repelido con humillante facilidad por el ejército revolucionario. Después de aquello, Fidel Castro proclamó el carácter marxista-leninista de la Revolución cubana y alineó a su régimen con la política exterior de la Unión Soviética (Segunda declaración de La Habana, 1962); al mismo tiempo eliminó del gobierno a los políticos liberales con los que se había aliado al llegar al poder, y unificó a los grupos políticos que apoyaban la Revolución en un único Partido Unido de la Revolución Socialista.
En 1962 permitió que los soviéticos instalaran en suelo cubano rampas de lanzamiento de misiles con las que podían alcanzarse objetivos en Estados Unidos; descubiertas por el espionaje americano, Kennedy reaccionó con un bloqueo naval a Cuba y la exigencia de retirada de las instalaciones. La consiguiente «crisis de los misiles» estuvo a punto de hacer estallar una guerra nuclear entre las dos superpotencias, que se evitó a última hora al retirar Nikita Jruschov los misiles soviéticos a cambio de la promesa de que no habría nuevos intentos de invadir Cuba y del desmantelamiento de los ya obsoletos misiles norteamericanos en Turquía.
Conjurado el peligro de una agresión estadounidense y asegurada la pervivencia de la Revolución, el país entró en una fase de estabilidad no exenta de dificultades económicas. El embargo no afectaba solamente a las exportaciones de azúcar y otros productos a los Estados Unidos, sino también a las importaciones desde Estados Unidos a Cuba, que se surtía casi en exclusiva de todo tipo de artículos estadounidenses. El comercio entre ambos países quedó anulado, se congelaron las inversiones cubanas en territorio estadounidense y, con la retirada de la isla del capital norteamericano, la economía productiva cubana quedó privada de financiación.
Cuba sólo podía hacer frente a las consecuencias del embargo con la ayuda soviética; la dependencia de la URSS se extremaría a partir de 1975, cuando los países de la Organización de los Estados Americanos (OEA) se sumaron al bloqueo. La presión norteamericana había convertido al país en un régimen socialista prosoviético (aunque con singularidades) y a Fidel Castro en un dirigente comunista más, el primero en el hemisferio americano. En 1965 el partido cambió su denominación por la de Partido Comunista de Cuba, del cual fue elegido secretario general el propio Castro; en 1976 acumuló el título de presidente del Consejo de Estado.
Bajo la dirección de Fidel Castro, Cuba obtendría importantes logros sociales, especialmente visibles en la erradicación del hambre y de la subalimentación, en la educación primaria y universitaria y en la asistencia sanitaria, materias en las que llegó a constituir un modelo para los países subdesarrollados; pero el coste político y cultural fue considerable, pues exigió un ejercicio dictatorial del poder, con desprecio de las libertades individuales y del pluralismo, bajo la vigilancia continua de un Estado policial.
El régimen desarrolló una política exterior muy activa, basada en la lucha contra el imperialismo, destacando el protagonismo del propio Fidel Castro en el Movimiento de Países No Alineados (cuya conferencia presidió en 1980) y la intervención militar cubana en África (en apoyo de los regímenes socialistas de Angola y Etiopía). La economía planificada de inspiración soviética dio algunos frutos iniciales, racionalizando las inversiones hacia objetivos de interés colectivo y facilitando una mejor distribución de la riqueza; pero, al igual que había ocurrido en la propia Unión Soviética, anuló los incentivos y las iniciativas, aisló al país de las corrientes inversoras internacionales y, finalmente, condujo a un agorero estancamiento.
Cuando las dificultades económicas de la URSS impidieron que siguiera subvencionando a la retrasada economía cubana, ésta se hundió en una grave crisis. No obstante, Castro rehusó introducir reformas en un sentido liberalizador, al estilo de la perestroika que auspiciaba Mijail Gorbachov. Salvó así su régimen del desmoronamiento del resto de los regímenes prosoviéticos y de la propia URSS a finales de los años ochenta y principios de los noventa, pero Cuba entró en una etapa crítica en el terreno económico, en medio de la intensificación de las presiones de Estados Unidos, que endureció el bloqueo en 1992.
La disolución de la URSS (1991) y del bloque comunista trajo consigo, por ejemplo, la desaparición del Consejo de Ayuda Mutua Económica (COMECON), organismo económico integrado por la Unión Soviética y los países socialistas con el que Cuba mantenía el 85% de sus intercambios comerciales a precios subsidiados; sin el apoyo de ese mercado, la isla perdió en sólo tres años la tercera parte de su producto interior bruto. La llamada crisis de los balseros (1994), que empujó a unos treinta y cinco mil cubanos a emigrar a Estados Unidos cruzando el estrecho de Florida en balsa o por cualquier medio a su alcance, reflejó el empobrecimiento al que se veía abocado el país, cuya economía, contra todo pronóstico, inició un lenta y constante recuperación a partir de 1995, aunque dentro de un estado general de penuria y desabastecimiento.
Con el cambio de siglo, Fidel Castro pudo contar con el apoyo del presidente venezolano Hugo Chávez y de una nueva hornada de dirigentes de izquierdas opuestos al neoliberalismo económico estadounidense, como el boliviano Evo Morales. En octubre de 2000 firmó un acuerdo con la Venezuela de Chávez que permitió a Cuba importar petróleo en ventajosas condiciones. Sin embargo, los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001 llevaron a un nuevo deterioro de la situación económica (caída del turismo, cierre de centros azucareros) y a renovadas presiones estadounidenses en el plano político. Fidel Castro reaccionó reafirmándose en sus principios: el socialismo fue declarado “irrevocable” en una enmienda constitucional de 2002. Desde 2003 se intensificó la persecución de la disidencia, y en 2004 se puso fin a la dolarización de la economía, once años después de que se autorizara la libre circulación del dólar en la isla.
La sucesión de Fidel
A mediados de 2006, tras asistir a una cumbre del Mercosur en la Argentina, Fidel Castro debió ser sometido a una intervención quirúrgica que lo obligó a mantener reposo; antes de la operación delegó todos las funciones de gobierno en su hermano Raúl. En febrero de 2008, Fidel presentó su renuncia definitiva, y Raúl Castro fue confirmado en sus cargos. El nombramiento como nuevo presidente cubano de un compañero de armas de la Revolución de 1959 no despertó grandes expectativas de cambio, y, efectivamente, Raúl Castro no hizo al principio sino continuar la tibia política reformista de años anteriores, limitada a cuestiones económicas puntuales.
Sin embargo, la victoria de Barack Obama en las elecciones presidenciales de Estados Unidos (noviembre de 2008) abrió una nueva etapa en las relaciones entre ambos países. El presidente demócrata promovió los contactos con el régimen cubano; en 2009 suspendió las restricciones a los viajes desde Estados Unidos a Cuba y al envío de remesas. Por su parte, y sin apenas ningún gesto aperturista en lo político, Raúl Castro impulsó desde 2011 una reducción del hipertrofiado sector público y, en 2013, una reforma migratoria.
El acercamiento entre ambos países culminó con el anuncio de un acuerdo para el restablecimiento de las relaciones diplomáticas (diciembre de 2014) que se materializó simbólicamente en agosto de 2015 con la apertura de la embajada estadounidense en La Habana.
Información y fotografía de biografiasyvidas.com
ebv
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Cuida tus finanzas y las de tu familia en este Buen Fin
Cuida tu dinero y tus datos personales
Ciudad de México.— Inspirado en el “Black Friday” de Estados Unidos, el Buen Fin es ya una tradición de noviembre para los consumidores mexicanos.
Desde su primera edición en 2011, ganó notoriedad por los descuentos y facilidades de pago que los compradores buscan aprovechar.
Este 2024, el Buen Fin tendrá lugar del viernes 15 al lunes 18 de noviembre, que es feriado para incentivar ir a los centros comerciales.
Si bien es la oportunidad que los consumidores se hagan una compra aprovechando meses sin intereses o descuentos, es importante no poner en riesgo la economía familiar.
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Recomendaciones para comprar durante el Buen Fin
Para evitar que las finanzas de los usuarios estén en riesgo durante el Buen Fin, es importante seguir las siguientes consideraciones:
- Tener una referencia de precios: un consejo, además de la planificación o el presupuesto, es tener una referencia de meses anteriores de aquellos productos que se querían comprar. Sirve, sobre todo, para ver si realmente han bajado su precio, o el descuento ha sido previamente inflado para que parezca irresistible. Ayudará a ahorrar, sí; pero también a denunciar abusos.
- Presupuestos y elecciones: el Buen Fin, al igual que todo gran evento comercial, estará repleto de cosas que son tentadoras de comprar. Eso no quiere decir que se tenga posibilidad de comprarlas todas, y es por eso que se deben hacer listas, presupuestos y tomar decisiones. Esto es fundamental, sobre todo pensando en los meses posteriores, para evitar el sobreendeudamiento, algo cada vez más habitual gracias a las facilidades de pago y al crédito que ofrecen muchas tiendas y bancos.
- Revisar el sector digital: las grandes tiendas por departamento o almacenes de venta minorista son los reyes indiscutibles del Buen Fin. Pero cada vez más cobran protagonismo las tiendas online, sobre todo las relacionadas con la electrónica de consumo. Es por ello que antes de comprar, lo que fuere, conviene antes revisar en las tiendas online, ya que la mayoría ofrecerán envíos a todo el país, y es posible que los precios, la disponibilidad o las condiciones de compra sean mucho mejores que comprando en una tienda física en su localidad.
El Buen Fin, oportunidad de ciberdelincuentes
Además de revisar las oportunidades para comprar, es fundamental para los usuarios cuidarse de posibles riesgos a sus datos personales.
Para ello, el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) emite una serie de recomendaciones.
- En tus dispositivos electrónicos evita instalar aplicaciones de fuentes desconocidas e instala softwares de seguridad como antivirus
- No proporciones datos de tus tarjetas de crédito o débito
- Compra solo en sitios reconocidos
- Revisa la descripción del producto, que sea lo que necesitas comprar
- Lee y consultas las reseñas de la página del vendedor, asegúrate que sea un sitio confiable
- Consulta comentarios de otros compradores, así aseguras que el producto o servicio tenga buenas recomendaciones
Buen Fin dejará derrama de 156 mil mdp
Según la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco-Servytur), el Buen Fin dejará una derrama mayor a 165 mil millones de pesos,
Según reporta La Jornada, este es un monto 10 por ciento mayor al observado en igual campaña del año pasado.
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La seguridad de las familias, prioridad en la lucha empresarial contra el crimen organizado
Ciudad de México.— La seguridad es un pilar fundamental para el desarrollo económico de México, afirmó el presidente de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (CONCANACO SERVYTUR), Octavio de la Torre. La colaboración con la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, señaló, es clave para implementar medidas preventivas que salvaguarden tanto a empresas como a familias mexicanas.
De la Torre resaltó su compromiso con el bienestar de empresarios, familias y comunidades. “Debemos trabajar junto al gobierno en todos sus niveles, con el poder legislativo y la sociedad civil para construir un México seguro y próspero”, dijo.
Compromiso con la seguridad y el bienestar de las familias
CONCANACO y la Secretaría de Seguridad Pública reiteraron su compromiso para enfrentar la inseguridad en el sector empresarial. Ambas instituciones proponen crear un entorno donde empresas y ciudadanos puedan desarrollar sus actividades plenamente, contribuyendo así al bienestar de familias y comunidades en todo el país.
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Alerta empresarial ante riesgos de inseguridad
Un reciente cuestionario aplicado por CONCANACO revela que el 76.8% de los empresarios del sector terciario percibe la presencia del crimen organizado como un factor que afecta su competitividad y operatividad. Esta situación preocupa especialmente a quienes participan en las cadenas de valor, pues la delincuencia representa una amenaza directa para sus actividades.
En reunión de trabajo, Octavio de la Torre y el Subsecretario de Seguridad Pública, Héctor Elizalde, acordaron trabajar en propuestas que refuercen la seguridad en el sector empresarial. Entre las acciones planteadas están la creación de redes de información eficaces y la implementación de canales de denuncia seguros.
Marco legal y redes de denuncia: herramientas contra el crimen
En este esfuerzo conjunto, la Confederación propuso fortalecer el marco jurídico, lo cual incluiría la tipificación de delitos específicos que afectan a las cadenas productivas y a la economía formal. La CONCANACO también impulsará la creación de mesas de trabajo permanentes, donde las empresas puedan compartir sus preocupaciones y contribuir en la construcción de soluciones.
Datos del INEGI revelan que el 58.6% de la población de 18 años y más considera que vivir en su ciudad es inseguro. Este contexto fortalece la relevancia de la colaboración entre instituciones y del desarrollo de soluciones que permitan un entorno de trabajo y vida más seguro para todos los mexicanos.
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“Empresas deben defender la maternidad en el entorno laboral”
Hay mucho por hacer en el entorno laboral para las madres
Ciudad de México.— Los organismos empresariales tienen una labor fundamental respecto a la defensa de la maternidad en el ámbito laboral en México.
Así lo consideró Paulina Mendieta, empresaria, madre y vocera del Colectivo “Mujeres de México”.
Aseguró que tener a una madre trabajadora garantiza a la empresa una gran trabajadora porque es apasionada y debe mantener a su familia.
“Y si es porque es una mamá que es mamá y además quiere trabajar, es porque le apasiona la chamba. En cualquiera de los dos escenarios es una gran fuerza laboral que tiene que ser más protegida”.
paulina mendieta
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Por ello, llamó a los organismos empresariales a defender la maternidad en el ambiente laboral, pues aseguró, el 94 por ciento de los despidos injustificados son de mujeres embarazadas.
“El Consejo Coordinador Empresarial (CCE), la COPARMEX y muchas otras cámaras empresariales tienen una gran labor por hacer en la protección de la maternidad en el ámbito laboral”.
paulina mendieta
Lamentó que México tenga un entorno laboral en el que la maternidad esté muy estigmatizada.
Común, práctica discriminatoria en entorno laboral mexicano
Una encuesta de OCC Mundial reveló que en nueve de cada diez mujeres en una entrevista de trabajo fue cuestionada sobre si tiene hijos o no. De las cuales, el 90% dijo que sí, 7% dijo que no y el 3% restante no lo recordó.
Dicha práctica está prohibida por la Ley Federal del Trabajo al considerarla discriminatoria contra las madres.
Maternidad en el entorno laboral en México
Según cifras gubernamentales, siete de cada diez mujeres que participan en el mercado laboral nacional son madres.
Sin embargo, el 54% de ellas trabaja en la informalidad, lo que les impide el acceso a prestaciones laborales como la seguridad social.
Al requerir flexibilidad laboral, las madres mexicanas trabajan principalmente en la industria del comercio (26%) y la manufactura (16%), de acuerdo al Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO).
Mientras que en el sector de servicios profesionales, financieros y corporativos, solo 6% de las madres participan, en comparación con 11% de mujeres sin hijos.
Se observa también que 9 de cada 10 personas que abandonan el mercado laboral antes del retiro son mujeres. La principal razón es: necesitan ese tiempo de trabajo para cuidar a sus hijos, enfermos o adultos y para dar mantenimiento a sus hogares.
Por ello, entre otras acciones, la OCC propone la implementación de guarderías y flexibilidad laboral para que las madres mexicanas puedan incursionar en el mercado laboral de mejor manera.
Equilibrio y apoyo del entorno fundamental para madres trabajadoras
Adriana Atzimba Tienda, jefa de diseño en Radius Comunicación, reconoce los retos que implica ser madre trabajadora.
Hace poco más de dos años, llegó a su vida la pequeña Eunice, quien revolucionó su vida, en especial el ámbito laboral.
La también docente explica para Siete24 Noticias que el home office, modalidad de su empresa y un entorno es muy favorable para vivir su maternidad mientras cumple sus metas profesionales.
“He sido muy afortunada con contar una red de apoyo que me auxilia con mi hija”
Adriana atzimba
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La lucha de los trabajadores de plataformas por derechos laborales
Una iniciativa podría darles sus derechos laborales
Ciudad de México.— Actualmente hay cerca de 2.5 millones de personas que trabajan como repartidores y conductores de aplicaciones, según un estudio financiado por las plataformas.
Al ser considerados socios de las empresas y no empleados, los trabajadores no tienen las prestaciones que marca la Ley Federal del Trabajo (LFT).
Es por ello que la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS) prepara una ley para que repartidores de plataformas digitales se incorporen a la seguridad social.
Reforma debe incluir a todos los trabajadores de plataformas
Sergio Guerrero, secretario general de la Unión Nacional de Trabajadores por Aplicación y de Reparto de México (UNTA). Dice que esperan una reforma integral.
Cuestionado por El Economista, explica que la iniciativa debe incluir a repartidores, conductores y otros oficios administrados por aplicaciones.
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Además, pide que no sólo se incluyan las prestaciones, sino también el reconocimiento de la relación de trabajo para acceder a derechos laborales amplios.
¿Qué propone la reforma para repartidores?
A decir de Claudia Sheinbaum, presidenta de México, los trabajadores de aplicación no acceden a las prestaciones por el sistema de “socios”.
“Muchos de ellos, en la mayoría de las ciudades del país, reparten en motocicleta, algunos en automóvil, algunos en bicicleta, otros incluso caminando, y también tienen muchos problemas de accidentes de trabajo.”
La iniciativa busca garantizar la seguridad social para estos trabajadores y regular su forma de contratación.
“La gran mayoría de ellas ganan el salario mínimo y no tienen horarios de comida ni otras circunstancias laborales dignas”, señaló. Para ello, Sheinbaum indicó que también se trabajará en un proceso de mejora de las condiciones laborales por ley.
Repartidores de aplicaciones, atentos a la iniciativa
Decenas de trabajadores por aplicación realizaron una rodada en motociclista del Parque La Bombilla, a la Secretaría del Trabajo en la Ciudad de México.
Los manifestantes pidieron conocer el contenido de la iniciativa, pues demandan seguridad social sin necesidad de volverse “empleados tradicionales”.
Asimismo rechazan ser subordinados, los horarios laborales fijos, salarios rígidos, contratos con una sola plataforma, sindicatos “charros”, así como más barreras para repartir.
Recordaron que la mayoría trabajan más de 10 horas, sin prestaciones laborales adecuadas.
Saúl Gómez, vocero del colectivo Ni un repartidor menos, recordó que de noviembre de 2018 a la fecha han fallecido alrededor de 700 repartidores de comida en el país relacionados con accidentes vehiculares. De los cuales, más de 400 sucedieron en la Ciudad de México.
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