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Columna Invitada

50 Años del Día Nacional del Ingeniero

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Por Guillermo Moreno Ríos

Antecedentes

El 1 de julio de 1974 se celebró por primera vez en México el Día Nacional del Ingeniero, impulsado por el ingeniero Eugenio Méndez Docurro, entonces secretario de Comunicaciones y Transportes. Este día reconoce la importancia de la ingeniería y de los ingenieros en la historia y desarrollo del país. Inicialmente relacionada con la construcción de armas y artefactos militares, la profesión de ingeniero ha evolucionado para abarcar distintas ramas como la ingeniería civil, mecánica, química y petrolera. La fecha fue elegida en honor al establecimiento del Real Tribunal de la Minería en 1776, que marcó el inicio de los estudios de ingeniería en América. La conmemoración incluye la creación de un timbre especial, reflejando la relevancia de la ingeniería en casi todos los aspectos de la vida moderna.

Unión Mexicana de Asociaciones de Ingenieros (UMAI)

Para celebrar el 50 aniversario del Día Nacional del Ingeniero, la UMAI organizó un evento encabezado por el ingeniero Marco Antonio Méndez Cuevas, quien reconoció la labor de los ingenieros mexicanos, destacando su alto sentido de la ética profesional y excelencia profesional de los galardonados como Clemente Poon Hung, ex presidente de la FEMCIC y que recordamos como miembro y nuestro compañero del consejo directivo del Colegio de Ingenieros Civiles de Sonora de 1997 a 1999.

Entre los destacados conferencistas se encontraban el M.I. Jesús Antonio Esteva Medina, designado secretario de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes quien mencionó que se iniciará una nueva etapa, donde se reafirma que la construcción de infraestructura es esencial para disminuir esas brechas para generar empleo y aumentar el desarrollo. Afirmó estar integrando el Plan Nacional de Infraestructura que en unas semanas más la doctora Claudia Sheinbaum lo estará presentando.

Alfredo Elías Ayub, titular de la Academia de Ingeniería de México, resaltó la necesidad de invertir en energía limpia y renovable por parte de las empresas y José Alfonso Domínguez, presidente del Consejo Consultivo de la UMAI, abogó por cambiar el nombre del Día Nacional del Ingeniero a Día Nacional de la Ingeniería, en reconocimiento a la participación de las mujeres en la ingeniería mexicana.

Carlos Slim Helú: Inversiones Urgentes en Infraestructura

Durante su intervención. el Conferencista Magistral, Carlos Slim Helú, subrayó la urgencia de invertir en infraestructura, con un enfoque particular en energía eléctrica e inteligencia artificial. Explicó que el creciente consumo de energía por los centros de datos y las aplicaciones de inteligencia artificial exigirá una cantidad de energía mucho mayor en los próximos años, lo que requiere inversiones inmediatas para evitar futuros rezagos. “La electricidad está rezagada, pero sobre todo se va a rezagar más, porque los data centers y la inteligencia artificial van a demandar, hablan de 10 o 15 veces, o más veces, la energía que se consume ahora”.

Señaló que, actualmente, gran parte del agua de lluvia se desperdicia al no ser recolectada ni infiltrada adecuadamente. “Acaba la lluvia y se va el desagüe. ¡Hombre! Deberían de hacer las presas de infiltración, esa agua que se recoge debería de infiltrarse”, dijo, abogando por la construcción de sistemas de recolección en edificios y barrancas para mejorar la gestión del agua pluvial.

También destacó la posición estratégica de México para el nearshoring, una tendencia en la que las empresas trasladan su producción a países cercanos a sus principales mercados. Consideró que México es la mejor opción para la producción de bienes en América del Norte, debido a su proximidad a Estados Unidos y sus ventajas competitivas. “México está involucrado, porque la única opción que tiene Estados Unidos para producir bienes es México”.

Conclusiones y Futuro de la Ingeniería en México

Para Consejo INCIDE fue un honor participar como miembro de la UMAI, en la celebración del Día Nacional del Ingeniero en su 50 aniversario, en donde se reafirmó la importancia de la ingeniería en el desarrollo de México, destacando las áreas clave de inversión y el compromiso ético y profesional de los ingenieros mexicanos.

Mtro. Guillermo Moreno Ríos
Ingeniero civil, académico, editor y especialista en gestión integral de riesgos, resiliencia empresarial, seguros y derechos humanos.
incide.guillermo@gmail.com

La opinión emitida en este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la postura de Siete24.mx



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Legitimidad y legalidad

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Por Antonio Maza Pereda

Aparentemente, son términos sinónimos. Sin embargo, en lo político y en lo social se pueden ver algunas diferencias. La legalidad en una elección, o en asuntos políticos, la definen los tribunales, quienes deciden si efectivamente se cumplió o no con las leyes. La legitimidad de los gobernantes, es algo que los gobernados le reconocen a quien gobierna.

Les dan reconocimiento porque inspira respeto, porque tiene un ascendiente moral. Puede ser que alguno sea legal, pero no legítimo. Por ejemplo, un partido político, gana una elección mediante trampas difíciles de demostrar. Lo pueden considerar legal, pero no será legítimo mientras los gobernados no reconozcan que cumple con sus obligaciones.

No se da este reconocimiento por cumplir con las normas, sino por cumplir con la sustancia de la ley. Cuando un gobernante no cumple sus deberes, cuando gobierna solo para una facción, no gobierna para todos, es difícil que se le reconozca su legitimidad. No se trata de gobernar nada más para la mayoría que lo eligió, sino que realmente gobierne para toda la sociedad. Cuando no gobierna para todos, hay discriminación.

Para asegurar la legitimidad, se requiere la vigilancia de la ciudadanía, que revisa que funcionen los contrapesos reales. Un concepto interesante, que por cierto fue creado por un gobierno socialista en Suecia, es el funcionario llamado ombudsperson. Es el representante del pueblo, una persona independiente, que no pertenece a ningún partido, que tiene el respeto de la sociedad. Se asegura de que el gobierno esté cumpliendo con sus obligaciones, respete los derechos humanos y ciudadanos y dé apoyo a todos los miembros de la sociedad por igual, no únicamente a los que lo han elegido.

¿Tenemos gobiernos legítimos en nuestro país? La ciudadanía, ¿vigila que los gobernantes gobiernen para todos? ¿Se respetan los contrapesos que deberían controlar a nuestros gobiernos?

La opinión emitida en este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la postura de Siete24.mx

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Debates

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Por Antonio Maza Pereda

Como algunos, he estado proponiendo como una solución para la educación política de nuestra sociedad, y también para ayudar a la toma de decisiones en las elecciones, implementar y generalizar el uso de debates. Buenos debates, abundantes debates. Debatir propuestas, debatir situaciones, debatir capacidades de los candidatos.

Sin embargo, al ver el triste resultado del debate en los Estados Unidos entre los dos candidatos a presidente, tal vez debería revisar mis ideas. Los resultados de ese debate fueron muy pobres. Se dedicaron básicamente a atacarse el uno al otro, incluso por temas intrascendentes, como quién jugaba mejor al golf. Como si jugar al golf, fuera una cualidad para ser presidente, o demostrase su capacidad para tomar decisiones.

Hubo, además, abundancia de noticias falsas, desgraciadamente de ambos lados. Con la idea de tratar de convencer a los que ya están convencidos de sus embustes. ¿Cuál fue la credibilidad de este tipo de declaraciones? Por ejemplo, cuando el señor Trump declaró que Estados Unidos es un país tercermundista. ¿Alguien, con un mínimo conocimiento de la economía, puede sostener esa falsedad?

¿Cómo fue la credibilidad de estos debates? Se extraña el pensamiento lógico, un análisis crítico de las situaciones. Se dedicaron básicamente a la inteligencia emocional. Con la cual es muy difícil tomar buenas decisiones. Aunque mucha gente asegura que es el modo ideal para hacerlo. No cabe duda de que buscaron manipular al auditorio, a una población que tiene dificultad para entender la lógica y que se apoyan en una visión superficial de la política.

Lo que estamos necesitando, realmente, es pensamiento crítico. Debatir debería ser un ejercicio de lógica. No un torneo de engaños. Es necesario aprender a reconocer las mentiras. ¿De qué manera? Reconocer los embustes es difícil. Tenemos pocas herramientas para hacerlo. El pensamiento crítico, sobre todo, es muy útil. Es algo que, aunque se enseña en las escuelas, sobre todo en países donde está muy arraigada la democracia, la mayoría de la población no sabe manejarlo. Desgraciadamente.

Deberíamos de tener, frente a las declaraciones de los políticos, desconfianza. Un sano escepticismo. Creerles, hasta que nos hayan dado una demostración. Hasta que podamos decir que nos han probado sus afirmaciones. En ese tipo de debates trataron de crear impresiones, no de presentar hechos. Que es precisamente lo contrario de lo que un debate debería ser: un examen de ideas.

Una solución a largo plazo es desarrollar en la población el modo de analizar y tener criterios de credibilidad, lo que es complicado. Algunos están proponiendo y transmitiendo análisis basados en el lenguaje no verbal. Lo cual no está mal: al analizar un debate, puede ayudar a decir quién está sorprendido, quién está angustiado, quién está dudando, y quién está mintiendo. Y eso puede ser útil. Pero, es un lenguaje que no puede ser manejado por la mayoría de la población.

Claramente, los medios tienen que jugar un papel en la credibilidad de los argumentos debatidos. Deberían contribuir de modo importante en ese análisis. En el debate en Estados Unidos que comento, los que verdaderamente hicieron una buena tarea fueron los moderadores, que presentaron preguntas relevantes y, cuando alguno de los candidatos se estaba saliendo del tema, le decían: “Señor, le quedan tantos segundos y todavía no responde la pregunta”. Con lo cual se manejó de una manera correcta el debate. Porque otro modo de debatir, para no contestar, es olvidarse de lo que se está debatiendo, ignorando la posición del contrincante y dedicarse a su propio rollo sin responder al otro. Que fue lo que estaban haciendo los candidatos.

Hay que hacer una campaña importante de educación, empezando posiblemente por los comunicadores, para que comprendan en dónde están las fallas y cómo tener credibilidad al debatir. Contra esto nos encontramos con que la población se ha transformado, de alguna manera, en grupos que ya tienen lo que Edward de Bono llamaba “las burbujas de lógica”: personas o grupos que creen que la verdad consiste en aceptar solo lo que confirma sus creencias, que lo lógico es solo lo que ya creen.

¿Hay que abandonar los debates? No lo creo. Hay que mejorarlos, aprender a llevarlos a cabo, sea de manera oral o por escrito, y adquirir las habilidades de pensamiento crítico. Y no perder la esperanza: los seres humanos fuimos creados con la capacidad de razonar, y podemos recuperar esa habilidad. Solo hay que alimentarla con lógica, buenos argumentos e información de calidad. Se puede. Hay que hacerlo realidad.

La opinión emitida en este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la postura de Siete24.mx

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Tejido social

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Por Antonio Maza Pereda

Tejido social es un concepto que se usa en política y también en aspectos sociales. Es el conjunto de relaciones, interacciones y conexiones, que se forman en la sociedad. Va más allá de una estructura. También tiene que ver con aspectos diferentes.

Por ejemplo, incluye la colaboración mutua, solidaridad y apoyo entre los miembros de la sociedad. Para poder construirlo y mantenerlo sano, hay algunos puntos importantes. Por ejemplo: confianza entre los miembros de la sociedad, respeto mutuo, reciprocidad y apoyo de los unos a los otros.

Cuando tenemos un tejido social sano, hay cohesión en la población. Hay estabilidad y relaciones positivas entre los miembros de la ciudadanía. La pregunta es: ¿verdaderamente tenemos solidaridad? Entre nosotros, ¿hay confianza mutua? ¿Realmente tenemos un tejido social sano? No siempre.

Cuando hay exclusión de ciertos grupos de la sociedad, cuando entre nosotros se nota y predomina la soledad, la falta de conexiones, cuando la población ve por sí misma y le importan poco los demás, es cuando necesitamos desarrollar o reconstruir el tejido social.

Algo que depende de los individuos, pero donde también tiene un papel el Gobierno. En nuestra sociedad vemos falta de confianza y exceso de individualismo, aunque a veces no lo queremos reconocer. Poca solidaridad y empatía entre los miembros de la sociedad. Con frecuencia, y excepto en casos de desastre, solo somos solidarios con nuestra familia, y a veces ni siquiera ahí.

Muchas veces, por razones familiares, o por el cambio en la jerarquía de valores, nos hacen falta redes de apoyo. Y a veces confiamos en el gobierno, tal vez demasiado, para que sea quien nos dé esas redes de apoyo, que el tejido social normalmente daría a la sociedad.

¿Tenemos un tejido social sano? ¿Cómo podemos, como ciudadanos, contribuir a mejorarlo? ¿Podemos dejarle ese papel al Gobierno?

La opinión emitida en este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la postura de Siete24.mx

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Y si Dios existe: ¿qué?

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Pbro. Eduardo J. Corral Merino

Estas semanas, particularmente en las grandes avenidas y espacios públicos de la Ciudad de México, hemos visto los anuncios publicitarios del libro: “Dios. La ciencia, las pruebas”, de editorial Océano. Sus autores son dos laicos muy particulares: Michel-Yves Bolloré y Olivier Bonnassies. A este último tuve la oportunidad de escucharle en la presentación de la Obra, así como en distintas intervenciones radiofónicas. Es un converso formado, sereno y sobre todo, con los pies en la tierra.

Al momento es el libro más vendido en Amazon, en México, y está disponible en múltiples puntos de venta: librerías, Sanborns, tiendas de autoservicio. Su lectura es muy sencilla y destacaría algunos puntos para sugerir su lectura:

1) No tiene la pretensión de ser un esfuerzo teológico, sistemático, doctrinal. Es más bien, la síntesis de caminos muy personales, aterrizados y muy iluminados por la ciencia, la cultura, el diálogo con el mundo, sobre la gran pregunta: Si Dios existe: ¿qué?
2) Es de muy fácil lectura, pues no se enreda en contextos históricos, teorías, escuelas, corrientes, antecedentes, etc., sino que aborda los puntos de manera muy directa, sencilla.
3) Es un esfuerzo dentro de una especie de Filosofía de la Religión, es decir, desde el ámbito de la razón humana por comprender a Dios: sus características, implicaciones y reconocer sus evidencias.
4) No está escrito desde una religión en particular, aunque sus autores son Cristianos Católicos. Su contenido sí nos permite dimensionar nuestras claves de lectura sobre la cuestión religiosa.
5) El libro no se enreda en los problemas actuales de las religiones, sino busca responder sobre preguntas concretas: ¿La religión y la ciencia, se complementan? ¿Cuáles son sus respectivos ámbitos? ¿Es necesario hacer un camino religioso propio, en donde podamos inteligir, es decir leer, desde nuestros alcances y estructura de pensamiento, a Dios?
6) La Obra nos abre caminos espléndidos para entrar a otros temas: qué es la libertad religiosa, es ésta diferente a la de culto y de asociación religiosa; al ser humano le es propio hacer opciones fundamentales de vida; qué implicaciones tiene el creer en Dios, en la vida social, en la relación con el entorno cultural y ambiental.
7) Con argumentos claros y sencillos va quitando muchos prejuicios, telarañas, así como mitos sobre la religión. Y despeja con claridad la certeza de que a todo ser humano le es propio vivir comprendiendo y participando de su Creador, en una dinámica re-ligada.

Sugiero su lectura. Para los mismos ministros de una religión, es del todo interesante dialogar en la lectura, con estos caminos laicales que buscan, a su modo, responder a preguntas fundamentales sobre la vida, su fundamento y nuestra participación en Orden Mayor.

Pbro. M. en C. Eduardo J. Corral Merino,
Sacerdote del Presbiterio de Morelia,
Secretario de la Dimensión de Educación y Cultura de la CEM.

La opinión emitida en este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la postura de Siete24.mx

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