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Opinión

Tanto ahorro y no les alcanza

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Ciudad de México.- Durante la clausura del Foro Estrategia Banorte 2019, el Presidente Andrés Manuel habló ante los funcionarios del banco que dirige, nada más ni nada menos, que el nieto del fundador del famoso grupo Atlacomulco, del cual uno de sus más brillantes miembros es el amnistiado Enrique Peña Nieto.

Obrador le echó una gran cantidad de porras al abuelo materno de Carlos Hank G., Don Roberto González “El Maseco”; también contó la triste historia de sus pesares cuando la derrota del 2006, ya que nadie le quería abrir una cuentita de banco, pero Don Roberto tuvo a bien ofrecer su banco, mientras las demás instituciones lo rechazaron, en especial uno que no quiso balconear pero todos sabemos que fue HSBC, ya que en aquella época había un análisis riguroso de los cuentahabientes y aquellos que se dedicaban a “la polaca” tenían tache.

Nuevamente, el tabasqueño insistió en que la corrupción la está barriendo de arriba para abajo, lástima que se está tardando demasiado en los primeros escalones, porque a este paso nunca llegará a tránsitos y demás funcionarios menores que se dedican a extorsionar al pueblo bueno.

A continuación, nos reiteró del gran ahorro que se da por la austeridad republicana y pone el ejemplo de la Presidencia, que gracias a que no le gusta el chorizo, se ha logrado ahorrar gran cantidad de dinero, argumentando que el año pasado se gastaron 3 mil millones de pesos en Presidencia, mientras lo que lleva su gobierno sólo han sido ejercidos 350 millones y espera en acabar con 600 millones.

Lástima que no era la mañanera para que los banqueros, que si saben de números, le pudieran preguntar, ¿si con su plan de austeridad tan sólo en la presidencia se han ahorrado 2 mil 400 millones de pesos, donde está todo ese dinero?, o acaso no sale a diario en las noticias alguna institución pública en aprietos por falta de recursos.

¿No se les hace raro?, según dicen las malas lenguas, los anteriores robaron a manos llenas y les alcanzaba para pagar “sueldotes” a los funcionarios, comprar medicinas caras, becar a deportistas, pagar viajes a investigadores, tener niños fantasmas en las estancias infantiles y hasta para una “Estafa Maestra” les alcanzó, entre otras más, y ahora con todo y ahorros resulta que no les alcanza para nada.

Ahora, ya empezaron a saturarnos con los spots donde nos informa los logros del Primer Informe de Gobierno que deberá entregar el 1 de septiembre.

Pasamos de “Las cosas buenas cuentan, pero se cuentan poco” al “No es para presumir, pero soy un hombre de palabra” y tiene toda la razón, su actuación no es para presumir y si es un hombre de palabra, efectivamente dice una palabra por minuto.

Sus promocionales son verdades a medias o sin importancia, como que ya no hay pensión a los expresidentes, si bien millonaria no es representativo en el presupuesto del gobierno.

También presume sin presumir cosas como: “ya no hay sueldos de 700 mil pesos mensuales”, cosa que nunca demostró que existirán estos sueldos.

Otra que de por más es una exageración total: “Ya no me cuidan 8 mil elementos del Estado Mayor Presidencial”, esto equivaldría en una familia de 8 miembros como lo era la de Enrique Peña Nieto, cada uno traía a mil personas, supongamos en cuatro turnos para que puedan estar fresquecitos y descansados, ya que hay que cuidarlos los 7 días las 24 horas, tenemos a 250 personas por turno, imagínense si caben 8 apretaditos en una “camionetota” de las que ni Trump tiene, cada miembro de la familia andaría con 32 camionetas atrás.

El primer mandatario insiste con el slogan “Ya no hay avión presidencial”, entonces qué cosa es la que está desde principios de año estacionada en el aeropuerto municipal de California en espera de ser vendida o arrendada con un costo aproximado de 417 millones de pesos anuales de mantenimiento, de seguro ha de ser un “ganso volador”.

Y su primer gran spot publicitario concluye informando que: “ya no hay asistencia médica privada para los altos funcionarios públicos que se hacían hasta cirugía plástica, hasta se estiraban a costillas del erario”, me encantaría me recomendara con su agente de seguros, ya que no conozco seguro alguno que cubra estos gastos.

Nos quedamos esperando sus siguientes entregas, donde con la honestidad y transparencia que le caracterizan nos dirá: “no es para presumir, pero soy un hombre de palabra, me reúno a diario muy temprano con el gabinete de seguridad y ya le gané a Calderón y Peña Nieto llegamos a más de 23 mil muertos. Mientras minimizamos las cifras del INEGI sobre el producto interno bruto del país, maximizamos la encuesta de felicidad. Prometimos un crecimiento del 4% anual y vamos muy bien a julio llevamos ya un 0.02% …”.

Y para qué le seguimos si ya sabemos que no ha hecho nada mas que arruinar la economía del país, generar desabasto de combustible y medicinas, poner a los abuelitos a cuidar a los nietos, destrozar el sistema de investigación del país y para que vean que no todo es negativo ha impulsado el béisbol, dándonos clínicas de fildeo y como macanear en el diamante.

Mientras, sigamos siendo un pueblo feliz, feliz, feliz.

Domingo Días
domingo.dias@yahoo.com.mx

ebv



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Columna Invitada

CASO 992: Las novias justicieras que trascienden ideologías

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Por Alejandra Yáñez Rubio

El 31 de octubre de 2024, el periódico del Vaticano denominado “L´Osservatore Romano” reconoció el arduo trabajo de CASO 992 a favor de las madres abandonadas víctimas de violencia. En un artículo escrito por Marta Rodríguez, se busca incentivar el estudio y el abordaje del tema de la violencia contra las mujeres por parte de universidades y organizaciones católicas, ya que, ante la ausencia de una perspectiva cristiana en la materia, se carece de diagnósticos y propuestas más completas y humanistas para resolver este grave problema. El artículo pone como ejemplo a este colectivo, el cual “lucha por un cambio en el marco jurídico nacional sobre este tema” bajo una perspectiva claramente humanista.

Uno de los pasos necesarios para lograr incidir con propuestas eficientes ante una problemática social, es el análisis del mismo. El tema de la violencia contra las mujeres ha sido tema recurrente en la izquierda, pero en los grupos de derecha no se ha abordado con la misma frecuencia. Incluso platicando con integrantes de grupos religiosos, el tema es evadido en ocasiones, ya que se cree que este es un tema que ha sido secuestrado por los grupos feministas, y no quieren ser etiquetados como tales. Sin embargo, el problema de la violencia contra las niñas/mujeres existe y es constante a lo largo y ancho de nuestro país.

Por esta razón, me congratulo de la existencia de un colectivo como CASO 992. Su fundadora es una gran abogada constitucionalista, con especialidad en derecho electoral, que ha hecho muchísimo trabajo a favor de la vida y la familia. Ingrid es mujer, madre y abogada, pero también es una férrea defensora del derecho a vivir en toda etapa de desarrollo, promotora de la familia y las libertades, además de encabezar otras causas importantes: la denuncia de la explotación reproductiva a través de los vientres subrogados y la violencia vicaria (forma de violencia por interpósita persona, por la que un progenitor ataca a una hija o un hijo con el objetivo de causar dolor a la madre).

A pesar de ser una mujer preparada y con conocimientos amplios en muchísimos temas, ella misma ha sido víctima de violencia por parte de su exesposo. Por esta razón fundó CASO 992, el cual es un colectivo que busca ayudar a las mujeres abandonadas, y a sus hijos, a través de propuestas de reformas legales y litigios estratégicos, para lograr un marco normativo que facilite a las madres e hijos abandonados exigir una pensión alimenticia. CASO 992 está integrado por mujeres y hombres que queremos apoyar esta noble causa. Hay madres abandonadas, hijos abandonados, de todo un poco. Cuando un padre abandona a una madre, condena a sus hijos a una DOBLE ORFANDAD, ya que la madre debe conseguir hasta dos trabajos para poder salir adelante.

Por esta razón, como integrante de una comunidad conservadora y religiosa, te pido encarecidamente hablemos de los problemas comunes a toda la sociedad. La violencia contra las mujeres existe, y debemos contribuir con análisis y propuestas, para romper barreras ideológicas y lograr construir soluciones verdaderas.

@AleYaRu

La opinión emitida en este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la postura de Siete24.mx

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Felipe Monroy

El poder del nombre

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Nombrar es poseer de alguna manera. En el fondo, la aceptación compartida por lo menos por dos personas (aunque el ideal es que haya un gran consenso de colectividad) de que una cosa tenga un nombre y no otro, siempre tiene una traza de ejercicio de potestad, de poder y posesión. Se dice que la elección y definición de los signos lingüísticos que representan la identidad de los objetos, los seres, lo inasible y hasta lo imposible siempre será arbitraria, pero en el fondo hay un dispositivo que intenta fijar “la cosa” al “nombre” y ahí no participa el azar sino el poder.

Eso es lo que hay detrás del juego de retórica política que jugaron Donald Trump y Claudia Sheinbaum en días pasados: Si una porción de mar delimitada por ciertas playas y traspasada por los más variados intereses políticos y comerciales lleva un nombre u otro podría parecer baladí y, sin embargo, la lucha por esos nombre detona sentimientos y ciertos valores de historia, derecho, propiedad, orgullo, tradición, ley y costumbre que superan las características propias de las palabras con las que se quiere nombrar a la cosa.

El episodio originado por Trump al declarar que el Golfo de México debería llamarse Golfo de América (entendida ‘America’ como la nación estadounidense y no por el continente) y la respuesta de Sheinbaum sobre que los Estados Unidos de Norteamérica deberían llamarse entonces la América Mexicana, no debe parecernos un acto menor en el curso actual de la geopolítica y el cambio en el peso ideológico que enmarca las transformaciones sociales y culturales contemporáneas.

La gran disputa política actual está asentada en el lenguaje y en la forma en que ciertos poderes promueven, convencen, obligan o directamente coaccionan a las culturas a adoptar nuevos nombres para viejas realidades.

El episodio recuerda a ese fragmento mítico-fundacional de Macondo en la novela de García Márquez: el hijo del fundador del pueblo olvida el nombre del yunque y le pregunta a su padre por el nombre del objeto, el padre le dice que se llama “tas” y el chico escribe en un papel la palabra “tas” y se la pega al yunquecito: “Así estuvo seguro de no olvidarlo en el futuro”.

Luego “con un hisopo entintado marcó cada cosa con su nombre”. El fragmento de esta novela es interesante porque contrapone la figura de poder del fundador del pueblo quien literalmente pone y pega el nombre a las cosas, a veces conservando unos y a veces inventando otros; mientras, la otra figura de referencia (la vidente) aprovecha “las evasiones de la memoria” del pueblo para no sólo ofrecer ver el futuro sino “ver el pasado” de la gente, adornando o tergiversando los recuerdos de los más viejos.

Al final, lo que García Márquez brillantemente relata es que una etapa esencial en el mito fundacional de un pueblo radica en el nombramiento de lo material y lo inmaterial, de lo propio y lo ajeno, de las esencias y cualidades de la realidad.

Y hoy, en pleno siglo XXI, después de largas décadas de un modelo internacional global, tecnodemocrático, neoliberalista, hiperregulado y dominado por una sola visión idiosincrática de mirar el mundo, sus prioridades y el tono en el que debe sonar el concierto entre las naciones, han surgido exóticos liderazgos, respaldados amplia e intensamente por sus pueblos, cuya lucha política es cultural, histórica y fundacional de sus pueblos; que van en contrasentido a las creencias e “impositivas sugerencias” de los organismos supranacionales y que, por supuesto, utilizan el discurso, la retórica, el lenguaje y el nombramiento de las cosas como dispositivos políticos no sólo para granjearse adeptos y conservar adherentes sino para construir las identidades de sus pueblos.

En efecto, hoy el Golfo de México se llama así, tanto por su historia como por la aceptación internacional, pero la identidad de su designación no es rígida, depende de factores que, como la historia nos ha enseñado, pueden variar: las guerras, las imposiciones, los nuevos consensos, las vanidades y orgullos… es decir, por diversas expresiones de poder.

¿Debería preocuparnos la posibilidad de que las cosas cambien de nombre? Sí, pero quizá no por las razones más evidentes (el cambio de una palabra por otra) sino porque los nombres de las cosas siempre van acompañados de dispositivos de poder, los cuales no siempre son sencillos de identificar. En los últimos años, por ejemplo, los grandes conceptos antropológicos, sociales, culturales, políticos y económicos como democracia, libertad, soberanía, derechos, vida, autonomía, hombre, mujer, igualdad, competencia, etcétera, han sido “pegados”, “adheridos” artificialmente a realidades distintas y justificados en historias o memorias en ocasiones ficcionadas (como hicieran tanto el fundador como la vidente de Macondo).

La crisis cultural y antropológica de la que aquí hemos hablado vive un conflicto de poder esencialmente en el nombramiento de las cosas. Como diría Heidegger: “Ninguna cosa es donde falta la palabra, es decir, el nombre. Solamente la palabra confiere el ‘ser’ a una cosa”. Y es ‘el ser’ lo que está hoy en disputa. Ojalá sucediera como sugirió Joan Margarit y que “al final todo se acaba pareciendo al nombre que soñamos”; pero los nombres no provienen de los sueños sino de las interacciones del poder.

Hay, por supuesto, una alternativa para participar de este juego discursivo y retórico de poderes sin validar las estratagemas de dominación de uno u otro bando, e incluso logrando la construcción de nuevos consensos periféricos, fuera de los centroides de poder en conflicto: abogar por las cosas a las que se les arrancó el nombre y pronunciar el nombre de las cosas olvidadas. Pero para ello se requiere tanto imaginación como delicadeza, dos cualidades poco valoradas en nuestros días.

*Director VCNoticias.com @monroyfelipe

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Columna Invitada

Reunión con presidente municipal de Hermosillo

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Como representantes de organismos de la sociedad civil que promovemos la actualización profesional, la integración gremial, el desarrollo económico y social de nuestra entidad, queremos expresar nuestro posicionamiento con relación al proyecto integral del paso a desnivel en el cruce de los bulevares Colosio y Solidaridad.

Hemos sostenido diversas reuniones con el presidente municipal de Hermosillo, Antonio Astiazarán Gutiérrez y su equipo encargado de la planeación y ejecución de estas obras.

Reconocemos y valoramos la disposición al diálogo con los diversos sectores de la sociedad: académico, empresarial, profesional, estudiantil y social. Este acercamiento refleja un compromiso con la inclusión y la construcción conjunta de soluciones para nuestra ciudad.

Desde el anuncio del proyecto, hemos compartido el entusiasmo de quienes ven en esta obra una respuesta a necesidades urgentes de movilidad y seguridad vial. Al mismo tiempo, hemos observado las críticas de algunas voces sobre una decisión de desarrollo que consideramos acertada y necesaria y que ha sido planteada en los organismos de planeación del H. Ayuntamiento con antelación, en una evidencia de que no es un proyecto que se hizo en el corto plazo, ni al vapor.

Sabemos que toda obra trae consigo desafíos, pero también progreso. Como ciudadanos, antes que nada, entendemos también que el desarrollo debe estar acompañado de congruencia, legalidad, transparencia en el uso de los recursos y el respeto a los derechos humanos.

Por décadas, hemos visto cómo algunos proyectos fundamentales para Hermosillo han sido frenados por intereses ajenos a una viabilidad técnica, sustentable, legal o financiera. Hoy, más que nunca, la democracia debe traducirse en acciones que beneficien al bien común, generen desarrollo económico, promuevan el bienestar social, sin comprometer la integridad de los ciudadanos y preserven el medio ambiente.

El proyecto del paso a desnivel Colosio y Solidaridad no es solo una mejora vial; es una obra visionaria que posiciona a Hermosillo como una ciudad que crece y se transforma con beneficios claros:

Movilidad eficiente: Reducirá en un 70% los tiempos de traslado en uno de los cruces más transitados, asegurando traslados más rápidos y seguros para todos.

Seguridad vial: Con un diseño moderno que elimina puntos de conflicto, disminuirá significativamente los accidentes, protegiendo a conductores, peatones y ciclistas.

Sostenibilidad ambiental: Al optimizar el flujo vehicular, se reducirá la emisión de contaminantes y el aprovechamiento del agua a través de pozos de absorción.

Inclusión: El proyecto incorpora ciclovías y cruces peatonales seguros, promoviendo una movilidad accesible y equitativa.

Apoyo a comercios: Se han implementado estrategias, incentivos, publicidad cruzada, programas de lealtad y accesos alternativos para mitigar las afectaciones a las empresas de la zona.

Compromisos adquiridos en la reunión: Auditoría en tiempo real para esta obra, información pública permanente de los avances de la obra e invitar a estudiantes de la escuela de ingeniería y a quienes se quieran sumar a que participen en la supervisión.

Un proyecto a desarrollarse con transparencia: Se activará el portal Tu obra en Hermosillo.com en el que se informarán de los avances físicos y financieros del mismo.

Es importante destacar que este proyecto será financiado al 100% con recursos municipales, algo verdaderamente histórico.

Nuestro apoyo, como organismo capacitador, integrador, de comunicación y de consulta, no es un cheque en blanco. Como ciudadanos comprometidos, asumimos también la responsabilidad de vigilar, colaborar y aportar nuestro conocimiento para perfeccionar este y otros proyectos, asegurando que siempre beneficien a la comunidad.

Hermosillo merece crecer con visión, progreso y calidad de vida para todas las familias que aquí vivimos.

Feliz inicio de Año 2025 !

Mtro. Guillermo Moreno Ríos
Ingeniero civil, académico, editor y especialista en Gestión Integral de Riesgos y Seguros. Creador de Memovember, Cubo de la Resiliencia y Promotor del Bambú.
incide.guillermo@gmail.com

La opinión emitida en este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la postura de Siete24.mx

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Felipe Monroy

Iglesia, factor de estabilidad social

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Discreta, pero sumamente relevante en el panorama bilateral actual, ha sido la visita del embajador saliente de los Estados Unidos, Ken Salazar, al presidente de los obispos católicos de México, Ramón Castro Castro.

La visita, hecha en el contexto de la misa dominical en la Catedral de Cuernavaca –sede episcopal de Castro– y no en la sede de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), refleja el interés de no oficializar demasiado el encuentro; sin embargo, ha sido el propio diplomático norteamericano quien hizo relevante el saludo al poner hincapié en la mayor preocupación que han despertado los últimos atentados en EU y la forma en que se relacionarán ambas naciones una vez que Donald Trump entre en funciones: la estabilidad social.

Las últimas semanas de la administración demócrata de Joe Biden han dejado varias inquietudes para el futuro de aquella nación pero que, como sabemos, sus diatribas suelen influir en otros pueblos y culturas: hay falta de seguridad interna, inconsistencia en la política exterior, persisten las malas expectativas en el desarrollo económico y, para colmo: se han expresado criminalmente los desequilibrios emocionales de la tradicional identidad norteamericana (los dos militares perpetradores de los atentados en Las Vegas y en Nueva Orleans, son ejemplo macabro de ello).

La preocupación de la Casa Blanca antes de hacer maletas para dar paso a la segunda administración trumpista es la cuestión de los valores, principios y creencias que propuso el globalismo en los últimos cuarenta años y que entraron en crisis en la última década. Basta ver la lista de los homenajeados por Biden con la Medalla de la Libertad: Hillary Clinton, George Soros, Michael J. Fox, Denzel Washington, Bono, ‘Magic’ Johnson, José Andrés, Anna Wintour, Jane Goodall, Bill Nye, Ralph Lauren y Lionel Messi, para reconocer qué personajes del mundo político, económico, deportivo y del espectáculo pretende que sean los ‘heraldos’ de dichos valores globales, en resistencia, en la segunda era de Trump.

Desde esta perspectiva, las palabras dichas por Salazar tras el encuentro con el obispo Castro toman otra dimensión: “El liderazgo de la Iglesia es fundamental para el pueblo… para tener una sociedad estable, buena, con optimismo… El diálogo es tan importante que las soluciones de cualquier tema que tenemos, en los asuntos de economía, pobreza, migración, problemas como inseguridad, éstos se discuten y se hallan las salidas mediante un diálogo profundo, auténtico y verdadero, y buscando respuestas”.

Hay un buen sector político-ideológico norteamericano que se está quedando esencialmente sin interlocutores, un poco por la soberbia con la que quisieron imponer en el mundo una única forma de ver la vida, la libertad, la educación, el desarrollo y el dominio exclusivo de ciertas élites y un poco porque los nuevos liderazgos “populistas” han recobrado entre la población los sentimientos de soberanía, nacionalismo, bienestar comunitario, autonomía e independencia que fueron casi proscritos en el neoliberalismo ideológico y la hiper-regulación democrática de las últimas décadas.

El gobierno de López Obrador en México (y la reafirmación de sus argumentos político-culturales con Claudia Sheinbaum) así como el segundo triunfo de Donald Trump en los Estados Unidos (reforzado y ahora con la mirada puesta en la trascendencia) no simbolizan una ‘sacudida’ pasajera sino que ofrecen un auténtico viraje en el camino de sus respectivas patrias, un recambio del statu quo exaltado durante la globalización y que hoy es duramente cuestionado desde nuevas identidades patrias: nacionalistas, proteccionistas, orgullosas de su camino y su autosuficiencia, capaces de tomar decisiones radicales incluso en contrasentido al resto del ‘mundo global e interconectado’.

Y si bien esto es un reto para los poderes políticos y económicos; para la Iglesia católica implica una intensa revisión de su propia historia y los destinos de sus esfuerzos: si algo ha sobrevivido en cada uno de los cambios epocales en los últimos dos milenios, ha sido esa estructura social-religiosa que ofrece sentido a la sociedad cuando ésta se enfrenta a graves cambios culturales. Así lo dijo Ken Salazar: “Los líderes religiosos juegan un papel crucial en nuestras comunidades al impulsar iniciativas que nos permiten avanzar en nuestra seguridad compartida”. Esa ‘seguridad compartida’ de la que habla el diplomático quizá no haya que interpretarla en términos inmediatistas.

*Director VCNoticias.com @monroyfelipe

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