Ciudad de México.- Raúl y José Luis, Río Roma regresan al Auditorio Nacional con su tour “Rojo”, para ofrecer un concierto a sus seguidores que los acompañaron durante toda la pandemia en diversas actividades.
Con éxitos como Mi persona favorita, Todavía no te olvido, Caminar de tu mano, entre otros, se presentarán el próximo 25 de febrero de 2022 en el Auditorio Nacional.

Río Roma no estuvo detenido
Los chicos de Río Roma siguen cosechando éxitos, el 1 de noviembre dieron a conocer el video de su versión de Amor eterno, la cual fue exclusiva para su página de Facebook y al momento registra 24 millones de visualizaciones.
Hace un mes estrenaron su colaboración con Gerardo Ortiz en el tema Por ella tomo, parte de su nueva producción Seis Canciones y Un Tequila, con la que el dueto celebra sus raíces, pues los integrantes crecieron escuchando el género regional mexicano. El video de esta canción suma 3.5 millones de visualizaciones en YouTube.

Las cifras rompe récords de Río Roma avanzan en YouTube: el video de Tú eres mi amor Feat. Calibre 50 cuenta con 13 millones de vistas. El clip de Un tequila Feat. Grupo Firme tiene 5.9M de visualizaciones, y el de Fue un placer con Virlán García registra 3.1M.
Este 2021 Río Roma fue uno de los artistas más escuchados, pues según los números que arrojó su Spotify wrapped acumularon más de tres millones de horas reproducidas tan sólo este año. Aquí mismo, en la plataforma, el dueto tiene más de dos millones de seguidores, cifra que no se compara con las de Facebook, donde llegan a 10 millones.
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Río Roma es el dueto pop masculino más importante de México. Ha traspasado fronteras y también es uno de los artistas más queridos entre la comunidad latina de Estados Unidos. Lo mismo ha sucedido en Argentina, Perú y Chile, donde son verdaderos ídolos y han ofrecido una serie de shows Sold Out.
Raúl y José Luis Roma están listos para consentir a su público con lo mejor de su repertorio en el Auditorio Nacional. La cita será el próximo 25 de febrero de 2022.
npq
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Celebridades
¿Eres muy católico?, Dios no es religión, vive en el corazón responde El Mimoso
Ciudad de México.— Especialistas alertan sobre el aumento de jóvenes que enfrentan un vacío espiritual difícil de llenar. En ese contexto, el cantante Luis Antonio López, mejor conocido como “El Mimoso”, se aleja del guion habitual de los artistas para compartir lo que sostiene su vida fuera del escenario: una relación con Dios que, según asegura, le cambió la forma de vivir y de entender el mundo.
Dios vive en lo que haces
En entrevista Jessie Cervantes en el programa radiofónico Jessie en Exa, el intérprete sinaloense fue claro al hablar sobre su fe. No se define por una religión, sino por una relación.

¿Eres muy católico?, preguntan al mimoso.
“Me bauticé en la vida cristiana, pero dejé a un lado la religión. Dios no es religión, es relación. Cuando tú tienes una relación con Dios, Él vive en tu corazón, en tus acciones, en lo que haces todos los días”, explicó.
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Para Luis Antonio, no se trata de predicar ni de imponer creencias, sino de permitir que la relación con Dios moldee la vida diaria. Ahí, afirma, es donde las cosas realmente empiezan a cambiar.
De Sinaloa a los grandes escenarios
Nacido el 21 de noviembre de 1979 en La Concordia, Sinaloa, Luis Antonio López creció rodeado de música. Desde joven se unió a agrupaciones locales hasta que, a los 19 años, recibió la invitación de Germán Lizárraga para integrarse a El Recodo, una de las bandas más populares del país.
Durante más de una década formó parte de sus filas y grabó diez discos de estudio. Luego lanzó su carrera como solista con el disco Borrón y cuenta nueva, logrando conectar con nuevas generaciones a través de temas como Típico clásico y Tu mentira.
Hoy llena auditorios y recorre escenarios, pero no ha dejado de mirar hacia dentro.
¿Dónde está Dios en tu historia?
El Mimoso habla desde su experiencia, desde los momentos en que la fama no bastó y fue necesario encontrar respuestas más profundas.
Aunque no pretende convencer a nadie, sus palabras abren una conversación necesaria en un país donde muchas familias buscan orientación frente al dolor, la violencia o la desesperanza.
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En medio de una sociedad que corre sin detenerse, “El Mimoso” propone algo sencillo: volver a mirar hacia dentro. No por obligación. Por necesidad.
Mientras muchos evitan tocar el tema de la fe, él lo pone sobre la mesa sin fórmulas, sin adornos. Y con una frase que puede servir para muchos: “Dios no es religión, es relación”.
ebv

Celebridades
Amy Winehouse: cuando la fama y la libertad no son suficientes
Lo “tenía todo”… pero no en plenitud
Ciudad de México.- Hace 14 años, el 23 de julio de 2011, el mundo perdió a una de las voces más poderosas y singulares de la música contemporánea. Amy Winehouse fue hallada sin vida en su departamento de Londres a los 27 años, como una consecuencia de una intoxicación etílica tras años de sufrir por el alcoholismo, la ansiedad y los fantasmas del abandono. El público se preguntaba ¿qué pasó si lo tenía todo? Tenía fama, fortuna, talento… pero vivía atrapada en un torbellino de dolor emocional que el éxito no apagó, al contrario.
Amy Winehouse no solo luchó contra las adicciones, sino contra una vida sin estructura interna, sin red de apoyo familiar, emocional, estable y sin la capacidad de decirse no a sí misma.

Hoy, casi 15 años después, su historia es una advertencia sobre todo para las nuevas generaciones. Porque no siempre es cierto que la libertad mal entendida, hacer lo que quieres, cuando quieres, sea el camino hacia la plenitud. A veces, la libertad sin propósito ni dirección solo multiplica el vacío.
La plenitud se ha malentendido, actualmente los jóvenes confunden qué es vivir plenamente, en su libro Rumbo a la plenitud, el rector de la Universidad Anáhuac, Cipriano Sánchez García, explica que la plenitud es felicidad, pero esta no solo es la alegría pasajera, “es que yo he logrado cumplir aquello que para mí es un bien, que me hace bien”. Y agrega si entendemos esto “seguro no te vas a confundir en tus decisiones”.

La cultura del “haz lo que quieras” y sus víctimas más jóvenes
En esta época de competencia feroz en las redes sociales, la autenticidad se promueve como valor absoluto, el caso de Amy Winehouse nos obliga a reflexionar sobre el mensaje cultural que escuchan los jóvenes de sus influencers: “Sé tú mismo, sin límites. Haz lo que sientas.” Pero, ¿qué pasa cuando lo que uno siente está profundamente herido?
De acuerdo con The Baring Foundation, organización británica que promueve el acceso a la salud mental en sectores vulnerables, la historia de Amy Winehouse es un llamado urgente a repensar cómo la sociedad y en especial la industria del entretenimiento, afecta a los artistas emocionalmente frágiles y cómo puede cambiar esto en un acompañamiento positivo antes de que su imagen pública los consuma por completo.
Su legado no debe limitarse a la música que dejó, sino también a la necesidad de crear entornos seguros, conscientes y humanos para quienes, como ella, llevan el alma al límite frente al reflector. La artista británica se convirtió en una figura atrapada entre la libertad artística y la esclavitud emocional; el éxito no sanó su historia personal, ni le dio dirección. Sus canciones, tan auténticas como desgarradoras, eran un grito de ayuda disfrazado de genialidad.
Eduardo Brik, psicoanalista, señala que Winehouse presentaba indicios claros de un trastorno de apego severo. “Las adicciones no son solamente una elección errada, son también una forma desesperada de llenar un vacío de pertenencia o de amor que no fue satisfecho en la infancia”, explica en su análisis clínico de la vida y obra de la artista.
¿Es libertad cuando no puedes decirte que no a ti mismo?
Amy Winehouse podía hacer lo que quisiera. Vivía sin horarios, sin rutinas, sin estructura, grababa cuando lo sentía, salía de gira si quería. Cancelaba entrevistas, escapaba de clínicas de rehabilitación, se perdía en las calles. Su cuerpo era libre. Pero su alma no.
La libertad auténtica no es la ausencia de reglas, sino la capacidad de elegir lo que nos hace bien incluso cuando no es lo que más se desea. Como se puede ver en su documental o en la película Back to Black, Amy no podía decirse que no a sí misma, no tenía una brújula interna que le indicara cuándo parar. Y eso, en una industria que lucra con el exceso, puede ser letal.
El alma también necesita límites, verdad y dirección
Amy Winehouse no murió solo por exceso de alcohol. Murió por falta de sostén emocional. Por no tener redes que resistieran la presión de la fama. Por no contar con una estructura familiar fuerte que la ayudara a sanar su dolor. Como apuntan en Neuroclass, sitio especializado en neuropsicología y salud mental, “sus relaciones fueron marcadas por la dependencia emocional, el abandono y la falta de límites sanos.”
“El alma también necesita normas. No como prohibición, sino como contención. La fama sin verdad interna es una prisión disfrazada de libertad”.
¿Qué podemos aprender hoy, 14 años después?
La muerte de Amy Winehouse no es solo una efeméride musical. Es una oportunidad para hablar de lo que realmente importa, el apoyo familiar, los límites; para recordarle a los adolescentes que la fama no cura el alma; que la libertad sin verdad ni guía puede volverse autodestructiva. Que la autenticidad es valiosa pero necesita una base emocional sólida desde donde expresarse.
Su historia revela que el talento, por sí solo, no salva y que el aplauso no sustituye al amor.
También es un llamado a los padres. A mirar más allá y preguntarse sobre sus hijos: ¿sabe elegir? ¿sabe decirse que no? ¿tiene a alguien que lo escuche de verdad?
Amy Winehouse sigue cantando en nuestras memorias. Pero su silencio final debería hacernos ruido.
npq

Celebridades
“La cocina es el corazón de la familia”: Ofelia Medina destaca su valor como espacio de unión y gratitud
compartió su visión de la cocina como el lugar donde se cultivan los valores familiares
Ciudad de México.— Vivimos una época en la que la convivencia familiar lucha por sostenerse frente a pantallas y rutinas aceleradas, en este contexto la actriz Ofelia Medina ofreció una reflexión sencilla pero poderosa: “La cocina es el corazón de una casa, de una familia”.
Así lo expresó después de su salida de MasterChef Celebrity Generaciones, donde logró posicionarse entre los cuatro finalistas, con platos llenos de identidad, anécdotas y emociones. Pero más allá de la competencia culinaria, Ofelia llevó a la pantalla un mensaje profundo: la cocina no solo es el lugar donde se preparan alimentos, sino donde se siembran valores y se fortalece el tejido familiar.

La cocina como refugio familiar
“Para mí, la cocina es el lugar más importante de una casa. Es el corazón. Nosotros tenemos reglas en mi casa: no celulares a la hora de comer, no se habla de enfermedades, cosas feas, o política, religión ni fútbol. En la mesa solo hablamos de cosas bellas, de gustos. Porque el placer de nuestra lengua es lo que tenemos que recuperar”.
Así locompartió la actriz en su cuenta de Instagram.

Esta visión es necesaria para recuperar el valor de la conversación y el vínculo en torno a la comida. Para la actriz, cocinar no solo es preparar alimentos, sino “abrir el olfato, los ojos, los sentidos y cocinar con el corazón”.
Ofelia Medina fue una de las sorpresas de esta temporada de MasterChef Celebrity
A sus 75 años, mostró que la creatividad y la sensibilidad no tienen edad. En cada platillo contaba una historia, ya fuera con empanadas inspiradas en Frida Kahlo o al recitar versos que honraban la identidad mexicana.
A su salida confesó su renuencia al formato del reality que privilegia los aspectos negativos de los participantes, que siembra pleitos y falsedades para ganar rating, y agradeció que en la cocina más famosa de México encontró respeto y compañerismo.
“Estoy muy agradecida por todo lo que he aprendido. Me voy con el corazón lleno de nuevas experiencias… Este trabajo ha sido uno de los más difíciles de mi vida, por el estrés y la sorpresa de cada reto. Pero también fue de los más hermosos: fue insólito que nunca hubo pleitos, nunca hubo un problema, todos se apoyaban. Me voy feliz.
Un legado artístico con causa
La trayectoria de Ofelia Medina abarca más de cinco décadas: protagonista de películas y telenovelas icónicas como Rina y Frida, naturaleza viva, activista en comunidades indígenas y defensora de los derechos humanos, su vida es un testimonio de compromiso con la cultura y la justicia social.
En esta nueva etapa, Ofelia se reinventa como embajadora de valores familiares desde la televisión de entretenimiento. Su paso por MasterChef también incluyó una oración en náhuatl, como un acto de respeto a las raíces indígenas, reafirmando su constante vínculo con las culturas originarias.
La cocina: un espacio para enseñar y amar
En un momento donde los horarios fragmentan la vida familiar, la actriz propone regresar a lo esencial: “Cocinar juntos, comer sin pantallas, hablar de lo que nos gusta… eso también es educar”. Y es que si algo transmitió Ofelia Medina a través de la pantalla, fue la importancia de volver al centro del hogar: la cocina.
No se trata de competir por el mejor platillo, sino de volver a conectar con el otro a través del acto cotidiano de preparar y compartir los alimentos.
npq

Celebridades
Samuel Adrián: cómo una voz auténtica conquista el corazón de millones en Internet
Ciudad de México.— En un mundo digital saturado de apariencias, escándalos y tendencias fugaces, hay voces que no solo se escuchan, sino que resuenan. Una de ellas es la de Samuel Adrián, un joven creador de contenido que ha logrado lo impensable: tocar corazones, sembrar valores y mantenerse fiel a su propósito en medio del ruido.
Una historia que no empieza con fama, sino con propósito
Samuel no es una celebridad de escándalos ni un influencer de lujos. Su historia no empezó con un golpe de suerte viral, sino con una convicción clara: usar su voz para transmitir verdad. Desde sus primeros videos en YouTube hasta sus contenidos más recientes en redes sociales, ha mantenido una línea coherente: hablar con honestidad, con profundidad y con sentido.

No busca agradar a todos, sino llegar a quienes necesitan escuchar un mensaje diferente. Y lo ha logrado.
Las redes como escenario para sembrar esperanza
Plataformas como YouTube, Instagram y TikTok se convirtieron para Samuel en algo más que espacios para compartir contenido: fueron terreno fértil para sembrar esperanza. Con videos breves, reflexivos y cargados de intención, ha conectado con millones de personas —especialmente jóvenes— que buscan algo más que entretenimiento.

Lejos de los discursos vacíos o el contenido superficial, Samuel habla de la vida, del amor, de la verdad, de Dios, de las luchas internas y de las decisiones que forjan el carácter. Todo eso con un lenguaje claro, directo y profundamente humano.
LEE “Hablar de Dios en Instagram sí impacta”, historia real de un joven y su conversión
Videos que no solo entretienen, sino transforman
Muchos de sus seguidores no solo se quedan con un “me gusta” o un comentario. Algunos comparten que su contenido los ha hecho volver a pensar en su fe, retomar conversaciones con sus padres o incluso buscar ayuda en momentos de crisis. Esos frutos no se compran ni se fabrican: se cosechan cuando hay autenticidad.
¿Qué hace diferente a Samuel Adrián en el universo digital?
La respuesta es simple, pero poderosa: su coherencia. Samuel no solo habla bien, vive lo que dice. Sus publicaciones no están diseñadas para complacer algoritmos, sino para tocar almas. No busca viralidad, pero la alcanza, precisamente porque su mensaje no es uno más: es genuino, necesario, y va contracorriente.
Influencia con responsabilidad y autenticidad
En una era donde muchos miden su valor por el número de seguidores, Samuel mide su impacto por el valor de lo que comunica. No hace ruido, hace eco. Y en tiempos de confusión, su voz se convierte en faro.
Lo que podemos aprender de su ejemplo
Samuel Adrián nos recuerda que las redes no son el problema, sino cómo las usamos. Que es posible crear contenido con propósito. Que hay espacio para los valores, para la fe, para la verdad, incluso en plataformas saturadas de lo contrario.
También nos enseña que no se necesita un gran presupuesto ni una estrategia agresiva para influir. Basta una convicción firme, un mensaje claro y el valor de mantenerse fiel a lo que uno cree.
Conecta con su contenido y comparte luz
Si no conocías a Samuel Adrián, este es un buen momento para descubrirlo. Y si ya lo seguías, es tiempo de compartir su mensaje con otros. Lo que él hace no es solo contenido: es un acto de servicio, de esperanza y de coherencia en tiempos de confusión.
En siete24.mx creemos en las historias que conectan, que elevan y que sanan. Samuel Adrián es, sin duda, una de ellas.
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