Cultura
Paul Auster y Sergio Ramírez abrirán la FIL
Guadalajara.- Unos 700 escritores de 41 países, entre ellos Paul Auster y Sergio Ramírez, participan desde mañana en la 31 edición de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara.
El estadounidense Paul Auster, quien visita la FIL por primera vez, será el encargado de abrir el Salón Literario, y además presentará “4 3 2 1”, una ambiciosa novela que examina los momentos del azar que cambian la vida de una persona.
Por otra parte, el francés Emmanuel Carrère recibirá en la inauguración del evento el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances, concedido por la versatilidad de su producción, y presentará su nuevo libro, “Conviene tener un sitio adonde ir”, un recopilación de una treintena de textos periodísticos escritos entre 1900 y 2015.
En total, la FIL, que se desarrollará hasta el 3 de diciembre, acogerá la presentación de 620 títulos, entre los cuales están incluidos “Eva”, del español Arturo Pérez-Reverte, “Toño Ciruelo”, del colombiano Evelio Rosero, o “Asesinato en el Parque Sinaloa”, del mexicano Elmer Mendoza.
El nicaragüense Sergio Ramírez, quien la semana pasada fue nombrado ganador del Premio Cervantes 2017, ejercerá como moderador en mesas dedicadas a Latinoamérica y Centroamérica, y además encabezará el homenaje a Miguel Ángel Asturias, a 50 años de haber ganado el Nobel de Literatura.
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Otros dos ganadores del máximo galardón de las letras hispanas acudirán a la FIL: los mexicanos Fernando del Paso, quien hablará sobre “Linda 67”, obra que marcó su debut en la novela policiaca, y Elena Poniatowska, quien mantendrá un encuentro con jóvenes y charlará con la española Soledad Puértolas sobre la mujer en la literatura actual.
Madrid, invitada de honor -la segunda ciudad en obtener este reconocimiento, después de Los Ángeles- llevará a 90 autores, que participarán en diversas actividades englobadas bajo el lema “Ganarás la luz”.
Entre ellos están Almudena Grandes, quien mantendrá una conversación con el poeta Luis García Montero, el cantautor y escritor Marwan, quien será entrevistado por Jorge F. Hernández, y Rosa Montero, que reflexionará sobre el periodismo como búsqueda de la verdad.
Con mesas de diálogo, charlas y debates -a las que se sumarán conciertos, teatro y un ciclo de cine-, se tratarán temas como la interculturalidad de la capital o los acontecimientos históricos que la han marcado, como el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981 o el atentado del 11 de marzo de 2014.
Por primera vez, la FIL contará con un Salón del Cómic y Novela Gráfica, que estará enfocado al contenido de estos formatos, es decir, a los autores e ilustradores.
Además, como en ocasiones anteriores, se realizará el Festival de las Letras Europeas, el Encuentro Internacional de Cuentistas, el Salón de la Poesía, que inaugurará el poeta rumano Mircea Cartarescu, y el programa Destinação Brasil.
El madrileño Juan Casamayor, cofundador de la editorial Páginas de Espuma, recibirá el reconocimiento al mérito editorial, y el mexicano Alberto Ruy-Sánchez el del bibliófilo.
El filósofo español Fernando Savater y la fotógrafa Graciela Iturbide serán otros de los personajes homenajeados.
La FIL celebrará el 50 aniversario de “Cien años de soledad”, de Gabriel García Márquez, con una mesa en la que Benito Taibo y Poniatowska intercambiarán anécdotas y Tania Libertad interpretará piezas del cancionero popular que estaban entre las favoritas del autor colombiano.
Asimismo, Elmer Mendoza, Rosa Beltrán y Del Paso analizarán la huella del mexicano Juan Rulfo en una mesa bautizada como “De todos modos, Juan te llamas”.
En el marco de la Feria se entregarán reconocimientos como el Premio Sor Juana Inés de la Cruz, que irá a manos de la chilena Nona Fernández, o el I Premio de Novela Gráfica Ciudades Iberoamericanas, que recibirá la argentina María Luque. EFE
Cultura
El libro “Dios nos quiere” presenta el pensamiento y retos del Papa León XIV
Nuevo libro sobre el Papa León XIV
Ciudad de México.- La paz, la unidad y la creación de puentes en medio de un mundo polarizado son los grandes retos del Papa León XIV, de acuerdo con el periodista Jesús Colina, autor del libro Dios nos quiere.
En entrevista exclusiva con Siete24, Colina explicó que el nuevo pontífice llega con la misión urgente de reconstruir la unidad de la Iglesia católica y del mundo dividido. “La imagen que más ha repetido en estas semanas ha sido precisamente la de crear puentes en el interior de la Iglesia entre diferentes sensibilidades, crear puentes en el mundo y ante todo para anunciar la paz”, expresó.
León XIV enfrenta lo que Colina describe como “un cambio de época”, marcado por el auge de la inteligencia artificial, el debilitamiento del trabajo humano, y una creciente deshumanización. “Va a defender con el Evangelio a la persona humana. Buscará que esté en el centro del desarrollo, no los intereses que aplastan su dignidad”, afirmó.
Destaca que en sus primeros días como Papa, León XIV ha mostrado gestos claros hacia la reconciliación y la paz. En palabras del autor: “Su voz se alza con discreción, pero de manera certera, como defensor de la humanidad”.
Dios nos quiere
La obra de Jesús Colina es el primer libro que analiza al nuevo Papa a partir de su pensamiento y de los desafíos inmediatos de su pontificado. Es una obra que retrata el pontificado del Papa León XIV como esperanza para el mundo dividido.
“La imagen que más ha repetido en estas semanas ha sido precisamente la de crear puentes, en la Iglesia y en el mundo, para anunciar la paz… León XIV está cumpliendo plenamente la misión que imaginó cuando escogió ese nombre”.
Dios nos quiere recoge el pensamiento y visión del nuevo Papa, elegido hace poco más de un mes. Según Colina, “su voz se alza con discreción, pero de manera sumamente certera, como defensor de la humanidad”.
La investigación para Dios nos quiere
Para entender el pensamiento del nuevo pontífice, Colina se sumergió en los textos y enseñanzas del Papa cuando fue obispo en Chiclayo, Perú, y más tarde prefecto del dicasterio para los obispos. Sin embargo, encontró una clave más profunda.
León XIV es el primer Papa agustino de la historia, y su visión está fuertemente marcada por el legado espiritual del santo. Según el autor, este enfoque se traduce en dos ideas centrales: la fe como encuentro vivo con Cristo y la vivencia del cristianismo en comunidad.
“No se puede ser cristiano en solitario. Si queremos ayudar a los pobres, lo haremos juntos, en comunidad. Porque el cristianismo se vive con otros, no por tu cuenta”, explicó.
El nuevo Papa apuesta por una Iglesia sinodal, donde los laicos, las mujeres y todos los bautizados tienen un papel protagónico. “La Iglesia no son solo cardenales y obispos. Somos todos. Y todos somos responsables”, añadió Colina.
Un libro escrito en tiempo récord
El periodista también subraya la elección de Francis Robert Prevost sorprendió a muchos, y el reto para describir su pensamiento fue mayor.
“No había entrevistas, ni libros escritos por él. Todo era nuevo. Pero descubrimos una figura profundamente espiritual, humilde, rigurosa y decidida”.
Aún así Jesús Colina terminó la redacción del libro pocos días después de la elección del Papa, pero la investigación y el análisis sobre los retos de la Iglesia comenzaron un año antes.
“Fue un trabajo previo de análisis de los desafíos de la Iglesia. Solo así se pudo escribir tan rápido tras su elección”, indicó Colina.
El libro está disponible en la plataforma Ocio Hispano. “Se lee fácilmente. Es claro, profundo y útil para todos los que quieran entender el nuevo rumbo del pontificado”, concluyó.
npq
Cultura
Opera Aperta: Tatiana Bilbao y la arquitectura como acto colectivo
La visión social de la arquitectura
Ciudad de México. — En el corazón de Venecia, en el histórico Complejo de Santa Maria Ausiliatrice (Barrio de Castello), se yergue un pequeño edificio donde se ha “instalado” el Pabellón de la Santa Sede para la 19ª Bienal de Arquitectura de Venecia (2025). En la “muestra”, sin embargo, no hay maquetas, renders, ni “dibujitos” que los visitantes en ocasiones no entienden del todo. Hay, por el contrario, andamios, telas protectoras, herramientas y, sobre todo, gente: artesanos expertos restaurando muros del siglo XII, niños aprendiendo oficios, vecinos compartiendo comida, músicos ensayando. Se trata de la Opera Aperta (Obra Abierta), la radical propuesta, co-diseñada por la arquitecta mexicana Tatiana Bilbao y el estudio MAIO Architects. La obra, que ya ha sido galardonada con una Mención Especial de la Bienal, transforma la restauración arquitectónica en vida comunitaria, en un manifiesto colectivo construido sobre el cuidado, la memoria y la resistencia ante la turistificación salvaje.
A un mes y medio de su inauguración, Tatiana Bilbao (Ciudad de México, 1972) comparte en entrevista algunas perspectivas que alimentan su sello imborrable en la arquitectura: integrar tradición local, sostenibilidad ambiental y diálogo social mediante procesos colaborativos. Para ella, la arquitectura nunca es un objeto terminado, sino una red de relaciones vivas e interactuantes.
“Nosotros desde siempre hemos trabajado a partir de la gente, con las historias de la gente, para las historias de la gente. La arquitectura provee una forma esencial de cuidar el cuerpo arquitectónico, pero el cuerpo humano está al centro”, afirma Bilbao.
Opera Aperta: El albergue que se reconstruye entre música y almuerzos
El proyecto nace de una urgencia: el edificio veneciano –cuyo origen se remonta al siglo XI cuando se alzó como hostal de peregrinos– ha tenido diversos usos y también largos periodos de abandono, especialmente tras la grave inundación en 2019. El espacio, donde se asentó el primer hospital de la ciudad, un monasterio, una escuela y, en tiempos recientes, una ludoteca, es propiedad del Comune di Venezia; por tanto, la comunidad exigía su recuperación. La Santa Sede, inspirada en la encíclica ecológica Laudato Si’ del papa Francisco, convocó a Bilbao Estudio y a MAIO para implementar en ese espacio una propuesta revolucionaria: abrir el proceso de restauración al público durante la Bienal y propiciar la vida social en ese mismo espacio a lo largo de un par de años en que la ciudad ha cedido a la Santa Sede su administración temporal.
El espacio hoy no es una obra concluida sino un ambiente en proceso, una especie de coreografía en capas: sobre los andamios y detrás de las telas protectoras que envuelven los muros, hay personal especializado restaurando las grietas y los daños del edificio bajo luces quirúrgicas y con herramientas especializadas; pero también, entre paños y telones, hay otro cuerpo que se restaura y cura al mismo tiempo, que son los usuarios del espacio y la comunidad local de venecianos.
Bilbao muestra el juego de luces cálidas dentro del edificio que contrarrestan la frialdad de las lámparas de restauración y generan el ambiente acogedor necesario para involucrar a la gente. La intención es que la comunidad acuda y participe de ese proceso a través de talleres (sobre artes plásticas, restauración y otros, para todas edades), de la música (el espacio también se abre al ensayo de músicos del Conservatorio local) y de la comida (se ha instalado una Tavola aperta o Mesa abierta que es un espacio para compartir alimentos).
“Tenemos instrumentos aquí para que estudiantes reserven horas… y cuando no están reservados, ¡los toca quien quiera! Unos tocan horrible, otros increíbles. Los niños exploran. Todo mientras el restaurador repara un muro. Esa contaminación de actividades es socialmente fascinante”, describe Bilbao con una sonrisa.
‘Aquí la gente ve cómo se hace’
Bilbao es crítica con el formato tradicional de las bienales: paneles herméticos, fotos de proyectos terminados, como cierta “magia” impersonal e inmediata que oculta el proceso real y a sus protagonistas. Opera Aperta es lo opuesto: una exposición en tiempo real del cómo el edificio va siendo restaurado mientras la comunidad participa de ello:
“Un padre me dijo: ‘¡Por fin entiendo algo en una Bienal! Siempre veo paneles con planitos y fotos… y no entiendo nada. Aquí veo cómo se hace”, relata. Voluntarios de una escuela de idiomas guían a los visitantes, explicando planos junto a los muros en reparación: “Mira, esta trabe sostiene el edificio. Este altar estaba en ruinas… así lo reparan”.
Esta decisión, además de práctica implica una resignificación del trabajo de los creadores, artistas y especialmente de los arquitectos: “Nosotros los arquitectos escondemos la obra. Mostramos nuestras maquetas y procesos creativos, pero no el sudor que construye. Esta obra es un acto de magia colectiva que queríamos visibilizar”, confiesa Bilbao.
Pero el proceso tiene una intención más, pretende ser un legado y no una carga; mucho menos fuegos de artificio y desperdicios que suelen ser los pabellones temporales. La restauración física del edificio es el legado tangible que espera vuelva a ser un centro de convivencia y utilidad social; una “defensa de la comunidad” como dice Tatiana Bilbao ante el fenómeno de la agresiva turistificación: “Si se van los venecianos, Venecia será Disneylandia”, afirma Bilbao categórica.
El mayor reto, por tanto, no fue técnico, sino social: reconciliar un proyecto internacional (la Bienal y la Santa Sede) con una comunidad local herida por el abandono y la presión turística. Inicialmente, los vecinos recelaron: “¡Queríamos nuestra ludoteca, no un pabellón!”, recuerda Tatiana; sin embargo, gracias a la intermediación de Marina Otero y Giovanna Zabotti, el proyecto ha logrado ser un puente de diálogo, cooperación e involucramiento de distintas asociaciones venecianas.
Por ejemplo, se ofrecen talleres infantiles de restauración cada jueves; una cocina local se encarga del ‘mise en place’ para dotar de almuerzos a la comunidad; los estudiantes del conservatorio ensayan; un instituto de lenguas ofrece recorridos e incluso, asociaciones tradicionales como los remeros de barcas no motorizadas de Venecia han usado el espacio para celebrar su fiesta anual dentro del pabellón.
Espacio de defensa de la identidad comunitaria
“Opera Aperta es muy deliberadamente una plataforma de empoderamiento comunitario. Queremos que la comunidad se sienta dueña del espacio”, enfatiza Bilbao al reconocer que este tipo de proyectos representa una auténtica ‘defensa’ del sentir comunitario frente a la turistificación, un fenómeno en crecimiento donde las necesidades de los turistas reemplazan a las de los residentes locales. Este fenómeno que es acompañado usualmente por gentrificación y la pérdida de la identidad local propicia conflictos mayúsculos que ya se vislumbran en otras ciudades de gran afluencia turística:
“Venecia es un caso extremo, pero Roma, París, Barcelona… están al borde. Si la comunidad local se va, en 20 años se cae todo. Se vuelve Disneylandia. ¿Para qué ir a Venecia si no es Venecia? En Roma el centro ya no vive nadie… no hay supers, ni zapateros, solo tiendas de souvenirs. Es un círculo vicioso”.
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Por ello, su diagnóstico es claro, es preciso defender al habitante: “La única manera de que un lugar siga siendo atractivo es defender a su comunidad local”, favorecer un turismo responsable que sea respetuoso de las ciudades como hogares, no como meros parques temáticos; y finalmente, es necesario que se involucre la autoridad pública para que se priorice la vida vecinal sobre el rédito turístico.
“En México estamos a tiempo. La Condesa y Roma en la Ciudad de México quizás las perdimos. Debemos defender nuestra ciudad antes de que sea tarde”, alerta; pero también documenta el optimismo. El principio del “cuidado” y la “promoción de la vida comunitaria” lo vincula directamente a su trabajo en México en las Utopías en la capital de la República.
“Al principio éramos escépticos de trabajar con el gobierno… Pero las Utopías son hoy el mejor ejemplo de infraestructura social que tenemos: albercas olímpicas, auditorios, lavanderías comunitarias, tortillerías, huertos, terapias… Espacios de encuentro que sostienen a la comunidad. ¡Incluso una tiene dinosaurios!”.
Su estudio enfrenta ahora el diseño de una Utopía en Tláhuac, consciente del desafío: “Pero lo hacemos porque integra todos nuestros temas centrales: cuidado a la tierra, al ser humano, a la comunidad”.
Un edificio que mantendrá dinámica abierta
La Bienal cerrará el 23 de noviembre de 2025, pero Opera Aperta no termina ahí. La Santa Sede alquiló el edificio por tres años para futuras intervenciones en próximas bienales. Mientras tanto, el proceso de restauración y apropiación comunitaria continuará.
Para Tatiana Bilbao, este proyecto sintetiza su carrera: una arquitectura que no impone, sino que hospeda; que no termina, sino que se abre; que no excluye, sino que teje comunidad. En un mundo de ciudades convertidas en escenarios y arquitectura convertida en espectáculo, Opera Aperta es un recordatorio potente: la verdadera belleza arquitectónica reside en su capacidad de curar, unir y dar voz a quienes la habitan: “Que sirva a la sociedad que lo usa hoy, porque puedes realmente comprender el proceso, integrarte a él, entender qué está pasando”.
JAHA
Ciudad de México.- En un rincón de Michoacán, donde aún se habla purépecha y se siembra a mano, Juana Bravo Lázaro, Doña Juanita, cocina con fuego, historia y amor. Su sazón no solo alimenta: también cuenta quiénes somos. Por eso, fue reconocida con el Premio Nacional de Artes y Literatura 2024 en la categoría de Artes y Tradiciones Populares.
Doña Juanita nació en Angahuan, una comunidad indígena cercana al volcán Paricutín. Ahí vive, siembra y cocina en un terreno que le dejó su papá antes de morir. En ese mismo espacio construyó una cocina que hoy recibe a comensales de todo el mundo, con platillos nacidos de la tierra y de la tradición oral.
La abuela como maestra: el fuego de la memoria
Juana Bravo aprendió a cocinar desde niña. Su primera escuela fue el fogón de su abuela enferma, a quien ayudaba todos los días a preparar los ingredientes.
“Siempre estaba pegada a mi abuela paterna. Ahí aprendí cómo cocinaba, qué ingredientes llevaba. Todo lo que sé viene de ella”.
Pero no solo cocinaba para su familia. Iba de casa en casa, ayudando a las mujeres de su comunidad. Ese fue su camino de formación: un aprendizaje colectivo, lleno de afecto y sabor.
Y desde entonces entendió que la comida mexicana es más que alimento: es una forma de expresar amor a la familia.
Comida que nace de la tierra y del corazón
Doña Juanita cultiva su propio maíz, calabacitas, chilaquayotes, quelites, habas y frijoles. Usa solo lo que da la tierra.
“Todo lo que siembro es mi gusto. Sale sano. Yo misma lo produzco”, dice con orgullo. De su cocina salen tortillas hechas a mano, corundas con churipo, atoles de maíz, gorditas de frijol, pozoles, huchepos y mucho más.
Su receta favorita: las corundas, una especie de tamal triangular envuelto en hoja de maíz, emblemático de la cultura purépecha.
Pero su trabajo no se queda en Michoacán. Desde 2005, Juana Bravo ha llevado estos sabores a Canadá, Italia, Argentina, Estados Unidos, Kenia y París, donde participó en el impulso para que la Unesco reconociera la cocina mexicana como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
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Cocinera y artesana
Juana Bravo es mucho más que cocinera. También es tejedora de telar de cintura, fundadora del colectivo Tejedoras de Santiago Angahuan, que hoy reúne a 500 mujeres.
En cada platillo y en cada tela, Doña Juanita borda identidad y memoria.
“Yo les digo a las mujeres de México que ellas también pueden”, dijo con una sonrisa tímida en una entrevista en televisión.
En su cocina no hay lujos. Hay leña, tierra, maíz y sabiduría. Hay comida que cura, une y un mensaje claro: las tradiciones y las raíces se deben preservar.
npq
Cultura
¿Qué hago con mis hijos en vacaciones? El Ballet Folklórico de México tiene una opción con tradición
Alejar a los niños de las pantallas es posible
Ciudad de México.- Llega el verano y con él, una preocupación común entre madres y padres: ¿cómo mantener a nuestros hijos activos, creativos y alejados de las pantallas? En un contexto donde el ocio digital domina las horas libres de niñas, niños y adolescentes, la Escuela del Ballet Folklórico de México de Amalia Hernández ofrece una alternativa con historia, arte y movimiento: su curso de verano 2025.
Del 21 de julio al 8 de agosto, las puertas de esta institución, referente de México en el mundo, se abren para recibir a niñas, niños y jóvenes a partir de los 5 años de edad. Su sede en la colonia Guerrero será el punto de encuentro para quienes buscan más que entretenimiento: una experiencia formativa que fortalece la identidad cultural y el amor por México.
“Nosotros lo consideramos un patrimonio nacional, intangible por supuesto, pero sí visual”, asegura en entrevista Renato García, director de la escuela, quien recuerda que antes la danza folklórica era parte esencial de la educación básica.
“Bailar la Bamba, el Jarabe Tapatío o el Son de la Negra era de cajón en las escuelas primarias”.
En estos talleres de verano, los alumnos no solo bailan. Conocen la historia, la geografía y las tradiciones de nuestro país. Cada paso cuenta una historia; cada vestuario representa una región.
En palabras de Renato:
“Creemos que enseñar desde la infancia fortalece la memoria cultural del país”.
Alternativa a las pantallas: danza folklórica
En tiempos donde los niños pueden pasar hasta 6 horas al día frente a pantallas, el movimiento y la interacción física son urgentes. La danza folklórica ofrece un ejercicio completo: cuerpo, mente y alma en sintonía. Además, fortalece la autoestima, el trabajo en equipo y el sentido de pertenencia.
La escuela ofrece una opción formativa y recreativa completa. Las clases se imparten de lunes a viernes, de 8:00 a 19:00 horas, y están organizadas por edades y niveles. Además del curso infantil presencial, hay una versión a distancia de tres semanas para quienes viven en otros estados o países.
Renato destaca el interés del alumnado, y que en el caso de los cursos de verano puedes empezar de cero, no necesitas saber bailar:
“Recibimos niños de la Ciudad de México, de otros estados, de Estados Unidos, Centroamérica y hasta Europa. Todos quieren conocer nuestra danza”.
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Artistas del Ballet Foklórico que inspiran
Hannia, una joven bailarina que inició en los cursos sabatinos de esta misma escuela, compartió:
“Empecé desde niña en los cursos sabatinos, seguí con los de verano y amis 13 años decidí entrar a la carrera de ejecutante y la terminé. Hoy formo parte del grupo de la escuela”.
También Fernando, otro joven integrante, compartió su motivación:
“Los vestuarios son hermosos. Quiero representar mi cultura, mi país. Me fascina”.
Renato lo resume así: “Le echamos muchas ganas. Me atrevo a decir que somos la mejor opción porque atendemos a todas las edades y perfiles, desde los cinco años hasta adultos mayores”.
Este verano, más que solo pasar el tiempo, tus hijos pueden descubrir lo que significa ser mexicano a través de la danza. Un curso que fortalece el cuerpo, nutre la identidad y celebra lo nuestro.
¿Cómo inscribirse a los cursos de verano del Ballet Folklórico de México?
Para conocer horarios, costos y requisitos, los interesados pueden visitar la página oficial:
🌐 https://escueladeballetamaliahernandez.com.mx
También pueden comunicarse vía WhatsApp o llamada telefónica al 📞 55 19 95 32 52
npq
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