Opinión
¿Y el dinero de Javier Duarte?
Las cifras que se han manejado mediáticamente como desviadas por algunos gobernadores hoy en desgracia como Javier Duarte, mandan un mensaje a quienes hoy están en funciones: Se debe robar mucho para poder repartir y salir impunemente del problema, con una pena mínima.
Este paradigma parece estar hoy activo en el inconsciente colectivo.
Si para cualquier funcionario público llega a ser rentable robar, si es que le dejan quedarse con el dinero en caso de que llegasen a acusarlo de desfalco y robo, entonces veremos crecer la corrupción al amparo de la impunidad.
Si pasar diez años en la cárcel y saber que después el sujeto culpado podrá irse a vivir al extranjero a disfrutar de lo robado, entonces la corrupción desde el gobierno se vuelve el negocio más rentable imaginable.
Por tanto, el tema del destino final del dinero, en el caso de los gobernadores que tienen acusaciones de enriquecimiento ilícito, es fundamental para reprimir la corrupción o estimularla.
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¿Dónde irá a parar el dinero que se convierte en el cuerpo del delito?. Ese es el punto fundamental, porque lo que está en juego con este juicio al exgobernador Javier Duarte y los que siguen es ¿Cuál va a ser el precedente que este caso va a fijar como una referencia jurídica?
Hasta hoy lo que parece ser prioritario para la sociedad y para las autoridades, según los indicadores que nos da el juicio a Javier Duarte, está en saber si al final se le declara culpable y merecedor de ser recluido en prisión durante el tiempo que el juez le fije de sentencia.
Llama la atención que el monto que hoy se le finca como responsabilidad, es una cantidad mínima respecto a lo que se estimó que sería el dinero que desapareció de las arcas de Veracruz, al fin de su administración como gobernador.
En redes sociales circula el video de un diputado local del Congreso de Nuevo León de nombre Samuel García Sepúlveda, quien asegura que él llevó documentada, a la Corte Internacional de Justicia, ubicada desde 1945 en la ciudad de La Haya, Holanda, pruebas del desvío de recursos por 35 mil millones de pesos en contra de Javier Duarte. Incluso está promoviendo en redes sociales la recolección de firmas de ciudadanos a partir de la plataforma change.org, para exigir que se le juzgue por el desvío de este monto.
Simplemente el mismo Javier Duarte siendo gobernador reconoció una deuda de 44 mil 470.8 millones de pesos a instituciones bancarias y organismos financieros públicos y privados por préstamos diversos.
Si recordamos que el gobernador Miguel Alemán dejó solo una deuda de 3 mil millones de pesos, que era el monto acumulado entre todos los anteriores gobernadores incluyéndolo a él, entonces quiere decir que, en doce años entre los dos gobernadores siguientes, o sea Fidel Herrera Beltrán y el mismo Duarte, gastaron más de 41 mil millones de pesos sin que haya obras que justifiquen esta erogación.
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Además, debemos añadir las deudas con contratistas y prestadores de servicios radicados en el Estado de Veracruz y deudas con el Instituto de Pensiones del Estado. Añadamos 2 mil millones de pesos que nunca entregó a la Universidad Veracruzana, todo esto en el sexenio de Duarte. Así la deuda se incrementa a más de los 44 mil millones de pesos.
Consideremos también que Duarte fue el secretario de finanzas del gobernador Herrera Beltrán, con lo cual su responsabilidad en esta deuda multimillonaria se incrementa.
Sin embargo, después de todo lo hablado, debe preocuparnos que la PGR solo tiene documentada una parte ínfima.
¿Dónde está el equipo de inteligencia financiera del gobierno federal?.
Concediendo que los sistemas federales de control no se hayan dado cuenta de lo que sucedía con las finanzas del Estado de Veracruz durante el gobierno anterior, han tenido muchos meses para haber logrado ubicar las transacciones que al inicio fueron cuestionadas apenas Javier Duarte dejó el poder. De repente los montos cuestionados han bajado drásticamente.
¿Cómo pueden desaparecer miles de millones de pesos sin dejar rastro?… ¿Los guardó en su casa o hizo transferencias rastreables por medio de la banca electrónica?. Seguramente lo segundo.
Cuando el gobierno federal quiere encontrar algo, lo encuentra y cuando no quiere entonces hacen cortinas de humo.
¿Por qué es tan importante seguir la pista del dinero que inicialmente se le acreditó a Javier Duarte haber desviado de las arcas del gobierno estatal hacia cuentas personales?.
Simplemente porque con el poco control que ha demostrado tener el gobierno federal sobre el buen uso de las finanzas estatales, este caso personificado en Javier Duarte podría inaugurar una nueva industria multimillonaria de corrupción gubernamental. Por ello el gobierno federal debe acreditar a través de todas las secretarías de estado que puedan estar involucradas, dónde quedó el dinero y delimitar si hubo abuso y robo y si así fue, de cuánto es el monto.
No olvidemos que casi la totalidad de los recursos que reciben los gobiernos estatales corresponden a participaciones federales que se entregan etiquetadas para rubros específicos. Por eso el gobierno federal tiene todo el derecho y la obligación de auditar en qué se gastó.
Si no hay control, podríamos suponer que unos hacen el trabajo sucio de robar desde altos puestos de gobierno y otros los dejan hacerlo, para luego apañarlos y limpiamente, en lo oscurito y sin riesgos, despojarlos de parte del botín a cambio de irles eliminando cargos.
Este caso judicial muestra cómo a la fiera que perseguía a Javier Duarte empiezan a caérsele los colmillos y empieza a amansarse. ¿Será casualidad?.
A su vez mientras la opinión pública se preocupa y se distrae con odio sobre la persona del inculpado, exigiendo cárcel, otros podrían estarle despojando de parte de su fortuna aprovechando la furia distractora de la venganza popular.
El Gobierno del Estado de Veracruz necesita que el gobierno federal le reintegre hasta el último peso de lo que pudiera haberse desfalcado, para poder sanear las finanzas públicas hoy deterioradas.
Viene el fin de un sexenio en 2018 y lo que hoy suceda con el juicio a Javier Duarte en el ámbito de la justicia sentará un precedente. Si hay impunidad y la fortuna que algunas autoridades inicialmente habían mencionado como desviada desaparece, entonces abrirá el camino a que suceda lo mismo con el gobernador Borge, con César Duarte y los que se acumulen en 2019.
Debe haber un juicio justo para Javier Duarte, pero sin simulaciones y evitando negociaciones en lo oscurito.
¿Y usted cómo lo ve?
Ricardo Homs
@homsricardo
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Columna Invitada
Seven: Un Incendio de Película
Reflexiones sobre la Falta de Resiliencia del Gobierno de California
Ante la reciente tragedia en California, es imposible no solidarizarnos con quienes han perdido tanto en este devastador incendio. Estos eventos nos recuerdan la fragilidad de nuestras sociedades frente a los desastres que pudieron preverse y la necesidad urgente de fortalecer nuestra resiliencia. Aunque es evidente que la falta de preparación y previsión contribuyó a agravar las consecuencias, es justo reconocer el esfuerzo titánico que las autoridades están realizando al brindar ayuda oportuna.
California ha sido escenario recurrente de desastres: incendios forestales, sequías extremas y sismos. Sin embargo, más allá de la falta de recursos, el verdadero problema se encuentra en la falta de acción y previsión por parte de su gobierno y sociedad en su conjunto. A pesar de su enorme riqueza y avances tecnológicos, el estado sigue siendo un ejemplo paradigmático de lo que ocurre cuando la indolencia, la soberbia y la negligencia sistémica se imponen sobre la resiliencia y la preparación.
- Avaricia: El Desarrollo sin Conciencia
California, el estado con la economía más grande de los Estados Unidos, ha sido víctima de su propia avaricia. La obsesión por maximizar ganancias ha llevado a una urbanización desmesurada y una sobreexplotación de los recursos naturales. El deseo de crecimiento ha eclipsado la necesidad de garantizar infraestructuras resilientes que protejan a las comunidades de los riesgos expuestos y conocidos. Mientras se destinaban miles de millones a megaproyectos tecnológicos y de infraestructura de alto impacto, se ignoraban las advertencias sobre la vulnerabilidad de ciertas zonas del estado. En lugar de invertir en la adaptación de sus infraestructuras a las realidades cambiantes del clima, se optó por la construcción incontrolada, creando más riesgos que soluciones.
- Soberbia: La Arrogancia de la Invulnerabilidad
Alimentado por su riqueza, su innovación tecnológica y su estatus de líder en sostenibilidad, llevó a un sentido falso de invulnerabilidad. Las autoridades estatales creyeron que, debido a su nivel de desarrollo, nada podría quebrantar su resiliencia frente a desastres. Sin embargo, esta arrogancia institucional resultó ser su talón de Aquiles. A pesar de la abundancia de información sobre riesgos y vulnerabilidades, las autoridades no tomaron las acciones necesarias para preparar adecuadamente a la población ni ajustar los códigos de construcción (sobre todo seguir permitiendo construcciones de madera) o desarrollo urbano ante la realidad. La realidad superó a la ficción.
- Pereza: La Negligencia ante los Riesgos Anunciados y Recurrentes
California mostró una pereza institucional alarmante. La planificación de medidas preventivas y la implementación de políticas de mitigación fueron insuficientes, incluso cuando las señales de advertencia eran claras. Los planes de contingencia fueron desestimados, los sistemas de alerta insuficientes y, lo peor de todo, la ciudadanía no fue adecuadamente educada sobre cómo reaccionar ante los riesgos.
- Gula: El Consumo Desmedido de Recursos
La gula se manifiesta en el agotamiento sin medida de los recursos naturales. California ha sido un modelo de desarrollo económico, pero también un ejemplo de consumo desmedido. La sobreexplotación de sus recursos hídricos, la urbanización descontrolada en zonas vulnerables y la eliminación de barreras naturales, como bosques y humedales, han creado un caldo de cultivo perfecto para los desastres. Este modelo de desarrollo insostenible ha contribuido de manera significativa a la fragilidad del estado frente a los desastres.
- Envidia: La Competencia por el Progreso a Cualquier Costo
En su afán por ser la región más avanzada y la más innovadora, se ha alimentado una envidia competitiva que ha llevado a decisiones a corto plazo que sacrifican la seguridad y el bienestar de sus ciudadanos. La carrera por destacarse a nivel global ha llevado a un crecimiento urbano sin considerar la adaptabilidad de las infraestructuras a los riesgos naturales, sin preocuparse por las necesidades estructurales de las comunidades vulnerables y no por su economía, sino por sus sistemas constructivos.
- Ira: La Desconexión Social y la Desatención a las Comunidades Vulnerables
La ira institucional se ha manifestado en el desprecio por las comunidades vulnerables (y no necesariamente marginadas económicamente) y la falta de atención a las voces que alertaban sobre los riesgos. Durante años fueron ignoradas en términos de medidas preventivas y políticas de resiliencia. Mientras los grandes proyectos recibían atención, las comunidades expuestas a los mayores riesgos fueron desatendidas. Este desprecio por el equilibrio social y el mal manejo de los conflictos ha incrementado la desigualdad y el costo humano de los desastres.
- Lujuria: El Espejismo del Progreso Vacío
La lujuria por el progreso llevó a un crecimiento urbano desmesurado y a una desconexión total con las necesidades reales de las personas. En lugar de construir ciudades resilientes y sostenibles, se priorizó la expansión a toda costa, sin considerar las amenazas del entorno natural o al menos la creación de acciones que mitigaran el daño al que estaban expuestos. La obsesión por el avance rápido y el desarrollo sin límites creó un espejismo de progreso que, al final, resultó ser vacío e insostenible. Las ciudades crecieron sin pensar en los riesgos inherentes, y los habitantes, desinformados y desprotegidos, fueron los más afectados por la tragedia, esperemos los seguros dan cabal cumplimiento a las pérdidas económicas y materiales y el gobierno empiece una reconstrucción inmediata, pero no con madera.
Conclusión: La Realidad Supera la Ficción
Lo ocurrido en California es un recordatorio brutal de que, incluso en las sociedades más avanzadas, la falta de previsión y la acumulación de estos “pecados capitales” pueden conducir a una tragedia que, aunque parezca sacada de una película, es más real de lo que nos gustaría admitir. El gobierno de California y sus habitantes, ya que no todo te lo tiene que decir el gobierno, es decir, el sentido común o al menos hacer caso a tantas y tantas películas de diversos desastres que alertan a la sociedad que esos riesgos están presentes, al igual que los personajes de Seven, se encuentran atrapados en un guion preestablecido, incapaz de romper el ciclo de errores y negligencias.
En este contexto, es fundamental no solo reflexionar sobre las condiciones que llevaron a esta tragedia, sino también aprender de ellas para construir un futuro más resiliente y sostenible. Aplaudimos la solidaridad mostrada por las autoridades mexicanas y la comunidad internacional, que han respondido con prontitud y eficacia para mitigar el sufrimiento de los afectados. Estas acciones deben servir de inspiración para redoblar los esfuerzos en la planificación y prevención de riesgos, evitando que tragedias como esta se conviertan en un ciclo recurrente. La verdadera fortaleza radica en transformar el dolor en aprendizaje y el apoyo en acciones concretas hacia un cambio duradero.
Mtro. Guillermo Moreno Ríos
Ingeniero civil, académico, editor y especialista en Gestión Integral de Riesgos y Seguros. Creador de Memovember, Cubo de la Resiliencia y Promotor del Bambú.
incide.guillermo@gmail.com
La opinión emitida en este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la postura de Siete24.mx
Columna Invitada
Observatorios ciudadanos
En estas páginas se han propuesto, como medio de participación apartidista de la ciudadanía, crear observatorios de la acción del gobierno y de las situaciones de nuestra Sociedad.
Hay ventajas al crear observatorios. No requieren de un gran número de miembros, como lo requeriría un partido. Pueden establecerse muy rápidamente y empezar con un grupo relativamente pequeño de participantes, debidamente cualificados para lo que se está haciendo, con un costo relativamente bajo, porque no se requiere tener una estructura importante como la podrían tener algunos organismos gubernamentales.
Pueden empezar en pequeño y ser fácilmente escalables; hacerlos crecer conforme se va desarrollando el tema. Y también establecerlos por área. Por poner un ejemplo: un observatorio de la situación económica, podría empezar con un observatorio de los precios del aguacate. Algo relativamente fácil de llevar a cabo con un grupo relativamente limitado de personas. Después, irlo escalando conforme se va aumentando el número de participantes, llevarlo a otras áreas donde se puede hacer la misma observación sin un costo sustancialmente mayor. Por ejemplo, el precio de los limones.
Hay que considerar que los observatorios reflejan la opinión pública. Aquí habría que hacer una distinción. Estamos hablando de auténtica opinión pública. Hoy en día se habla de que los medios, los periódicos, las cadenas de televisión, son opinión pública. La realidad es que no siempre la reflejan, Y por ello se habla que no es información pública, sino la información publicada. Que es algo muy diferente. Esta es fácilmente manipulable y, de hecho, puede responder a las ideas o a intereses de quienes publican.
Mientras que, en un observatorio ciudadano, tenemos una opinión pública que es más difícil de manipular. Aunque también hay que considerar que, si la oposición puede crear este tipo de observatorios, también el gobierno puede crear los suyos y salir con el argumento de que “tienen otros datos”.
Habría que definir el alcance de estos observatorios. Y tener una idea de que es necesario validar tanto el contenido, como su independencia. Lo que uno esperaría es que fuera el propio público el que validara lo que se está publicando. Y hay que generar también un esquema para ello.
Ya se han comentado aquí algunos temas de observación. Sin pretender ser exhaustivo, estas son otras posibilidades:
• Mortalidad y morbilidad de diferentes padecimientos. Entendiendo la morbilidad como la frecuencia con la que ocurre un padecimiento en la población, y la mortalidad por la posibilidad de morir, una vez que uno adquiere la enfermedad.
• Abasto de medicamentos, tanto al sector público como al privado. Que tan frecuentemente se encuentra escasez de determinados medicamentos, como ocurrió durante la pandemia, en la que fue muy visible una reducción importante de los medicamentos y de la atención para los niños con cáncer.
• Retrasos en las citas, para poder acceder a los servicios de salud de segundo o de tercer nivel.
• Cómo cambia la esperanza de vida. Conocer las opiniones sobre las razones por las cuales esto ocurre y medir la cantidad de enfermedades prevenibles que se están dando.
• Educación, tanto pública como privada. ¿Qué tan disponible está para el público en general, así como la calidad de la enseñanza que el alumnado recibe?
• La empleabilidad de los egresados de los distintos niveles, visto desde el ángulo de los empleadores, cuál es la necesidad de cursos remediales, para poner en condiciones de llevar a cabo un empleo en los que están siendo contratados.
• Remuneración, tanto de los docentes como de los egresados.
• Derechos humanos: ¿cuántos hechos denunciados han requerido de llevar a cabo protestas o manifestaciones para lograr ser atendidos por los funcionarios públicos que tienen la obligación de resolverlos? ¿Qué tanto las recomendaciones de derechos humanos, pueden hacerse obligatorias para el gobernante?
Lo importante es tener conciencia de asuntos que requieren de una observación del ciudadano, para poder validar la acción del gobernante. Es de esperar que los gobiernos no acepten este tipo de vigilancia, porque están buscando la gobernabilidad y, para la clase política, esta procede de que no los cuestionen. De manera que es muy difícil lograr que un gobierno pueda hacer este tipo de observación de modo imparcial. La validación de los observatorios ciudadanos, entonces, debería darse por la propia ciudadanía.
Siempre habrá discrepancias con los gobiernos cuando se establezcan observatorios. Ahí está precisamente la demostración de que son necesarios. Y nos urge tener, verdaderamente, otro tipo de información que la que el gobierno nos permite conocer.
La opinión emitida en este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la postura de Siete24.mx
Felipe Monroy
Renuncias y sucesiones episcopales
El 2025 será un año intenso para los obispos mexicanos
Este 2025 será un año intenso para los obispos de México. En primer lugar estarán sumergidos en las actividades que implican el Año Jubilar Ordinario; también estarán adecuando acentos pastorales para dar seguimiento al Proyecto Global de Pastoral 2031+2033; y, finalmente, entrarán en un periodo reflexivo respecto a los grandes temas que supone el recambio generacional episcopal que definirá los perfiles del futuro de la Iglesia mexicana.
Sobre el Jubileo 2025. A pesar de centrarse en la peregrinación de católicos a Roma, los obispos locales también han tenido oportunidad de que las puertas del perdón sean abiertas en sus catedrales diocesanas, más cercanas a los fieles, para que estos alcancen las indulgencias que ofrece la Iglesia cada cuarto de siglo. Sólo eso requiere proyectos de formación, catequesis y celebración para compartir a los creyentes la importancia de este momento jubilar.
Respecto a los acentos pastorales; se sabe que el cambio en la presidencia de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), dará seguimiento al proyecto pastoral aprobado por el pleno hace casi una década; sin embargo, también es claro que habrá ajustes en algunas prioridades. Al final del XXV Encuentro de Vicarios de Pastoral se puso enfoque en la sinodalidad y la misión profética de la Iglesia mexicana, lo cual anticipa análisis sobre el estilo de gobierno y operación al interior de las instituciones religiosas, al mismo tiempo de reforzar el ‘anuncio y la denuncia’ evangélica en medio de la realidad social.
Sin embargo, uno de los temas más acuciantes para el futuro de la Iglesia mexicana pasa por el recambio generacional de los perfiles episcopales. De hecho ha sido simbólico y muy significativo que, sólo arrancando el 2025, el cardenal arzobispo de México, Carlos Aguiar Retes, haya cumplido la edad canónica de retiro y que, por lo tanto, ha debido enviar su carta de renuncia al papa Francisco. Por supuesto, este es un procedimiento ordinario al que deben someterse todos los clérigos para poner a consideración de su superior el destino de su servicio y labor. No obstante, el acto en sí es simbólico porque obliga a imaginar los liderazgos eclesiales del segundo tercio del siglo.
Tras cumplir los 75 años de edad, el cardenal Aguiar entra por tanto en esa ‘sala de espera’ en la que la Santa Sede valora si el nombramiento de su sucesor es apremiante o no. Se suma a media docena de obispos y un cardenal que ya presentaron su renuncia al papa Francisco y que también aguardan el momento de su aceptación y el potencial nombramiento de su sucesor.
Los obispos que superan la edad canónica de retiro estos momentos son: el obispo de Xochimilco, Andrés Vargas Peña; el obispo de Tepic, Luis Artemio Flores Calzada; el obispo de Cancún-Chetumal, Pedro Pablo Elizondo Cárdenas; el obispo de Zamora, Javier Navarro Rodríguez; y el propio cardenal arzobispo de Guadalajara, José Francisco Robles Ortega. Por ello, el cardenal Aguiar declaró que espera que el pontífice argentino le conceda por lo menos la misma extensión de tiempo en el gobierno como lo ha aplicado con otros obispos del país.
Pero el 2025 apenas comienza, antes de la asamblea plenaria de obispos del próximo otoño, ya habrán presentado su renuncia otros siete pastores, incluidos tres arzobispos metropolitanos (Puebla, Víctor Sánchez Espinoza; Antequera-Oaxaca, Pedro Vázquez Villalobos; y Acapulco, Leopoldo González González); y en enero del 2026, el arzobispo de Morelia, Carlos Garfias Merlos; y el arzobispo de Monterrey, Rogelio Cabrera López.
Por si fuera poco, hasta ahora el papa Francisco no ha designado pastores para la arquidiócesis de Tuxtla Gutiérrez y las diócesis de Ecatepec, Nuevo Casas Grandes, Nuevo Laredo, Nogales, Tapachula y El Nayar.
Se trata, por tanto, de ocho de diecinueve grandes circunscripciones eclesiásticas de referencia e importancia simbólica que analizan los perfiles de los obispos en funciones (que tengan alrededor de una década de experiencia episcopal) para ser elevados a arzobispos metropolitanos; y de casi una veintena de diócesis para las que la Nunciatura apostólica, la Santa Sede y México también estarán valorando perfiles de sacerdotes u obispos auxiliares para tomar las riendas no sólo de su porción de fieles sino de los grandes proyectos que están en desarrollo en la Iglesia mexicana rumbo a la celebración de los 500 años del Acontecimiento Guadalupano: vocaciones y ministerios, transmisión de la fe, cambio cultural, sinodalidad y reestructuración integral, construcción de paz, promoción de la dignidad humana y pastoral social.
Para el recambio generacional, los obispos de la ‘Era Francisco’ (casi todos auxiliares aún) ya han manifestado su papel e importancia para el futuro de la Iglesia mexicana; de entre ellos no sólo saldrán los obispos que dirigirán las diócesis después de que los obispos creados por Juan Pablo II y Benedicto XVI lleguen al retiro; también emergerán los nuevos referentes teológico-pastorales para una Iglesia que se aproxima a los 2000 años de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo.
*Director VCNoticias.com
@monroyfelipe
Columna Invitada
CASO 992: Las novias justicieras que trascienden ideologías
Por Alejandra Yáñez Rubio
El 31 de octubre de 2024, el periódico del Vaticano denominado “L´Osservatore Romano” reconoció el arduo trabajo de CASO 992 a favor de las madres abandonadas víctimas de violencia. En un artículo escrito por Marta Rodríguez, se busca incentivar el estudio y el abordaje del tema de la violencia contra las mujeres por parte de universidades y organizaciones católicas, ya que, ante la ausencia de una perspectiva cristiana en la materia, se carece de diagnósticos y propuestas más completas y humanistas para resolver este grave problema. El artículo pone como ejemplo a este colectivo, el cual “lucha por un cambio en el marco jurídico nacional sobre este tema” bajo una perspectiva claramente humanista.
Uno de los pasos necesarios para lograr incidir con propuestas eficientes ante una problemática social, es el análisis del mismo. El tema de la violencia contra las mujeres ha sido tema recurrente en la izquierda, pero en los grupos de derecha no se ha abordado con la misma frecuencia. Incluso platicando con integrantes de grupos religiosos, el tema es evadido en ocasiones, ya que se cree que este es un tema que ha sido secuestrado por los grupos feministas, y no quieren ser etiquetados como tales. Sin embargo, el problema de la violencia contra las niñas/mujeres existe y es constante a lo largo y ancho de nuestro país.
Por esta razón, me congratulo de la existencia de un colectivo como CASO 992. Su fundadora es una gran abogada constitucionalista, con especialidad en derecho electoral, que ha hecho muchísimo trabajo a favor de la vida y la familia. Ingrid es mujer, madre y abogada, pero también es una férrea defensora del derecho a vivir en toda etapa de desarrollo, promotora de la familia y las libertades, además de encabezar otras causas importantes: la denuncia de la explotación reproductiva a través de los vientres subrogados y la violencia vicaria (forma de violencia por interpósita persona, por la que un progenitor ataca a una hija o un hijo con el objetivo de causar dolor a la madre).
A pesar de ser una mujer preparada y con conocimientos amplios en muchísimos temas, ella misma ha sido víctima de violencia por parte de su exesposo. Por esta razón fundó CASO 992, el cual es un colectivo que busca ayudar a las mujeres abandonadas, y a sus hijos, a través de propuestas de reformas legales y litigios estratégicos, para lograr un marco normativo que facilite a las madres e hijos abandonados exigir una pensión alimenticia. CASO 992 está integrado por mujeres y hombres que queremos apoyar esta noble causa. Hay madres abandonadas, hijos abandonados, de todo un poco. Cuando un padre abandona a una madre, condena a sus hijos a una DOBLE ORFANDAD, ya que la madre debe conseguir hasta dos trabajos para poder salir adelante.
Por esta razón, como integrante de una comunidad conservadora y religiosa, te pido encarecidamente hablemos de los problemas comunes a toda la sociedad. La violencia contra las mujeres existe, y debemos contribuir con análisis y propuestas, para romper barreras ideológicas y lograr construir soluciones verdaderas.
La opinión emitida en este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la postura de Siete24.mx
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