Cultura
Regresa la Feria del Libro de Minería con Guanajato como invitado
Del 23 de febrero al 6 de marzo
Ciudad de México.- La Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, en su edición 44, regresa con actividades totalmente presenciales durante 12 días, del 23 de febrero al 6 de marzo, con Guanajuato como estado invitado.
Guanajuato, que ya fue estado invitado en 2012, acompañará el regreso a la presencialidad de la FIL de Minería, que después de dos ediciones virtuales debido a la pandemia, recibirá de nuevo a los visitantes en su emblemática sede del Centro Histórico capitalino.
La presencia de Guanajuato es coordinada por el Instituto Estatal de la Cultura y se traduce en un pabellón donde pondrá a disposición del público su diversidad editorial, con títulos publicados por más de 15 instituciones públicas y universidades, además de 16 sellos agrupados en el Fondo Editorial Guanajuato, iniciativa de promoción del quehacer de las editoriales independientes de la entidad que recién ha cumplido 10 años.
La programación literaria y artística propuesta por Guanajuato comprende un total de 68 actividades, divididas en 60 presentaciones editoriales, seis mesas y charlas y cuatro presentaciones artísticas. En esta agenda se compartirán más de 70 títulos y colecciones, con la participación de más de 150 autores y presentadores.
Entre las personalidades convocadas por el estado invitado se cuentan: Paloma Jiménez Galvez, Juan Villoro, Christian Duverger, Christopher Domínguez Michael, José N. Iturriaga, Bernardo Fernández (BEF), José María Espinasa, Adolfo Castañón y el poeta cubano José Kozer, quien ha publicado con Ediciones La Rana, sello editorial del IEC, su más reciente libro.
El patrimonio artístico y cultural de la entidad, incluyendo su vocación cervantina; su actualidad literaria y frutos destacados de la investigación y quehacer académico de sus universidades, trazan las líneas principales en la programación editorial guanajuatense.
Entre los libros a presentar se cuentan varios dedicados a figuras centrales del arte, como: Hermenegildo Bustos, Diego Rivera, José Chávez Morado, Mateo Herrera, Jesús Gallardo o Jazzamoart; literatos como Jorge Ibargüengoitia y Efraín Huerta; compositores como José Alfredo Jiménez e intelectuales de primer orden, como Emilio Uranga y Wigberto Jiménez Moreno.
De las primicias a compartir en la FIL de Minería destacan: “Reportajes a Dios dar. Un año en Así”, recopilación de textos periodísticos de Efraín Huerta; “Emilio Uranga: Años de Alemania (1952-1956)”, con correspondencia del filósofo mexicano a Luis Villoro y Alfonso Reyes; “La concepción de la historia en la obra de Wigberto Jiménez Moreno”, de Víctor Alfonso Benítez y “Que se organicen sus pueblos. Agustín de Iturbide y la contrainsurgencia en la comandancia de Guanajuato (1813-1816)”, de Joaquín Edgardo Espinosa.
El patrimonio artístico y cultural de la entidad, incluyendo su vocación cervantina; su actualidad literaria y frutos destacados de la investigación y quehacer académico de sus universidades, trazan las líneas principales en la programación editorial guanajuatense.
Entre los libros a presentar se cuentan varios dedicados a figuras centrales del arte, como: Hermenegildo Bustos, Diego Rivera, José Chávez Morado, Mateo Herrera, Jesús Gallardo o Jazzamoart; literatos como Jorge Ibargüengoitia y Efraín Huerta; compositores como José Alfredo Jiménez e intelectuales de primer orden, como Emilio Uranga y Wigberto Jiménez Moreno.
De las primicias a compartir en la FIL de Minería destacan: “Reportajes a Dios dar. Un año en Así”, recopilación de textos periodísticos de Efraín Huerta; “Emilio Uranga: Años de Alemania (1952-1956)”, con correspondencia del filósofo mexicano a Luis Villoro y Alfonso Reyes; “La concepción de la historia en la obra de Wigberto Jiménez Moreno”, de Víctor Alfonso Benítez y “Que se organicen sus pueblos. Agustín de Iturbide y la contrainsurgencia en la comandancia de Guanajuato (1813-1816)”, de Joaquín Edgardo Espinosa.
NUMERALIA
GUANAJUATO EN FIL MINERÍA
150 autores y presentadores
70 libros y colecciones
60 presentaciones editoriales
6 mesas y conferencias
4 conciertos
npq
SS
Dejanos un comentario:
Cultura
¿Cuál es el significado de la ofrenda de Día de Muertos?
¿Qué significado tienen sus elementos?
Ciudad de México.- La ofrenda o el altar de muertos es un elemento fundamental en las tradiciones mexicanas, es la representación de la visión que tenemos los mexicanos de la muerte y cómo se plasma en forma armónica.
Aunque tiene un sentido solemne, es festiva, jocosa, religiosa, es un culto que pervive.
Los deudos -las personas que han perdido un ser querido-, tienen la creencia de que el espíritu de sus difuntos regresa del mundo de los muertos para convivir con la familia y consolarlos y reconfortarlos por la pérdida.
Esto ocurre el 1 y 2 de noviembre.
Estos son los elementos que lleva la ofrenda
El altar del Día de Muertos u ofrenda debe de constar de siete niveles o escalones que representan los pasos que debe cubrir el alma de un muerto para poder descansar, pero, generalmente se retoman tres o cuatro principales, la decisión está en la persona que lo realiza.
En el primer escalón se pone la foto del santo o virgen de la devoción, para bendecir el altar; el segundo está dedicado a las ánimas del purgatorio, mientras que el tercero se pone la sal para los niños del purgatorio.
En el cuarto nivel se coloca el pan de muerto, el cual es adornado con azúcar de colores que simula la sangre; en el quinto se pone la comida y la fruta que fueron los preferidos por el difunto; en el sexto la foto del difunto y a quien se dedica el altar, mientras que en el último se coloca una cruz o un rosario.
Los altares más tradicionales llevan un arco hecho de carrizo o palma, el cual es decorado con flores que simbolizan la puerta de entrada al mundo de los muertos; se ponen también flores, las cuales son la bienvenida para el alma, la flor blanca representa el cielo; la flor amarilla, la tierra, y la morada el luto.
La flor de cempasúchil es uno de los elementos principales.
TE RECOMENDAMOS: Día de Muertos lo que debes saber
¿Qué significa cada elemento de la ofrenda?
Las velas con sus llamas representan la ascensión del espíritu; también significan luz, guía del camino; las cadenas de papel morado y amarillo significan la unión entre la vida y la muerte. Otro de los elementos es el papel picado, que da colorido y hace alusión a la alegría de vivir.
El cirio representa el alma sola; el incienso de copal, cuyo humo simboliza el paso de la vida a la muerte; las frutas son la ofrenda que brinda la naturaleza, generalmente son naranjas, tejocotes, plátanos y guayabas.
Como en toda ofrenda, no pueden faltar las calaveras de azúcar que son una costumbre indígena; el agua que da vida y energía para el camino; los platillos con las que se trata de agradar al difunto compartiendo los alimentos que en vida degustaba.
No puede faltar la fotografía de la persona a quien se dedica el tributo; un Cristo para que haya bendiciones; sal para que el cuerpo no se corrompa y como protección de los malos espíritus; también objetos personales del difunto como su ropa, con la finalidad de que el alma pueda recordar los momentos de su vida.
En el caso de los niños, se colocan sus juguetes preferidos.
En algunos casos se agregan bebidas alcohólicas como tequila, rompope y pulque, servidos en recipientes de barro, utilizados para mantener un enfoque tradicional.
Como toque personal, se colocan infinidad de adornos alusivos a la muerte, los cuales han surgido del arte popular mexicano como figuras representando escenas de la vida cotidiana con esqueletos como personajes realizados en alfeñique, cartonería, madera, barro o yeso.
El Día de Muertos es una festividad catalogada por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
npq
Cultura
El Altar de muertos tradicional ¿Cuáles son sus elementos?
Una representación del sincretismo indígena y colonial
Ciudad de México.- Un colorido ritual que evoca a la memoria es la ofrenda o altar de muertos que se colocan con motivo del Día de Muertos en los hogares mexicanos, las cuales representan una forma de reencontrarse con los difuntos y compartir con ellos el pan, el agua, la sal, el azúcar, las frutas .
La ofrenda a los muertos que se pone en las casas de muchas familias mexicanas, y cuyos elementos principales, como las flores, los alimentos que gustaban al difunto, las calaveritas y el pan hecho en casa, han variado con el paso de los años. Pero el altar de muertos que aun se conserva tiene elementos imprescindibles como el cempasúchil y el copal, de origen prehispánico.
El altar de muertos es un tipo de escenografía en la que participan nuestros muertos, que llegan a beber, comer, descansar y convivir como una forma de dialogar con su recuerdo y su vida.
Ofrenda
Los altares de muertos como los conocemos en la actualidad son un reflejo del sincretismo del viejo y el nuevo mundo: una mezcla cultural en la que los europeos pusieron algunas flores, ceras, velas y veladoras; y los indígenas agregaron el sahumerio con su copal, la comida y la flor de cempasúchil.
Durante los dos primeros días de noviembre, a los muertos se les recibe con elementos naturales, frugales e intangibles, además se incluyen las estelas de olores y fragancias que le nacen a las flores, al incienso y al copal.
Las fragancias del copal y el incienso se usan para limpiar el lugar de los malos espíritus y evitar peligro alguno a quienes regresan a su casa.
El agua, sal, azúcar, velas o veladoras, copal, incienso, flores, petate, izcuintle, pan, gollete y cañas son algunos elementos imprescindibles que deben llevar las ofrendas para conservar su encanto espiritual.
Cada uno de ellos tiene su propio significado, por ejemplo, el agua representa la fuente de la vida, se ofrece a las ánimas para saciar su sed después del largo recorrido y para que fortalezcan su regreso, mientras que la sal sirve para que el alma no se corrompa en su viaje de ida y vuelta para el siguiente año.
También se puede colocar un aguamanil, jabón y toalla por si el ánima necesita lavarse las manos después del largo viaje.
La luz de las velas
La luz que producen las velas representa la esperanza y la fe, una guía para que los difuntos puedan llegar a sus antiguos lugares y alumbrar el regreso a su morada.
En varias comunidades indígenas cada vela representa un difunto, es decir, el número de veladoras que tendrá el altar dependerá de las almas que quiera recibir la familia.
Si los cirios o los candeleros son morados es señal de duelo; y si se ponen cuatro en cruz, representan los cuatro puntos cardinales, de manera que el ánima pueda orientarse hasta encontrar su camino a su casa.
Las calaveritas
Las típicas calaveritas de azúcar no pueden faltar en la ofrenda; nos recuerdan, de forma colorida, a la muerte; las más pequeñas son dedicadas a la Santísima Trinidad y la grande al Padre Eterno.
El copal era ofrecido por los indígenas a sus dioses, pues el incienso fue traído por los españoles; las fragancias de ambos subliman la oración o alabanza, se usan para limpiar el lugar de los malos espíritus y evitar peligro alguno a quienes regresan a su casa.
Las flores
Por sus colores y estelas aromáticas, las flores son símbolo de la festividad, adornan y aromatizan el lugar durante la estancia del ánima.
Las más tradicionales son el alhelí y la nube, que su color significa pureza y ternura y suelen acompañan a las ánimas de los niños; así como la de cempasúchil, que en muchos lugares se acostumbra a desojarla y poner caminos de pétalos para guiar al difunto del campo santo a la ofrenda y viceversa.
Por sus colores y estelas aromáticas, las flores son símbolo de la festividad, adornan y aromatizan el lugar durante la estancia del ánima.
Entre los múltiples usos del petate se encuentra el de cama, mesa o mortaja, pero en esta celebración funciona para que las ánimas descansen o bien, de mantel para colocar los alimentos de la ofrenda.
El licor es para que recuerde los grandes acontecimientos agradables durante su vida y se decida a visitarnos, mientras que una cruz grande de ceniza sirve para que al llegar el ánima hasta el altar pueda expiar sus culpas pendientes.
El camino al Mictlán
En los altares dedicados a los niños, no debe faltar el perrito izcuintle en juguete, para que sus ánimas se sientan contentas al llegar al banquete.
De acuerdo con la creencia, el perrito izcuintle es el que los ayuda a cruzar el caudaloso río Chiconauhuapan, que es el último paso para llegar al Mictlán.
El Pan de Muerto
Elaborado de diferentes formas, el pan es uno de los elementos más preciados en el altar de muertos representa el ofrecimiento fraternal; la Iglesia lo presenta como el “Cuerpo de Cristo”.
Los golletes son panes en forma de rueda y se colocan en las ofrendas sostenidos por trozos de caña, estos simbolizan los cráneos de los enemigos vencidos y las cañas las varas donde se ensartaban.
La comida
En las ofrendas también se acostumbra colocar fotografías de quienes ya no están, la imagen de las ánimas del purgatorio, imágenes de santos, frutas, dulce de calabaza, calaveras de azúcar, licor, una cruz grande de ceniza y los platillos favoritos del difunto.
El mole con pollo, gallina o guajolote es la comida favorita que ponen en el altar muchos indígenas de todo el país, aunque también le agregan barbacoa con todo y consomé.
Esos platillos son esa estela de aromas, el banquete de la cocina en honor a los seres recordados, pues la buena comida tiene por objeto deleitar al ánima que visita a sus familiares.
También se puede incluir el chocolate de agua; la tradición prehispánica dice que los invitados tomaban esa bebida que usaba el difunto para bañarse, de manera que los visitantes se impregnaban de la esencia del difunto.
Las ánimas
Para recibir a las ánimas, el altar se adorna con papel picado, telas de seda y satín donde descansan también figuras de barro, incensario o ropa limpia.
En la mayoría de los hogares campesinos de extracción mestiza o indígena, y aún entre algunas familias urbanas, el 31 de octubre se elabora la ofrenda dedicada a los niños o “angelitos”.
Sus ánimas llegan el 1 de noviembre para nutrirse de la esencia y el olor de los alimentos que sus padres les prepararon.
A diferencia de los altares para los adultos, éstos se caracterizan por que la mayoría de sus elementos son blancos y en escala pequeña, se colocan alimentos sin picante, dulces y juguetes.
npq
Cultura
Pan de Muerto de Mitla ¡en Toluca!
Toluca, Estado de México.- Daniela Colín de la Pastelería Bigú Cake Shop, en Toluca, Estado de México, elabora pan de muerto, buscando conservar las tradiciones y alejarse de la línea comercial que marca todo con mucha azúcar.
Con cada una de las piezas que hornea, la chef panadera trata de ser fiel a nuestras costumbres, utilizando productos de la temporada: sabores como azahar y naranja, relleno de ate de membrillo y queso, guayaba con queso y un especial de crema pastelera con mandarina y el imperdible de chocolate.
Estas variedades se pueden encontrar en su local ubicado en la colonia Francisco Murguía en la ciudad de Toluca. Uno de los decorados de chocolate en blanco y naranja está inspirado en el pan de Muerto de Mitla.
En cada una de las piezas colocan una pequeña flor de cempasúchil que es de azúcar.
TE RECOMENDAMOS: Artistas trabajan incansablemente para el Desfile de Día de Muertos
Desde hace cuatro años, Daniela Colín empieza a ofrecer este pan la primera semana de octubre y termina la primera semana de noviembre; regularmente en tienda tiene pocas piezas de cada sabor ya que recomiendan a sus clientes realizar su pedido con anticipación, todo se hornea y decora al día.
Invita a la población a darle oportunidad a los pequeños negocios y contribuir al consumo local.
npq
Cultura
Artistas trabajan incansablemente en carros alegóricos para el Desfile de Día de Muertos
Habrá nuevos carros alegóricos
Ciudad de México.- Artistas mexicanos dan los últimos detalles a los carros alegóricos y cartonería monumental para el Gran Desfile de Día de Muertos 2024, que recorrerá Paseo de la Reforma el próximo sábado 2 de noviembre. Las Fábricas de Artes y Oficios, (Faros) y El taller El Volador abrieron sus puertas para dar un vistazo a lo que nos tienen preparado.
Son más de 15 talleres creativos los que trabajan para la creación de figuras monumentales de diversas temáticas, como personajes históricos, catrinas e íconos de la cultura popular mexicana. En total, más de cuatro mil personas harán posible el Desfile de Día de Muertos, que ya es una tradición reciente en esta ciudad.
Entre las novedades, homenaje a Rigo Tovar
Faro de Oriente se encuentra en los últimos detalles de la elaboración de tres carros alegóricos, uno de ellos empujable: “El itacate que merecemos”, en honor a Rigo Tovar; “Ayer maravilla fui”, con forma de trajinera; y uno dedicado al 50 aniversario luctuoso de la escritora Rosario Castellanos, todos a cargo del colectivo Última Hora.
Mónica Rosas, quien forma parte del colectivo, explicó que en el proceso participan 10 personas, mientras que el día del desfile se sumarán cinco personas para hacer funcionar las estructuras, que están construidas por diversos materiales, como metal, madera y papel.
“Mucha gente ve la pieza terminada, pero no sabe el trabajo que significa, en verdad ver una pieza de nosotros terminada en el desfile es una gran retribución al cansancio, al trabajo y a esa vida, porque este es nuestro homenaje a la muerte, que al final es nuestra única amiga segura”.
Ramón Espinosa, también parte de Última Hora, indicó que “El itacate que merecemos” habla sobre el ritual de las ofrendas en el que nuestros muertos vienen al mundo de los vivos, “nosotros pretendemos que se vea que ellos se lleven esos alimentos que ya se les dieron y en su regreso al inframundo se llevan su itacate”, apuntó.
El carro musical en honor a Rigo Tovar, fallecido en marzo de 2005, abarca 9 metros de largo por 3 de ancho; contará con la presencia del Son Rompe Pera, quienes interpretarán en su recorrido algunos temas del artista.
Mientras que “Ayer maravilla fui” tiene 5 metros de largo por 3 de ancho y “es un corazón que está silbando y toca una jarana, cuyo vestido está decorado con motivos mexicanos y trae un resplandor que tiene motivo en las mujeres tehuanas”, explica Espinosa.
¿Te lo perdiste? Así fue el Desfile de Alebriijes
Iztapaxolotl abrirá el Desfile de Día de Muertos
El Taller El Volador, también en Iztapalapa, da los últimos detalles a “Iztapaxolotl”, un ajolote de siete metros de largo que está encargado de abrir el desfile. La pieza tiene movimiento gracias a un mecanismo operado por tres personas, estará acompañada por otros cuatro ajolotes, que bailan a su alrededor. En el desfile participan 15 de las 20 personas que trabajan en la elaboración de la obra completa.
Paco Henríquez, coordinador de producción de El Volador, detalló que esta obra monumental cuenta la historia del Dios del Inframundo Xólotl, que huye de los dioses que lo quieren sacrificar y para ello se convierte en un ajolote.
“Somos un barrio muy colorido, lleno de mucho color, de mucha gente buena. Hay muchos mitos sobre Iztapalapa, pero es una de las alcaldías más grandes de México, que se vio transformada por las maravillosas Utopías que transformaron muchos entornos. Es un barrio con muchos artistas y mucha gente creativa”.
El Gran Desfile de Día de Muertos contará con más de 5 mil 800 participantes en 37 contingentes, siete carros alegóricos, tres en honor a mexicanas y mexicanos destacados que cumplen aniversarios luctuosos: Rosario Castellanos, David Alfaro Siqueiros, y Lucha Reyes.
Además 16 comparsas musicales, ocho contingentes con mojigangas, así como más de mil 600 personas de los PILARES y UTOPÍAS de la ciudad.
El Gran Desfile de Día de Muertos 2024 recorrerá Paseo de la Reforma, desde la Puerta de los Leones de Chapultepec hasta el Zócalo, el próximo sábado 2 de noviembre, a partir de las 14 horas.
npq
-
Estilohace 1 día
Cómo hacer meditación en el embarazo sin ser una experta
-
Deporteshace 1 día
El deporte entre mamá y bebé, una forma de afianzar lazos
-
Celebridadeshace 1 día
“La importancia de la familia en vencer las adicciones”: exintegrante de Otro Rollo da mensaje de esperanza
-
Celebridadeshace 21 horas
Amo mi profesión de ser mamá: Itatí Cantoral