Columna Invitada
Agradecimiento y oración por el Papa Francisco
Él continúa con tenacidad toda una reforma eclesial, en clara sintonía con sus predecesores…
Por: Pbro. Maestro en Ciencias Eduardo J. Corral Merino, Sacerdote de la Arquidiócesis de Morelia
Al iniciar el año 2024, con un espíritu renovado por la gracia del acontecimiento del Emmanuel, así como frente a los desafíos que se nos presentan principalmente por este Cambio de Época que vivimos, es tiempo de renovar nuestra gratitud y oración por la persona y ministerio del Papa Francisco.
Él continúa con tenacidad toda una reforma eclesial, en clara sintonía con sus predecesores, el Magisterio Latinoamericano reciente -particularmente Aparecida- y con el Concilio Vaticano II.
Es de agradecer su servicio y testimonio, marcado por:
- Vivir y ofrecer la experiencia gozosa y alegre de la Redención, en Cristo Resucitado, al servicio de la salvación del mundo, de manera encarnada, sin espejismos ni ansias por la perfección, como lo expuso en su programa pontificio, la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium. Sabe que nuestra misión fundamental de evangelizar la cultura no puede quedarse en pietismos, intimismos sino que está llamada a transfomrar nuestras ideas fuerza, los paradigmas con los cuales vivimos la realidad histórica concreta, como seres individuales, sociales, económicos, políticos, educativos, ambientales, culturales, entre otros.
- Lo anterior necesita de una conversión, de un proceso educativo, que requiere un acuerdo, un Pacto Educativo Global, que ha propuesto al mundo desde antes de la Pandemia Covid-19, entre los distintos agentes, principalmente con las familias, directivos escolares, maestros, sociedad civil, autoridades de los distintos niveles de gobierno, organismos internacionales, sector empresarial, medios de comunicación, entre otros. Es urgente, afirma, levantar un nuevo modelo de desarrollo humano, integral, solidario y sustentable, en bien de la casa común, en continuidad con el Magisterio Social del querido Papa Benedicto XVI, expuesto en Caritas in veritate. Lo anterior, rompiendo visiones que acentúan el relativismo, la secularización, la cultura del descarte, la tecnocracia, entre otros.
- Mira y se compromete con la humanidad en su conjunto, más que limitarse a asegurar el propio status eclesial, ordenamientos, estructuras, etc. A sabiendas de que la Evangelización de la Cultura, misión central de la Iglesia, requiere integración, una visión global, entrega, paciencia. El espíritu renovador del Papa Francisco busca establecer siempre puentes, derribar muros, evitar clasificaciones que se quedan en reduccionismos ideológicos, que generan cómodos esquemas identitarios de gestión de la realidad, que reducen la comprensión amplia y profunda de la dignidad humana, del ser todos hijos de Dios. Paradójicamente, al hacerlo de manera tan auténtica, “se gana” las críticas de unos y de otros, de aquellos que viven afirmando los distintos extremos de la realidad.
- Cierra las puertas a la autorreferencialidad, a la conciencia aislada, al “siempre se ha hecho así”, y nos coloca siempre como don y gracia, como luz y acogida. En esta tesitura, son muy importantes sus gestos, sus signos, sus encuentros de diálogo con todos: inter-religiosos, inter-generacionales, inter-eclesiales, inter-sectoriales, para tratar temas complejos: una nueva economía, el cambio climático, las migraciones, la paz, la educación, la inclusión social de las personas de la tercera edad, los no nacidos, entre otros muchos temas.
- Llama constantemente a ser una Iglesia en salida, que representa su convicción de ser entrega, en la lógica del don y la gratuidad, en continuo diálogo y encuentro, realizando con plena libertad su ministerio petrino, de gobierno, enseñanza y celebración gozosa. La urgencia es salir al encuentro de los más alejados y débiles. Sólo hay que ver su agenda en los viajes apostólicos. El Papa sabe perfectamente que la Iglesia está en el mundo, pero no es del mundo, y por ello, constantemente abre puertas, posibilidades sin modificar la doctrina de la Iglesia. Él afirma no sólo con ideas o escritos, que Dios es amor; lo experimenta y ejercita, arriesgando en todo momento por los más alejados. Por ello convocó un Jubileo de la Misericorida y ahora, promueve el Jubileo propio del año 2025, entre otros muchos gestos.
- Ejercita constantemente su inteligencia espiritual, cimentada en su visión amplia y profunda de Dios y de la condición humana. Por ello, nos ayuda a discernir evangélicamente nuestros desafíos en la construcción del bien común y la paz, dando prioridad al todo y no sólo a las partes; a la unidad y no al conflicto; a la realidad y no a las puras ideas; al tiempo que es gradual, programático, y no al espacio que es rígido, inamovible.
- Nos aleja de toda tentación pelagiana, de convertirnos en una aduana de la gracia. Por ello sabe que lo importante no son las cosas de Dios, sino Dios mismo. Nos convoca, así, a tiempo y destiempo, a vivir primereando, misericordiando a todo el que se acerca, sin dejar de ofrecer la salvación a todos. Él busca la bendición pastoral para todos, sin descartar a nadie, pues todos somos peregrinos, viandantes.
- Nos convoca, gracias a su Eclesiología, particularmente cimentada en la expresión de Pueblo de Dios, a ser para todos y con todos. Él vive en lo que es propio del servicio pastoral, la sinodalidad, es decir la espiritualidad de la escucha, en la certeza de que en este peregrinar experimentamos los límites de nuestra condición humana, pero también la promesa de Cristo, que llevará a plenitud todas las cosas, en su segunda venida. Somos corresponsables y partícipes de la redención, no controladores o jueces. También, nos advierte de la perversidad del maligno, con el cual no se dialoga.
- Anuncia e impulsa una espiritualidad samaritana, en medio de las grandes dificultades históricas que vivimos: guerras, migraciones, cambio climático, populismos, e incluso la incomprensión de muchos miembros de la misma Iglesia Católica que viven su fe en reduccionismos: racionalismos, moralismos y tradicionalismos, principalmente. No deja de servir a su Señor, alimentando y fortaleciendo su paz, concordia y esperanza, en la protección de nuestra Madre, Santa María.
Estos diez años están llenos de novedades, nuevos criterios de acción y directrices de reflexión. Es importante detenernos y escucharle en el todo de su Magisterio. Las grandes luminarias, generan siempre grandes sombras. Es importante quedarse con las primeras y no con las segundas. Sólo en la plenitud de los tiempos, alcanzaremos la perfección. Dejemos a Dios ser Dios.
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Columna Invitada
La Seguridad en Sonora: Tejido Complejo de Soluciones Resilientes
En Sonora, hablar de seguridad pública es adentrarse en un ecosistema de factores interconectados, donde cada acción y cada decisión impactan profundamente la vida de la comunidad. La seguridad no se define solo por la presencia de cuerpos policiales o medidas de fuerza; se encuentra enraizada en un entramado social que se ve afectado por la falta de oportunidades, el rezago en infraestructura y una ubicación geográfica compleja que amplifica los desafíos. Estos elementos crean un entorno de tensiones y carencias que no pueden resolverse únicamente con enfoques de control, sino que exigen soluciones que profundicen en las causas sociales, fomenten valores esenciales y fortalezcan la economía desde el individuo hacia la comunidad.
La resiliencia comunitaria, entendida como la capacidad de una sociedad para adaptarse, resistir y recuperarse ante adversidades, se convierte aquí en el pilar fundamental. Construir un Sonora seguro requiere la activación y el empoderamiento de los ciudadanos, promoviendo una participación donde cada persona, familia y sector asuma un rol en la creación de paz social. Este proceso debe sustentarse en valores sólidos y en la responsabilidad compartida, donde la prevención y la cohesión social sean las fuerzas que lleven a la autosuficiencia de las comunidades.
Los patronatos de policía representan una dimensión de compromiso y participación que va más allá de la vigilancia; son espacios donde la ciudadanía y las instituciones trabajan juntas para cultivar una cultura de respeto, responsabilidad y protección mutua. Aquí, la educación y el trabajo colaborativo emergen como herramientas esenciales. Pero esta reconfiguración del sistema no puede sostenerse sin una integración de todos los factores clave: el empleo digno, los valores familiares, la educación integral, la seguridad patrimonial y el cuidado del medio ambiente. Estos son los cimientos sobre los cuales se debe edificar una región capaz de hacer frente a los desafíos de seguridad.
El concepto de cubo de la resiliencia de tomarse en seis pilares interdependientes: identificar, proponer, actuar, prevenir, mitigar y analizar. Debe tratarse como lo que es, un fenómeno perturbador socio organizativo, es decir con la visión de la gestión integral de riesgos de desastres. Esta estructura reconoce que cada elemento es parte de un sistema mayor, donde nada funciona de manera aislada y cada pieza sostiene a las demás. No basta una sola iniciativa; todos los componentes deben articularse para generar el impacto necesario. En esta visión integral, el trabajo digno y el ingreso estable son cruciales para combatir la vulnerabilidad económica, mientras que los valores, cultivados en el hogar y reforzados en la comunidad, funcionan como un escudo social que previene la desintegración.
La educación debe ser la plataforma que permita a cada ciudadano desarrollar una conciencia activa sobre su entorno, mientras que la seguridad patrimonial protege el esfuerzo de las familias y asegura que su bienestar no sea vulnerado. Y en el centro de todo, el medio ambiente necesita ser protegido y revitalizado, ya que es el marco en el cual toda esta dinámica social y económica se desenvuelve. Este enfoque sistémico de seguridad busca reequilibrar las dinámicas de poder en las comunidades, reduciendo la dependencia económica y alejando las amenazas que genera el crimen.
En última instancia, enfrentar los problemas de seguridad en Sonora implica redefinir el mismo concepto de paz. Este objetivo demanda la participación activa de cada sector: desde los ciudadanos y sus familias, hasta los líderes empresariales y las instituciones educativas. La paz, entendida como un producto del compromiso compartido, no es algo que se otorgue desde afuera, sino que se construye desde adentro, a partir de una red de valores y principios compartidos. Solo así, con cada actor cumpliendo su rol y aportando su esfuerzo, se podrá ver emerger un Sonora fuerte, resiliente y próspero, donde el desarrollo económico y la paz social sean los pilares de un bienestar que perdure y se transmita a las futuras generaciones.
Este esfuerzo conjunto se parece al vuelo coordinado de las aves en una migración: una sola golondrina no hace verano, pero el movimiento armonioso de todas puede transformar el paisaje. Así, Sonora será un reflejo de una sociedad cohesionada, donde el trabajo, los valores, la educación, el cuidado del entorno y el compromiso compartido crean un entorno seguro y esperanzador para todos sus habitantes.
Mtro. Guillermo Moreno Ríos
Ingeniero civil, académico, editor y especialista en Gestión Integral de Riesgos y Seguros. Creador de Memovember, Cubo de la Resiliencia y Promotor del Bambú.
incide.guillermo@gmail.com
La opinión emitida en este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la postura de Siete24.mx
Columna Invitada
Triunfa Trump
Triunfa Donald Trump en su campaña para volver a ser presidente de los Estados Unidos. Logra el resultado de lujo que él quería tener. Ahora es, no solo presidente de los EE. UU. sino que tiene, además, mayoría en ambas cámaras del Congreso, sin contar con que ya en su gestión anterior había nombrado a varios jueces de la Suprema Corte. Con lo cual, él se encuentra en una situación donde no tiene prácticamente contrapesos que le puedan impedir cumplir todas sus promesas de campaña.
A nivel mundial, algunas consecuencias que se pueden esperar son: un freno importante a los esfuerzos para reducir el calentamiento global. Por otro lado, el remedio a los daños que se le están haciendo a la ecología, no va a ocurrir de manera rápida, de manera que vale la pena empezar lo antes posible a reducir esos impactos. Contrariamente a lo que propone Trump.
Habrá efectos importantes para las alianzas de los Estados Unidos, sobre todo con la Organización de Tratado del Atlántico Norte, (OTAN), a la cual propone el señor Trump dejar con muy pocos fondos para su operación. Lo cual debilitará o impedirá el apoyo a Ucrania, que ya estaba teniendo resultados importantes en su defensa frente a Rusia. Pero no solo es el caso de Ucrania: están en riesgo la situación de Taiwán, que ha sufrido algunos intentos de amendrentarlos por parte de China, la situación de Corea del Sur y, por supuesto, los aspectos que tienen que ver con el apoyo a Israel.
Esto, por otro lado, también tiene consecuencias para la industria del armamento, que realmente ha sido la beneficiaria de muchos de esos apoyos de los Estados Unidos a sus aliados estratégicos, tanto en el tema nuclear como en el tema del armamento tradicional.
A nivel de los Estados Unidos, se reducirán los frenos que se ha dado al armamentismo de la población civil. Se dice que en Estados Unidos hay mayor número de armas en manos de civiles, que de habitantes. Y buena parte de esas armas terminan en manos de los traficantes de drogas en México y de otros países. Lo cual hace más difícil el control de dichas mafias que ha propuesto el presidente Trump y que le está exigiendo al Gobierno de México.
A otros niveles, se propone un proteccionismo interno, y la expulsión de inmigrantes, lo cual tiene resultados difíciles de medir. Entre estas consecuencias, su propuesta causará un problema de crecimiento económico. Ciertamente, es creíble que, al tener menor importación, la industria local va a crecer. Pero también es un hecho que los acuerdos y las inversiones requeridos, no ocurren de manera inmediata. De modo que sí habría dificultades por ese freno a la economía.
Si se cumple con la expulsión que se ha prometido de muchos millones de inmigrantes ilegales, habrá, en consecuencia, un aumento importante en el costo de los alimentos. Porque una buena parte de esos inmigrantes se dedican a labores del campo, que ahora no son absorbidos por la población local y a los que habría que pagar salarios sustancialmente mayores que a los inmigrantes ilegales.
En cuanto a México, claramente tenemos dificultades con varios de los ofrecimientos que hace el señor Trump. La expulsión de un número importante de mexicanos traerá consecuencias inmediatas con las remesas, que es una de las fuentes de ingreso más importantes que tiene en este momento el país. Porque, generalmente, los que hacen estas remesas son, precisamente, los inmigrantes ilegales que le están mandando fondos a sus familias que están viviendo todavía en México. Aquellos que ya tienen una situación legal, tienen la posibilidad de tener con ellos a su familia y por lo tanto no tienen necesidad de enviar remesas.
Por otro lado, tenemos que temer y esperar una reducción fuerte en las exportaciones mexicanas, porque Trump ha ofrecido reducirlas. Se exigirán medidas al gobierno mexicano muy difíciles de cumplir. Por ejemplo, reducir la exportación de drogas a cambio de no recibir castigos en la reducción de ingresos por exportaciones. Igualmente, es difícil tener rápidamente una reducción de la inmigración ilegal. Si los EE.UU., con su potencial económico, no ha logrado evitar esa inmigración, no es creíble que México, con una capacidad económica mucho menor, pueda lograrlo.
Además, lo que propone el señor Trump es la muerte del famoso concepto de Next Shore. En los noventa se crea el concepto de Off Shore, que quería decir una maquila en países lejanos los Estados Unidos. Después, recientemente, se creó el concepto de Next Shore: seguir maquilando partes importantes de la producción de Estados Unidos, pero en países cercanos, para reducir costos de supervisión y de logística. La propuesta de Trump podría llamarse el No Shore, o sea, no tener producción basada en maquila fuera los EE. UU. Esta, que es una de las grandes esperanzas que tiene México, casi seguramente no ocurrirá.
La idea de Trump es que México puede evitar fácilmente la emigración. Pero, si se expulsan a gran una cantidad de inmigrantes mexicanos, y se colocan castigos a las exportaciones de los productos mexicanos, van a bajar los ingresos del país, habrá mayor pobreza y, por lo tanto, habrá mayor incentivo para emigrar. Las medidas propuestas por la administración Trump, tendrían un efecto contraproducente. Y por supuesto, para poder evitar realmente la emigración, sólo podría hacerse en un plazo corto mediante olvidar el respeto a los derechos humanos de quienes quieren emigrar.
Las consecuencias de largo plazo son muy difíciles de evaluar. Ya tenemos dificultades para sostener un sistema democrático. Un problema que, además, no es solamente mexicano: está ocurriendo en muchos otros países. A largo plazo, la solución para el mundo entero, es un cambio en la política. El sistema de partidos, que es la base del modelo de democracia que hemos intentado en muchos países, está prácticamente agotado. El problema fundamental hoy en día es: ¿cómo lograrán los países que están intentando tener una democracia plena, tener los ingresos suficientes para poder sostener su situación frente a estas condiciones durísimas que está proponiendo el nuevo gobierno de los Estados Unidos de América?
La opinión emitida en este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la postura de Siete24.mx
Columna Invitada
Consejo INCIDE: 25 Años de Compromiso, Liderazgo y Futuro
El Consejo Integrador de la Construcción, la Industria y el Desarrollo, INCIDE, A.C. (INCIDE), nació en 1999 como una iniciativa gremial en el sector de la construcción, que o rápidamente se transformó en un motor de cambio y crecimiento para Sonora. Lo que comenzó como una revista especializada para conectar a los actores del sector, evolucionó hacia una organización de gran trascendencia regional, impulsando el desarrollo integral de la infraestructura, la sostenibilidad y la resiliencia en el noroeste de México.
Los Primeros Años: Desafíos y Oportunidades
Los primeros años fueron un periodo de consolidación y búsqueda de relevancia en el sector. Un hito importante fue la crisis del agua en Hermosillo de 1997 a 2003, que se convirtió en uno de los principales desafíos a los que INCIDE respondió activamente. Con el impulso gubernamental del proyecto de la planta desalinizadora, una solución innovadora que enfrentó obstáculos políticos, INCIDE demostró su capacidad para asumir un papel social más proactivo. Pasó de ser un medio de comunicación gremial a un órgano consultivo y de proposición, generando soluciones integrales para los problemas del entorno.
Expansión y Diversificación (2001-2006)
En ese periodo INCIDE consolidó su estructura y amplió su misión, posicionándose como un referente en construcción, urbanismo y resiliencia. La creación de un consejo formal, compuesto por líderes del sector privado, académico y gubernamental, permitió diversificar sus actividades y reforzar su influencia en el diseño de políticas públicas. Fueron los inicios donde INCIDE también integró a más de 300 jóvenes estudiantes en programas de servicio social y prácticas profesionales, impulsando una nueva generación de profesionistas comprometidos con el desarrollo de Sonora.
El Periodo de Mayor Impacto (2006-2011)
Entre 2006 y 2011, INCIDE consolidó su rol como un organismo clave para el desarrollo de Sonora. En esta etapa, se extendió su influencia a diversas áreas de la gestión pública y privada. Uno de los mayores logros fue la creación del programa “Mayor Infraestructura Local”, que permitió a INCIDE trabajar directamente con pequeñas y medianas comunidades para desarrollar proyectos que mejoraran la infraestructura y la calidad de vida. Este programa tuvo un fuerte impacto económico y social, atrajo más de 360 millones de pesos en recursos y benefició a más de 57 municipios, convirtiéndose en finalista en Iniciativa México.
Innovación y Formación Profesional
INCIDE ha apostado por la capacitación y formación profesional como uno de sus pilares fundamentales. Por ello fortalece su enfoque al formalizar la creación del primer colegio de profesionistas multidisciplinario. INCIDE también ha sido pionero en la profesionalización de la protección civil en el país, así como la virtualización de cursos y eventos internacionales, como el Foro Juvenil de Ingeniería y Resiliencia en 2020, que reunió a miles de participantes de toda Latinoamérica, durante la pandemia.
Resiliencia, Sostenibilidad y Colaboración
Uno de los principios fundamentales de INCIDE es su compromiso con la resiliencia, entendida como la capacidad de las comunidades para enfrentar y superar situaciones adversas, desarrollando su propio modelo a través de un enfoque integral y cúbico, jugando un papel crucial en la creación de políticas públicas. Entre sus logros más destacados está la creación de la Alianza por la Cultura de la Resiliencia antesala de la Asociación Nacional de Profesionales en Resiliencia (ANPROGERI), lo que le ha permitido ser líder en la gestión de riesgos y desastres.
El Futuro de Sonora y de INCIDE
En 2024, al celebrar su 25 aniversario, INCIDE reafirma su papel como actor fundamental en el desarrollo de Sonora y el noroeste de México. Nuevos desafíos conjuntos se presentan, como la inseguridad, la escasez de agua, la dependencia de la minería, la falta de mano de obra calificada, la contaminación y la insuficiencia de infraestructura. Sin embargo, INCIDE está preparado para enfrentarlos con modelos disruptivos e integrales, como el uso del bambú, que promete convertirse en el “acero verde” que Sonora necesita.
Te invitamos a unirte a nosotros el 14 de noviembre en Los Lagos para hablar sobre la resiliencia que Sonora requiere y continuar trabajando juntos hacia un futuro más sostenible y próspero.
Mtro. Guillermo Moreno Ríos
Ingeniero civil, académico, editor y especialista en Gestión Integral de Riesgos y Seguros. Creador de Memovember, Cubo de la Resiliencia y Promotor del Bambú.
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La opinión emitida en este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la postura de Siete24.mx
Columna Invitada
La difícil paz
Dentro de las primeras semanas del nuevo gobierno de la presidenta Sheinbaum, nos encontramos que la percepción de la paz no mejora. Han crecido los crímenes de alto impacto: asesinatos de alcaldes, intento de asesinato de una diputada federal, los hechos en Sinaloa, que aparentemente no tienen fin y carros bomba además del asesinato de un sacerdote.
Parecería que la paz se aleja, a pesar de anuncios de nuevos esfuerzos por lograrla. Es de esperarse, por otro lado, que cuando empieza una nueva administración, ciertos grupos de poder o que pretenden influir en el poder, tienen la idea de que “hay que tomarles la medida a los nuevos gobernantes”. Y para ello, desarrollan actos para probar la resolución de la presidenta, su fortaleza, qué tanto puede lograr, qué se puede esperar de esta nueva gobernante. Y no tendría nada de raro que esto se repita. La cuestión es: ¿cómo reaccionará esta nueva administración, ante estos embates?
¿Cómo podemos construir una paz aceptable para nuestra Sociedad? Por supuesto, esto requiere de varias cosas. Se ha anunciado un proceso estratégico para el desarrollo de la paz. Pero se ha centrado, sobre todo, en el aspecto de la seguridad, que no necesariamente es lo mismo. Aquí la pregunta sería: ¿a qué le estamos llamando paz?
Más allá de los discursos, de las definiciones, hemos tratado de medir la seguridad con la ausencia de homicidios dolosos, lo cual no es lo único a lograr, porque hay otros tipos de ataques a la seguridad de la población que no tienen que ver necesariamente con los homicidios. Por ejemplo: los asaltos, las violaciones, las extorsiones y otros ataques que tienen un alto impacto sobre la población. Por ahí tendríamos que partir. ¿Cuál es el concepto de paz? ¿Y de qué manera podemos asegurarnos de que efectivamente se está mejorando?
Habría que tener claridad en otro aspecto: diseñar objetivos estratégicos. Pero, desgraciadamente, en todos los campos, no solamente en el de lo político, sino también en el de las organizaciones, en el de lo empresarial o de lo económico, se confunde el concepto de objetivo estratégico.
Los objetivos estratégicos son aquellos que son sistémicos y de largo plazo. Al hablar de los objetivos para la paz, lo sistémico es lo que abarca todos los aspectos que conciernen a la Sociedad. Tendríamos que hablar, no de hechos aislados de paz, sino de un sistema de paz. Y que esto, además, sea sostenible a largo plazo.
No quiere decir esto que no pueda haber en el sistema otro tipo de objetivos. De hecho, además de los objetivos estratégicos, es importante que existan también objetivos tácticos. Es muy necesario tener buenos objetivos tácticos, porque lo estratégico se lleva a cabo a través de una variedad de tácticas. La diferencia es que, esos objetivos tácticos, suelen ser de corto plazo y no necesariamente sistémicos, sino parciales. Necesitamos resultados, buenos resultados de largo plazo. La suma de logros de corto plazo, va construyendo el largo plazo y, muy importantemente, genera impulso y entusiasmo para sostener el esfuerzo.
Pensando en este diseño de una paz, alcanzable y suficiente para que sea aceptable para la población, tenemos que pensar en tener indicadores precisos de que tanto nos estamos acercando a tener una paz como la que deseamos. ¿Qué tan cerca estamos de ella? ¿Qué tanto hemos avanzado? Esto no es nada simple. Es algo importante, algo que tiene que diseñarse con sumo cuidado.
Vamos a pensar en algunos de ellos y estoy seguro de que debería haber otros más. Hay que empezar por decir, como ya se comentó anteriormente, ¿a qué le llamamos paz? Porque la paz va más allá de la reducción de la criminalidad. Ya se ha comentado en estas páginas que a veces se puede tener reducción del crimen a cambio de una falta de libertad, de participación ciudadana. Tener sometida a una minoría a quien se le impide manifestarse, podría parecer cierta clase de paz. Pero no, la paz no es únicamente la ausencia de crimen. Algún clásico decía que la paz es la tranquilidad en el orden. Tranquilidad, ciertamente, pero dentro de un orden como el que la Sociedad requiere, lo que necesitamos para realizarnos como seres humanos.
Tal vez uno de los indicadores más importantes sería cuál es el nivel de confianza que se tiene en el Gobierno, en particular en el manejo de la seguridad y el combate al crimen. ¿Realmente podemos hablar de que, en este país, la población tiene confianza en que el Gobierno está haciendo todo lo posible para que el crimen no crezca? ¿Verdaderamente, se avanza para que la paz esté cada día más cerca?
Otros indicadores parciales: podría medirse cuál es el número de crímenes o de ataques a la paz que ocurren y que producen una acción judicial. Hay quien dice que en México se denuncian menos de la décima parte de los crímenes cometidos, lo cual es muy dudoso. Por definición, si no hay denuncias, es muy difícil decir cuántos delitos ocurren. Pero supongamos que sea cierto. Es una cantidad extraordinariamente pequeña. Luego, de estas que verdaderamente se denuncian, ¿cuántas generan investigaciones que puedan ser llevadas ante un tribunal? Y de estas, ¿cuántas se convierten en una sentencia?
También se dice, y otra vez, es muy dudoso que, por cada diez denuncias, solamente una produce un dictamen, absolutorio o condenatorio. Algo bien importante, que deberíamos poder medir. Otro indicador significativo: ¿cuánto tiempo pasa desde que se da una denuncia hasta que exista una sentencia? No es raro que haya personas que están en la cárcel por un tiempo extraordinariamente largo, en espera de que reciban una absolución o condena. Esa rapidez de los procesos, lo que se llama una justicia pronta y expedita, es algo que se puede medir con bastante facilidad.
Por otro lado, ¿qué tan importante es la participación ciudadana en la construcción de la paz? No solamente que tantas denuncias se hacen sino, también, en qué se participa, qué mejoras propone la población. Realmente, deberíamos estar esperando que la ciudadanía haga su parte. Que recomiende soluciones creativas. Que las innovaciones no vengan únicamente de los partidos políticos, de la clase política, sino de la ciudadanía en pleno. Que todos sugieran ideas para mejorar nuestra situación.
¿Qué tanta libertad siente la ciudadanía para poder recomendar ideas en este aspecto? Parece que el ciudadano no se siente en la libertad de participar, sea por comodidad o por temor. ¿Comunicamos a nuestros gobernantes si estamos aceptando la paz que estamos recibiendo? ¿Estamos contentos con sus resultados?
Tendríamos que considerar de quienes deben venir las propuestas para esta construcción de la paz. No únicamente de los partidos, no solamente de la prensa, no nada más de los medios de comunicación sociales. Hay que lograr que diferentes grupos de la sociedad, sociedades intermedias e individuos, participen en este asunto. Algo, tan importante, que no podemos dejar únicamente al Gobierno y a sus funcionarios.
La opinión emitida en este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la postura de Siete24.mx