México
Elecciones 2018 y obispos de México
Ya fuere en sus últimos mensajes del 2017 o en la celebración de la Jornada Mundial de la Paz el primer día del 2018, los obispos mexicanos no desaprovecharon la oportunidad de enviar en sus mensajes una concienzuda preocupación por el año que comienza; particularmente por el proceso electoral en marcha y los efectos que dejarán las campañas en un país fuertemente lastimado por la corrupción y la violencia.
En el corazón de la capital, el teólogo canónigo de la Catedral de México, Julián López Amozurrutia -en suplencia del cardenal administrador apostólico Norberto Rivera Carrera-, afirmó que el 2018 se vislumbra como un año “en el que las esperanzas son tibias” pues dijo son “demasiados los desengaños acumulados”. El teólogo reprochó que en México la persona humana no se encuentre en el centro de las prácticas colectivas y lamentó que los más indefensos “sigan siendo víctimas de atropellos indecibles”.
Sin embargo, fueron los obispos del interior quienes hicieron hincapié en que gran parte de la responsabilidad de aquellos desengaños y atropellos provienen de los partidos políticos y los funcionarios: Arturo Lona Reyes, obispo emérito de Tehuantepec, afirmó que en el proceso electoral próximo todos los partidos políticos carecen de credibilidad por ser responsables de la crisis política, social y económica del país.
Lona Reyes, aseguró que los partidos políticos “están matando a pausas a los pobres de México” y que sus empeños por el poder restan posibilidades de una vida mejor y de dignidad a la ciudadanía.
En cierta consonancia, Luis Felipe Gallardo Martín del Campo, obispo de Veracruz, dijo que en el país se “ha retrocedido en materia política” toda vez que los partidos se han desprestigiado y que frente a las próximas elecciones las opciones presentadas son decepcionantes: “Cada vez más la sociedad no se ve representada en los partidos y sus gobernantes, cada vez más la percepción de la sociedad es que lo que hace toda esta gente es hacer carrera política para ganar dinero, para hacerse ricos y de ahí corrupciones y todo lo que sabemos, entonces si los partidos han ido desmereciendo la confianza pues lo estamos viendo en las elecciones… Casi casi la mayoría se pone a pensar cuál es el menos peor, porque en realidad está la cosa decepcionante”.
Aunque la mayoría de los obispos de México solicitaron a su grey estudiar bien y analizar el voto que darán a los aspirantes a cargos de elección, el obispo de Saltillo, Raúl Vera López, afirmó que la solución del país no pasará sólo por las urnas. El obispo, que ha sido nominado al Premio Nobel de la Paz y acreedor de varios premios internacionales de derechos humanos, animó al trabajo comunitario de los fieles y rechazó que los desafíos del país en el 2018 vayan a encontrar solución en las elecciones del 1 de julio próximo ni que los comicios lograrán cambios en las cúpulas del poder.
“Se espera un año difícil”, resumió el obispo de Cuernavaca, Ramón Castro Castro, en su mensaje de año nuevo ante los feligreses de Morelos; y, aunque pidió recibir al 2018 con esperanza, reconoció lo difícil que es dejar las páginas de corrupción e irresponsabilidad. Lo dice con conocimiento de causa porque en el 2017, Castro sufrió una persecución política por su crítica ante las acciones deliberadas de agresión, corrupción e intimidación del poder criminal en el estado.
Quien expresó con más crudeza las dificultades del año en medio de una compleja contienda electoral y una violencia inédita en el país fue el obispo de Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, quien consideró que los recientes asesinatos de alcaldes y candidatos en el estado de Guerrero ya adelantan que “las cosas se van a caldear demasiado”. Al finalizar la misa del primero de enero en la catedral de Chilpancingo, el obispo Rangel afirmó que su perspectiva del 2018 “no es tan halagüeña” y, aunque deseó un feliz año a los fieles, remató: “No creo que sea tan feliz”.
El proceso electoral en el que se elegirán 3 mil 415 cargos de elección popular el próximo 1 de julio mantiene cautos a los representantes de la Iglesia católica en México; Sigifredo Noriega Barceló, obispo de Zacatecas, dijo que el 2018 será un año muy significativo para el país, porque después de que 2017 ha sido uno de los años más violentos de su historia, los mexicanos tienen la oportunidad de revisar la vida y tomar un nuevo camino. Noriega pidió que los votantes no dejen al final su reflexión sobre los candidatos y aseguró que la Iglesia católica colaborará “inyectando esperanza, creando conciencia y trabajando por la paz” con la reflexión en la dimensión política de los ciudadanos.
Se refiere, por cierto, al Manual de Construcción Ciudadana publicado por la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) y el Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana (IMDOSOC) en noviembre pasado en el que ofrecen una serie de talleres orientados a fortalecer la democracia participativa y la reconstrucción del tejido social justo frente a los comicios de julio, pero enfocados en generar liderazgos comunitarios más allá de los procesos electorales.
La propia Conferencia de Obispos en voz de su presidente el cardenal arzobispo de Guadalajara, Francisco Robles Ortega, invitó a los fieles a prepararse “muy bien” para las elecciones; el cardenal dijo que es un evento trascendente en la vida política del país y exhortó a los votantes a tener mucho cuidado y a observar bien. Finalmente, el cardenal Robles pidió que el juicio que la ciudadanía tenga hoy de sus funcionarios se deje en manos del Supremo: “que sea Dios mismo el mejor juez de quienes hasta ahora en los últimos años nos han gobernado”. Algo que seguramente desearían con fervor los 16 exgobernadores mexicanos que hoy se encuentran prófugos o investigados por diversos delitos y actos de corrupción.
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Edomex
Transportistas y autoridades acuerdan combatir las extorsiones
Se reunirán en febrero para revisar avances
Ciudad de México. — Los transportistas de Rutas Hermanas lograron importantes acuerdos con las autoridades para no movilizarse como se tenía planeado este viernes.
Tras anunciar un bloqueo masivo, la organización planteó una marcha de 500 unidades al Zócalo para manifestarse contra la extorsión y delitos que sufren.
Sin embargo, en una mesa de diálogo con las autoridades de la Secretaría de Movilidad y de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México acordaron no movilizarse.
Víctor García, líder de Rutas Hermanas, explicó que Ernesto García, el funcionario de la SEMOV que acusan de actos de corrupción, fue removido del cargo y la Fiscalía mexiquense iniciará investigaciones sobre las denuncias que hicieron respecto a extorsiones y secuestros.
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Además, se intensificará la presencia policial en los límites de Chimalhuacán y San Vicente Chicoloapan. Lo anterior, mediante elementos de la Guardia Nacional y el Ejército Mexicano.
Mientras que, en Valle de Chalco, la incidencia está relacionada a robo a transeúnte y asaltos a operadores de transporte de taxi por aplicación como Uber y Didi.
Será el próximo 3 de febrero cuando transportistas y las autoridades se reúnan de nuevo para revisar avances sobre sus exigencias.
Las Rutas Hermanas agrupan a 20 rutas y 15 asociaciones de transportistas, principalmente en municipios, explicó el dirigente de esta organización, Víctor Ruiz.
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JAHA
Nacional
Héctor Mario Pérez: Fortalecer la actitud sinodal y profética de la Iglesia
Será Secretario General de la CEM el trienio 2025-2027.
Ciudad de México. — “La Iglesia no existe para sí misma, sino para la misión. Debemos promover el encuentro, el diálogo y la colaboración en una sociedad plural”, reconoce Héctor Mario Pérez Villarreal, obispo auxiliar de México y recién nombrado secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) en una entrevista exclusiva para Siete24.mx.
En una extensa y reflexiva conversación, Pérez Villarreal compartió los retos y prioridades de la Iglesia en el contexto del trienio 2025-2027. Con un enfoque claro en la comunión, la sinodalidad y el profetismo, el obispo destacó la misión transformadora de la Iglesia en medio de una sociedad en constante cambio: “La Iglesia debe ser un instrumento de esperanza, guiando a sus fieles en la construcción del Reino de Dios [pues] el cambio de época exige una Iglesia que sea luz en medio de las tinieblas”, aseguró.
El obispo Héctor Mario, electo para el orden episcopal por el papa Francisco apenas cinco días antes de que la OMS declarase emergencia sanitaria la pandemia de COVID-19 y consagrado en la Basílica de Guadalupe en una ceremonia “a puerta cerrada” en marzo del 2020, considera que una Iglesia “en salida” no debe tener miedo de dialogar con la sociedad.
Ahora, como secretario general de la CEM, tiene la responsabilidad de coadyuvar en la coordinación de la acción institucional y pastoral de la Iglesia mexicana: “El secretario general es el único miembro del Consejo de Presidencia que está de tiempo completo en las labores del organismo. Su función se centra en la comunión y la comunicación, tanto hacia adentro, entre los obispos y agentes pastorales, como hacia afuera, con el gobierno y la sociedad civil”, explicó.
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Esta labor implica mantener el flujo de información y articular esfuerzos nacionales en temas prioritarios como la construcción de la cultura de paz, el acompañamiento en los grandes temas de actualidad eclesial, la vinculación interinstitucional durante tragedias y emergencias humanitarias, así como la representación de la voz oficial de los obispos de México en los espacios de comunicación y diálogo social. Pérez Villarreal por ello subrayó la importancia de no actuar en solitario: “No es que esta secretaría lo haga todo; nos toca animar a quienes trabajan duramente en las diócesis, comisiones y dimensiones”.
“La Iglesia no existe para sí misma, sino para la misión”
Pérez Villarreal considera relevante el contexto histórico que vive la Iglesia: “Estamos a 60 años del Concilio Vaticano II, y su propuesta sigue siendo vigente. Es una Iglesia que escucha a Dios, que escucha los siglos de los tiempos y que escucha a la comunidad. ¿Para qué? Para anunciar, ser más fieles a la misión de Cristo… Desde ahí debemos tener bien claro que somos una Iglesia que no es que tenga todas las respuestas, sino que las tiene Dios, y que Él las va revelando a través de diferentes personas y corazones y experiencias”.
Por ello, reconoció también el trabajo transversal del episcopado mexicano a través del Proyecto Global de Pastoral 2031+2033 (PGP), el cual establece un marco de acción para la Iglesia en México. Dentro de sus prioridades, Pérez Villarreal enfatizó la necesidad de enfrentar el cambio de época y la crisis antropológica: “El hombre duda de quién es, de su vocación y hasta de su propio cuerpo. En esta crisis, la Iglesia debe ser un faro de luz que, desde Jesucristo, proponga al ser humano su origen, destino y misión”.
En ese sentido resaltó la continuidad de las enseñanzas del Concilio Vaticano II, las directrices del papa Francisco y el llamado a ser una Iglesia en salida: “La Iglesia no existe para sí misma, sino para la misión. Debemos promover el encuentro, el diálogo y la colaboración en una sociedad plural”.
“Un objetivo que nos pusimos al inicio de este trienio –compartió– es ser una Iglesia sinodal que continúe evangelizando como pueblo y ser una Iglesia profética que continúe construyendo la justicia y la paz en medio de los pueblos”.
“La sinodalidad es escuchar a Dios y al pueblo”
El obispo destacó el papel que tiene la sinodalidad en la actitud y el actuar contemporáneo de la Iglesia universal y, por supuesto, la mexicana: “El papa Francisco ha propuesto la sinodalidad como elemento constitutivo de la Iglesia” y aunque se reconocen las tensiones que esta perspectiva genera, el obispo defendió su importancia: “La sinodalidad no busca acabar con el ministerio jerárquico, sino enriquecerlo. Para guiar, debemos escuchar, no solo al Santísimo, sino también al pueblo de Dios, donde habita el Espíritu Santo […] La sinodalidad es un camino más evangélico”.
Pérez Villarreal puso el ejemplo de Jesús, quien “escuchó a Dios y al pueblo, mostrando que la escucha es fundamental para una guía fiel y evangélica”. Por eso mismo, aseguró que la sinodalidad representa también un camino más desafiante, aunque “necesario para una Iglesia comprometida con su misión”:
“El profeta no juzga; anuncia verdades que transforman”
En cuanto al papel profético de la Iglesia, Pérez Villarreal enfatizó que no se trata de una crítica obstinada, sino de anunciar la verdad que interpela: “El profeta no juzga desde un pedestal; anuncia verdades fundamentales, especialmente antropológicas, como la dignidad de la vida desde la concepción y la educación integral de los niños”.
Asimismo, destacó la responsabilidad de la Iglesia en la defensa de la creación y el cuidado de la naturaleza: “Debemos ser fieles a la visión de Dios sobre la humanidad, aportando desde nuestra fe para transformar la realidad”, afirmó.
Por ello, recalcó que “anunciar la verdad que interpela no es una crítica, sino un acto de amor y profecía”. Un servicio también complejo pues, aseveró que el cambio de época hoy “hace ver que lo que antes era bueno hoy parece no serlo” y también que “las verdades que antes eran verdades claras y distintas ahora se vuelven confusas”.
Lamentó que esta crisis provoca un ‘condicionamiento’ social donde el ser humano empieza a dudar de lo que es, de quién es y de hacia dónde va. No obstante, augura que dicha crisis “no durará una eternidad” pues, como toda crisis de época, también pasará “y a la Iglesia le toca hacer ese faro de luz, que desde Jesucristo proponga quién es el hombre, para qué, por qué está aquí, de dónde viene y a dónde va”.
“Construir justicia y paz es nuestra responsabilidad como pueblo de Dios”
La entrevista concluyó con un llamado a caminar juntos como pueblo de Dios. Pérez Villarreal subrayó que la misión de la Iglesia es reflejar el amor de Dios en una historia imperfecta “Si el objetivo es ser una Iglesia sinodal que continúe evangelizando como pueblo y una Iglesia profética que construya justicia y paz. Este anuncio debe traducirse en la transformación de la realidad”.
Especialmente en temas como la cultura de paz y en la relación con todas las instituciones y actores de la sociedad, en especial con el gobierno y las autoridades civiles:
“Para sostener esa relación con el gobierno y con cualquier otra institución será en base al respeto. Respeto, que significa escucharnos. Tratando de hacer un lado los prejuicios que muchas veces impiden una comunicación eficaz. Y también tratar de buscar cuáles son nuestras coincidencias. Porque yo estoy seguro de que tenemos diferencias, pero también tenemos misiones distintas […] así como ellos tienen que cumplir con su misión de establecer el orden en todas las comunidades, yo tengo que cumplir la mía de transformar los corazones de esas personas para llegar a la paz. Entonces, no se trata de dialogar para tener un gobierno que vaya a transformar corazones, eso nos toca a nosotros, como tampoco se trata de que la Iglesia vaya a apresar a los delincuentes”.
El problema, afirma el obispo, es cuando alguno de los lados piensa que la misión del otro no es importante: “Cuando yo pienso que tu misión no es importante, entonces no valoro tu palabra y no respeto tu razón”.
—¿Y cuáles son los acentos en la misión que tendrá este trienio de la CEM?
“Dentro de lo que nos hemos propuesto como fundamentales está promover el protagonismo de todo el pueblo en el cumplimiento de la misión. El segundo es transformar nuestras estructuras para que sean más abiertas a escuchar, y no solamente a mandar o dirigir. Tercero, tenemos un compromiso muy especial en este trienio con la paz, con la cultura de la paz. Y, finalmente, el renovar o el mantener viva nuestra misión desde la perspectiva guadalupana. Es decir, renovar nuestras estructuras que a veces se vuelven muy autorreferenciales, y comprender que así como nuestra Madre Santísima salió a encontrarse con nosotros y con el pueblo, nosotros tenemos, como Iglesia, llevar su rostro y salir a llevar la alegría del evangelio y la esperanza que su presencia nos trae”.
JAHA
México
Ciberataque global expone prácticas ilícitas en aplicaciones móviles populares en México
Los datos filtrados incluyen coordenadas, horarios y patrones de movimiento, lo que permite rastrear usuarios en tiempo real.
Ciudad de México.- Un reciente ciberataque global ha revelado prácticas cuestionables en la industria tecnológica: miles de aplicaciones móviles estarían recolectando datos de ubicación de sus usuarios de forma encubierta.
Esta situación afecta a millones de personas en todo el mundo, incluidos más de 40 millones de usuarios mexicanos.
Víctor Ruiz, experto en ciberseguridad y fundador de SILIKN, señaló que el caso está vinculado a una brecha de seguridad sufrida por Gravy Analytics. Esta empresa comercializa datos de localización obtenidos de diversas apps. Aunque los hackers, responsables de robar 16 TB de datos, no han publicado la información, los riesgos de exposición siguen presentes.
Apps populares recolectan datos sin autorización.
Ruiz advirtió que el ataque reveló prácticas alarmantes: aplicaciones populares estarían recopilando datos de ubicación sin que los usuarios lo sepan. Entre las apps señaladas están:
Juegos como Candy Crush y Temple Run.
Sitios de citas como Tinder y Grindr.
Apps de salud como My Period Calendar & Tracker.
Redes sociales como Tumblr.
Herramientas de transporte como Moovit.
Incluso VPNs como Hola VPN, supuestamente diseñadas para proteger la privacidad.
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“Este hackeo muestra la escala de aplicaciones involucradas en cadenas de suministro de datos, muchas veces sin el conocimiento de sus desarrolladores”, afirmó Ruiz.
Peligros del rastreo de ubicación.
Los datos filtrados incluyen coordenadas, horarios y patrones de movimiento, lo que permite rastrear usuarios en tiempo real. Esta información podría ser utilizada para identificar lugares sensibles como hogares, escuelas y oficinas, exponiendo a millones a riesgos potenciales.
¿Cómo protegerse?
Revisar permisos: Limitar el acceso a la ubicación solo cuando sea necesario.
Usar herramientas confiables: Optar por apps seguras y desactivar rastreos innecesarios.
Eliminar historial de ubicación: Especialmente en apps de transporte o salud.
Este ciberataque pone en evidencia una problemática global: la recolección masiva de datos de ubicación por aplicaciones, intencionalmente o no. Los usuarios deben tomar medidas para proteger su privacidad ante posibles ataques.
ARH
Ciudad de México. — Las extorsiones aumentaron 16.8 por ciento en la Ciudad de México durante 2024, reveló el Informe de Seguridad del Gobierno Federal.
Comerciantes víctimas del Centro Histórico denuncian que las amenazas son peores y que además de dinero pierden su tranquilidad.
Así lo relata Juan Carlos, vendedor de la zona norte del Centro Histórico a N+. Explicó que desde hace dos años paga 20 mil pesos mensuales como extorsión, cantidad que ya considera gasto fijo.
Acusó que la situación se agravó en diciembre cuando le exigieron un “bono navideño” de 60 mil pesos.
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De acuerdo con el comerciante, las extorsiones ya no se hacen mediante el contacto anónimo sino mediante jóvenes que llegan con un teléfono para comunicar a las víctimas con los delincuentes.
Juan Carlos detalla que tras la pandemia de COVID-19 las extorsiones se extendieron inclusive a las edecanes de tiendas de ropa.
Los delincuentes, dijo, también se dedican a vigilar a quienes llegan a comprar para asaltarlos.
Fuentes consultadas por el noticiero En Punto de Televisa señalan que la mayoría de las extorsiones en la Ciudad de México son llevadas a cabo por La Unión Tepito y La Anti Unión.
Uno de los factores que impiden la reducción del delito es la falta de denuncia.
Por miedo es absolutamente la palabra indicada, porque, hay evidencia de personas que han denunciado y por no querer pagar han sido víctimas de homicidio”, indicó Francisco Rivas, director general del Observatorio Nacional Ciudadano.
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JAHA
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