Ciudad de México.— Durante la celebración del Día del Padre, los obispos católicos compartieron diversas felicitaciones a los papás mexicanos así como reflexiones sobre el papel de la paternidad en las familias contemporáneas y no dejaron de señalar serias críticas a la sociedad actual que diluye la importancia de los padres en la vida de sus hijos, de sus familias y comunidades.

El arzobispo de Monterrey y presidente del episcopado nacional, Rogelio Cabrera López, compartió su parecer sobre la paternidad humana: “Desde siempre, la presencia del papá ha sido y es de suma importancia en la vida de sus hijos, de sus hijas y de la familia en general”.

“[La paternidad] brinda seguridad, confianza, educación, salud física y emocional; el padre brinda estímulos que motivan a los hijos a no quedarse sentados contemplando cómo otros suben a la cima, sino que aportan elementos que ayudan al desarrollo completo de la personalidad. Son auténticos compañeros de vida, forjadores de estímulos y esperanzas que nos ayudan a desarrollarnos de forma plena”, apuntó.

En sintonía, el arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, afirmó que la verdadera representación del ‘padre de familia’ es “un hombre de excelencia para enseñar el camino de la rectitud, trabajo, nobleza, perseverancia, rectitud, además de consolidar los valores, lealtad y principios para cumplir sus responsabilidades con sus hijos en el camino del bien”.

Sánchez Espinosa ofreció una larga catequesis sobre paternidad y masculinidad: “Dios pone al padre en la familia para que con las características valiosas de su masculinidad sea cercano a su esposa, que comparta todo con ella, alegrías y dolores, cansancios y esperanzas; también para que esté cercano a sus hijos en su crecimiento humano y espiritual, cuando juegan o cuando tienen preocupaciones, cuando están en calma o cuando están preocupados, cuando se expresan o cuando son silenciosos, cuando emprenden algo nuevo o cuando tienen miedo, cuando dan un paso equivocado o cuando recuperan el camino, ahí debe estar el papá”.

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Fomentar la presencia paterna

El arzobispo de Puebla también se refirió a un fenómeno que ha proliferado en diferentes comunidades: la ausencia de los padres o el abandono de éstos a los hijos y pareja: “No es bueno que los niños se queden sin padre para dejar de ser niños antes de tiempo; algunos papás, quizá están alejados de sus hijos; la verdad es que los hijos necesitan contar con una figura paterna, la cual, los ayuda a integrar su identidad y su misión en el mundo”.

Por su parte, el obispo de Aguascalientes, Juan Espinoza Jiménez, también hizo un llamado para “no permitir que se pierda la figura del padre amoroso; esto, porque muchos hombres han sido irresponsables y han dado la espalda a su misión al no cuidar a sus hijos”.

“Aquel padre que daba seguridad, dirección y que estaba cerca de sus hijos y de su familia, muchos papás han sido irresponsables, muchos padres han dado la espalda a su misión. Ojalá que todos aprendamos del Padre Celestial”, exhortó el obispo.

Espinoza aseguró que, los hombres que son padres tengan en su mente a Dios Padre: “Ojalá que todos los padres de familia lo pudieran tener como modelo para la vida. Dios da todo, pero también exige con amor. Él no castiga, Él no maldice, Él está en las buenas y en las malas. Él sostiene cuando uno cae y Él siempre perdona. Tiene un corazón grande y quiere que sus hijos aprendan a amar y a dar todo lo que Dios mismo les ha dado”.

“Es indispensable que los padres de familia sean generosos en su misión tan hermosa de dar fuerza y de dar sentido a la vida de sus hijos”, expresó.

Complementariedad y servicio

Desde Acapulco, el arzobispo del puerto, Leopoldo González González también hizo un videomensaje para felicitar a los padres pero hizo hincapié en la importancia de la figura masculina en una familia heteroparental moderna y habló sobre la necesaria complementariedad que hombres y mujeres hacen por el bien de las familias:

González insistió en que las características propias masculinas “aportan al hogar cualidades como la rectitud, la sinceridad, la disciplina, la fortaleza, la inteligencia, la honestidad y autoridad”.

De igual manera, Sigifredo Noriega Barceló, obispo de Zacatecas, destacó el papel del padre en el crecimiento y formación de los hijos “papel que no puede estar separado del de la madre”, señaló.

“No hay paternidad sin maternidad, no hay maternidad sin paternidad, aunque la cultura de nuestro tiempo quiere separarlos y las consecuencias que esto tiene en la familia dificultan un crecimiento humano más armónico y equilibrado, con más seguridad”, sentenció.

Noriega destacó que la paternidad es mucho más que la procreación o ser padre biológico: “Este papel de la paternidad significa generar una vida única porque cada hijo es único, es cuidar la vida, es acompañarla, es darla todos los días, estar ahí, ver crecer, ver decidirse, ver que -un día- el hijo crece y sale a fundar una nueva familia, sale a cumplir ese ciclo”.

Otro pastor que llamó a redignificar el papel de los padres en el núcleo familiar fue Carlos Briseño Arch, obispo de Veracruz. Aseguró que muchos padres de familia también hacen grandes esfuerzos y sacrificios por sacar adelante a sus familias:

“[Hoy] es un día como para recordar, el valor que tiene un padre en la familia y darle su lugar en la sociedad. El padre representa también una fuerza dentro del matrimonio, entonces hay que valorar el papel del padre”.

Aprovechó para hacer un llamado a la sociedad para respetar la figura del padre, especialmente a las madres que -en algunos casos de separación- no permiten a los hijos convivir sanamente con sus padres: “No denigrar la figura paterna por los malos ejemplos o por situaciones negativas; en ocasiones se generaliza y no se valora a tantos padres que dan su vida por sus hijos, que están al pie del cañón, que están trabajando, que sacan adelante a la familia. También hay que valorar la figura del padre. En su mayoría, los padres tratan de ser buenos padres, a veces la misma mujer minimiza el papel del papá”.

Briseño también abordó otro fenómeno: los padres solteros: “Realmente hay padres que se están encontrando con situaciones muy difíciles, donde tienen que asumir la educación de los hijos, sabemos que los primeros años la mujer tiene la psicología más adecuada para acompañar a los hijos; sin embargo, a veces se han quedado los padres solos y tienen que acudir a alguien para que los ayude en la educación de los hijos”.

Bienestar material y emocional

Varios obispos mexicanos destacaron la labor de los padres de familia respecto a su compromiso con el trabajo para proveer bienes materiales para sus hijos y su familia; sin embargo, muchos coincidieron que el mejor papel de la paternidad es procurar bienes emocionales a sus hijos.

Así lo dijo el arzobispo de Antequera-Oaxaca, Pedro Vázquez Villalobos; pidió a los padres de familia a “entregarse a sus hijos… a no cansarse y estar llenos de ternura, y amor hijos a corresponder con amor y siendo hombres y mujeres de bien”.

Hilario González, obispo de Saltillo, coincidió asegurando que los padres “deben ser responsables, no sólo en el aspecto económico, sino también en el afectivo:

“Todas esas acciones que hace un papá desde lo material a lo físico, la salud, el cariño, la valoración de los hijos, a veces creo que lo que se necesita es que los valoren y den ese lugar como hijos dignos y todo lo demás viene por añadidura porque también nos estamos dando cuenta que hay papás muy presentes con dinero o con cosas materiales, pero no están presentes; la fuente y la base familiar es la presencia amorosa del papá y de la mamá”, comentó.

Alonso Garza Treviño, obispo de Piedras Negras, hizo un reconocimiento a los padres modernos que se enfrentan a grandes retos, empezando por la aceptación del don de la paternidad, también por sus esfuerzos para sacar adelante las familias y, finalmente, por la forma en que influyen en cada uno de sus hijos”.

“Un hombre que comparte sentimientos, disciplina, cariño, fortaleza y temple -dijo el obispo de Orizaba, Eduardo Cervantes Merino- son las características de un buen padre”.

En su profunda catequesis sobre la paternidad, el arzobispo angelopolitano, Víctor Sánchez reflexionó: “El padre que sabe corregir sin humillar es el mismo que sabe proteger sin guardar nada para si; los hijos necesitan encontrar un padre que los espera cuando regresan de sus fracasos y harán de todo para no hacerlo otra vez, pero siempre necesitarán la presencia del padre… Los padres deben ser padres buenos y pacientes; cuánta dignidad y cuánta ternura debe haber en ese padre de familia que está a la puerta de la casa esperando que el hijo regrese; los padres deben ser pacientes, pero muchas veces, no hay otra cosa que hacer, más que esperar con paciencia, dulzura y misericordia”.

“Sean padres que siempre estén presentes y cercanos, junto con su esposa, con la mamá, a sus hijos; sean cercanos para compartir todo, alegrías y dolores, cansancios y esperanzas, que sean cercanos a los hijos en su crecimiento, cuando juegan, cuando tienen ocupaciones, cuando están angustiados, cuando se expresan y cuando se lanzan y cuando tienen miedo, cuando dan un paso equivocado y cuando vuelven a encontrar un camino”, concluyó el arzobispo.

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ebv