Columna Invitada
La dualidad del Cinco de Mayo
Por Ignacio Anaya
El 5 de mayo es una fecha que resuena en el imaginario mexicano, recordando la hazaña del Ejército del Oriente que enfrentó a los franceses. Sin embargo, esta efeméride tiene distintas connotaciones en diversas regiones de México y Estados Unidos. Por ello, siempre hay reflexiones sobre el Cinco de Mayo y lo que representa su conmemoración.
En su obra Crónicas Sonorenses (1999), Gilberto Escobosa Gámez, entonces cronista de la ciudad de Hermosillo, describía cómo la noticia del triunfo mexicano en Puebla llegó a Sonora cinco días después de la batalla. El gobernador del estado invitó a los habitantes a unirse a la causa republicana y las principales ciudades del estado celebraron con júbilo la victoria. Escobosa Gámez incluso mencionaba la participación de soldados sonorenses en el histórico enfrentamiento, reflejando la necesidad de incluir a Sonora, a su manera, en este episodio emblemático de la historia nacional.
Desde que aconteció la batalla, se ha inculcado en la memoria colectiva mexicana la importancia del Cinco de Mayo como un momento de orgullo patrio y defensa de la soberanía nacional. Ciertamente, fue un acontecimiento donde el ingenio militar de las tropas comandadas por Ignacio Zaragoza prevaleció sobre el poderío francés. A pesar de la relevancia de esta significativa victoria, representó un contratiempo temporal para las fuerzas francesas, quienes eventualmente tomaron control de gran parte del país e instauraron el Segundo Imperio en México.
Cada año, el Cinco de Mayo se celebra como un acto de valor y patriotismo mexicano, especialmente en Puebla, donde la batalla tuvo lugar, llegando a tener incluso connotaciones ritualistas durante las celebraciones. Igualmente, esta fecha también ha trascendido las fronteras nacionales, convirtiéndose en una festividad ampliamente reconocida en Estados Unidos. Para muchos mexicanos y estadounidenses en ese país, el Cinco de Mayo es una oportunidad para celebrar la cultura y la identidad mexicana, más allá de su contexto histórico. Por estas fechas, nunca falta un artículo de algún periódico estadounidense que pregunte: “What is the Cinco de Mayo?”
Para los habitantes de los estados fronterizos en el norte, basta con cruzar la frontera para observar cómo las comunidades mexicanas se unen en una fiesta llena de elementos característicos de México. Este fenómeno, en gran medida, se debe a los migrantes que llevaron consigo sus tradiciones y conmemoraciones a Estados Unidos. Con el paso del tiempo, se convirtió en una verdadera festividad dentro del vecino del norte. Solo basta con leer estas palabras del expresidente Barack Obama el 5 de mayo de 2016 en la Casa Blanca: “Esta es una de nuestras mejores fiestas del año. Ciento cincuenta años después, los estadounidenses y mexicanos aún celebran el Cinco de Mayo. En barbacoas en los patios traseros y estadios de béisbol, desde Chicago hasta Austin, la gente disfruta de música, comida y buenos momentos con familiares y amigos, tal como lo hacemos aquí hoy.” Resulta interesante usar un adjetivo posesivo para referirse a esta fecha; se podría decir que, más allá de su significado histórico, se ha convertido en una celebración de lo mexicano. Para los nacionales o personas de ascendencia mexicana, es la oportunidad de recordar sus raíces, mientras que, para el resto de los estadounidenses, una buena excusa para salir de festejo.
La dualidad en la celebración del Cinco de Mayo pone de manifiesto las distintas interpretaciones y sentimientos que esta fecha evoca en diferentes países, regiones y contextos. Ya sea el refuerzo del patriotismo o una ocasión para celebrar la riqueza cultural de México, cada caso se presta a las necesidades de una sociedad.
En el norte, es posible que los habitantes se identifiquen, igualmente, con la versión estadounidense de celebrar el Cinco de Mayo, en la que la cultura y la identidad mexicana son los elementos centrales. En diversos poblados en los estados fronterizos, se realizan desfiles y fiestas para dicha celebración. Por otro lado, en Puebla, la Batalla de Puebla puede tener un significado más profundo, vinculado a la lucha por la soberanía y la resistencia frente a las fuerzas extranjeras, produciendo así un orgullo regional para los poblanos. Ambos casos muestran la diferencia entre celebración y conmemoración.
La historia y la memoria colectiva pueden moldear y dar sentido a las tradiciones y celebraciones a lo largo del tiempo. El Cinco de Mayo es un ejemplo de cómo un acontecimiento histórico adquiere distintos significados en función del lugar y el tiempo en que se conmemora. Es cierto que, en el país, con unas cuantas excepciones, este día pasa como cualquier otro. Nunca faltan los memes en redes sociales sobre las diferencias en México y Estados Unidos por esta fecha. Aun así, esta es una prueba de la relevancia detrás del pasado que se recupera, importante en su momento, al igual que en el presente.
La opinión emitida en este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la postura de Siete24.mx
Columna Invitada
Soltar para vivir ligero: Libérate del pasado y el estrés
Por Jesús De La Garza
Soltar para vivir ligero, se dice fácil, pero no lo es. Vivimos arrastrando pesos invisibles: recuerdos que duelen, miedos por el mañana y culpas que nos atan. ¿Te has preguntado qué pasaría si soltaras todo eso? En este artículo, te invito a reflexionar sobre cómo el exceso de pasado, futuro y emociones no resueltas puede afectar nuestra vida. También te diré cómo aprender a soltar puede ser el primer paso hacia una vida más ligera y con propósito. Entendiendo siempre que hay mucho que no podemos controlar, pero que la forma en que reaccionamos sí depende de nosotros.
3 reflexiones que encontrarás en este artículo:
1 Cómo los excesos emocionales (pasado, futuro) afectan tu bienestar.
2 Algunas claves para soltar el peso emocional y encontrar equilibrio.
3 Técnicas simples para vivir ligero y reencontrarte con tu propósito.
¿Por qué nos aferramos y cómo afecta nuestra vida?
El peso invisible que cargamos
Aferrarse al pasado o preocuparse por el futuro crea un peso emocional invisible, pero real. Es como caminar con una mochila llena de piedras que nadie más puede ver, pero que tú cargas cada día. Los recuerdos dolorosos, las culpas no resueltas y los miedos al mañana se convierten en ese peso extra que dificulta avanzar.
El costo emocional de no soltar
Este peso invisible puede manifestarse en formas como el estrés, la ansiedad o la depresión. Cada emoción no resuelta actúa como una piedra más en esa mochila. Intentar seguir adelante sin soltar nada es como nadar contra la corriente llevando un ancla: tarde o temprano, el cansancio emocional nos hunde.
Entendiendo los excesos emocionales
Depresión: El exceso de pasado
La depresión suele anclarnos al pasado. Nos hace revivir errores, pérdidas o traumas una y otra vez. Es como estar atado a una película vieja que no deja de repetirse. Aprender a soltar estos recuerdos no significa olvidarlos, sino dejar de permitir que definan tu presente.
¿Cómo empezar a soltar el pasado?
- Escribe tus recuerdos dolorosos y léelos en voz alta. Luego, quémalos o rómpelos como acto simbólico de liberación.
- Practica el perdón: hacia otros y, sobre todo, hacia ti mismo.
Estrés: El exceso de presente
El estrés surge cuando sentimos que el momento actual nos sobrepasa. Se genera cuando tenemos demasiadas responsabilidades, problemas urgentes o situaciones que sentimos que escapan de nuestro control. El exceso de presente nos agobia porque creemos que todo debe resolverse de inmediato.
¿Cómo reducir el exceso de presente?
- Divide tus tareas en pequeños pasos y prioriza lo importante.
- Practica técnicas de relajación como respiración profunda o meditación guiada.
Ansiedad: El exceso de futuro
La ansiedad es vivir en un futuro que aún no existe. Nos preocupamos por lo que podría pasar, creando escenarios negativos en nuestra mente. Esta anticipación constante genera un ciclo de miedo y tensión que nos desconecta del presente.
¿Cómo reducir el exceso de futuro?
- Practica la respiración consciente: Inhala profundamente por 4 segundos, mantén por 4, exhala por 4 y repite.
- Enfócate en el ahora: ¿Qué puedes hacer hoy que esté bajo tu control?
Claves para soltar y vivir ligero
Aceptación radical: El primer paso
Aceptar no es lo mismo que rendirse. Es reconocer que no todo está bajo nuestro control. Aceptar el pasado, con sus luces y sombras, y entender que el futuro es incierto nos da la libertad de vivir plenamente el presente.
Ejercicio práctico: Escribe una carta a tu “yo” pasado agradeciendo las lecciones aprendidas y suéltala al viento o guárdala en un lugar especial.
Practica el aquí y el ahora
Vivir ligero implica estar presente. Muchas veces, nuestra mente divaga entre lo que fue y lo que podría ser, olvidando lo que está ocurriendo justo ahora.
Técnica rápida para anclarte al presente:
- Observa 5 cosas que puedas ver.
- Escucha 4 sonidos a tu alrededor.
- Siente 3 texturas distintas.
- Identifica 2 olores.
- Saborea 1 cosa, aunque sea solo tu saliva.
Aprender a fluir con la vida
La vida está en constante cambio. Resistirse a esos cambios genera sufrimiento. En cambio, aprender a fluir permite adaptarse y crecer.
Analogía: Imagina un río. Las piedras en su camino no detienen su curso; el agua simplemente fluye alrededor de ellas.
¿Cómo soltar te conecta con tu propósito de vida?
Vivir ligero para avanzar
Cuando sueltas lo que no te sirve, creas espacio para lo que importa. Es como limpiar una habitación llena de objetos viejos para llenarla de luz y nuevas experiencias.
El poder de la resiliencia en la pérdida
La resiliencia no es evitar el dolor, sino aprender a vivir con él y crecer a partir de las experiencias difíciles. Soltar nos permite ser más resilientes porque deja espacio para la transformación.
Conclusión
Soltar no es rendirse ni olvidar, es liberar el peso que impide que avances. Es permitirte vivir ligero, fluir con la vida y conectar con tu verdadero propósito. Recuerda que la resiliencia no se trata de ser invulnerable, sino de encontrar la fuerza en medio del caos. Hoy es el mejor día para soltar aquello que te pesa y comenzar a caminar más libre y en paz.
Preguntas Frecuentes (FAQ)
¿Cómo puedo soltar el pasado y dejar de vivir en la depresión?
Soltar el pasado requiere aceptar lo que ocurrió sin juzgarte. Practica ejercicios de perdón, escribe tus pensamientos y busca apoyo emocional si lo necesitas. Permítete avanzar reconociendo que el pasado no define tu presente.
¿Qué técnicas ayudan a reducir el estrés y la ansiedad causados por el futuro?
¿Por qué soltar me hace sentir más ligero y en paz?
¿Cómo saber si me estoy aferrando demasiado al pasado o al futuro?
Jesús de la Garza. Ingeniero Administrador de Sistemas, egresado de la F.I.M.E (U.A.N.L.) con basta experiencia en todo tipo de temas de Internet (marketing digital, posicionamiento web SEO, desarrollo y diseño web, contenidos digitales y mucho más)
La opinión emitida en este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la postura de Siete24.mx
Columna Invitada
Ocaso de los organismos internacionales
Los bombardeos de los Estados Unidos en Irán, este domingo pasado, hacen visible la debilidad de los organismos internacionales que, supuestamente, se han creado para evitar las guerras mundiales y los conflictos locales. No es nada nuevo: su debilidad ha sido un proceso de deterioro lento y gradual, porque se han tenido resultados mínimos o nulos, en muchos casos importantes donde los organismos internacionales, mayormente los dependientes de Naciones Unidas, han tenido un efecto poco relevante.
Las condenas de la ONU a la invasión rusa a Ucrania, por poner un ejemplo; las censuras a los señores Netanyahu, Maduro y Putin, por diferentes acciones que vulneran gravemente el derecho internacional, el rechazo de la OEA al proceso de elecciones del Poder Judicial en México, han sido declaraciones sonoras, pero totalmente inefectivas. Los condenados siguen actuando exactamente igual, les han importado muy poco las condenas y las reclamaciones de los organismos internacionales.
Es poco probable que en esta ocasión los resultados sean diferentes. Es de dudarse que la ONU logre sentar a negociar a Irán, Israel y los Estados Unidos para lograr un acuerdo mínimamente satisfactorio para todas las partes. Menos aún si el tono de las declaraciones ha sido que “primero será la fuerza y después la paz”. Un criterio que promueve el poder antes de las negociaciones. De fondo, no se trata de una paz verdadera; más bien significa el acto de rendirse ante el más fuerte.
Estos organismos internacionales se crearon, a raíz de la Segunda Guerra Mundial, precisamente con la intención de evitar conflictos armados de la magnitud que está ocurriendo en estos últimos años. Su antecedente fue la Sociedad de las Naciones, que funcionó entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial, con los mismos propósitos que las Naciones Unidas y que tuvieron también un efecto prácticamente nulo. De hecho, su fracaso se considera por especialistas como una de las causas remotas de la Segunda Guerra Mundial. Eso se intentó repetir con la ONU, que trataba de mejorar las fallas de ese primer intento.
No es que estos organismos sean totalmente ineficaces. Entidades como la FAO o la UNESCO tienen claramente logros, aunque queda mucho por hacer. Por el contrario, es un hecho que también ha habido un rechazo importante de sectores, tanto de izquierda como de derecha, a estos organismos. En muchos casos, por una desconfianza sobre la creación de un gobierno mundial que borre la soberanía de las naciones.
Esto ha sido propiciado por las acciones de Naciones Unidas para tratar de cambiar la cultura. Y no solamente la cultura, sino incluso las creencias religiosas y éticas de partes importantes de la humanidad. Vemos, ciertamente, el ocaso de estos organismos. Si cada vez son más ineficaces, los países signatarios dirán: ¿Por qué seguirlos sosteniendo? Este es un tema que habría que vigilar con cuidado. Algo se puede lograr, hay mucho por mejorar, y mientras todo se quede en declaraciones, que no tengan consecuencias, todo lo que se haga en este sentido será poco efectivo. ¿Será necesaria una refundación completa de esos organismos?
La opinión emitida en este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la postura de Siete24.mx
Columna Invitada
Dependencia México-Estados Unidos
Entre México y Estados Unidos existe una situación ancestral de integración entre ambas economías, una situación que se le podría calificar de dependencia. Aunque hay quien dice que es, más bien, una codependencia y, en todo caso, debería tratarse de una interdependencia. Son matices del mismo concepto. Esta es una situación que se ha venido acelerando y ampliando desde el siglo XX y el siglo XXI mediante acuerdos comerciales.
Esto ha estado cambiando con una serie de declaraciones de parte de los presidentes de ambos países, donde se está planteando la dependencia de distintas maneras y usándolas como arma de tipo político. Repito, de ambas partes. El punto es que, para muchos, se tiene la idea de que unos dependen de los otros. Por ejemplo, la presidenta de México habla de que los migrantes mexicanos sostienen la economía de Estados Unidos, lo cual es parcialmente cierto, pero no del todo. Y fue citada, como quien pidió una movilización de los emigrados para defender sus derechos. Culpabilizándola por los disturbios recientes en algunas ciudades de los Estados Unidos.
Estos últimos días, se han visto en redes sociales respuestas a esta aseveración de la señora presidenta, diciéndole que, si los mexicanos que están trabajando en Estados Unidos son tan eficaces, tan buenos trabajadores, ¿por qué no se regresan a México, trabajan acá y construyen una economía mexicana mucho más fuerte, aprovechando esas fortalezas?
Lo que pasa es que no basta con tener un buen trabajador: personas asiduas, bien entrenadas o dispuestas a serlo, como ocurre con mucha frecuencia con el migrante mexicano. Y no basta por muchas razones. Si regresaran a México todos los buenos trabajadores emigrados a los Estados Unidos, que ya han sido valorados, que ya reciben salarios muy superiores a los que se pagan en México, se encontrarían con otra situación: las diferencias importantes entre las dos economías. Mientras en Estados Unidos existe una fuerte inversión, un emigrado, al llegar a México, se va a encontrar con una economía con un poder adquisitivo incomparablemente menor que el de Estados Unidos, con una inversión tecnológica escasa y cara.
Con esto, las condiciones de ese trabajador, aun cuando sean en realidad muy buenas, no van a tener resultados. Dentro de estas diferencias habría que destacar, como algo muy importante, el concepto del imperio de la ley, muy apreciado en los valores de una buena parte de la población de Estados Unidos. Mientras que en México la situación no es así: pocas personas tienen mucho aprecio por el imperio de la ley y tienen otro tipo de ideas, que heredamos desde los tiempos de la Colonia o antes.
Esta situación, que hemos tenido ancestralmente, en las últimas semanas, se ha agudizado, en parte, por marchas y algunos actos de violencia, en la ciudad de Los Ángeles y en otras ciudades de los Estados Unidos. Mismos que se achacan a declaraciones de la presidenta Sheinbaum, quien habló de la necesidad de movilizarse ante las situaciones en que viven nuestros emigrados. Se ha disparado una guerra de declaraciones de ambas partes. Tanto de los personeros de la 4T, como por cierto tipo de partidarios del Partido Republicano de los Estados Unidos.
Se ha llegado hasta acusar al gobierno de México de estar planeando una invasión y una guerra de guerrillas en Estados Unidos. Se habla de la colaboración de Venezuela, Cuba y Nicaragua para este asunto. Planteándolo como una cuestión que ya no es de tipo interno ni de migración, sino de un ataque bélico. Con todas las consecuencias que esto tiene. Sin saber, en realidad, hasta dónde puede llegar.
Debemos tener un concepto más claro de cómo debe ser nuestra relación. Lo único bueno que puede salir, de toda esta guerra de declaraciones es, precisamente, la clarificación de cómo debe ser el papel de ambos países. Hay que reconocer que hay dependencia, pero hay que pensar que debe volverse una interdependencia, donde cada cual aporte sus fortalezas y ayude a remediar, de algún modo, las debilidades de nuestros países.
Hay que reconocer la aportación que tiene la mano de obra mexicana, sea en Estados Unidos o sea en las maquiladoras, en el concepto, hoy muy demeritado, del Near Shore, y ver cuáles son los lados positivos. México está aportando mano de obra calificada, entrenada con las especificaciones que piden en Estados Unidos, y con una organización de la cadena productiva que se integra de una manera muy adecuada para las necesidades de ese país. Por otro lado, hay que reconocer que a México le conviene un acceso más amplio a una economía mucho más grande y creciente, donde puede haber un mercado muy bueno para nuestros productos.
Aceptar que tenemos diferencias en esta relación. Esta interdependencia se da donde México aporta muchas materias primas o productos ensamblados por mano de obra especializada, mientras que nosotros importamos bienes de capital, equipo electrónico y equipo de alta tecnología, obviamente en todos los casos, con mayor valor agregado. Por ejemplo, la utilidad que se puede obtener exportando cien mil dólares de aguacate es escasa, comparada con lo que le trae, a los Estados Unidos, como valor agregado, la venta de cien mil dólares de teléfonos electrónicos de alguna de las marcas de alta gama. Lo mismo ocurre con equipamiento electrónico de alto nivel que importamos de EE. UU., mientras nosotros estamos exportando petróleo, carne de res y vegetales de invierno, que no se comparan con el valor agregado de lo que les compramos.
Tenemos que reconocer, mutuamente, la aportación que cada uno hace para la economía del otro país. Cultivar lo positivo, abandonar el concepto de que hay ganadores y perdedores. Evitar pensar que estamos en un juego de suma cero. O sea, que todo lo que gane Estados Unidos es porque lo perdió México y, viceversa, todo lo que ganan México y los mexicanos es porque lo perdió Estados Unidos. En realidad, la idea es que entre los dos podemos hacer que nuestros mercados crezcan y que seamos cada vez más importantes a nivel mundial, ganando exportaciones fuera de nuestra área. No solo esto: considerar cómo crecerían nuestras economías si tuviéramos ambos países mayor poder adquisitivo. Ese debería ser, realmente, el objetivo más relevante.
Pero no ha sido fácil. No se trata de ver qué le arrebato al otro para crecer yo, sino de ver cómo colaboramos juntos. El concepto que le ha dado vida a la Unión Europea y probablemente a otras economías, que busca precisamente esto. Finalmente, lo que necesitamos es bajar la intensidad de un enfrentamiento estéril, que no nos está beneficiando, que nos está haciendo daño a ambos lados. Y que al final de esta historia terminaremos con enconos, con divisiones y con víctimas, muchas veces, irrecuperables. En ambas economías.
La opinión emitida en este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la postura de Siete24.mx
Columna Invitada
Bambú: solución verde con impacto social y ambiental
Cada 17 de junio, el mundo conmemora el Día de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía, una fecha que nos recuerda que la degradación del suelo, la escasez de agua y la pérdida de cobertura vegetal no son amenazas distantes: son realidades palpables en gran parte del territorio sonorense. Frente a este desafío que compromete nuestra seguridad alimentaria, nuestra economía y nuestra calidad de vida, una alternativa natural, resiliente y altamente rentable emerge con fuerza: el bambú.
El bambú: restaurador del suelo, capturador de carbono y generador de esperanza
El bambú, posee una serie de cualidades ecológicas y económicas que lo posicionan como una solución integral para Sonora:
Captura carbono de forma eficiente, permitiendo que los productores accedan al creciente mercado internacional de bonos de carbono.
Fija el suelo, combate la erosión y restablece ciclos hidrológicos, permitiendo que el agua vuelva a infiltrarse en la tierra y que los ecosistemas comiencen a regenerarse.
Tiene la capacidad de absorber metales pesados y regenerar suelos contaminados por actividades mineras, una problemática crítica en diversas regiones del estado.
Produce biomasa en abundancia y en poco tiempo, sin necesidad de replantar, lo que permite un aprovechamiento continuo y sustentable.
Además, el bambú es altamente versátil: puede utilizarse para fabricar muebles, textiles, papel, utensilios, brotes comestibles… y lo más importante para miles de familias: para construir viviendas económicas, dignas, resistentes y de bajo impacto ambiental.
Vivienda digna y metas de desarrollo: una oportunidad para Sonora
El Estado de Sonora ha anunciado metas importantes en materia de vivienda social, infraestructura ecológica y combate a la marginación rural. El bambú es el catalizador para cumplir esas metas de forma sustentable, rápida y con valor social agregado.
En regiones donde los costos de construcción son elevados o los materiales tradicionales escasean, la bioconstrucción con bambú representa una solución viable y replicable, alineada con las políticas de combate al cambio climático. El sustituto ideal del acero, representando poco más del 35% de ahorro en el sistema tradicional.
Mercado de carbono: ingresos verdes para las comunidades rurales
Cada hectárea de bambú bien manejada puede capturar en promedio 30 toneladas de CO₂ al año, lo que permite registrar proyectos que generen bonos de carbono y que puedan ser vendidos en mercados internacionales. Esto representa una nueva fuente de ingresos para pequeños productores, ejidos y comunidades indígenas, sin necesidad de destruir el ecosistema.
En países como Perú, Colombia o India ya se han implementado exitosamente modelos similares. Sonora puede ser el primer estado del norte de México en aprovechar esta oportunidad.
Ecoturismo y economía verde
El bambú no sólo regenera ecosistemas y genera productos. También transforma paisajes. Proyectos de senderismo, turismo ecológico, centros de educación ambiental y alojamiento rural en casas de bambú pueden convertirse en fuentes de ingreso para regiones que hoy dependen únicamente de actividades primarias e incluso del sector minero en peligro de receso.
Zonas como la Sierra Alta, los Valles agrícolas abandonados o los municipios cercanos a las minas pueden convertirse en corredores de restauración productiva y de turismo regenerativo si se apuesta por este modelo.
Un llamado a la tierra, a la acción y a la visión disruptiva
Durante el Foro de Consulta del Plan Estatal de Desarrollo, convocado por el gobierno del estado de Sonora, la propuesta de implementar un modelo basado en el cultivo y aprovechamiento del bambú destaca como una de las más integrales, sostenibles y visionarias. Participamos activamente cumpliendo con los formatos oficiales, en foros y mesas específicas, presentando argumentos que hemos construido desde 2011 y reactivado en octubre de 2023 a través de nuestra consulta con especialistas.
Por ello, hacemos un llamado urgente, firme y respetuoso a las autoridades estatales y federales, a los legisladores, presidentes municipales, universidades y organismos de desarrollo: volteen a la tierra, escuchen a las comunidades y apuesten al bambú. No se trata de una utopía: se trata de una herramienta concreta, con evidencia científica y resultados internacionales, capaz de regenerar suelos, activar economías locales y captar carbono a gran escala.
El bambú no es un cultivo más. Es una solución regenerativa, económica, climática y socialmente transformadora. Y puede ser —sin exagerar— la respuesta estructural que Sonora necesita. La decisión está en nuestras manos: sembrar bambú es sembrar futuro.
Mtro. Guillermo Moreno Ríos
Ingeniero civil, académico, editor y especialista en Gestión Integral de Riesgos y Seguros. Creador de Memovember, Cubo de la Resiliencia y Promotor del Bambú.
[email protected]
La opinión emitida en este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la postura de Siete24.mx
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