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Star Wars: la mezcla entre pasado y futuro

En Star Wars, vemos cómo la saga juega continuamente con conceptos de pasado y futuro.

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Por: Ignacio Anaya

Hace poco se estrenó la serie de Ahsoka y, como buen fan de Star Wars, no podía perdérmela, estuviera buena o no. Sin caer en spoilers, en el tercer capítulo ocurre una persecución de naves espaciales y algo peculiar llamó mi atención: los vehículos tenían el diseño de aviones de la Segunda Guerra Mundial, pero, en lugar de volar en el cielo, se encontraban en el espacio. Eso, junto con unos láseres, fue suficiente para brindar al espectador esa dosis de ciencia ficción que espera de la saga.

En Star Wars, vemos cómo la saga juega continuamente con conceptos de pasado y futuro. Aunque la historia se sitúa en “una galaxia muy, muy lejana” y comienza con las palabras “Hace mucho tiempo…”, presenta una visión futurista con tecnologías avanzadas, sistemas políticos complejos y una amplia variedad de especies interconectadas. Desde ese momento, deja claro algo: el tiempo de la saga es mítico, no cronológico. En este sentido, Star Wars muestra un futuro que es al mismo tiempo pasado.

Es aún más interesante el hecho de que la saga comenzó en una historia con un pasado mítico, pero que luego se volvió crucial para comprender la trama posteriormente. ¿Eran necesarias las precuelas? No lo menciono en cuanto a su calidad; me considero parte de la generación que creció con ellas y, personalmente, es mi periodo favorito del universo de Star Wars. Lo que quiero destacar es cómo su existencia reconfiguró, en cierta medida, la manera de entender la saga. En las películas originales había menciones a una guerra de los clones; la Fuerza y los Jedi son un mito y la historia de Anakin Skywalker se encuentra fragmentada. Todo se revela con la aparición de las precuelas, décadas después.

¿Necesitamos saber qué pasó para tener una comprensión profunda? En la medida en que ese universo existe y es comprensible, siempre querremos estar al corriente. Ya sea conscientemente o no, los seguidores de la saga lo saben; por eso, cuando que hay una oportunidad de ver algo nuevo, lo hacemos… y luego llegan las críticas.

Ahora bien, como sucede con muchas narrativas, es difícil escapar del pasado o resistir el impulso de representarlo. Sin esa representación Star Wars no sería el producto final que conocemos. Al principio, mencioné el ejemplo de las naves en la serie de Ahsoka, pero es solo uno de muchos donde se observan elementos similares. En una entrevista con la revista Times el 29 de abril de 2002, un entrevistador preguntó a George Lucas por qué las mujeres en las películas tenían peinados peculiares, haciendo una obvia referencia a la princesa Leia. Lucas respondió: “En la película de 1977 (Una nueva esperanza), trabajé arduamente para crear algo distinto, fuera de la moda. Por eso, opté por un look revolucionario femenino al estilo Pancho Villa, que es lo que es. Los moños básicamente provienen del México de principios de siglo. Luego tuvo tanto éxito que se convirtió en algo icónico. En la nueva trilogía, se aplicó la misma lógica: intentar hacer algo atemporal.”

Además de mostrar la influencia mexicana en la saga, resulta interesante el comentario sobre el uso de estilos del pasado que se sienten atemporales. En una historia con una narrativa situada en un futuro que, al mismo tiempo, es pasado, los juegos temporales propician el anacronismo como estética de ese universo.

Esta combinación entre lo familiar (referencias históricas y culturales) y lo desconocido (tecnologías futuristas) podría interpretarse como nuestra incapacidad para anclarnos por completo en el pasado o proyectarnos plenamente hacia el futuro. Vivimos en un presente perpetuo, donde nuestras percepciones del tiempo y el espacio están en constante cambio. Star Wars, a pesar de su ambientación en “una galaxia muy, muy lejana”, capta este sentimiento al desdibujar las líneas lo que es pasado, presente y futuro.

George Lucas, consciente o inconscientemente, toca una fibra profunda al combinar lo familiar con lo extraño. Al optar por estilos “atemporales”, crea un universo en el que las categorías tradicionales de tiempo se desvanecen. La saga no es solo una obra de ciencia ficción, sino también una reflexión sobre la naturaleza del tiempo, la historia y la identidad. A través de ella, podemos analizar cómo entendemos y nos relacionamos con nuestro pasado y futuro, y de que manera esas percepciones influyen en nuestra experiencia del presente.

La opinión emitida en este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la postura de Siete24.mx



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Fuera del guion

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El tema obligado, en los días recientes, fueron los comentarios sobre la toma de posesión de la presidenta Claudia Sheinbaum. Aparentemente, existió un guion para esa ceremonia, el cual incluyó temas de tipo político, ideológico y cultural.

Un guion que fue un homenaje centrado en Manuel López Obrador, en lo que dominó el relato de logros del sexenio anterior y el aplauso a su presidente. Desde su llegada: el lento acceso de Manuel López Obrador, en contraste con el arribo mucho más rápido de la doctora Sheinbaum, deteniéndose menos a recibir abrazos y posar para los “selfis”. Una ceremonia con tinte partidista, poco republicana, excepto por el beso de la presidenta Sheinbaum a la ministra presidenta de la Suprema Corte.

En el discurso de la presidenta, algunas Ideas que resaltan, probablemente porque parecerían innecesarias. Por ejemplo, el ofrecimiento de que gobernará para todos. Como si no fuera una obligación del Ejecutivo y un derecho de la ciudadanía. No debería ser de otra manera. No se esperaría que se dijera, públicamente, que la presidenta gobernaría sólo para la fracción dominante.

Otro ejemplo es el guiño a los inversionistas, diciendo que no cambiarán las reglas y que se cumplirán los compromisos que ha adquirido el gobierno. Como si fuera algo optativo. Como si no fuera algo que se espera de cualquier gobierno democrático. Es interesante analizar los discursos de aceptación, de toma de posesión de gobiernos, en otros países democráticos. Esos son temas que no se tocan, que se dan por hechos, porque así es una sociedad democrática. Pero aquí, aparentemente, se ve la necesidad de hacerlo.

Y en compensación, en respuesta, se espera que los accionistas, el sector empresarial, inviertan más en el país. Y que cumplan con la Ley. Más allá de lo que ocurrió durante el sexenio de López Obrador, donde efectivamente aumentó la inversión, tanto extranjera como nacional, pero fundamentalmente por una reinversión de las utilidades, con muy escasa aportación de lo que llaman “dinero fresco”: proyectos que parten de cero, que no son meramente mantener la participación que ya existe. Además de un compromiso de no sacar las utilidades del país, que es lo que sería de temer. En realidad, se necesita mucho más que eso.

Estamos viendo en esta toma de posesión una línea, similar a la de los ofrecimientos de campaña, donde aparentemente parecería que la señora presidenta se está ganando la selección como candidata. De la ceremonia en el Zócalo de la Ciudad de México, hay una serie de puntos que son copia de los ofrecimientos del régimen anterior. Con algunos asuntos que destacan, de los cuales probablemente dos son los que más llaman la atención. Precisamente, porque se salen del guion.

Uno es reducir la actividad de Pemex, con énfasis en la producción para el consumo interno y reducir sustancialmente las exportaciones. Algo que va en contra de las ideas de los últimos 80 años o más, donde se trató de tener en Pemex una fuente de divisas, gracias a la exportación. Por otra parte esto, ciertamente, hace sentido, porque cada vez tenemos menor capacidad de extracción de petróleo crudo.

Por otro lado, hablar de las energías limpias. Nosotros estamos comprometidos mundialmente a cumplir con la Agenda para el año 2030, un convenio que difícilmente podremos cumplir, pero al cual nos comprometimos con los organismos internacionales. Esto significa dar un giro importante a las ideas de los que dirigieron la CFE.

La participación privada y social en la generación de energías limpias, no fueron prioridad en el sexenio anterior y, claramente, fueron vistas con desconfianza, para volver a darle la primacía en la generación a la Comisión Federal de Electricidad. Se habla ahora de mayor participación privada en la generación de energía y también que, en la vivienda social. se incorpore la generación a través de energía solar. Y esto tendría que ser parte de la propiedad de cada uno de los dueños de esa vivienda social.

La gran cuestión que no se ha resuelto, no solo en estos eventos, sino en general, en toda la discusión que tenemos en el país, es la pregunta: ¿de dónde saldrá el dinero? Como ocurrió durante la campaña. Y no fue solo la presidenta Sheinbaum quien no le dio suficiente respuesta. Los demás contendientes, en los diversos órdenes de gobierno, tampoco lo hicieron. Este es un gran problema. Todos le han dado la vuelta a la cuestión de una reforma fiscal. Lo cual tiene algún sentido, al tratar de evitar que se espanten los inversionistas nacionales y extranjeros.

En el sexenio de López Obrador, se hablaba de que seguiremos teniendo recursos importantes a obtener, porque tuvimos décadas de corrupción y que eso se puede recuperar y darle un buen uso. Pero es muy poco creíble que la corrupción que se haya acumulado en el sexenio anterior, tenga una magnitud parecida a la corrupción acumulada durante decenas de años. Claramente, si es que se lograron las metas de reducir la corrupción para devolver esos fondos al pueblo, no podemos esperar que esa sea la fuente de financiamiento de todos los nuevos programas que se están anunciando. Este es el punto que tenemos que resolver: ¿cómo lograr un gasto social sostenible?

Hay que ir más allá de estas ofertas, y convertirlas en un auténtico plan de gobierno que no solo incluya lo qué queremos lograr, sino también el cómo. Algo que en general nos ha fallado de gran manera en todos los planes de desarrollo que hemos tenido en este país. Esperemos que en las próximas semanas tengamos mayor claridad. Ahí se verá la capacidad de nuestra presidenta y de su equipo de trabajo.

La opinión emitida en este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la postura de Siete24.mx

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México SOS: Orlando Camacho presenta estrategias para fortalecer la seguridad pública en Sonora

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En un reciente conversatorio organizado por el Consejo INCIDE en colaboración con Sonora Global, Orlando Camacho, director general de México SOS, presentó una propuesta innovadora para fortalecer la seguridad pública en Sonora, enfocada en la participación activa de los ciudadanos. México SOS, fundada por Alejandro Martí, tras el trágico asesinato de su hijo, ha sido una de las organizaciones más influyentes en la promoción de reformas legislativas y en la creación de una cultura de denuncia y atención a víctimas.

En la reunión, se abordaron temas clave como la seguridad en la industria minera, el funcionamiento de las “Mesas Ciudadanas” promovidas por México SOS, el impacto de las redes sociales en la juventud en relación con la seguridad, la necesidad de dar un mejor seguimiento a los fideicomisos destinados a este rubro y reforzar las medidas preventivas.

Durante su intervención, Arturo Fernández, presidente de Sonora Global, expresó su satisfacción por el desarrollo del diálogo, destacando la importancia de estas instancias para mejorar la seguridad a través de la colaboración entre sociedad y autoridades.

Asimismo, Guillermo Moreno, presidente de INCIDE, enfatizó la necesidad de crear condiciones propicias para la generación de empleos mediante la diversificación productiva y la relocalización de empresas, elementos clave para un desarrollo económico seguro en Sonora.

Resultados y Acciones Locales

El conversatorio también abordó los logros de México SOS en otras regiones. En Xalapa y Tampico, por ejemplo, se ha registrado una notable reducción de secuestros, extorsiones y homicidios dolosos entre 2019 y 2024. Además, ciudades como San Pedro Garza García, Piedras Negras y Los Cabos han mejorado significativamente su percepción de seguridad.

En la región de La Laguna (Coahuila-Durango), más de 285 mil personas han visto una mejora en su percepción de seguridad entre 2012 y 2024, gracias a operativos locales y la colaboración entre ciudadanía y autoridades. Además, en Quintana Roo, operativos en playas y otras acciones locales han contribuido a la reducción de la criminalidad.

Tamaulipas, un estado que en 2015 era considerado uno de los más inseguros de México, ha mostrado una transformación notable. En 2024, se ha convertido en uno de los estados con mayor avance en paz, ocupando el octavo lugar en el índice de paz. Este cambio se ha logrado gracias a una combinación de estrategias coordinadas entre gobierno y sociedad civil.

Una de las claves para este éxito ha sido la activación ciudadana a través de la Red Nacional de Mesas Ciudadanas de Seguridad y Justicia (MCSJ). Estas mesas representan un modelo de gobernanza colaborativa donde la sociedad y el gobierno asumen juntos la corresponsabilidad en materia de seguridad. Con presencia en 17 estados y más de 40 grupos activos, las MCSJ han trabajado para generar confianza y transparencia, trascendiendo administraciones municipales, estatales y federales.

El Futuro de la Seguridad en Sonora

Camacho destacó que para transformar la seguridad en Sonora es fundamental que los ciudadanos asuman un rol activo en la colaboración con las autoridades.

El deterioro de la célula social, como lo es la familia, y su ataque sistemático han sido caldo de cultivo para el crecimiento de la delincuencia.

La creación de empleos, una participación activa en temas de seguridad y la mejora en la percepción ciudadana serán claves para asegurar un futuro más seguro en Sonora y todo México y reconoció lo que en INCIDE están trabajando en esta materia.

Para culminar el evento, entregaron el reconocimiento al ponente, en nombre de todo el Consejo Incide, Ramón Ángel Ortega, presidente del Patronato de Seguridad Pública de Hermosillo; David Fontes, director de seguridad de la Universidad de Sonora y Héctor Villalba, subdirector de Investigación y Diseño Curricular de la Universidad de la Seguridad Pública del Estado de Sonora.

Mtro. Guillermo Moreno Ríos
Ingeniero civil, académico, editor y especialista en gestión integral de riesgos, resiliencia empresarial, seguros y derechos humanos.
incide.guillermo@gmail.com

La opinión emitida en este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la postura de Siete24.mx

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¿Qué esperar de una presidenta?

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Ahora que empieza a gobernamos una mujer presidenta, la primera mandataria, vale la pena hacer algunos comentarios al respecto. México llega tarde en este aspecto. En América se han dado ocho casos de mujeres presidentas y una primera ministra, algunas de ellas elegidas dos veces. Gobernaron diferentes países: Argentina, Nicaragua, Chile, Costa Rica, Brasil, Bolivia, Panamá, Canadá y ahora México. Tenemos algo que revisar.

¿Qué esperamos de una presidenta? Buena pregunta. En algunas cosas deberíamos esperar lo mismo: honestidad, capacidad, patriotismo, como de cualquier gobernante. En cambio, por el hecho de ser mujer, podríamos pensar también en otras cualidades, que no necesariamente significan que sean mejores o no. Simplemente diferentes: otro sentido de las prioridades, un uso más importante de la inteligencia emocional, conciliar de modo diferente, más confianza en su intuición. Eso lo esperaríamos de las dos candidatas que contendieron, independientemente de sus posiciones políticas. También esperamos que sea una mujer con fortaleza, decidida. Por otro lado, tenemos que cuidar que no caigamos en prejuicios. No todas las mujeres son iguales, cómo no lo somos los hombres.

Para decirlo de una manera muy clara, hay que evitar el tema del machismo. Uno que se da en ambas vertientes del espectro político, tanto del lado opositor como del lado de la 4T. Algunos hablan de que la presidente Claudia Sheinbaum no será verdaderamente presidenta, sino una vicepresidenta. En su machismo, consideran que por ser mujer no tendrá la capacidad de tener libertad de acción y que tendrá que ser dirigida a control remoto por el presidente anterior. Algo que se ha visto también en otros casos: en algunos países, se consideró que la presidenta ha sido colocada en el puesto por su propio marido, con el propósito de gobernar a través de ella.

Del otro lado, nos encontramos también que la así llamada izquierda, considera a la doctora Sheinbaum como alguien que tiene la capacidad de dar continuidad y les da confianza a los miembros de la 4T, precisamente porque piensan que no tendrá capacidad de gobernar de una manera diferente. Consideran que la está vigilando Andrés Manuel y no le permitirá cometer errores. Una situación interesante es cómo se manejan los slogans en este sentido. Muchos de ellos dicen que “es un honor estar con Obrador”. Prácticamente no se escucha decir “es un honor estar con Claudia Sheinbaum”. Porque se les considera en ligas diferentes.

La verdadera aceptación de la mujer como gobernante, sea presidenta o primera ministra, tiene que ver con un reconocimiento de su aportación. Hay que considerar que son elegidas porque verdaderamente son las que mejor cumplen las necesidades del electorado, y no meramente porque hay que imponer cuotas artificiales.

¿Qué deberíamos de esperar de una presidenta o primera ministra? Deberíamos de esperar, entre otras cosas, que gobierne para todos. Desde luego, la doctora Sheinbaum ha prometido gobernar para todos, pero básicamente no se cree verdaderamente que esto ocurra así, por ninguno de los dos bandos.

¿Qué futuro podemos esperar? Es muy difícil de pronosticar. La oposición, que sigue todavía en un modo de campaña, como si las cosas no hubieran cambiado, tampoco está en una condición de reconocer y colaborar con este gobierno. Ojalá pudiéramos lograr un concepto incluyente, donde aceptemos que puede haber diferentes maneras de gobernar sin que necesariamente todas ocurran en el mismo orden, con las mismas prioridades. Y de la misma manera, ojalá tuviéramos una gobernante dispuesta a escuchar a la ciudadanía, no una que solo escuche a sus adeptos. Una presidenta que renuncie a la aplanadora legislativa, una que acepte contrapesos, que no tenga como lema “aquí mando yo”.

Hay que influir en diferentes niveles para lograr, de este gobierno, un enfoque femenino. Aceptar que lo femenino tiene el mismo valor que lo que pueda tener lo masculino. Y esto, que lo deseamos a nivel de la sociedad civil, también es particularmente importante en el sector privado. En aspectos como familia, educación, sociedades intermedias, tenemos que encontrar soluciones que sean aceptables para todos, aunque no sean particularmente homogéneas.

Hay que aprovechar las capacidades de las mujeres gobernantes para enriquecer y mejorar nuestra Sociedad. Incluir a mujeres, no sólo en los más altos niveles: en todos los niveles del Estado. Presentar este hecho de una mujer gobernante, al más alto nivel, como la demostración de que las mujeres tienen un papel fundamental en la vida de la Sociedad.

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El México que nos espera: Compromisos y participación ante el cambio de gobierno

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Primero de octubre, escribo esta columna y México despierta bajo una nueva administración encabezada por Claudia Sheinbaum como presidenta. Este cambio no solo implica una transición en el poder político, sino una oportunidad para redirigir el rumbo del país hacia una visión más justa, incluyente y sostenible. Nos encontramos ante un punto de inflexión que debe motivarnos a ser más proactivos en la construcción del futuro que deseamos.

La presidenta Sheinbaum ha presentado una serie de compromisos que de implementarse correctamente, pueden transformar a México en un país más equilibrado social y económicamente.

Ha esbozado un plan que abarca diversos temas esenciales para el desarrollo de México. Entre los más destacados se incluyen la mejora de la infraestructura educativa y de salud, austeridad y lucha contra la corrupción, el impulso a la autosuficiencia alimentaria y la producción de energías sustentables, así como el fortalecimiento del sistema de seguridad social y la modernización del transporte.

Nuestro papel como ciudadanos: de observadores a actores clave

La implementación de estos compromisos no es responsabilidad exclusiva del gobierno. Los diversos sectores de la sociedad, como el empresarial, académico y civil, debemos adoptar un papel proactivo. No podemos esperar que el cambio provenga únicamente de las instituciones; es nuestra responsabilidad colaborar y proponer soluciones innovadoras.

Las alianzas público-privadas pueden jugar un rol crucial, especialmente en proyectos de infraestructura. Sin embargo, debemos asegurarnos de que estas colaboraciones no se limiten a la rentabilidad económica, sino que también prioricen el impacto social y ambiental a largo plazo.

La comunicación como herramienta de transformación

Es momento de dejar atrás las críticas vacías y polarizantes y avanzar hacia un análisis más profundo y constructivo. Los medios de comunicación y líderes de opinión tenemos la responsabilidad de actuar como puentes entre el gobierno y la sociedad, informando de manera objetiva sobre los logros y desafíos de la administración.

Debemos promover un diálogo inclusivo, donde todas las voces sean escuchadas, pero también valorando el debate informado y propositivo. Las redes sociales, aunque han democratizado la opinión pública, también requieren un compromiso mayor para elevar el nivel de la conversación, alejándonos del sensacionalismo y enfocándonos en soluciones concretas.

Acciones a seguir

Es crucial que los sectores clave de la sociedad no esperen pasivamente a que los compromisos de Sheinbaum se desarrollen, sino que comiencen a actuar desde ahora. Es necesario formar mesas de trabajo, foros de consulta y alianzas que reúnan a empresarios, académicos, expertos en políticas públicas y sociedad civil para colaborar en la implementación de estos compromisos. Como ciudadanos, debemos asumir el rol de co-creadores del futuro de México.

El mandato de Claudia Sheinbaum está lleno de promesas que pueden cambiar el destino de México. Si bien los compromisos son ambiciosos, la clave está en cómo los llevaremos a cabo. Esta es una oportunidad para trabajar juntos, innovar y transformar verdaderamente al país. Si lo hacemos bien, podemos construir un México más próspero, justo y equitativo para todos.

Este es el momento de actuar, de convertirnos en protagonistas del cambio que anhelamos y no quedarnos como simples espectadores en nuestro propio país. México nos necesita, y juntos podemos hacer que los compromisos de hoy se conviertan en las realidades de mañana.

Felicidades Presidenta, en Sonora la sociedad civil estamos listos para, como usted dice: “aprovechar la relación del tratado comercial con Estados Unidos y Canadá para seguir impulsando la relocalización de las empresas, mientras se promueve el desarrollo regional con bienestar y cuidado al medio ambiente. Estados Unidos, Canadá y México sabemos que la cooperación económica fortalece a las tres naciones. Es claro que entre nosotros no competimos, nos complementamos y, además, generamos las condiciones para una mayor consolidación de la economía de todo el continente en una visión de presente y futuro de la economía mundial”, por ello, esperamos nos acompañe el próximo 14 de noviembre en nuestro XXV Aniversario de fundación como Consejo INCIDE y empecemos juntos a hacerlo realidad.

Mtro. Guillermo Moreno Ríos
Ingeniero civil, académico, editor y especialista en gestión integral de riesgos, resiliencia empresarial, seguros y derechos humanos.
incide.guillermo@gmail.com

La opinión emitida en este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la postura de Siete24.mx

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