Problemas emocionales a causa del sismo

Ciudad de México.— Con el programa “Estoy Contigo”, a través de la Secretaría de Salud de la Ciudad de México, se han otorgado 16 mil 127 atenciones psicológicas y psiquiátricas a personas que padecen problemas emocionales como consecuencia del sismo ocurrido el pasado 19 de septiembre.

Las atenciones se han brindado por medio de las brigadas médicas, puntos siniestrados y barridos casa a casa, así como 180 que fueron tratadas en la Clínica Condesa.

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La estrategia que se realiza en conjunto con el Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón De La Fuente Muñiz”, la Asociación Psiquiátrica Mexicana y la Asociación Psicoanalítica Mexicana, ha tenido una aceptación importante en poco tiempo, ya que también se han incorporado más de 400 profesionales de la salud mental voluntarios, para lo cual, han sido capacitados en intervención en crisis y manejo de primeros auxilios psicológicos con un enfoque en situaciones de desastre.

Por otra parte, del 20 al 30 de septiembre el centro de atención telefónica de la SEDESA Medicina a Distancia 5132 0909, ha atendido tres mil 366 llamadas y otorgado 190 asesorías presenciales en los diferentes módulos. Derivado de la contingencia, el personal de Medicina a Distancia se encuentra en Locatel y en dos módulos semifijos, ubicados en los multifamiliares de Tlalpan y en Arcos de Belem.

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Medicina a Distancia es un punto enlace y contención muy importante para el programa “Estoy Contigo”, porque las personas que llaman, en este caso por presentar secuelas de impacto emocional y psicológico por el temblor, expresan de manera inmediata su problema emocional, se canalizan sus emociones y eso permite que se desahoguen.

Las principales causas de atención son por estrés ansiedad, estrés agudo, estrés postraumático y depresión, y el 60 por ciento de los casos corresponden a mujeres.

Las reacciones por causa de un temblor son normales en casi todos, como es el miedo, estrés inmediato y la angustia, no obstante, si pasan hasta cuatro días y la intranquilidad persiste y crece en una persona, es momento de pedir ayuda a los especialistas, con el fin de resolver esos síntomas y evitar pasar a los otros trastornos.

Si una persona tiene la sensación de que algo va a pasar, esta tensa, tiene insomnio, come de manera compulsiva, no se concentra, es probable que pase por un trastorno de ansiedad.

Si tuviera tristeza constante, llanto frecuente, un sueño difícil en la noche y exceso de sueño en el día, pérdida de apetito, la sensación o sentimiento de culpa y lo más graves, con ideas de muerte y suicidas, ya está en un proceso depresivo.

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Si los problemas aparentemente ya pasaron, pero persisten los síntomas de angustia y estrés, y cada vez con un estímulo recuerda el sismo como si estuviera sucediendo, como subir a un edificio u oír un ruido que asocia con la alarma sísmica, entonces la persona entró en un problema de estrés postraumático.

Las personas que presenten alguna inestabilidad emocional o sensaciones de angustia, expresarlo con los padres, pareja, hijos, amigos o persona de confianza, para generar puntos de fortaleza en sí mismas para superar los síntomas de crisis y no se conviertan en nuestro propio enemigo.

Los padres de familia no deben ocultar a la niña o al niño lo que pasó o minimizar el temblor, ya que ellos experimentan miedo e incertidumbre, porque saben que está pasando. Recomendó darles seguridad, confianza y cariño, jugar con ellos, dejar que se acerquen a uno y duerman juntos, a fin de que expresen si pasan por un cambio específico, algún temor, problema para dormir o pesadillas.

ebv