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OMS e Ipas promueven técnica para abortos en humanos que está prohibida en sacrificios animales

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Ciudad de México.— El dolor que pueden provocar ciertos procedimientos en animales de granja es considerado inhumano y prohibido; mientras que en seres humanos en gestación es avalado y promovido. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la organización internacional Ipas apoyan la aplicación de técnicas para abortos tardíos que, científicamente, están prohibidas en el sacrificio de animales debido al sufrimiento que generan.

La OMS y la organización Ipas recomiendan la técnica de muerte fetal con la inyección de cloruro de potasio para abortos en humanos, sustancia que está prohibida para el sacrificio de animales de granja.

En México, la Norma Oficial Mexicana prohíbe expresamente el uso de cloruro de potasio en animales domésticos y silvestres por la agonía que provoca. A pesar de ello, la aplicación en bebés en gestación continúa siendo una práctica permitida.

Cloruro de potasio

El cloruro de potasio se ha utilizado como agente letal tanto en procedimientos veterinarios como en humanos. En la veterinaria, está estrictamente prohibido debido al dolor que produce.

En México, la Norma Oficial Mexicana establece que no se debe utilizar para inducir la muerte de animales, ya que causa sufrimiento severo. Al administrarse, la sustancia produce una parálisis muscular sin pérdida de la conciencia, lo que genera una muerte lenta y angustiosa por asfixia.

En este contexto, la prohibición de su uso busca evitar el dolor innecesario en los animales.

Sin embargo, en el caso de los abortos tardíos, la práctica de inyectar cloruro de potasio en el corazón de los bebés se ha vuelto más común. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y grupos pro-aborto promueven el procedimiento, justificándolo como una forma de garantizar que muera antes de ser expulsado del útero. Este método es parte de las guías que se siguen en varios países para llevar a cabo abortos cuando la gestación supera las 20 semanas.

Asistolia fetal

El uso del cloruro de potasio en el contexto del aborto se conoce como “inducción de asistolia fetal” o feticidio. Este proceso se realiza bajo la guía de una ecografía, que permite a los médicos inyectar la sustancia directamente en el corazón del feto. La inyección produce un paro cardíaco inmediato, causando la muerte del bebé en gestación antes de proceder con la expulsión.

En el ámbito veterinario, la inyección de cloruro de potasio está prohibida en prácticamente todos los países debido a los efectos de sufrimiento que provoca en los animales. Pero en seres humanos no nacidos, el procedimiento es permitido y promovido. Los defensores de los derechos de los animales han trabajado durante décadas para prohibir este tipo de prácticas crueles, y han logrado que su uso en animales sea considerado inaceptable, incluso bajo circunstancias médicas extremas.

En México, la Norma Oficial Mexicana es contundente al señalar que el cloruro de potasio no puede ser empleado para terminar con al vida de los animales debido a los severos efectos que tiene. La ley destaca que la administración de esta sustancia provoca dolor intenso, ansiedad y un paro cardíaco, todo mientras el animal permanece consciente. La preocupación principal radica en el sufrimiento que causa, una muerte dolorosa y angustiosa que, según los expertos, debería evitarse a toda costa.

Dolor fetal: evidencia científica

Un estudio publicado en Pediatric Research concluye que el feto humano puede sentir dolor cuando es sometido a intervenciones quirúrgicas, lo que desafía la creencia común de que los fetos no experimentan dolor hasta el nacimiento.

El estudio revela que el dolor fetal es evidente en la segunda mitad del embarazo, y que los avances en la fisiología del dolor fetal respaldan la idea de que los fetos reaccionan a intervenciones dolorosas durante la cirugía fetal. Esta evidencia sugiere que es un error suponer que el feto se encuentra en un estado continuo e inmutable de sedación y analgesia. En cambio, el feto presenta respuestas a estímulos dolorosos, lo que indica una percepción activa del sufrimiento.

Si los fetos son capaces de experimentar dolor, el uso de métodos como la inyección de cloruro de potasio en el corazón podría estar causando un sufrimiento agudo en los bebés no nacidos.

Derechos humanos y animales

A nivel internacional, la Organizacipon Mundial de la Salud (OMS) incluye el uso de cloruro de potasio en su guía “Aborto sin riesgos”, que detalla los procedimientos recomendados para abortos en etapas avanzadas. Según esta organización, cuando la gestación supera las 20 semanas, es necesario inducir la muerte del feto antes de realizar el procedimiento de aborto.

Esta guía justifica la inyección de cloruro de potasio, al considerar que evita la posible supervivencia del bebé en gestación tras la expulsión. Sin embargo, aunque se menciona la necesidad de “experiencia y precisión” para administrar correctamente la inyección, no se aborda el tema del dolor o sufrimiento que puede causar al feto.

El procedimiento es técnicamente complejo, ya que requiere una alta destreza en el uso de ultrasonido para guiar la aguja directamente hacia el corazón del feto. El riesgo no es menor, ya que también existe la posibilidad de que la sustancia sea inyectada en el sistema vascular de la madre, lo que podría causar complicaciones graves como un paro cardíaco.

En este contexto, resulta complejo que los mismos estándares de compasión y dignidad que se aplican a los animales no se extiendan a los seres humanos no nacidos.

Promoción del aborto

La organización internacional Ipas ha jugado un papel crucial en la promoción del aborto en México, trabajando en colaboración con autoridades sanitarias y grupos de la sociedad civil para implementar estas prácticas en hospitales y clínicas del país.

La organización aboga por que el aborto se realice de manera segura y legal, incluyendo la inducción de la muerte fetal a través de la inyección de sustancias como el cloruro de potasio o la xilocaína, otro anestésico local.

Entre las recomendaciones que emiten, a través de su sitio web, figura la inyección de estas sustancias en el corazón del feto para garantizar su muerte antes de proceder con la dilatación y evacuación o el uso de medicamentos abortivos.

ebv

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