Opinión
Iglesia alerta sobre colapso sanitario en México
No importa cuánto lo repitan las campañas mediáticas, las cosas en el sistema de salud pública no mejoran; basta mirar un poco las clínicas y los hospitales de segundo nivel para advertir que están al borde del colapso. Las razones pueden ser muchas y a estas alturas ya es ocioso buscar responsables. Lo que parece inevitable es que cada vez son más distantes y menos accesibles los servicios médicos al grueso de la población.
Por si fuera poco, la Iglesia católica en México y sus instituciones sanitarias afiliadas (que también participan de no pocas acciones a favor de la salud) advierten que también sus centros de atención “están comenzando a ser rebasados” por un fenómeno que podría colapsar en breve todo el sistema de atención médica y hospitalaria: las enfermedades crónico-degenerativas.
En el comunicado del estudio “¿De qué están muriendo los mexicanos?” que publicó esta semana la Dimensión de Pastoral de la Salud de la Conferencia del Episcopado Mexicano, los agentes sanitarios de la Iglesia católica en México alertan a la sociedad que las enfermedades que actualmente están desencadenando un alto índice de muertes en el país son principalmente la diabetes, la obesidad y el cáncer.
La Iglesia no quiere resignarse y por ello lanzó la Campaña Nacional de Prevención de Pastoral de la Salud que es “una propuesta integral para evitar que las instituciones de salud colapsen”. El plan involucra tres fases donde se opta por la concientización, la activación y la transformación de la sociedad ante la enfermedad y la prevención. La campaña -dicen- podría contar con el gran apoyo de todos los fieles católicos que ya participan en actividades de asistencia humanitaria. Son el principal recurso con el que cuenta la Iglesia católica.
Los agentes de pastoral sanitaria o de pastoral de la salud son hombres y mujeres que realizan diferentes acciones a favor de la salud de sus comunidades. Las directrices de su acción están descritas de la siguiente manera: “Son presencia de la comunidad eclesial con los enfermos y sus familias; al mismo tiempo son los ‘oídos’ de la comunidad para detectar necesidades, para suscitar respuestas de la comunidad, para ser ‘puente’ entre los enfermos-familias y la comunidad”.
En el reglamento de estos agentes está claramente definido que sus servicios son gratuitos, llevados bajo total confidencialidad y siempre en orden a respetar a las instituciones de sanidad.
Para quienes dudan de la capacidad técnica o profesional de esta área de servicio humanitario de los fieles católicos hay que recordarles que mientras el gobernador de Veracruz acusaba a su predecesor de facilitar la administración de medicamentos falsos a niños con cáncer, la Iglesia católica local implementó la campaña “Dónalos a Cáritas” como respuesta a las 250 solicitudes diarias de medicamentos que la población veracruzana hacía a los 52 centros de pastoral de la salud de la Arquidiócesis de Xalapa solamente.
La colecta de medicamentos organizada no sólo satisfizo la emergencia sanitaria de abril pasado, sino que la generosidad de los fieles y la confianza de los ciudadanos en Cáritas rebasó las expectativas de la campaña. Eva Leticia Villagrán, tesorera de Cáritas Xalapa, explicó que las donaciones de medicamentos se distribuyen aún hoy a los dispensarios médicos del estado para seguir atendiendo a los veracruzanos que son las principales víctimas de la pésima administración del sector salud. La respuesta de estos agentes sanitarios quizá no remedia las 109 instalaciones de salud que dejó inconclusas el anterior gobernador, ni los 2 mil 860 millones de pesos en pasivos por daño patrimonial, tampoco paga los 7 mil millones de deuda que el sistema de salud estatal tiene como proveedores, pero para cada familia que, a través de un médico y un voluntario, recibe un medicamento para auxiliar a un familiar es toda la diferencia.
La campaña nacional Mejor prevenir que remediar ya comenzó con su primera fase a través de jornadas de salud infantil y vídeos para generar conciencia. Los facilitadores de esta etapa –sacerdotes, religiosas, agentes de pastoral- trabajan implementando la “feria de la salud”; durante la segunda fase se entregará “La Cartilla de Salud”, para que papás e hijos registren actividades como visitas al doctor, deporte, dormir adecuadamente y orar; al final de cada mes, se evaluará el avance. Para la última etapa, agentes capacitados guiarán a la población con enfermedades como cáncer, diabetes u obesidad, para que se atiendan de una forma correcta; y para evitar que, en un futuro cercano, este fenómeno no continúe colapsando al sistema de salud.
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