Ciencia
Solución a las sillas de ruedas inadecuadas: Xíimbal: La innovación que movilizará a personas con tetraplejia
Mexicana gana Premio Suizo
Ciudad de México.- En algún momento de su vida Norma Araceli Coral Hernández usó una silla de ruedas, ya como alumna de doctorado en la Ibero, esta experiencia la motivó a crear un mecanismo de propulsión para sillas de ruedas, pensado para personas tetrapléjicas, junto con su equipo diseñó Xíimbal, el proyecto fue reconocido con el Premio Suizo a Proyecto Innovador. El galardón lo recibió en la ceremonia de los Premios Creadores del Futuro LATAM, que se realizó en la Embajada de Suiza en México.
Una característica de Xíimbal que convenció al jurado fue el objetivo de “democratizarlo” a personas con tetraplejia o que enfrentan barreras muy severas de movilidad y de independencia. En el mundo, solo el 15 por ciento tiene acceso a una silla de ruedas y la mayoría de ellas no se ajusta a sus capacidades físicas. En México esta situación se agrava. El dispositivo será muy accesible económicamente, explicó Ara Coral en su canal de Youtube.
“Atender esta necesidad básica de un grupo históricamente excluido nos demuestra que a través de Xíimbal la ciencia y la tecnología están al servicio de la sociedad, en donde el siguiente paso es que éste llegue a las manos que más lo necesitan”.
En el mundo, según la Organización Mundial de la Salud, 80 millones de personas necesitan de una silla de ruedas, ya sea por hechos violentos, caídas, accidentes viales o enfermedades degenerativas. La falta de una prescripción médica puede provocar lesiones secundarias que agraven su condición inicial hasta en un 80 por ciento. De ahí la necesidad de diseñar un dispositivo como este.

¿Qué es Xíimbal?
Xíimbal, palabra maya que significa andar, pasear o caminar, “busca brindar una mejor calidad de vida a personas que usan silla de ruedas y atender esta necesidad básica a un grupo históricamente excluido”, dijo Araceli en una entrevista con su Universidad.
Es un sistema de propulsión mecánica; es decir, una palanca, diseñada para ofrecer movilidad accesible, segura y ergonómica a personas con limitaciones de desplazamiento o tetraplejia, una parálisis que afecta las cuatro extremidades y el tronco causada por lesión o enfermedad en la médula espinal.
En la entrevista con Prensa Ibero, contó que, en el posgrado, desarrolló un dispositivo para quienes tienen lesiones cervicales severas y traumatismos en niveles altos. Sus músculos para la respiración resultan afectados y su fuerza queda reducida y o es muy escasa en parte de sus extremidades.
¿Cómo funciona el dispositivo Xíimbal?
Puede ajustarse al desempeño físico del usuario y permite un mayor aprovechamiento de la fuerza utilizando la fuerza en una sola dirección controlada y dirigida. Además, facilita la subida en rampas sin comprometer los rangos de hombro, codo y muñeca.
Norma Araceli Coral y su equipo latinoamericano lo probaron en usuarios de sillas de ruedas con tetraplejía, explica la mexicana:
“Son quienes enfrentan las barreras más severas de movilidad y de independencia. A la solución de esta necesidad, la llamamos Xíimbal, palabra de origen maya, que significa andar, pasear o caminar, y que es precisamente la experiencia que buscamos brindarle al usuario de silla de ruedas”.
El equipo Xíimbal
Ara Coral se unió a un equipo con los mexicanos Raúl Guillén Velásquez y Cuitláhuac Osornio Correa; y a los colombianos, Ana María Vázquez Gallegos y Andrés Torres Velásquez. Juntos, diseñaron modelos matemáticos y tridimensionales, así como la manufactura del prototipo, con un costo menor a los 280 dólares, entre 10 y 16 veces más accesible que otras alternativas, logrando que se ajuste a la fuerza y a la optimización de la propulsión de una silla de ruedas.
“Xíimbal se evaluó con usuarios reales en ambiente controlado, midiendo parámetros biomédicos en donde los resultados fueron contundentes”, explicó.
“Obtuvimos un menor número de movimientos repetitivos, una reducción de ritmo cardíaco, de frecuencia respiratoria, de mayor distancia recorrida y menor gasto energético”.
Este año, con el apoyo de la IBERO y las universidades IEA y CES, Xíimbal obtuvo dos patentes en México y Colombia.
El Premio Suizo a la Innovación, por un monto de 200 mil pesos, fue otorgado con la presencia del embajador de Suiza en México, Pietro Piffaretti; del secretario de Economía, Marcelo Ebrard, y de la secretaria de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación, Rosaura Ruiz.
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Ciencia
Dormir poco, el mal hábito que provoca más muertes después del tabaquismo
Ciudad de México.- Dormir menos de siete horas por noche dejó de ser un mal hábito tolerable para convertirse en una señal de alerta en salud pública.
Un estudio científico reciente identificó que la falta de sueño es el segundo predictor más fuerte de una menor esperanza de vida en Estados Unidos, solo por debajo del tabaquismo.
La investigación, publicada en 2025 en la revista científica SLEEP Advances, analizó datos de todos los estados estadounidenses entre 2019 y 2025. Sus hallazgos colocan al sueño insuficiente por encima de factores como la inactividad física y la diabetes en su asociación con la muerte prematura.
El trabajo fue encabezado por Andrew McHill, profesor asociado de la Oregon Health & Science University (OHSU), y se basó en una amplia base de datos nacional que vinculó la esperanza de vida promedio por condado con encuestas oficiales sobre hábitos de sueño de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
“No esperaba que estuviera tan fuertemente correlacionado con la esperanza de vida”, reconoció McHill en declaraciones difundidas por la propia universidad en Portland, Oregón, tras la publicación del estudio.
El sueño, bajo la lupa de la salud pública
El análisis fue desarrollado principalmente por estudiantes de posgrado del Laboratorio de Sueño, Cronobiología y Salud de la OHSU.
Año tras año, los datos mostraron una relación constante: en casi todos los estados, las poblaciones que duermen menos de siete horas presentan una menor longevidad.
Al comparar distintos factores conductuales, los investigadores encontraron que el sueño insuficiente se posicionó como el segundo predictor más fuerte de una menor esperanza de vida, solo detrás del consumo de tabaco, al evaluar los datos a nivel de condado entre 2019 y 2025.
El resultado se mantuvo incluso después de controlar estadísticamente otros riesgos como dieta, ejercicio, obesidad, diabetes y niveles de soledad.
El estudio contó con el respaldo del Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos.
¿Cuántas horas se consideran suficientes?
Para definir qué es dormir lo necesario, el estudio retomó las recomendaciones de los CDC, la American Academy of Sleep Medicine y la Sleep Research Society: un mínimo de siete horas de sueño por noche en adultos.
McHill subrayó la importancia de este umbral en un comunicado oficial de la Universidad de Oregón, publicado en 2025.
“Las personas realmente deberían esforzarse por dormir entre siete y nueve horas si es posible”, afirmó.
Los autores advierten que el sueño insuficiente es altamente prevalente en la población estadounidense, lo que convierte al descanso nocturno en un asunto prioritario para las políticas de salud, al mismo nivel que la alimentación o la actividad física.
Qué ocurre en el cuerpo cuando no se duerme bien
Aunque el estudio no profundizó en los mecanismos biológicos, los investigadores señalaron que el sueño influye de manera directa en la salud cardiovascular, el sistema inmunológico, el metabolismo y la función cerebral, todos ellos relacionados con enfermedades crónicas y mortalidad.
La evidencia acumulada en los últimos años respalda esta relación.
“Dormir no es un lujo, sino una necesidad biológica imprescindible para el bienestar físico, psicológico y emocional”, advirtió el cardiólogo Daniel López Rosetti, en entrevista para Infobae.
El especialista explicó que el descanso adecuado impacta en la memoria, el estado de ánimo y el sistema inmune, además de reducir el riesgo cardiovascular, un factor clave en la expectativa de vida.
“El sueño tiene una función biológica esencial”, precisó el médico Daniel Pérez Chada, presidente de la Fundación Argentina del Sueño.
En declaraciones para Infobae, Pérez Chada explicó que la alteración del sueño no solo provoca fatiga o somnolencia, sino que puede causar o agravar enfermedades preexistentes.
El sueño como protector del corazón
La relevancia del descanso nocturno también fue destacada por la Asociación Estadounidense del Corazón (AHA).
En una declaración científica publicada en abril en la revista Circulation, la entidad subrayó que la calidad del sueño es determinante para prevenir enfermedades cardiovasculares, diabetes e hipertensión.
Según la AHA, no solo importa la cantidad de horas dormidas, sino también la continuidad, la regularidad de los horarios y la satisfacción con el descanso.
Estas variables influyen directamente en el riesgo de obesidad, colesterol elevado y alteraciones en la glucosa.
“Si se observan nuevas dificultades para conciliar el sueño o permanecer dormido, o somnolencia diurna excesiva, se debe consultar con el médico para una evaluación más exhaustiva”, recomendó Marie-Pierre St-Onge, presidenta del grupo redactor de la declaración y directora del Centro para la Investigación del Sueño de la Universidad de Columbia.
Desde 2022, la AHA incorporó el sueño como uno de los pilares de su estrategia Life’s Essential 8, equiparándolo a factores como la alimentación, el ejercicio y el control de la presión arterial.
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Ciencia
Cerebro, intestino y matrimonio: el hallazgo que conecta la vida en pareja con el peso corporal
Ciudad de México.- Compartir la vida con una pareja estable podría ser un aliado inesperado frente a la obesidad.
Un estudio reciente de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA Health) señala que la calidad del matrimonio influye en el peso corporal a través de procesos biológicos que conectan el cerebro y el intestino.
La investigación fue publicada en la revista Gut Microbes, junto con un comunicado oficial difundido por UCLA Health en Los Ángeles.
El vínculo emocional como factor biológico
La universidad explicó que las relaciones de pareja estables y de apoyo están relacionadas con un mejor control del apetito.
“Hemos sabido durante años que los lazos sociales inciden en la salud, y que los vínculos de apoyo aumentan las tasas de supervivencia hasta en un 50%”, destacó la neurocientífica Arpana Church, líder del proyecto, a través del mismo comunicado.
Church precisó que su equipo buscó comprender los mecanismos detrás de esa relación.
El estudio reclutó a casi 100 adultos del área de Los Ángeles. Los participantes compartieron información sobre su estado civil, índice de masa corporal, hábitos alimenticios, edad, sexo y nivel socioeconómico.

Además, se sometieron a resonancias magnéticas funcionales, análisis sanguíneos y evaluaciones sobre el nivel de apoyo emocional percibido en sus relaciones.
Matrimonio y autocontrol frente a los antojos
Los investigadores observaron que quienes estaban casados y reportaban un apoyo emocional fuerte tenían un índice de masa corporal más bajo y menos conductas vinculadas a la adicción por la comida.
Las resonancias mostraron una mayor activación en la corteza prefrontal dorsolateral, una región clave en la regulación del autocontrol, cuando veían imágenes de alimentos.
“El matrimonio puede servir como un campo de entrenamiento para el autocontrol. Mantener una relación a largo plazo exige superar impulsos cortoplacistas y alinearse con objetivos duraderos”, explicó Arpana Church en el comunicado difundido por UCLA Health.
La líder del proyecto subrayó que esta dinámica podría fortalecer los circuitos cerebrales involucrados en la regulación de la ingesta.
El análisis incluyó también aspectos relacionados con la edad y el estado de salud.
UCLA Health, informó que entre los casados del estudio se observó una ligera tendencia hacia una mayor edad, un factor que podría influir en la relación entre apoyo emocional y control del apetito.

Los autores recomendaron realizar investigaciones más amplias para confirmar estas tendencias.
Intestino, metabolismo y la “hormona del amor”
La investigación mostró que la influencia del matrimonio no se limita al cerebro.
El equipo encontró cambios favorables en metabolitos del triptófano, sustancias producidas por bacterias intestinales que afectan la inflamación, el sistema inmunológico y la producción de serotonina.
La presencia de niveles más altos de oxitocina también destacó entre las personas casadas que experimentaban apoyo emocional.
“Piense en la oxitocina como un director que orquesta una sinfonía entre el cerebro y el intestino”. Señaló Church.
Explicó que esta hormona refuerza la capacidad del cerebro para resistir antojos y favorece procesos metabólicos que ayudan a mantener un peso equilibrado.
Los especialistas aclararon que, aunque los resultados son prometedores, el estudio no demuestra causalidad debido a su diseño transversal.

También reconocieron que la mayoría de los participantes tenía sobrepeso u obesidad, por lo que no representa a la población general.
Un enfoque novedoso para la salud pública
El trabajo de UCLA Health abre la puerta a estrategias que integren el fortalecimiento de vínculos afectivos con las recomendaciones tradicionales de alimentación saludable y actividad física.
“Estos resultados subrayan la importancia de construir relaciones duraderas, positivas y estables para promover la salud global”, destacan los investigadores.
Los datos apuntan a que el apoyo emocional en una relación estable podría influir tanto en la conducta alimentaria como en el metabolismo intestinal.
El estudio propone que el matrimonio, entendido como un espacio de cooperación y estabilidad, podría desempeñar un papel adicional en el control del apetito y el manejo del peso corporal.
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Riesgo metabólico: estrés y mal sueño, la combinación que altera tu azúcar
Ciudad de México.- El aumento del estrés cotidiano, junto con el descanso insuficiente y los hábitos alimentarios se reflejan en un problema silencioso: un mayor riesgo metabólico y alteraciones en los niveles de azúcar en la sangre.
Especialistas advierten que estos factores no solo afectan a personas con diabetes, sino también a quienes buscan prevenirla en un escenario global de incremento de casos.
En informes recientes difundidos por Eatingwell y Harvard Health, médicos especialistas señalaron que la respuesta fisiológica del estrés, la reducción en las horas de sueño y el consumo frecuente de alimentos procesados pueden elevar la glucosa y favorecer complicaciones con impacto directo en la salud pública.
Estrés y respuesta hormonal: el eje que descontrola la glucosa
Los especialistas citados explicaron que la relación entre el estrés y el aumento del azúcar en la sangre se origina en la liberación de hormonas como el cortisol y la adrenalina.
Lee: Diabetes en México: un reto urgente para la salud pública
“La reacción de ‘lucha o huida’ desencadena la liberación de grandes cantidades de hormonas del estrés, como el cortisol y la adrenalina, que pueden elevar el nivel de azúcar en sangre y dificultar que la insulina cumpla su función”, explicó la dietista Vandana Sheth, en declaraciones publicadas por Eatingwell.
De acuerdo con Harvard Health, la exposición prolongada al cortisol promueve la acumulación de grasa abdominal y afecta la capacidad de la insulina para mantener la glucosa en rangos adecuados.
Esta condición, con el tiempo, puede aumentar la probabilidad de resistencia a la insulina.
“Esta persistencia puede derivar en resistencia a la insulina, obesidad, prediabetes y, finalmente, diabetes tipo 2”, precisó la educadora en diabetes Kimberley Rose-Francis, en entrevista con Eatingwell.
Sus observaciones coinciden con el crecimiento de diagnósticos tempranos entre población joven.
Dormir poco incrementa el riesgo metabólico
El impacto del estrés también alcanza al descanso. Datos citados por Eatingwell y Harvard Health indican que alrededor del 75% de las personas reconoce tener dificultades para dormir cuando se encuentra bajo presión emocional o laboral.
“La falta de sueño dificulta que las células del cuerpo respondan a la insulina, lo que puede elevar los niveles de glucosa en sangre”, explicó Rose-Francis.
Tanto Eatingwell como Harvard Health enfatizaron que dormir entre siete y nueve horas por noche es una recomendación clave para estabilizar la glucosa y reducir complicaciones.
Alimentación emocional: un patrón que desplaza alimentos sanos
El estrés no solo altera el sueño y las hormonas. También modifica la forma de comer. Los reportes consultados señalan que el organismo tiende a buscar alimentos altos en azúcar o carbohidratos cuando está bajo tensión, debido a que el cortisol aumenta el apetito y favorece antojos calóricos.
“Cuando la alimentación emocional se convierte en la principal forma de afrontar el estrés, se desplazan alimentos ricos en fibra o proteínas, claves para evitar los picos de glucosa”, comentó la especialista en nutrición Kaitlin Hippley, en entrevista para la revista Eatingwell.
Expertos de Harvard Health señalaron que este patrón alimentario puede derivar en aumento de peso, otro factor que incrementa el riesgo de prediabetes y complicaciones cardiovasculares.
La institución médica resaltó que los hábitos alimentarios influenciados por el estrés pueden afectar incluso a personas sin antecedentes familiares de diabetes.
Recomendaciones para reducir el riesgo
Eatingwell y Harvard Health destacaron la importancia de establecer rutinas de relajación, regular los horarios de sueño y mantener actividad física moderada para disminuir los efectos del estrés sobre la glucosa.
“Realizar actividad física que disfrutas puede aumentar las hormonas del bienestar, como las endorfinas y la serotonina, y reducir las hormonas del estrés, como el cortisol”. Resaltó Kaitlin Hippley.
Los especialistas coinciden en que caminatas, yoga y ejercicios de fuerza pueden ayudar a estabilizar el metabolismo.
Harvard Health también subrayó que reducir el uso de pantallas antes de dormir y dedicar tiempo a actividades como la lectura o la escritura contribuye a romper el ciclo del estrés.
Estas recomendaciones buscan fortalecer la prevención de la diabetes, especialmente en poblaciones que enfrentan altos niveles de presión laboral o emocional.
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¿El frío causa resfriados? Lo que dice la evidencia científica
¿Qué dice la ciencia al respecto?
Ciudad de México.— La creencia de que el frío causa resfriados ha circulado por generaciones. Padres y abuelos repitieron frases que asociaron caminar descalzos, salir sin abrigo o mojarse el cabello con enfermar. La evidencia científica mostró otra realidad y permitió entender con más claridad cómo se propagan estos virus.
El resfriado común afectó nariz y garganta, y lo provocaron virus. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) señalaron que más de 200 virus pueden producir la enfermedad, y que los rinovirus predominaron en la mayoría de casos.
Los virus se transmitieron mediante gotas respiratorias liberadas al hablar, toser o estornudar, y no por la exposición al frío.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) explicó que las personas sanas pueden adquirir el virus al tocar superficies contaminadas y llevar sus manos a ojos, nariz o boca. Esta vía de contagio no dependió de caminar descalzo o de un cambio brusco de temperatura.
La evidencia indicó que una persona solo se resfrió si estuvo en contacto con un virus respiratorio. Por tanto, abrir ventanas, exponerse al aire frío o enfriarse no causó la infección por sí mismos.
¿Por qué asociamos el frío con más resfriados?
La cultura popular relacionó el frío con los catarros. Esa tradición persistió pese a estudios que mostraron el papel central de los virus. El invierno sí coincidió con un aumento de contagios, pero no por la temperatura como tal.
Diversos estudios, entre ellos uno publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences en 2015, señalaron que el aire frío redujo la respuesta inmune en la mucosa nasal. La vasoconstricción y la disminución del movimiento ciliar facilitaron la entrada de virus si ya estaban presentes en el entorno.
Además, los investigadores observaron que la humedad absoluta aumentó durante el invierno y favoreció la estabilidad de virus como la influenza, según datos del Journal of Virology. Esto fortaleció la percepción de que el frío actuó como desencadenante directo, aunque la evidencia mostró que operó como un factor ambiental que acompañó la circulación viral.
El papel de los espacios cerrados, la calefacción y la ventilación
El invierno impulsó a muchas personas a pasar más tiempo en espacios cerrados. Esa cercanía elevó la transmisión viral por contagio interpersonal.
Estudios revisados por investigadores del diseño HVAC (calefacción, ventilación y aire acondicionado) identificaron que buena ventilación y filtración redujeron la propagación de virus respiratorios como coronavirus e influenza.
Por ejemplo, una revisión de 24 estudios mostró que ambientes interiores con poca humedad prolongaron la supervivencia de algunos virus.
Otro experimento reveló que la exposición a flujo de aire frío prolongado en ambientes con aire acondicionado —común en espacios cerrados— agravó daños respiratorios y aumentó riesgos tras infecciones virales.
Es decir: cuando el aire interior se renovó sin control de humedad, o cuando hubo flujo constante de aire frío, la combinación facilitó que un virus ya presente causara una infección.
Por estas razones, la ventilación sola no basta. Un sistema de ventilación óptimo debe considerar la humedad relativa interior, temperatura y filtración adecuada para reducir transmisión.
El papel de la humedad interior y la sequedad en mucosas nasales
La humedad ambiental influyó sobre la supervivencia y capacidad infectiva de virus transmitidos por aerosoles. Un modelo de transmisión aérea simuló cinco virus —incluido el de resfriado (rinovirus) y otros respiratorios— en espacios cerrados con diferentes niveles de humedad relativa (RH). El estudio halló que aumentar ventilación redujo en general riesgo, mientras que elevar la humedad solo disminuyó el riesgo de ciertos virus, como influenza.
Investigaciones sobre virus influenza A demostraron que en aire seco (baja humedad) los virus en gotas respiratorias permanecieron viables por más tiempo.
En ambientes con humedad alta las gotas crecieron, cayeron más rápido y muchas partículas virales se inactivaron.
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Además, en zonas de baja humedad, la mucosa nasal perdió parte de su eficacia defensiva. La resequedad debilitó los cilios y redujo la producción de moco, lo que bajó la barrera natural contra virus. Esa condición aumentó la susceptibilidad a infecciones respiratorias tras exposición a virus.
Un estudio reciente incluso conectó aire exageradamente seco por calefacción o ventilación inadecuada con mayor incidencia de enfermedades respiratorias en invierno.
Por tanto, la combinación de aire seco, calefacción intensa o ventilación continua sin control podría haber convertido algunos ambientes de interior en focos de transmisión. Esa dinámica coincidió con picos de resfriados e influenza en temporada fría.
JAHA
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