Es momento de poner un alto a la guerra: Cardenal Pizzaballa

Vaticano.- El mundo entero mira a Tierra Santa como un lugar que es causa constante de guerras y divisiones y, por voluntad del Papa Francisco, volverá a hacerlo en un segundo día de oración, el próximo viernes 27 de octubre. Reiteró el cardenal Pierbattista Pizzaballa, patriarca de Jerusalén de los Latinos.

El cardenal externó que esto es lo que los cristianos podemos hacer en este momento: rezar, hacer penitencia e interceder.

En estos tiempos todo el tiempo se habla de muerte y odio.

Estamos atravesando uno de los períodos más difíciles y dolorosos de nuestra historia reciente, describe Pizzaballa.

“Desde hace más de dos semanas nos inundan imágenes de horrores, que han despertado antiguos traumas, han abierto nuevas heridas y han hecho estallar dentro nuestro el dolor”.

Advirtió que son muchos pensamientos que cruzan por la mente, aumentando la sensación de desconcierto, en el estruendo en el que el ruido ensordecedor de las bombas se mezcla con las numerosas voces del sufrimiento.

Por ello insiste que es necesario recordar y volver a el Evangelio.

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Pizzaballa pide un alto a los bombardeos en Gaza.

El cardenal Pierbattista Pizzaballa externó, que este nuevo ciclo de violencia ha provocado más de cinco mil muertes en Gaza.

Entre ellas dijo hay mujeres y niños, decenas de miles de heridos, barrios arrasados.

Además, la falta de medicinas, agua y artículos de primera necesidad para más de dos millones de personas.

“Son tragedias que no se pueden entender y que tenemos el deber de denunciar y condenar sin reservas”, aseveró.

Insistió que los continuos y fuertes bombardeos que han estado golpeando Gaza durante días sólo causan más muerte y destrucción.

No resolverá ningún problema, sino que creará otros nuevos.

“Sólo poniendo fin a décadas de ocupación y sus trágicas consecuencias, y dando una perspectiva nacional clara y segura al pueblo palestino, se podrá iniciar un proceso de paz serio”, reiteró.

Finalmente insistió que si este problema no se resuelve de raíz, nunca llegará la estabilidad que todos esperamos.

La tragedia de estos días debe llevarnos a todos, religiosos, políticos, sociedad civil, comunidad internacional, a un compromiso más serio que el que se ha hecho hasta ahora.

ARH