Columna Invitada

Los grandes asuntos

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Por Antonio Maza Pereda

Una vez que terminemos esta época de discusiones y demandas en los tribunales electorales, valdría la pena analizar algunos conceptos que, en mi opinión, se quedaron pendientes, tanto en las discusiones, en los debates, como en la mercadotecnia política de los partidos. Cuestiones a las que podríamos llamarles las grandes materias, los temas nacionales, que requieren de un trabajo muy complejo. Son diferentes de lo que se ha presentado en los planes de gobierno, que normalmente se tratan de puntos tácticos. Se trata de asuntos de largo plazo, de muy largo plazo, más allá de sexenios. Algunos de ellos, tal vez, ocupando casi una generación.

Que, por otra parte, no depende nada más del gobierno, sino que tienen mucho que ver con la colaboración, el manejo que hace la población, los ciudadanos. Materias que, por regla general, no son muy apetecibles para los políticos por varias razones. Una de ellas es porque el plazo es muy largo y, a los partidos les interesa, normalmente, mostrar resultados dentro de un sexenio, en su periodo de gobierno.

Y, por otro lado, porque se requiere participación muy completa de la ciudadanía, lo que tiende a despartidizar esos temas y, por lo tanto, tampoco se pueden presentar como los grandes resultados de esos grupos. Esa es la dificultad. Desgraciadamente, muchos de ellos se han quedado pendientes.

Se podría decir que algunas de estas cuestiones son las siguientes, no necesariamente en este orden:

Educación: El punto donde estamos dando resultados bastante malos. Tenemos el lugar más bajo en los países que forman parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Estar en último lugar en ese grupo quiere decir que no estamos al nivel de nuestros socios comerciales, de aquellos con quienes necesitamos estar compitiendo y colaborando frecuentemente. Y habrá países que, sin estar dentro de la OCDE, tienen mejores resultados que nosotros en este punto.

Un objetivo de muy largo plazo. Si consideramos la enseñanza preescolar, primaria, media, media superior y licenciatura, los niños que inicien preescolar en el 2024, se estarán graduando de licenciatura en el 2043. Y si se empieza desde ahora a mejorar la enseñanza, para entonces tendremos los primeros graduados de alto nivel, como los que requerirá la economía mundial. Claro que podremos avanzar más rápidamente, mediante una verdadera cruzada de educación remedial. El tema es donde encontrar suficientes profesores para ese propósito. Probablemente, habría que recontratar una cantidad importante de profesores jubilados. Considerando, además, la necesidad de motivación masiva para los educandos y el apoyo de los padres de familia. Algo que se ha descuidado por décadas y que requiere de un apoyo nacional, tanto de los padres de familia como los profesores, para poder ponernos al día en este tema.

Estado de derecho: Otro cambio de cultura, sobre todo, en el aspecto jurídico, donde normalmente los mexicanos somos bastante ignorantes. Tal vez porque no sentimos que las leyes reflejan nuestras costumbres ni anhelos. Porque no nos ha interesado saber cómo se manejan estas cosas. Y de ahí la impunidad. Algo que se discute mucho, que se habla, pero que, de fondo, no tiene cambios. En buena parte porque a la población no le interesa o no le afecta de una manera tan directa. Y, claro, no es que no se trabaje creando nuevas leyes y mayores penalidades. Pero sin que se invierta en reducir la ilegalidad.

Tenemos una tasa enorme de impunidad: hay quienes dicen que solo el 1 % de los crímenes cometidos, verdaderamente se castigan. Lo cual, a su vez, es algo de dudar. Si, por definición: no hay demandas penales, malamente se pueden tener estadísticas de cuánto se sanciona.

La generación y distribución de riqueza. Un tema que se ha manoseado mucho, en buena parte por razones ideológicas. Hay ideas preconcebidas sobre si la riqueza es buena o es mala, y cómo lograr su distribución, no solo equitativa sino, además, que no dañe la creación de riqueza. Pero, algunos dicen: si se genera riqueza, hay necesidad de concentrarla en unas cuantas manos. Mientras que otros opinan que, para realmente poder tener una distribución justa de la riqueza, se deben tener empresas no lucrativas o estatales, aunque no compitan internacionalmente.

Y no son los únicos temas. Regresar a la enseñanza del civismo, como una base de la salud de la sociedad. Enfrentar el cambio climático, donde no estamos cumpliendo con nuestros compromisos con la comunidad mundial. El gravísimo punto del manejo del agua, reconociendo que somos un país de clima semiárido, que requerimos tener cambios tecnológicos y culturales para aprender a vivir con un mínimo desperdicio de este recurso, sin contar con que se requerirán décadas para remediar el desperdicio por fugas que, algunos dicen, es del 50 % del líquido que llega a las poblaciones. Además, considerando que buena parte, mucha agua no está en condiciones potables.

Lo central es que estos asuntos rebasan las capacidades de los gobiernos. Se requiere un fuerte empuje de la sociedad, la creación de sociedades intermedias y lograr una cooperación eficaz entre conciudadanos. Que no todo puede, ni debe, estar en manos de los gobiernos.

La opinión emitida en este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la postura de Siete24.mx

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