Vida y Familia
Esto pasa en el cerebro de los niños que duermen con sus padres, según estudios
Recomiendan una transición gradual hacia la independencia, permitiendo que los pequeños enfrenten sus temores con apoyo.
Ciudad de México.- El descanso es vital para la salud física y emocional de todas las personas, especialmente en las primeras etapas de la vida de los niños. Las prácticas de sueño, como el colecho, es decir, compartir la cama con los hijos, generan un intenso debate entre padres y expertos.
Un reciente estudio realizado por el Instituto Europeo del Sueño arroja nueva luz sobre los efectos de esta práctica en el cerebro infantil.
El colecho: un hábito común.
El colecho es una práctica extendida en muchas culturas, defendida por aquellos que creen que fomenta el apego seguro entre padres e hijos, alivia la ansiedad nocturna y facilita el descanso.
Uno de los beneficios más citados es la comodidad para las madres que amamantan, ya que les permite responder rápidamente a las necesidades de sus hijos.
Sin embargo, detractores de esta práctica argumentan que el colecho puede interferir en la independencia de los niños y afectar el sueño de los padres, quienes experimentan más interrupciones nocturnas por los movimientos o ronquidos de sus hijos.
Impacto psicológico y desarrollo a largo plazo.
Un estudio liderado por la doctora Ayten Bilgin, catedrática en Psicología de la Universidad de Essex, investigó el impacto del colecho a nivel psicológico y emocional en los niños.
Sus hallazgos indican que, aunque algunos pequeños pueden desarrollar problemas de dependencia a corto plazo, estos síntomas disminuyen con el tiempo en la mayoría de los casos. Solo un pequeño porcentaje podría experimentar problemas de conducta graves a largo plazo.
El estudio también reveló que el contacto físico con los padres durante la noche puede brindar seguridad emocional a los niños, lo que fortalece su bienestar psicológico y mejora la calidad de su sueño.
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Esto es especialmente relevante para aquellos que sufren de insomnio infantil vinculado a la ansiedad o el miedo a la oscuridad.
Riesgos y consideraciones según los expertos.
No obstante, los especialistas en medicina del sueño advierten sobre los posibles riesgos del colecho. Las interrupciones constantes durante la noche pueden afectar tanto a los padres como a los niños, generando trastornos del sueño a largo plazo.
Además, algunos estudios señalan que el colecho podría retrasar la capacidad de los niños para dormir solos, aunque otros expertos argumentan que esta independencia se alcanza de forma natural cuando los niños están listos.
La Fundación Clínica de la Familia destaca que es común que los niños busquen refugio en la cama de sus padres tras experimentar pesadillas o miedos nocturnos.
En estos casos, recomiendan una transición gradual hacia la independencia, permitiendo que los pequeños enfrenten sus temores con apoyo.
ARH