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Esperanza de vida en México ¿Vivir más años equivale a vivir mejor?

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Ciudad de México.— La esperanza de vida en México se encuentra en una encrucijada, marcada por profundas desigualdades y desafíos de salud pública. Con disparidades regionales y de género, junto a un sistema de salud que aún lucha por atender enfermedades crónicas y el creciente envejecimiento de la población.

La baja esperanza de vida en México es un reflejo de un sistema de salud que, a pesar de algunos avances requiere mejoras sustanciales en varios frentes. La inversión insuficiente en salud, la limitada cobertura de servicios médicos y los altos índices de sobrepeso y obesidad son factores que siguen afectando la calidad de vida de los mexicanos.

La atención médica, las políticas de salud pública y la adopción de estilos de vida más saludables serán factores clave en determinar si el futuro permitirá a más mexicanos vivir más y vivir mejor.

Actualmente, más de 12.3 millones de personas en México tienen 60 años o más, una cifra que seguirá creciendo en las próximas décadas. Este fenómeno plantea retos importantes, como la necesidad de crear un sistema integral de cuidados para las personas mayores, que no garantice una mayor longevidad y asegure una vida digna y saludable en los años de vejez.

La esperanza de vida es uno de los indicadores para medir el desarrollo de un país, refleja el estado de salud de la población, las condiciones sociales y económicas que inciden en la calidad de vida.

En 1930, la esperanza de vida en México era de apenas 34 años, cifra que refleja las limitaciones en salud pública, el alto índice de mortalidad infantil y las condiciones de pobreza que prevalecían en gran parte del país. No obstante, con el avance en el acceso a servicios sanitarios y la reducción progresiva de enfermedades infecciosas, la esperanza de vida aumentó significativamente.

Para 1970, este indicador se elevó a 61 años, y a partir del año 2000 alcanzó los 74 años, según los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

En 2022, la esperanza de vida en México se estimó en 75 años. Sin embargo, este avance ha sido desigual y afectado por diversos factores, especialmente la pandemia de Covid-19, que provocó un retroceso en este indicador. La alta mortalidad que acompañó a la pandemia en 2020 redujo la expectativa de vida en todo el mundo, y México no fue la excepción.

A pesar de ello, los datos de 2024 sugieren una recuperación leve, situando la esperanza de vida en 75.5 años.

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Disparidades de género y regiones

La esperanza de vida en México varía notablemente según el género. Las mujeres, históricamente, han tenido una mayor esperanza de vida que los hombres. En 2023, mientras que las mujeres pueden esperar vivir hasta los 78 años en promedio, los hombres tienen una expectativa de vida más baja, de 72.3 años. Esta diferencia se debe, en gran parte, a las tasas más altas de mortalidad entre la población masculina, asociadas a factores como los estilos de vida más riesgosos, mayores índices de enfermedades crónicas y una mayor exposición a la violencia.

Por otro lado, las disparidades regionales también son significativas. En estados más desarrollados, como Ciudad de México y Nuevo León, la esperanza de vida ronda los 77 años, mientras que en regiones más pobres, como Guerrero y Chiapas, el promedio es de alrededor de 74 años.

Factores que influyen en la esperanza de vida

Diversos factores inciden en la esperanza de vida en México. Entre los principales se encuentran las enfermedades crónicas no transmisibles, como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y la obesidad, que afectan gravemente la salud de la población.

Otro factor que influye es el acceso desigual a los servicios de salud. Las zonas urbanas, por lo general, ofrecen mejores condiciones de atención médica que las áreas rurales, donde la falta de infraestructura y recursos médicos representa un obstáculo considerable.

Además, la pobreza y la educación juegan un papel crucial en la calidad de vida de la población, limitando las oportunidades de acceso a una atención sanitaria adecuada en las comunidades más marginadas.

Preocupación internacional

La esperanza de vida en México refleja una realidad preocupante: con 75 años, el país está por debajo del promedio de 81 años en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Esta brecha de seis años evidencia desafíos significativos en el acceso a servicios de salud de calidad, la prevención de enfermedades y las inequidades en las condiciones de vida.

De acuerdo con un informe de la OCDE, sólo el 72% de la población mexicana es elegible para acceder a los servicios de salud, muy lejos del promedio del 97.9% en la organización.

Este dato resalta las deficiencias en la cobertura sanitaria, un factor clave para mejorar la calidad de vida en México. Aunque el 57% de los ciudadanos manifiesta estar satisfecho con la atención médica, esta cifra se encuentra diez puntos por debajo del promedio de los países de la OCDE, que es del 67%.

Aspectos positivos y negativos en el sistema de salud

A pesar de los retos que enfrenta el sistema de salud mexicano, el informe destaca algunos logros. México tiene niveles más bajos de tabaquismo y consumo de alcohol que el promedio de la OCDE, con una prevalencia de tabaquismo 8.6% menor y un consumo de alcohol per cápita de 5.1 litros, frente a los 8.6 litros de promedio en los demás países del organismo. Asimismo, el país cuenta con una cobertura de vacunación contra la influenza en adultos mayores de 65 años considerada adecuada.

Sin embargo, otros indicadores sanitarios en México están por debajo del promedio internacional. Uno de los más alarmantes es la tasa de sobrepeso y obesidad, que afecta al 36% de la población, frente al 25.7% en los países de la OCDE. Este problema de salud pública está estrechamente relacionado con enfermedades crónicas que impactan en la calidad de vida y reducen la esperanza de vida.

En cuanto a la vacunación infantil, México también se queda corto, con un nivel de cobertura del 83.4%, muy por debajo del 93.5% del promedio de la OCDE. En relación con la mortalidad materna, el país registra 59.1 muertes por cada 100,000 nacimientos, en comparación con el promedio de 10.9 de los países miembros de la organización.

Gastos e infraestructura sanitaria

El informe de la OCDE también resalta las carencias en el gasto sanitario y la infraestructura médica en México. El gasto de bolsillo en salud, que es el porcentaje del dinero que los ciudadanos destinan directamente a pagar por servicios médicos, es alarmante: 41.4% en comparación con el promedio del 18.4% en la OCDE. Esto indica que una gran parte de la población debe recurrir a sus propios recursos para acceder a servicios médicos, lo que limita el acceso a atención oportuna y de calidad.

Además, la inversión en salud en México representa sólo el 5.5% del Producto Interno Bruto (PIB), frente al 9.2% del promedio de los países de la OCDE. Este bajo nivel de inversión se refleja en un gasto per cápita de 1,811 dólares anuales, muy lejos de los 4,986 dólares del promedio en la organización.

A estas limitaciones se suma la escasez de personal médico e infraestructura. En México, hay 2.5 doctores y 2.9 enfermeras por cada mil habitantes, cuando el promedio en la OCDE es de 3.7 doctores y 9.2 enfermeras. En cuanto a camas hospitalarias, el país cuenta con una cama por cada mil habitantes, frente al promedio de 4.3 camas en los países de la OCDE.

Estudios recientes

México no está exento de esta tendencia global de aumento en la esperanza de vida. En la actualidad, el promedio de vida para los mexicanos es de 75 años, con una ligera diferencia entre hombres (72 años) y mujeres (78 años). A pesar de estos avances, el crecimiento en la longevidad ha comenzado a desacelerarse en varias regiones del mundo, incluyendo México, tal como lo indican recientes estudios científicos.

Desaceleración

Una investigación publicada en la revista Nature Aging sugiere que el aumento drástico en la esperanza de vida que se experimentó durante el siglo XX ha comenzado a frenarse. Los científicos analizaron datos de mortalidad de regiones con las expectativas de vida más altas, incluyendo Japón, Francia, y Hong Kong, y reportaron que en los últimos 30 años los avances han sido mucho más modestos. En contraste con los aumentos de tres años por década que se registraron en el siglo pasado, el crecimiento se ha reducido a menos de 0,2 años anuales en muchas partes del mundo.

México, como otros países, enfrenta este mismo fenómeno. Las principales causas de muerte en el país, como enfermedades cardiovasculares, diabetes y cáncer, siguen siendo un reto considerable para las autoridades sanitarias. Además, el impacto de factores como el acceso desigual a servicios médicos de calidad y estilos de vida poco saludables ha afectado la capacidad de continuar mejorando la longevidad de manera significativa.

Cien años de vida

La discusión sobre la posibilidad de que la mayoría de los recién nacidos actuales vivan hasta los 100 años se ha intensificado en los últimos años. Algunos estudios optimistas sugieren que podría ser factible, pero la mayoría de los científicos, como el investigador Jay Olshansky, creen que el hito de la longevidad masiva aún está fuera de nuestro alcance.

Según sus hallazgos, es improbable que más del 15% de las mujeres y el 5% de los hombres lleguen a los 100 años en este siglo, a menos que se desarrollen terapias que logren retrasar el envejecimiento humano de manera significativa.

En México, la probabilidad de alcanzar los 100 años sigue siendo baja, con menos de un 1% de la población llegando a esa edad. Los factores de riesgo como la obesidad, la mala alimentación y el sedentarismo, junto con las disparidades en el acceso a la atención médica, continúan siendo barreras importantes para una mayor longevidad.

Longevidad y calidad de vida

Aunque los avances médicos han permitido alargar la vida, la calidad de vida en los años adicionales sigue siendo una preocupación clave. La esperanza de vida saludable, es decir, los años que una persona puede vivir sin discapacidad o enfermedad crónica, no ha aumentado al mismo ritmo que la esperanza de vida general. En México, muchos de los años adicionales de vida están marcados por enfermedades crónicas como la diabetes y la hipertensión, lo que plantea la pregunta de si vivir más años necesariamente equivale a vivir mejor.

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ebv

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