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“La primera empresa y el primer proyecto de vida es la familia”: Tomás Ibarra

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Tomás Ibarra

Ciudad de México.— La relación entre la familia y la empresa se ha convertido en un tema de creciente relevancia en un mundo en constante cambio.

Durante el XXV Aniversario del Consejo INCIDE, Tomás Ibarra, Director Ejecutivo de la Fundación Incluyendo México, ofreció profundas reflexiones sobre la relación entre familia, empresa y responsabilidad social.

Con base en datos de encuestas y estudios realizados por la fundación Incluyendo México, se destacó que la familia es considerada el núcleo más importante para los mexicanos, superando al trabajo y al tiempo libre.

“La primera empresa y el primer proyecto de vida es la familia. Nuestro primer proyecto humano es la familia, desde que somos hijos. Es nuestro primer papel y el primer rol que jugamos. Luego la construcción de la familia propia”, aseguró Tomás Ibarra.

Durante su participación ofreció importantes reflexiones sobre la relación entre familia, empresa y responsabilidad social. Basándose en datos de una encuesta nacional de 2021 realizada por la fundación, destacó que el 97% de los mexicanos consideran a la familia como el aspecto más importante en sus vidas, superando al trabajo, tiempo libre, religión y amistades.

“Es fundamental preguntarnos qué entendemos por familia y cómo la estamos percibiendo”, preguntó Ibarra.

Según la encuesta, cuando se menciona la palabra familia, las ideas más recurrentes son amor y unión; sin embargo, sólo un 5% asocia inmediatamente el concepto con los hijos o un proyecto familiar. Esto evidencia un cambio significativo en cómo se concibe la familia actualmente, más centrada en la familia de origen que en la construcción de una propia.

Transformaciones sociales y su impacto en la familia

Tomás Ibarra presentó estudios que reflejan cómo la composición de los hogares mexicanos ha evolucionado en las últimas dos décadas. La proporción de parejas casadas pasó del 60% al 43%, mientras que las uniones libres aumentaron del 13% al 20%, y el porcentaje de personas viviendo solas se duplicó. Esto plantea importantes interrogantes sobre los modelos familiares y su incidencia en el bienestar social.

De acuerdo a un análisis internacional citado por el Director Ejecutivo de la Fundación Incluyendo México, concluyó que los hogares con papá y mamá biológicos, casados y comprometidos a largo plazo, presentan los mejores indicadores de bienestar. Este compromiso no solo fomenta un ambiente seguro, sino que también se traduce en mayores niveles de felicidad y estabilidad emocional para los integrantes de la familia.

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La familia como escuela de vida y pilar de la sociedad

“La familia es el hábitat natural donde desarrollamos todas nuestras capacidades”, enfatizó Ibarra. En ella aprendemos valores esenciales como la resiliencia, el trabajo en equipo y la convivencia. Sin embargo, el contexto actual presenta desafíos como la presencia limitada de los padres en el hogar y la creciente cantidad de hijos únicos, factores que pueden afectar el desarrollo integral de los niños.

De acuerdo con Ibarra, es vital que las familias se fortalezcan en tres dimensiones clave: proyecto y propósito de vida, sentido de identidad y pertenencia, y la creación de un ambiente seguro y saludable. Lograr estos objetivos requiere la colaboración de todos los sectores sociales, incluyendo las empresas.

La familia y las nuevas generaciones

Ibarra hizo un llamado a reflexionar sobre el impacto de las generaciones actuales en los modelos familiares. Según explicó, la generación millennial y la Z han redefinido sus prioridades, retrasando el matrimonio y la maternidad/paternidad, y priorizando experiencias y metas personales. Sin embargo, destacó que este cambio también está influido por los ejemplos que las generaciones anteriores han dado sobre los compromisos familiares.

“El mayor índice de divorcios se da en matrimonios de 22 años o más, cuando los hijos ya se han independizado. Este es un pésimo ejemplo para las nuevas generaciones, que ven a los mayores romper los compromisos que antes defendían”, afirmó.

Un futuro sostenible comienza en casa

La familia es el primer proyecto humano y el núcleo desde donde se moldean los valores y capacidades que sostienen una sociedad funcional. Las empresas, como actores clave del ecosistema social, tienen la oportunidad y la responsabilidad de apoyar iniciativas que fortalezcan este núcleo esencial.

El papel de las empresas en el bienestar familiar

Tomás Ibarra afirmó que las empresas deben reconocer que la familia es el “primer proyecto humano” y que su impacto en la dinámica familiar puede ser tanto positivo como negativo.

Por ello, instó a las empresas a convertirse en agentes de cambio, promoviendo políticas que favorezcan el equilibrio entre la vida laboral y familiar. Entre las estrategias mencionadas, destacó la importancia de ofrecer condiciones laborales que permitan a los empleados dedicar tiempo de calidad a sus familias, fomentar dinámicas familiares saludables y brindar apoyo en temas de salud y seguridad emocional.

Familias fuertes para una sociedad sólida

El Director Ejecutivo de la Fundación Incluyendo México dijo la familia es el “hábitat natural” donde los individuos desarrollan habilidades fundamentales como la resiliencia, la negociación y el trabajo en equipo. Sin embargo, alertó sobre los desafíos actuales, como la tendencia a tener hijos únicos, la ausencia de figuras paternas o maternas activas y la creciente individualización que promueve la sociedad.

Las familias deben trabajar en tres grandes objetivos: proporcionar a sus miembros un propósito de vida, fomentar un sentido de identidad y pertenencia, y garantizar un ambiente seguro y saludable. Lograr estos objetivos requiere el apoyo de todos los actores sociales, incluyendo el sector empresarial.

Calidad de vida

Finalmente Tomás Ibarra dejó claro que la familia y la empresa están profundamente interconectadas. Las decisiones y acciones que se toman en el ámbito laboral tienen repercusiones directas en la calidad de vida de las familias, y viceversa. Por ello, es esencial que las empresas adopten un enfoque humano, poniendo a las personas y sus familias en el centro de sus políticas y estrategias.

“La familia no es solo el primer proyecto de vida, es también el núcleo donde aprendemos a ser seres funcionales en sociedad”, concluyó.

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ebv

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