México
¿Qué tan segura es tu ciudad? La inseguridad cotidiana que afecta a las familias mexicanas
Ciudad de México.— El reporte de percepción de seguridad del INEGI revela una realidad compleja en las áreas urbanas de México, donde la inseguridad sigue siendo una preocupación constante.
Aunque existen avances en algunas regiones, el miedo a ser víctima de un delito continúa marcando el día a día de millones de mexicanos.
La dignidad y el bienestar de los ciudadanos dependen de la implementación de políticas públicas efectivas y la recuperación de espacios públicos seguros y de la reconstrucción del tejido social, aspectos fundamentales para un futuro más seguro y próspero.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) presentó los resultados la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), correspondientes al tercer trimestre de 2024.
Estos datos, que revelan la percepción de inseguridad en diversas zonas urbanas de México, reflejan tanto las preocupaciones de la población como los retos pendientes en materia de seguridad pública. Aunque los porcentajes muestran una ligera mejoría respecto al mismo periodo de 2023, la sensación general de inseguridad sigue afectando de manera significativa la vida de millones de mexicanos.
En septiembre de 2024, el 58.6 % de la población mayor de 18 años consideró que vivir en su ciudad es inseguro. Aunque este dato representa una disminución respecto al 61.4 % reportado en septiembre de 2023, la comparación con junio de 2024 (59.4 %) revela que el cambio no ha sido considerable.
La inseguridad sigue siendo una realidad omnipresente en muchas de las 91 áreas urbanas de interés estudiadas, donde más de la mitad de los habitantes continúa temiendo por su integridad.
Ajustes en la vida cotidiana: el impacto de la inseguridad
La inseguridad afecta profundamente la rutina diaria de los mexicanos. Un 43.1 % de la población mayor de 18 años ha optado por no llevar consigo objetos de valor, como joyas, dinero o tarjetas de crédito, para evitar ser víctimas de algún delito.
Este temor también ha provocado cambios en las dinámicas familiares: 41.4 % de las personas modificaron sus hábitos respecto a permitir que los menores salgan de casa sin supervisión, y un 38.3 % dejó de caminar por los alrededores de su vivienda después de las 8 de la noche. Estas cifras evidencian el grado en el que la inseguridad ha invadido los espacios más íntimos y cotidianos de los ciudadanos.
Además, un 23.5 % de la población reportó haber cambiado sus rutinas relacionadas con la visita a familiares o amigos, lo que refleja el impacto de la inseguridad en las relaciones interpersonales y en la cohesión social. Las calles y espacios públicos, que debieran ser puntos de encuentro y convivencia, se han convertido en zonas de riesgo para una parte considerable de la ciudadanía.
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Zonas urbanas con mayor percepción de inseguridad
El reporte destaca las áreas urbanas donde el miedo a la inseguridad es más evidente. Tapachula encabeza la lista, con el 91.9 % de sus habitantes declarando que se sienten inseguros en su ciudad. Naucalpan de Juárez, Fresnillo, Ecatepec de Morelos, Irapuato y Tuxtla Gutiérrez le siguen de cerca, con porcentajes superiores al 85 %. Estos municipios se encuentran atrapados en un ciclo de violencia e inseguridad.
En contraste, las ciudades con menores índices de percepción de inseguridad presentan una realidad diferente. San Pedro Garza García destaca como la ciudad más segura según sus habitantes, con apenas un 13.7 % reportando sentirse inseguros. Benito Juárez, Tampico, Piedras Negras, Puerto Vallarta y Saltillo también muestran porcentajes bajos, lo que sugiere que en algunas zonas urbanas se ha logrado establecer una mayor confianza en las autoridades y en las condiciones de seguridad.
Espacios públicos más inseguros
La percepción de inseguridad varía según el espacio en el que las personas se encuentran. Los cajeros automáticos en la vía pública continúan siendo los lugares donde la población se siente más vulnerable, con un 67.3 % de personas que admiten sentirse inseguras al utilizarlos. El transporte público es otra área crítica, con un 61.8 % de usuarios que experimentan miedo al desplazarse. En las carreteras, el 53 % de la población teme por su seguridad, mientras que el 51.3 % lo hace en las calles y bancos que frecuentan. Estos espacios, esenciales para la vida diaria, se han convertido en puntos de alerta constante.
Conflictos y conductas delictivas en el entorno vecinal
Otro aspecto alarmante que arroja la ENSU es la frecuencia de conflictos y conductas antisociales en las zonas urbanas. Un 58.9 % de la población reportó haber presenciado el consumo de alcohol en la vía pública, mientras que el 47.9 % fue testigo de robos o asaltos. También se registró un 39.2 % relacionado con la venta o consumo de drogas y actos de vandalismo en viviendas o negocios. La violencia armada, aunque menos frecuente, sigue siendo un problema, con el 36.6 % de las personas reportando disparos en su entorno.
Este contexto de violencia y delitos genera un ambiente de desconfianza, afectando la calidad de vida y la seguridad emocional de las personas. La convivencia social se ve fracturada por los constantes enfrentamientos, tanto entre vecinos como en el seno familiar, donde el 7.5 % de los mayores de 18 años reportó haber sido víctima de violencia intrafamiliar.
La respuesta de las autoridades y la confianza ciudadana
A pesar de la crítica situación, los mexicanos todavía depositan cierta confianza en algunas instituciones de seguridad. Según la ENSU, la Marina (87.7 %), la Fuerza Aérea Mexicana (83.9 %) y el Ejército (83.1 %) son las instituciones mejor valoradas en cuanto a su efectividad para combatir la delincuencia. En contraste, la policía preventiva municipal (48.6 %) y la policía estatal (55.8 %) obtienen una menor aprobación, lo que pone de relieve la necesidad de mejorar la labor de las autoridades locales.
La percepción de la capacidad de los gobiernos locales para resolver los problemas más importantes, como la delincuencia, sigue siendo baja. Sólo el 30.6 % de la población considera que su gobierno es eficaz para abordar los principales desafíos, lo que genera un clima de insatisfacción generalizada.
ebv