México
Mujeres en el sistema judicial: Una realidad de cuidado ignorada por la tómbola
Ciudad de México.— Las mujeres juzgadoras en México se erigen como protagonistas en un panorama judicial que, tras la reciente reforma, anhela ser más inclusivo. Sin embargo, enfrentan retos persistentes, como la escasa representación y la presión por demostrar su competencia en un entorno a menudo hostil.
Su capacidad para incidir en la justicia y abogar por los derechos depende no solo de su fortaleza individual, sino también de un cambio que valide y respete su labor.
La magistrada Adriana Ortega Ortiz reflexionó sobre la situación de las mujeres en el Poder Judicial ante la reforma judicial, que determinará los cargos en disputa para el año 2025 mediante un sistema de tómbola.
Ortega Ortiz dijo que la reforma no ha contemplado adecuadamente la realidad de las mujeres en el sistema judicial. “Como mujer, como jueza, con mi trayectoria de defensora de los derechos humanos de las mujeres, le digo a la presidenta Claudia Sheinbaum que las juzgadoras tenemos otros datos: no llegamos todas, nos fuimos muchas”.
Una tómbola que decide el futuro de las mujeres juzgadoras
El sistema de elección al azar ha puesto en riesgo la carrera de muchas mujeres. Ortega Ortiz señaló que las mujeres en el Poder Judicial ya enfrentan un camino más arduo para alcanzar espacios de decisión. “Las mujeres estamos sobrecargadas con labores de cuidado, y enfrentamos limitaciones impuestas por la sociedad, desde la búsqueda de tiempo para capacitarnos hasta la superación de prejuicios”, expresó.
De las 474 mujeres en la judicatura, 224 han quedado en la lista de puestos sujetos a elección en 2025, lo que representa casi la mitad de las mujeres juzgadoras, quienes ahora enfrentan la posibilidad de perder sus posiciones. “De un golpe, 224 mujeres juzgadoras profesionalizadas, que llegaron a esos espacios con todo el esfuerzo que implica, podrían verse obligadas a dejar sus puestos si no pasan la elección”, lamentó la magistrada. En este sentido, Ortega Ortiz cuestionó la reforma: “¿Realmente era necesario que la mitad de las mujeres juzgadoras dejara sus puestos para lograr la paridad?”
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Sobrecargas invisibles
Ortega Ortiz consideró que la tómbola no tomó en cuenta la sobrecarga de cuidado que afecta a muchas mujeres, una actividad generalmente invisibilizada y que impacta a la mayoría de las mujeres en el sistema judicial. “Las mujeres no sólo cuidan a hijos pequeños; también están embarazadas, lactan, y atienden a hijos adolescentes, padres mayores o personas con discapacidad”, explicó, señalando que esta carga desigual limita directamente su desempeño profesional y genera una desventaja injusta.
La magistrada cuestionó la neutralidad del sorteo y enfatizó que una evaluación más detallada podría haber considerado estas circunstancias. “Fue una tómbola ciega, que ignoró factores que afectan directamente a las mujeres”, afirmó Ortega Ortiz, quien destacó que este tipo de mecanismos perpetúa la discriminación y agrava las dificultades para que las mujeres mantengan una trayectoria profesional sólida.
Dudas sobre los futuros procesos de selección
Ortega Ortiz expresó inquietud sobre los futuros procesos de selección y los comités de evaluación que definirán la idoneidad de los candidatos. La magistrada cuestiona si estos comités realmente tomarán en cuenta las disparidades que enfrentan las mujeres. “¿Considerarán estos comités las diferentes realidades de las mujeres? ¿Estarán representadas mujeres indígenas, afrodescendientes o en situación de pobreza?” cuestionó, advirtiendo que los criterios de selección actuales excluyen a muchas mujeres desde el inicio.
En un país con profundas desigualdades sociales, Ortega Ortiz recordó que requisitos como obtener un promedio de ocho en la universidad o tener cinco años de experiencia representan barreras casi inalcanzables para muchas mujeres en situación de marginación.
Planificación de carreras
Uno de los principales cuestionamientos de Ortega Ortiz es que, aunque la reforma busca igualdad de género, no necesariamente garantiza una igualdad sustantiva. “En mi opinión, dada la escasa representación de mujeres en el Poder Judicial, lo más sencillo y afirmativo hubiera sido trasladar todas las plazas de mujeres a 2027”, sugirió. Desde su perspectiva, esta medida habría permitido a las mujeres planificar sus carreras en un entorno menos adverso, donde la igualdad fuera algo tangible y no sólo numérica.
Ortega Ortiz aclaró en que el Poder Judicial debe comprometerse verdaderamente a garantizar espacios de representación para las mujeres y que, para lograrlo, las medidas adoptadas deben ser justas e inclusivas.
La voz de una mujer juzgadora
“Después de nueve años en el cargo, ¿cómo se reinsertarán las mujeres en el mercado laboral? Sabemos que enfrentan más complicaciones para reingresar al mercado laboral… imaginen lo problemático que será tras nueve años fuera de él”, concluyó Ortega Ortiz.
ebv