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Amelia, transgénero arrepentida, violentada por negarse a cambiar de sexo

Amelia hace un llamado contra la Ley Trans: por los “problemas que acarrearía”, como “el borrado de las mujeres.

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España.- Durante un tiempo, Amelia Guerrero no se encontraba a gusto con su cuerpo, así lo señaló en entrevista radiofónica.

Amelia aclara que no se habla de una cuestión física, es más emocional.

“Estaba pasando por acoso escolar desde primaria y por abuso sexual”, ha confesado la joven de 20 años. Tenía angustia, vergüenza y para ella todos los días era un sufrimiento.

“No encajaba en lo que se supone que debería ser una chica con esa edad”, aseguraba la afectada, añade que se sale del “cuadro” en el que tenía que “encajar”, eras “la rara, eres una marimacho, en su caso, lo que estás haciendo es de hombre, eso no deberías hacerlo, está mal, y se me señalaba muchísimo”, lamentó.

Con tan sólo 13 años Amelia buscó ayuda, pero lejos de encontrar apoyo, la confundieron al insistirle que había nacido con el cuerpo equivocado.

En el momento en el que buscó encontró a una comunidad en las redes sociales que, sin apenas conocerla de nada, le decían que “el problema era que había nacido en un cuerpo equivocado o que tenía alma de chico”.

Poco a poco la situación iba empeorando y esas personas le dijeron que si no cambiaba de mujer a hombre nunca llegaría a ser realmente feliz.

“En ese tiempo tenía muchas dudas y buscaba respuestas. Realmente pensé que eso era lo que me pasaba. Me agarré a esa solución porque no sabía cómo sanar ese malestar que tenía”.

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Fue en ese momento en el que le aseguraron que “para ser feliz tenía que cambiar”. “Me obsesioné. Cuando estás en una situación tan dolorosa te agarras a lo que sea para seguir adelante y yo me agarré a esa narrativa que se me inculcó en Tumblr, Tuenti -que ya no existe- Pinterest, Instagram o incluso Facebook. Estos mensajes están en todos lados y parece que desde todos los sitios se inculcan”.

Amelia denunció lo “peligroso” de esta situación, en la que le decían que “si no cambiaba de sexo no iba a ser feliz y se acabaría quitando la vida. La única forma en que podía ser feliz era ser trans y por eso se obsesionó”. 

De alguna manera se iba creyendo todo lo que le decían y durante muchos años se empecinó sobre esa idea, pero en aquel entonces tampoco podía contar con su familia como tal.

Las amenazas de colectivos que no piensan como ella la condenan.

En este aspecto, las amenazas de grupos colectivos fueron más contundentes pesaron, pues señaló  que se tiene una opinión muy polarizada, es decir, o se acata todo lo que se dice o eres el enemigo público de todo el colectivo y te empiezan a llamar de todo.

Sin embargo, lo que tenía que debería haberle dado paz y haberla sentir mejor, estaba haciendo un peligroso efecto rebote, así que decidió aceptar su condición de mujer.

“Lo mío fue social, se dice. Yo no llegué nunca a hormonarme ni a operarme, y doy gracias. Pero sí que cambié mi nombre. El tema de ‘Ame’ viene por hacerlo un poco más neutro, sin tener que cambiar mucho de puertas para afuera mi nombre”, externó.

Amelia hace un llamado contra la Ley Trans: por los “problemas que acarrearía”, como “el borrado de las mujeres, que ya nada recae en cuál es tu sexo sino la forma de pensar, de sentirse o lo peligrosa que es para las personas con disforia.

Advierte del riesgo y las repercusiones que sufrirán los psicólogos que no quieran seguir una terapia afirmativa con sus pacientes. “Se enfrentan a multas muy grandes por no querer acatar esta ley que se plantea de una manera horrenda”.

ARH

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