Vida y Familia
Esto dice Unicef sobre los secretos de los padres de los niños más felices del mundo
A diferencia de los padres de otras culturas, en Países Bajos es común ver a los niños jugando en el parque sin supervisión directa.
Estados Unidos.- El bienestar y la felicidad en la infancia dependen de una serie de factores que, en general, giran alrededor de la crianza que se les da a los niños, desde el tipo de apego hasta las condiciones de cada familia. Normalmente, un niño que se siente amado y apoyado por su familia es un niño feliz. Pero aunque todos podemos lograr esto con dedicación y cariño, según Unicef hay un país que destaca por ser el sitio donde viven los niños más felices del mundo: Países Bajos.
¿Qué es lo que hacen los padres neerlandeses para haber logrado que sus hijos sean los más satisfechos con sus vidas? Estas son cuatro cosas que hacen las familias de Países Bajos para tener hijos felices.
Dejan que sus hijos sean autónomos e independientes.
Si hay algo que no practican nunca los holandeses, es la crianza al estilo “padres helicóptero”. Todo lo contrario: le dan a sus hijos el espacio y la libertad para ser autónomos desde pequeños.
A diferencia de los padres de otras culturas, en Países Bajos es común ver a los niños jugando en el parque sin supervisión directa, con sus madres o padres en algún sitio cercano charlando con otros padres.
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Esto es posible gracias a que es un país seguro para hacerlo.
Para ellos es normal dejar que sus hijos exploren y jueguen solos, así como permitirles desarrollar habilidades que les permitan ser independientes. Si saben que el niño tiene la capacidad de hacer algo por él mismo, no intervienen y le dejan la oportunidad de intentarlo, equivocarse, e intentarlo de nuevo.
Las comidas siempre son en familia.
Los neerlandeses son muy específicos respecto a las comidas y cenas: siempre debe hacerse lo posible porque sean en familia la mayoría de las veces. Y no solo porque es práctico que todos coman al mismo tiempo, sino porque las comidas en familia —por ordinarias que sean— son un momento para compartir y en el que se puede fortalecer el vínculo con los hijos.
Cuando comemos en familia no solo atendemos una necesidad física y básica que es alimentarnos, sino también una emocional y mental, ya que se trata de un momento en el que podemos hablar acerca de cómo nos sentimos, de cómo va nuestro día y de aquellas cosas que nos inquietan.
Fomentan el equilibrio entre vida personal y laboral.
En los Países Bajos, tanto padres como madres suelen trabajar en jornadas laborales reducidas o flexibles para poder dedicar más tiempo a la familia. Esta práctica permite que los niños no solo reciban más atención de sus padres, sino que también aprendan a valorar el equilibrio entre el trabajo y la vida personal.
La política laboral en Países Bajos apoya este equilibrio, promoviendo un entorno en el que se prioriza el bienestar familiar. Los padres pueden estar más presentes en la vida de sus hijos, participar en actividades escolares y pasar más tiempo de calidad en familia.
Priorizan el tiempo al aire libre y la actividad física.
La cultura neerlandesa valora mucho el tiempo al aire libre y la actividad física. Es común ver a las familias andando en bicicleta, paseando por parques y participando en deportes al aire libre. Esta práctica no solo fomenta un estilo de vida saludable, sino que también proporciona oportunidades para que los niños desarrollen habilidades sociales y construyan relaciones sólidas con sus padres y compañeros.
El contacto regular con la naturaleza y el ejercicio físico también están asociados con una mejor salud mental y emocional, lo que contribuye al bienestar general de los niños.
ARH