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Avándaro ¿Qué nos dejó el Woodstock mexicano? Avándaro ¿Qué nos dejó el Woodstock mexicano?

Cultura

Avándaro ¿Qué nos dejó el Woodstock mexicano?

Foto Cuartoscuro

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Ciudad de México.— A sus 50 años, el Festival de Avándaro es un evento que sigue en la memoria de los mexicanos. Convocó a miles de personas en una etapa en la que los estudiantes tenían coartados sus derechos de reunión, tránsito y expresión.

Además, sin esta actividad el rock latinoamericano en español no se entendería, o al menos no como se hace en la actualidad, consideró Juan Gabriel Hernández, profesor de Percusiones, Conjuntos Instrumentales y Música de Cámara en la Facultad de Música de la UNAM.

Incluso Gabriel Hernández dijo que este encuentro: “¡qué bueno que fue!, todo es preferible a que nunca hubiera existido”.

Originalmente Avándaro se planeó como un evento automovilístico con algo de rock, pero ante la masiva afluencia de público las competencias se suspendieron y sólo quedaron las tocadas.

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De inmediato, la prensa estigmatizó todo y a todos, recordó el experto, lo tildó de bacanal y hubo publicaciones que describieron aquello con titulares amarillistas como: “No hubo carreras de autos, ¡fue de motos!”.

Sobre esto, el académico de la UNAM recuerda que se trataba de un momento en el cual a los estudiantes se les coartaban sus libertades, incluso de tránsito y expresión, y habían pasado apenas tres meses de la llamada Matanza del Jueves de Corpus.

Es en ese contexto que cientos de miles de jóvenes coincidieron en un pequeño pueblo del Estado de México para escuchar música y sacudirse un poco la opresión de los gobiernos.

Aún “huele a espíritu joven” -como diría Kurt Cobain-. Esta actividad fue un hito, con todo en contra para realizarse pues con las masacres de 1968 y el “halconazo” de 1971, en un entorno autoritario donde toda reunión de más de tres estudiantes era sospechosa, y estando en el poder Luis Echeverría, conocido como “el presidente que prohibió el rock”, el 11 y 12 de septiembre de 1971 aproximadamente 300 mil personas se dieron cita en esa localidad para escuchar música.

Hoy es posible saber de aquellos días gracias a que el cineasta Alfredo Gurrola llegó con su cámara de Súper 8 e inmortalizó algunos de los mitos surgidos de ese concierto masivo, como “la encuerada de Avándaro”, una mujer que se despojó de su blusa sobre una de las plataformas de sonido y de quien se inventaron numerosas historias; o la actuación de Three Souls in my Mind, que terminaría por convertirse en la banda más emblemática del rock nacional: el TRI.

¿Woodstock mexicano?

Si en Woodstock fueron tres días de paz y música, acá fueron dos donde se vieron escenas no muy distintas a las retratadas en aquel poblado neoyorquino, pues lo mismo había personas paseando desnudas y bañándose en público, que jóvenes posando ante las cámaras con su carrujo encendido.

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Estas imágenes, al ser replicadas por los medios, causaron escándalo entre “las buenas conciencias” de la época, las cuales presionaron hasta lograr que se prohibieran las tocadas de rock, al menos por algunos años.

De aquel concierto, que para muchos es el culmen de las culturas jipiteca y de la onda en México (hoy se les llamaría contraculturas), aún aparecen historias como la del romance entre Alex Lora y su domadora Chela, quienes se conocieron ahí. Sin embargo, más allá de las anécdotas, para el profesor Juan Gabriel Hernández lo crucial de este capítulo es que nos brindó un legado tangible.

El Festival de Rock y Ruedas (así era su nombre original, hasta la cancelación de la parte automovilística) hoy es visto como un evento que marcó una época y que dejó la huella que atraviesa generaciones, pues además de haber consolidado el llamado rock urbano (sin el cual no entenderíamos figuras como las de Rockdrigo o Jaime López) hizo posible el movimiento Rock en tu Idioma, que nos dio dos grupos tan emblemáticos como Caifanes y Café Tacvba.

Las repercusiones de lo sucedido el 11 y 12 de septiembre de 1971 aún son tema de discusión entre académicos y rockeros, lo que demuestra que Avándaro sigue vivo y vigente, y que muy probablemente se hablará de él dentro de 50 años.

ebv

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Cultura

La piñata de siete picos: El significado detrás de la estrella de las posadas

Romper la tentación

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CIUDAD DE MÉXICO, 12DICIEMBRE2025.- Decenas de piñatas adornan las inmediaciones del Mercado de Jamaica de cara a la celebración de las fiestas decembrinas. FOTO: GALO CAÑAS/CUARTOSCURO.COM
Foto: Cuartoscuro

Ciudad de México.- En las calles de México, las fiestas navideñas no se entienden sin esa estrella multicolor que oscila hasta romperse, la piñata de siete picos. Lo que hoy vemos como parte de una tradición nació hace siglos como creada por los frailes agustinos para ilustrar la lucha del bien contra el mal.

Según registros históricos, su introducción formal en Nueva España tuvo lugar en Acolman, Estado de México, donde los frailes adaptaron una costumbre europea darle sentido a las fiestas del Aguinaldo.

¿Qué significan los siete picos de la piñata?

La estructura de la piñata no es casual. Cada uno de los siete picos representa un pecado capital: soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza. Los colores brillantes y el papel que la recubren simbolizan la naturaleza engañosa del mal, que se presenta ante el mundo con una apariencia atractiva y seductora para desviar al fiel del camino de la rectitud.

El ritual de romperla es una representación de la victoria sobre la oscuridad. El participante, con los ojos cubiertos por una venda, simboliza la fe ciega; esa confianza absoluta en la guía espiritual que no necesita ver para saber hacia dónde golpear. El palo, por su parte, es la fuerza moral y la virtud necesaria para destruir el pecado.

Al quebrarse la estructura, la lluvia de frutas, cañas, tejocotes y dulces representa la recompensa divina que llega tras superar los obstáculos del mundo terrenal. 

Algo de historia

Aunque la piñata es un ícono mexicano, sus raíces se extienden hasta Europa. Documentos de los siglos XIII al XVI mencionan la “pignatta” italiana, una vasija de cerámica que se rompía en celebraciones comunitarias. España adoptó esta práctica y la llevó a los rituales previos a la Cuaresma, pero fueron los Agustinos quienes le dieron el giro que conocemos hoy.

De acuerdo con el Archivo Histórico de la Provincia Agustiniana de Michoacán, la piñata se integró a las “misas de aguinaldo”, las precursoras de nuestras posadas actuales. En este contexto, la población indígena aceptó la práctica, integrándola rápidamente y expandiéndola hacia el resto del país.

Evolución y tradición en la cartonería mexicana

Con el paso del tiempo, la olla de barro tradicional ha cedido espacio al cartón y al papel maché, materiales más ligeros que evitan accidentes en las fiestas infantiles. Sin embargo, en regiones como Puebla, Michoacán y Guanajuato, la estrella de barro sigue siendo la reina de las posadas por su sonoridad y resistencia.

Hoy, lugares como Acolman celebran ferias dedicadas exclusivamente a su elaboración, manteniendo viva la técnica de la cartonería. Al darle a la piñata, no solo estamos siguiendo una tradición de juegos; estamos replicando un aspecto histórico que ha definido la identidad cultural de México por más de quinientos años.

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Cultura

Elisa Ramos: toda una vida en el reino del hada de azúcar

“He crecido con El Cascanueces”

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Elisa Ramos, bailarina solista de la CND
Foto: Ángel Reyes/Especial para Siete24

Ciudad de México.- La temporada 2025 de El Cascanueces de la Compañía Nacional de Danza (CND) regresa al Auditorio Nacional para reavivar la magia navideña. Esta puesta en escena, que suma más de dos décadas de éxito en el recinto, se sustenta en el compromiso y la trayectoria de sus principales solistas, quienes comparten su visión sobre la exigencia técnica y el honor de ser parte de esta tradición, como Elisa Ramos.

Elisa Ramos: toda una vida en el reino del hada de azúcar

Elisa Ramos, primera solista de la CND, personifica la historia viva de El Cascanueces en México. Ha participado en las 22 temporadas del montaje en el Auditorio Nacional, su vínculo con la obra se remonta a su infancia, cuando debutó a los diez años.

Foto: Ángel Reyes/Especial para Siete24

Su recorrido por la obra es un testimonio de crecimiento artístico:

“He pasado por absolutamente todos los roles: ratón, angelito, soldado, Clarita… He crecido con El cascanueces”.

En esta edición la primera bailarina interpreta al Hada de Azúcar.

Foto: Ángel Reyes, especial para Siete24

Sobre la permanencia en un rol tan demandante a través de los años,Elisa Ramos expresa un compromiso incondicional: 

“Mientras me siga sintiendo bien y pueda aportar a este espectáculo, lo haré con todo el amor. Nunca una temporada es igual a la anterior; cada elenco imprime una energía diferente”.

La exigencia del ballet

A pesar de su experiencia los solistas de la compañía no solo enfrentan el rigor técnico, sino también la presión emocional de presentarse ante miles de personas en un recinto monumental.

La solista Ana Paula Montero, quien debuta como Reina de las Nieves e interpreta la danza Árabe, describió el mayor obstáculo antes de salir a escena: 

“Para mí, lo más difícil son los nervios; es complicado controlar el cuerpo antes de salir y lograr que todo el trabajo previo se vea en escena”.

Montero añadió que la capacidad de proyectar hacia un público masivo y la conexión con la pareja de baile representan desafíos tan importantes como la técnica misma.

Foto: Ángel Reyes especial para Siete24
Ensayo/Foto: Ángel Reyes exclusiva para Siete24

Por su parte, Emanuel Talongo, quien debuta como Caballero de las Nieves, compartió: Es una gran oportunidad y también un gran reto. Queremos que el público venga, se acerque al ballet y sienta la magia.” 

Respecto a la dificultad de las cargadas y los levantamientos, el bailarín aseguró:

“Es muy pesado físicamente por las cargadas, pero el desafío es hacerlo ver fácil y disfrutarlo”.

El Cascanueces, la puerta de entrada al ballet

Braulio Fernández, intérprete del Cavalier, Elcascanueces y la danza rusa, subrayó el papel crucial de la pieza para la formación de nuevas audiencias. Considera que el montaje es la puerta ideal para quienes desean conocer el ballet:

“Invitaría sobre todo a los niños, porque ver a otros hombres en la escena de la danza me inspiró a mí”.

¿De qué trata El Cascanueces?

La historia de El Cascanueces se ubica a finales del siglo XIX en Rusia, época en la que se estrenó este ballet y en la que vivió su compositor, por lo que la escenografía actual evoca el esplendor de la Rusia zarista, con un toque contemporáneo. El cuento narra la aventura de Clara, a quien su padrino el juguetero Drosselmeyer le regala en Navidad un misterioso y mágico cascanueces, que cobra vida y la lleva a recorrer un mundo fantástico.

El Cascanueces se estrenó en 1892 en el Teatro Mariinski de San Petersburgo y sitúa su historia original a finales del siglo XIX —época del compositor Piotr Ilich Chaikovski (1840-1893)—. La escenografía actual de esta puesta en escena de la CND recrea ese esplendor con un toque contemporáneo. Su coreografía, versionada por compañías de todo el mundo, se basa en el cuento de E.T.A. Hoffmann El Cascanueces y el rey de los ratones (1816), convertido en un gran clásico navideño que se celebra globalmente cada diciembre.

El 2 de diciembre de 1980 se presentó por primera vez en el Palacio de Bellas Artes, y en 2001 llegó al Auditorio Nacional. La temporada 2025 inicia este jueves 18 y se extiende hasta el 23 de diciembre.

Horarios 

Auditorio Nacional

Diciembre:

  • jueves 18 y viernes 19, 19:30 horas
  • sábado 20, lunes 22 y martes 23, 12 y 18 horas
  • domingo 21, 12 y 17 horas

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Cultura

La herencia Agustina que dio origen a las Posadas Navideñas

El origen de la Navidad en México

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La herencia Agustina, las posadas navideñas mexicanas
Foto: Captura de pantalla

Ciudad de México.- La tradición mexicana de las Posadas, que se celebran del 16 al 24 de diciembre, es mucho más que una fiesta vecinal con piñatas y aguinaldos. Su nacimiento se remonta a la Nueva España del siglo XVI, impulsada por los frailes Agustinos como un acto de evangelización para la celebración del nacimiento de Jesús.

Cada 16 de diciembre, México se llena de música, letanías y la peregrinación de María y José, pidiendo posada, un rito que marca el inicio de las posadas. Esta profunda tradición, considerada una herencia agustina, tiene sus raíces en la tradición eclesiástica hispánica, con una celebración previa a la Navidad que culminaba con la Misa de Gallo.

Al llegar al Nuevo Mundo en el siglo XVI, los misioneros españoles adaptaron y dotaron de un sentido cristiano a las costumbres religiosas locales, logrando un extraordinario sincretismo cultural. Fueron los frailes agustinos los principales promotores de esta práctica en América.

El hito fundamental ocurrió en 1587. Según el cronista agustino Fr. Juan de Grijalva, fue en ese año cuando los miembros de esta Orden en la Nueva España comenzaron a celebrar las Misas de Aguinaldo.

El significado de las Misas de Aguinaldo

Carlos Ernesto Rangel Chávez, Investigador del Archivo Histórico de la Provincia Agustiniana de Michoacán, detalla el inicio de esta práctica:

“Sería en 1587 cuando los Agustinos de la Nueva España comenzaron a celebrar las misas del Aguinaldo nueve días continuos antes de la Navidad”.

Estas misas, celebradas en los atrios conventuales de templos como el de San Agustín de Acolman, recordaban los nueve meses que María llevó en su vientre al Niño Jesús. Se realizaban con gran júbilo, incluyendo el rezo del Santo Rosario, villancicos y catequesis especiales. Para hacerlas más atractivas, el prior agustino Fray Diego de Soria obtuvo del Papa Sixto V una indulgencia de 20 años para los asistentes que se confesaran,  relata Rangel Chávez, logrando que “las iglesias de San Agustín fueran más frecuentadas y reverenciadas”.

La evolución de la fiesta y el aguinaldo

La petición de posada, de Diego Rivera

La gran acogida de las Misas de Aguinaldo llevó a una síntesis que, en el siglo XVII, se formalizó como la Posada que hoy conocemos. El ritual comenzaba con el rezo del Rosario y el canto de las letanías, explica el historiador.

“La teatralidad es el corazón de la Posada: los asistentes se dividen en dos grupos, uno dentro de la casa y otro pidiendo posada con las imágenes de María y José, imitando su peregrinar de Nazaret a Belén.

Una vez acogidos, la fiesta continúa con villancicos y la distribución de los aguinaldos, que originalmente eran la fruta y dulces repartidos por los frailes al término de la misa en señal de gracias”.

A esta celebración se sumó la piñata, una olla de barro ornamentada con siete picos que representan los pecados capitales. 

“Romper la piñata con los ojos vendados (fe ciega) era el acto simbólico de vencer el mal”. 

“Ya en el siglo XIX, las Posadas salieron definitivamente de las iglesias a las calles y casas, convirtiéndose en un evento de fraternidad vecinal y familiar donde el anfitrión ofrece platillos típicos y ponche”, detalla.

Las posadas son un medio alegre y fervoroso para recordar y vivir la espera del Nacimiento de Jesús. La tradición, nacida en la Nueva España en el seno de la Orden de San Agustín, se expandió hasta convertirse en uno de los pilares de la Navidad mexicana.

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Cultura

‘La noche más venturosa’, la pastorela clásica con 20 años de tradición familiar

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La pastorela "La noche más venturosa" celebra 20 años de tradición. Conoce por qué esta obra de José Joaquín Fernández de Lizardi con música en vivo es el plan familiar perfecto para
Foto: Cortesía de la compañía

Ciudad de México.- La temporada navideña en México no está completa sin una pastorela. Espectáculos hay muchos, pero la Compañía Nacional de Teatro Clásico Fénix Novohispano ofrece una alternativa que se distingue por su carácter familiar y apego a la tradición. Se trata de “La noche más venturosa”.

La obra, escrita en 1817 por José Joaquín Fernández de Lizardi, se presenta con música en vivo y trajes de época, en el histórico Museo Casa del Risco, y ofrece una experiencia teatral familiar, libre de burlas y doble sentido.

Francisco Hernández, director y productor de la compañía, explica que al elegir este texto, busca resaltar una parte fundamental de la identidad teatral mexicana.

La Pastorela como identidad y tradición

Hernández subraya la importancia histórica de este género que nació en el Virreinato:

“La pastorela nace en la Nueva España en el siglo XVI con la finalidad de evangelizar en el Virreinato, y no ha dejado de representarse. pero ahora tiene la misión de hermanarnos, abrazarnos, sobre todo, de conjugar tres cosas muy importantes, verso, música en vivo, en espacio barroco y llevar al público a lo que es el teatro clásico”.

El texto en verso, dividido en dos actos, aborda la tentación de los siete pecados capitales a través de pastores que retratan las costumbres y maneras de percibir el mundo en el Virreinato, época en la que nacieron gran parte de nuestros gustos culinarios.

Foto: INAH

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Una experiencia familiar

La puesta en escena, que este año dirige el actor Wlises Mendoza, cuenta con 11 actores y cantantes que visten trajes de época, prometiendo un viaje a Belén. A diferencia de las adaptaciones modernas que a menudo buscan la sátira política o el humor adulto, esta pastorela mantiene la fidelidad al clásico.

“Eso la hace diferente y el público va a disfrutar una pastorela blanca buscando siempre su inteligencia, divirtiéndose y sobre todo pueden asistir con toda la familia”.

El productor hace hincapié en el enfoque familiar y respetuoso de su versión, que busca un mensaje de esperanza en medio de la violencia global.

En un contexto donde muchas pastorelas recurren al lenguaje actual y a las referencias pop, esta obra se mantiene firme en el texto original, con una clara advertencia para quienes buscan la comedia fácil o irreverente: 

“Lo que no van a encontrar, lo siento para el que se divierta con esas cosas, no vamos a encontrar doble sentido, no vamos a encontrar discriminación, no vamos a encontrar burlas al público o a los compañeros o a los personajes, vamos a encontrar una pastorela tradicional mexicana”.

La compañía lamenta que el público a veces espera ver elementos ajenos a la verdadera pastorela.

“El público de repente cree que va a ir a la pastorela a ver coreografías con música de Beyoncé, que va a ir a ver un diablo que representa a la comunidad gay, que va a ir a ver a un ángel que representa a la comunidad gay, que se van a burlar de los indígenas en el escenario, que van a hacer chistes hacia el público. Y en nuestro caso, nuestra pastorela es clásica, no hay nada de eso”.

La experiencia en el Museo Casa del Risco es multisensorial, ya que los 19 artistas en escena son acompañados por música en vivo a cargo de un cuarteto de cuerdas dirigido por Verónica Peralta (con África Santiago en el primer violín, Carlos Velarde en el chelo y Adriana Forcada en el segundo violín), además de una soprano que canta villancicos tradicionales.

Esta pastorela, que ya se ha presentado en recintos emblemáticos como el Zócalo capitalino y la Catedral Metropolitana, se convierte en una cita recomendada para toda la familia que desea preservar la rica tradición teatral mexicana en estas fechas decembrinas.

DÓNDE Y CUÁNDO VERLA

  • Lugar: Museo Casa del Risco (Plaza de San Jacinto No. 5, Col. San Ángel, Alcaldía Álvaro Obregón).
  • Fechas y Horarios: Del 18 al 20 de diciembre a las 19:00 horas, y el 21 de diciembre a las 18:00 horas.
  • Costo: $500. Estudiantes e INAPAM 2×1 presentando credencial vigente.

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