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“La Iglesia tiene una concepción muy clara sobre el matrimonio”; Papa Francisco responde los Dubia de cinco cardenales
Vaticano.— El Papa Francisco respondió a cinco dubia que le enviaron en julio pasado los cardenales Walter Brandmüller y Raymond Leo Burke con el apoyo de otros tres cardenales, el mexicano Juan Sandoval Íñiguez; así como Robert Sarah y Joseph Zen Ze-kiun.
A dos días del inicio del Sínodo de la Sinodalidad, las preguntas de los cardenales y las respuestas del Papa fueron publicadas en el sitio web del Dicasterio para la Doctrina de la Fe.
¿SANDOVAL ÍÑIGUEZ Y 4 CARDENALES DESAFÍAN AL PAPA?
Los Cardenales Juan Sandoval Íñiguez (México), Robert Sarah (Guinea), Joseph Zen Ze-kiun (China), Raymond Leo Burke (Estados Unidos) y Walter Brandmüller (Alemania) presentaron cinco preguntas al Papa Francisco solicitando aclaraciones sobre una serie de cuestiones relativas a la interpretación de la Revelación Divina, la bendición de las uniones entre personas del mismo sexo, la sinodalidad como dimensión constitutiva de la Iglesia, la ordenación sacerdotal de las mujeres y el arrepentimiento como condición necesaria para la absolución sacramental.
Aseguran que enviaron las dubia para esclarecer la que consideran “gran confusión” causada por “diversas declaraciones de Prelados de alto rango, relativas a la celebración del próximo Sínodo de los Obispos, que son abiertamente contrarias a la constante doctrina y disciplina de la Iglesia”.
LAS DUDAS
Las dubia son preguntas formales presentadas ante el Papa y el Dicasterio para la Doctrina de la Fe (DDF) con el fin de obtener una respuesta de “sí” o “no”, sin argumentación teológica.
La palabra “dubia” es la forma plural de “dubium”, que significa “duda” en latín y generalmente, son planteadas por cardenales u otros miembros de alto rango de la jerarquía eclesiástica con el objetivo de buscar aclaraciones sobre cuestiones de doctrina o enseñanza de la Iglesia.
RESPUESTA DEL PAPA FRANCISCO
Antes de iniciar sus respuestas, el Papa Francisco dijo “Queridos hermanos, si bien no siempre me parece prudente responder las preguntas dirigidas directamente a mi persona, y sería imposible responderlas a todas, en este caso me pareció adecuado hacerlo debido a la cercanía del Sínodo”.
I. Dubium sobre la afirmación de que la Revelación Divina debe reinterpretarse en función de los cambios culturales y antropológicos en boga.
A raíz de las declaraciones de algunos obispos, que no han sido corregidas ni retractadas, se plantea la cuestión de si la Revelación Divina en la Iglesia debe ser reinterpretada según los cambios culturales de nuestro tiempo y según la nueva visión antropológica que estos cambios promueven; o si la Revelación Divina es vinculante para siempre, inmutable y por tanto no puede ser contradicha, según el dictado del Concilio Vaticano II, de que a Dios que revela se le debe “la obediencia de la fe” (Dei Verbum 5); que lo revelado para la salvación de todos debe permanecer “para siempre íntegro” y vivo, y ser “transmitido a todas las generaciones” (7) y que el progreso de la comprensión no implica ningún cambio en la verdad de las cosas y de las palabras, porque la fe ha sido “transmitida de una vez para siempre” (8), y el Magisterio no es superior a la Palabra de Dios, sino que enseña sólo lo que ha sido transmitido (10).
Respuesta del Papa Francisco:
a) La respuesta depende del significado que ustedes den a la palabra “reinterpretar”. Si se entiende como “interpretar mejor” la expresión es válida. En este sentido el Concilio Vaticano ll afirmó que es necesario que con la tarea de los exégetas —yo agrego de los teólogos— “vaya madurando el juicio de la Iglesia” (Conc. Ecum. Vat. ll, Const. dogm. Dei Verbum, 12).
b) Por lo tanto, si bien es cierto que la divina Revelación es inmutable y siempre vinculante, la Iglesia debe ser humilde y reconocer que ella nunca agota su insondable riqueza y necesita crecer en su comprensión.
c) Por consiguiente madura también en la comprensión de lo que ella misma ha afirmado en su Magisterio.
d) Los cambios culturales y los nuevos desafíos de la historia no modifican la Revelación, pero sí pueden estimularnos a explicitar mejor algunos aspectos de su desbordante riqueza que siempre ofrece más.
e) Es inevitable que esto pueda llevar a una mejor expresión de algunas afirmaciones pasadas del Magisterio, y de hecho ha sucedido así a lo largo de la historia.
f) Por otra parte, es cierto que el Magisterio no es superior a la Palabra de Dios, pero también es verdad que tanto los textos de las Escrituras como los testimonios de la Tradición necesitan una interpretación que permita distinguir su substancia perenne de los condicionamientos culturales. Es evidente, por ejemplo, en los textos bíblicos (como Ex 21, 20-21) y en algunas intervenciones magisteriales que toleraban la esclavitud (Cf. Nicolás V, Bula Dum Diversas, 1452). No es un tema menor dada su íntima conexión con la verdad perenne de la dignidad inalienable de la persona humana. Esos textos necesitan una interpretación. Lo mismo vale para algunas consideraciones del Nuevo Testamento sobre las mujeres (1 Cor 11, 3-10; 1 Tim 2, 11-14) y para otros textos de las Escrituras y testimonios de la Tradición que hoy no pueden ser repetidos materialmente.
g) Es importante destacar que lo que no puede cambiar es lo que ha sido revelado “para la salvación de todos” (Conc. Ecum. Vat. ll, Const. dogm. Dei Verbum, 7). Por ello la Iglesia debe discernir constantemente entre aquello que es esencial para la salvación y aquello que es secundario o está conectado menos directamente con este objetivo. Al respecto me interesa recordar lo que Santo Tomás de Aquino afirmaba: “cuanto más se desciende a lo particular, tanto más aumenta la indeterminación” (Summa Theologiae 1-1 1, q. 94, art. 4).
h) Finalmente, una sola formulación de una verdad nunca podrá entenderse de un modo adecuado si se la presenta solitaria, aislada del rico y armonioso contexto de toda la Revelación. La “jerarquía de verdades” implica también situar cada una de ellas en adecuada conexión con las verdades más centrales y con la totalidad de la enseñanza de la Iglesia. Esto finalmente puede dar lugar a distintos modos de exponer la misma doctrina, aunque “a quienes sueñan con una doctrina monolítica defendida por todos sin matices, esto puede parecerles una imperfecta dispersión. Pero la realidad es que esa variedad ayuda a que se manifiesten y desarrollen mejor los diversos aspectos de la inagotable riqueza del Evangelio” (Evangelii gaudium, 49). Cada línea teológica tiene sus riesgos, pero también sus oportunidades.
II. Dubium sobre la afirmación de que la práctica generalizada de bendecir las uniones entre personas del mismo sexo está de acuerdo con la Revelación y el Magisterio (CIC 2357).
Según la Divina Revelación, atestiguada en la Sagrada Escritura, que la Iglesia “por mandato divino y con la asistencia del Espíritu Santo escucha piadosamente, conserva santamente y expone fielmente” (Dei Verbum 10): “En el principio” Dios creó al hombre a su imagen, varón y hembra los creó y los bendijo para que fuesen fecundos (cf. Gn 1, 27-28), por lo que el Apóstol Pablo enseña que negar la diferencia sexual es consecuencia de negar al Creador (Rm 1, 24-32). Surge la pregunta: ¿puede la Iglesia derogar este “principio”, considerándolo, en contra de lo que enseña Veritatis splendor 103, como un mero ideal, y aceptando como “bien posible” situaciones objetivamente pecaminosas, como las uniones entre personas del mismo sexo, sin faltar a la doctrina revelada?
Respuesta del Papa Francisco:
a) La Iglesia tiene una concepción muy clara sobre el matrimonio: una unión exclusiva, estable e indisoluble entre un varón y una mujer, naturalmente abierta a engendrar hijos. Sólo a esa unión llama “matrimonio”. Otras formas de unión sólo lo realizan “de modo parcial y análogo” (Amoris laetitia 292), por lo cual no pueden llamarse estrictamente “matrimonio”.
b) No es una mera cuestión de nombres, sino que la realidad que denominamos matrimonio tiene una constitución esencial única que exige un nombre exclusivo, no aplicable a otras realidades. Sin duda es mucho más que un mero “ideal”.
c) Por esta razón la Iglesia evita todo tipo de rito o de sacramental que pueda contradecir esta convicción y dar a entender que se reconoce como matrimonio algo que no lo es.
d) No obstante, en el trato con las personas no hay que perder la caridad pastoral, que debe atravesar todas nuestras decisiones y actitudes. La defensa de la verdad objetiva no es la única expresión de esa caridad, que también está hecha de amabilidad, de paciencia, de compresión, de ternura, de aliento. Por consiguiente, no podemos constituirnos en jueces que sólo niegan, rechazan, excluyen.
e) Por ello la prudencia pastoral debe discernir adecuadamente si hay formas de bendición, solicitadas por una o por varias personas, que no transmitan una concepción equivocada del matrimonio. Porque cuando se pide una bendición se está expresando un pedido de auxilio a Dios, un ruego para poder vivir mejor, una confianza en un Padre que puede ayudarnos a vivir mejor.
f) Por otra parte, si bien hay situaciones que desde el punto de vista objetivo no son moralmente aceptables, la misma caridad pastoral nos exige no tratar sin más de “pecadores” a otras personas cuya culpabilidad o responsabilidad pueden estar atenuadas por diversos factores que influyen en la imputabilidad subjetiva (Cf. San Juan Pablo ll, Reconciliatio et Paenitentia, 17).
g) Las decisiones que, en determinadas circunstancias, pueden formar parte de la prudencia pastoral, no necesariamente deben convertirse en una norma. Es decir, no es conveniente que una Diócesis, una Conferencia Episcopal o cualquier otra estructura eclesial habiliten constantemente y de modo oficial procedimientos o ritos para todo tipo de asuntos, ya que todo “aquello que forma parte de un discernimiento práctico ante una situación particular no puede ser elevado a la categoría de una norma”, porque esto “daría lugar a una casuística insoportable” (Amoris laetitia 304). El Derecho Canónico no debe ni puede abarcarlo todo, y tampoco deben pretenderlo las Conferencias Episcopales con sus documentos y protocolos variados, porque la vida de la Iglesia corre por muchos cauces además de los normativos.
III. Dubium sobre la afirmación de que la sinodalidad es una “dimensión constitutiva de la Iglesia” (Const.Ap. Episcopalis Communio 6), de modo que la Iglesia sería sinodal por naturaleza.
Dado que el Sínodo de los Obispos no representa al Colegio Episcopal, sino que es un mero órgano consultivo del Papa, ya que los obispos, como testigos de la fe, no pueden delegar su confesión de la verdad, se plantea la cuestión de si la sinodalidad puede ser el criterio normativo supremo para el gobierno permanente de la Iglesia sin desvirtuar su disposición constitutiva, tal como deseaba su Fundador, según el cual la autoridad suprema y plena de la Iglesia es ejercida tanto por el Papa en virtud de su oficio como por el colegio episcopal junto con su cabeza el Romano Pontífice (Lumen Gentium 22).
Respuesta del Papa Francisco:
a) Si bien ustedes reconocen que la suprema y plena autoridad de la Iglesia es ejercitada, sea por el Papa debido a su oficio, sea por el colegio de los obispos junto con su cabeza el Romano Pontífice (Cf. Conc. Ecum. Vati ll, Const. dogm. Lumen gentium, 22), sin embargo con estos dubia ustedes mismos manifiestan su necesidad de participar, de opinar libremente y de colaborar, y así están reclamando alguna forma de “sinodalidad” en el ejercicio de mi ministerio.
b) La Iglesia es “misterio de comunión misionera”, pero esta comunión no es sólo afectiva o etérea, sino que necesariamente implica participación real: que no sólo la jerarquía sino todo el Pueblo de Dios de distintas maneras y en diversos niveles pueda hacer oír su voz y sentirse parte en el camino de la Iglesia. En este sentido sí podemos decir que la sinodalidad, como estilo y dinamismo, es una dimensión esencial de la vida de la Iglesia. Sobre este punto ha dicho cosas muy bellas san Juan Pablo II en Novo millennio ineunte.
c) Otra cosa es sacralizar o imponer una determinada metodología sinodal que agrada a un grupo, convertirla en norma y cauce obligatorio para todos, porque esto sólo llevaría a “congelar” el camino sinodal ignorando las diversas características de las distintas Iglesias particulares y la variada riqueza de la Iglesia universal.
IV. Dubium sobre el apoyo de pastores y teólogos a la teoría de que “la teología de la Iglesia ha cambiado” y, por tanto, la ordenación sacerdotal puede conferirse a las mujeres.
Tras las declaraciones de algunos prelados, que no han sido corregidas ni retractadas, según las cuales con el Vaticano II habría cambiado la teología de la Iglesia y el sentido de la Misa, se plantea la cuestión de si sigue siendo válido el dictado del Concilio Vaticano II que “el sacerdocio común de los fieles y el sacerdocio ministerial difieren esencialmente y no sólo en grado” (Lumen Gentium 10) y que los presbíteros, en virtud de la “sagrada potestad del orden de ofrecer sacrificios y perdonar pecados” (Presbyterorum Ordinis 2), actúan en nombre y persona de Cristo Mediador, por quien se perfecciona el sacrificio espiritual de los fieles? También se plantea la cuestión de si sigue siendo válida la enseñanza de la carta apostólica Ordinatio Sacerdotalis de San Juan Pablo II, que enseña como una verdad que hay que sostener definitivamente que es imposible conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres, de modo que esta enseñanza ya no está sujeta a cambios ni a la libre discusión de pastores o teólogos.
Respuesta del Papa Francisco:
a) “El sacerdocio común de los fieles y el sacerdocio ministerial difieren esencialmente” (Conc. Ecum. Vat. ll, Const. dogm. Lumen gentium, 10). No es conveniente sostener una diferencia de grado que implique considerar al sacerdocio común de los fieles como algo de “segunda categoría” o de menor valor (“un grado más bajo”). Ambas formas de sacerdocio se iluminan y se sostienen mutuamente.
b) Cuando san Juan Pablo ll enseñó que hay que afirmar “de modo definitivo” la imposibilidad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres, de ningún modo estaba menospreciando a las mujeres y otorgando un poder supremo a los varones. San Juan Pablo ll también afirmó otras cosas. Por ejemplo, que cuando hablamos de la potestad sacerdotal “nos encontramos en el ámbito de la función, no de la dignidad ni de la santidad” (san Juan Pablo ll, Christifideles laici, 51), Son palabras que no hemos acogido suficientemente. También sostuvo claramente que si bien sólo el sacerdote preside la Eucaristía, las tareas “no dan lugar a la superioridad de los unos sobre los otros” (san Juan Pablo ll, Christifideles laici, nota 190; Cf. Congregación para la Doctrina de la Fe, Declaración Inter Insigniores, VI). Igualmente afirmó que si la función sacerdotal es “jerárquica”, no debe entenderse como una forma de dominio, sino que “está totalmente ordenada a la santidad de los miembros de Cristo” (san Juan Pablo ll, Mulieris dignitatem, 27). Si esto no se comprende y no se sacan las consecuencias prácticas de estas distinciones, será difícil aceptar que el sacerdocio esté reservado sólo a los varones y no podremos reconocer los derechos de las mujeres o la necesidad de que participen, de diversas maneras, en la conducción de la Iglesia.
c) Por otra parte, para ser rigurosos, reconozcamos que aún no se ha desarrollado exhaustivamente una doctrina clara y autoritativa acerca de la naturaleza exacta de una “declaración definitiva”. No es una definición dogmática, y sin embargo debe ser acatada por todos. Nadie puede contradecirla públicamente y sin embargo puede ser objeto de estudio, como es el caso de la validez de las ordenaciones en la Comunión anglicana.
V. Dubium sobre la afirmación “el perdón es un derecho humano” y la insistencia del Santo Padre en el deber de absolver a todos y siempre, de modo que el arrepentimiento no sería una condición necesaria para la absolución sacramental.
Se plantea la cuestión de si sigue vigente la enseñanza del Concilio de Trento, según la cual, para que sea válida la confesión sacramental, es necesaria la contrición del penitente, que consiste en detestar el pecado cometido con la intención de no pecar más (Sesión XIV, Capítulo IV: DH 1676), de modo que el sacerdote debe posponer la absolución cuando es evidente que no se cumple esta condición.
Respuesta del Papa Francisco:
a) El arrepentimiento es necesario para la validez de la absolución sacramental, e implica el propósito de no pecar, Pero aquí no hay matemáticas y una vez más debo recordar que el confesionario no es una aduana. No somos dueños, sino humildes administradores de los Sacramentos que alimentan a los fieles, porque estos regalos del Señor, más que reliquias a custodiar, son ayudas del Espíritu Santo para la vida de las personas.
b) Hay muchas maneras de expresar el arrepentimiento. Frecuentemente, en las personas que tienen una autoestima muy herida, declararse culpables es una tortura cruel, pero el sólo hecho de acercarse a la confesión es una expresión simbólica de arrepentimiento y de búsqueda de la ayuda divina.
c) Quiero recordar también que “a veces nos cuesta mucho dar lugar en la pastoral al amor incondicional de Dios” (Amoris laetitia 311), pero hay que aprenderlo. Siguiendo a san Juan Pablo ll, sostengo que no debemos exigir a los fieles propósitos de enmienda demasiado precisos y seguros, que en el fondo terminan siendo abstractos o incluso ególatras, sino que aun la previsibilidad de una nueva caída “no prejuzga la autenticidad del propósito” (san Juan Pablo ll, Carta al Card. William W. Baum y a los participantes del curso anual de la Penitenciaría Apostólica, 22 marzo 1996, 5).
d) Por último, debe quedar claro que todas las condiciones que habitualmente se ponen en la confesión, generalmente no son aplicables cuando la persona se encuentra en una situación de agonía, o con sus capacidades mentales y psíquicas muy limitadas.
ebv
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Activista alemana pide apoyar a las mujeres a mantener a sus hijos
Las mujeres necesitan condiciones para tener a sus hijos
Berlín.— La activista próvida alemana, Alexandra Linder llamó a tomar medidas que realmente favorezcan a las mujeres y a sus hijos por nacer.
Lo anterior, ante el proyecto de ley impulsado por un grupo de diputados alemanes para reformar el artículo 218 del Código Penal. La propuesta incluye la legalización del aborto durante las primeras 14 semanas de embarazo y la eliminación del periodo de espera obligatorio tras la consulta previa.
A decir de Linder, la propuesta defina la “libertad reproductiva” de la mujer como derecho fundamental sin considerar los derechos del bebé.
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Aseguró que el aprobar el aborto significa por sí mismo suprimir los derechos fundamentales de los niños no nacidos.
Explicó que esto, es un grave atentado contra la dignidad humana de los pequeños en los vientres de sus madres.
La líder pro-vida subrayó la contradicción en el tratamiento del aborto:
“Si los niños son deseados, se les reconoce como seres humanos con derechos. Si no lo son, se les niega este estatus, permitiendo su eliminación bajo el concepto de ‘interrupción del embarazo a petición’. Esto es un claro ejemplo de una ética arbitraria e inconsistente”.
Linder critió que se priorice la legalización del aborto sobre la ayuda a las mujeres en dificultades.
En ese sentido, la presidenta de la Federación Alemana por el Derecho a la Vida destacó la importancia de brindar soluciones reales a las mujeres en situación de embarazo no deseado. “Estas mujeres necesitan apoyo para conservar a sus hijos, no la eliminación de estos como respuesta a sus problemas”, concluyó.
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Papa Francisco pide al G20 a no escatimar en la lucha contra el hambre
Pidió centrar la atención en la dignidad de la persona
Río de Janeiro.— El Papa Francisco llamó a los miembros del G20 a no escatimar esfuerzos en ayudar a las personas que viven en pobreza y padecen hambre.
Su Santidad afirmó a los líderes mundiales que “es de suma importancia” identificar “nuevas formas de lograr una paz estable y duradera”.
En un mensaje leído en la cumbre desarrollada en Río de Janeiro, explicó que las consecuencias de los conflictos trascienden las muertes y desplazados.
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El Papa Francisco advierte asimismo que las guerras “siguen” ejerciendo una presión considerable sobre las economías nacionales. “Especialmente debido a la exorbitante cantidad de dinero gastada en armas y más armas”.
En ese sentido, exhortó a los miembros de G20 a buscar “nuevos caminos para lograr una paz estable y duradera”.
Papa Francisco: hambre, una justicia escandalosa
En el mensaje del Papa, leído por el dignatario de la Santa Sede, se advierte que “la relación entre hambre y pobreza es inseparable”. Afirmó también que “está claro que se deben tomar medidas inmediatas y decisivas” para erradicar esos dos flagelos.
Determinó que es preocupante que la humanidad “no haya encontrado una manera de abordar la trágica situación de quienes enfrentan el hambre”.
La normalización del hambre por parte de la sociedad “es una injusticia escandalosa y una ofensa grave. No se deben escatimar esfuerzos para sacar a la gente de la pobreza y el hambre”, señaló.
El Papa Francisco identificó “una importante paradoja” en el acceso a los alimentos, cuando “más de 3 mil millones de personas no tienen acceso a alimentos nutritivos”, mientras que “casi 2 mil millones de personas tienen sobrepeso u obesidad”.
El obispo de Roma aseguró que el acceso a los bienes básicos y la distribución justa de los recursos “deben ser prioridades en todas las agendas políticas y sociales”.
En ese sentido, afirmó que hay comida suficiente para alimentar a todas las personas del mundo, pero el problema es su distribución desigual.
La Santa Sede, añadió Francisco, seguirá buscando “promover la dignidad humana y hacer su contribución específica al bien común”.
Lo anterior, ofreciendo la experiencia y el compromiso de las instituciones católicas de todo el mundo, y pidió que las comunidades locales y la riqueza cultural y tradicional de las personas no sean “ignoradas ni destruidas en nombre de un concepto estrecho y miope de progreso”.
JAHA
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El origen del conflicto que desataría ¿la Tercera Guerra Mundial?
Ciudad de México.— Sobre advertencia no hay engaño. En Rusia, bajo el mando del presidente Vladimir Putin, no escatimarían en desatar una Tercera Guerra Mundial o al menos así lo han manifestado altos funcionarios del gobierno ruso, entre ellos, Vladimir Dzhabarov, vicepresidente primero de la Comisión de Asuntos Internacionales de la Cámara Alta rusa.
¿La razón?
El gobierno de Estados Unidos habría autorizado a Ucrania el uso de misiles de largo alcance contra Rusia, de acuerdo con información revelada a través de varios medios, entre ellos The New York Times y The Washington Post, aunque hasta ahora no se ha manifestado al respecto el presidente Joe Biden, quien se encuentra en Río de Janeiro, Brasil, para participar en la Cumbre del G20.
La autorización de la Unión Americana le daría luz verde a Kiev para utilizar el Sistema de Misiles Tácticos del Ejército en territorio ruso, luego de que el presidente Putin recurriera al apoyo de Norcorea, para el envío de miles de soldados y así recuperar cientos de kilómetros tomados por las fuerzas ucranianas en la frontera con Rusia.
El origen del conflicto
La tensión entre Rusia y Ucrania y una posible intervención de Estados Unidos que pondrían en jaque al planeta entero con una Tercera Guerra Mundial con tintes nucleares no es obra de la casualidad y habría que retroceder más de tres décadas para entender el origen del conflicto.
En 1991 se disolvió la Unión Soviética y sus territorios se convirtieron en repúblicas independientes y una posición reforzada de Ucrania con la OTAN implicó la pérdida directa de la influencia de Rusia sobre este país.
2013, el gobierno de Ucrania suspendió su acuerdo de asociación con la Unión Europea, lo que provocó una serie de protestas en el país.
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En 2014. Miles de ucranianos proeuropeos protestaron en las calles de Kiev en contra del presidente Víctor Yanukóvich, que comulgaba con las ideas del Kremlin y este conflicto interno que terminó con la huida del presidente ucraniano, lo aprovechó Vladimir Putin para invadir Crimea, una zona estratégica pues es la salida de Rusia al Mar Negro y que había perdido durante la Segunda Guerra Mundial y desde entonces su objetivo siempre fue recuperarlo.
La invasión a Crimea le ha costado a Rusia protestas y sanciones económicas, sin embargo, Putin siempre advirtió que nunca devolvería este territorio y pese a que llevó a cabo un referéndum en el que la mayoría de los habitantes votó por la unión, Ucrania lo desconoció y lo consideró ilegal.
Ese mismo año, en 2014, las regiones de Donetsk y Lugansk, en el Donbás, se autoproclamaron repúblicas populares y reclamaron su integración a Rusia.
A mediados de 2021 , Rusia comenzó una concentración militar a lo largo y ancho de la frontera con Ucrania.
El 21 de febrero de 2022 , Rusia reconoció a la República Popular de Donetsk y a la República Popular de Lugansk, dos estados autoproclamados en la región de Dombás, al este de Ucrania, y envió tropas a esos territorios. Al día siguiente, el Consejo de la Federación de Rusia autorizó por unanimidad a Putin a utilizar la fuerza militar fuera de las fronteras de Rusia.
El 24 de febrero de 2022 , Rusia inició la invasión Ucrania, convirtiéndose en el mayor ataque militar convencional en Europa desde la Segunda Guerra Mundial, dejando un número de víctimas sin precendentes.
Consecuencias y sanciones
Hasta mediados de 2023, tiempo en el que no habían cesado los constantes bombardeos y enfrentamientos en territorio ucraniano, la guerra había causado la muerte de 9 mil civiles y decenas de miles de soldados, además de la mayor crisis de refugiados en el continente desde la Segunda Guerra Mundial, pues más de 7.2 millones de ucranianos abandonaron el país y más de 7.1 millones se desplazaron dentro de territorio ucraniano.
La Corte Internacional de Justicia ordenó a Rusia suspender las operaciones militares y el Consejo de Europa expulsó al país. Numerosos gobiernos, principalmente europeos, además de Estados Unidos, impusieron sanciones a Rusia y proporcionaron ayuda humanitaria, económica y militar a Ucrania.
Más de mil empresas abandonaron Rusia y Bielorrusia en respuesta a la invasión. La Corte Penal Internacional (CPI) abrió una investigación sobre posibles crímenes contra la humanidad, crímenes de guerra, secuestro de niños y genocidio, emitiendo una orden de arresto contra Putin en marzo de 2023.
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Voto latino, fundamental en la victoria de Donald Trump
Contrario a lo que podía imaginarse, los latinos se inclinaron por el republicano
Por: Germán Díaz Hampshire
Ciudad de México.— El regreso al Capitolio de Donald Trump mantiene en vilo a la comunidad latina, especialmente en México, luego de las serias y alarmantes advertencias del presidente electo durante su campaña, en las que incluía cambios drásticos en materia de migración, entre ellas, deportaciones masivas, la extensión del muro fronterizo, restricciones al asilo y el fin de la ciudadanía por nacimiento.
Ante tales amenazas, se esperaba que en su mayoría la comunidad latina en la Unión Americana se decantara por la demócrata Kamala Devi Harris, actual
Vicepresidenta de Estados Unidos bajo la tutela de Joe Biden, sin embargo, fue justo el voto latino el que tuvo un peso sin precedentes en el triunfo del empresario y político conservador estadounidense.
¿La razón?
Apenas la semana pasada, durante un mitin en Nuevo México, Trump lanzó un contundente mensaje dirigido a la comunidad latina y que dejó sin habla a más de uno:
“Amo a los hispanos. Son muy trabajadores y emprendedores, y son grandes personas. Y son cariñosos, a veces demasiado cariñosos, si quieren que diga la verdad”.
Donald Trump
La reacción no se hizo esperar y el impacto se vio reflejado en un considerable aumento con relación a las elecciones del 2019 y en las que Biden resultó el ganador.
Donald Trump obtuvo en aquel entonces el 32% del voto latino y este martes 5 de noviembre de 2024 se incrementó al 41%, reforzando así de una manera más sólida el apoyo de la comunidad hispana en territorio estadounidense.
De acuerdo con la National Election Pool (NEP) el apoyo latino a Trump fue más fuerte entre los hombres con el 54 por ciento, frente al 46 por ciento e las mujeres.
El “autoflagelo” latino y su paridad con Trump
La elevada inclinación latina por Donald Trump en los recientes comicios electorales tienen su origen desde la psicología social y la autoflagelación de muchos hispanos, al menos así lo considera el politólogo e internacionalista Bernardo Gortaire Morejón.
“Los hombres latinos que giran a favor de Trump, incluso cuando este último generaliza al llamar a los latinos ‘ladrones’, ‘bad hombres’ y una larga lista de visiones de desprecio llegan a pensar que eso responde a ‘otros’ latinos”, destaca Gortaire Morejón a través de un post en su cuenta oficial de “X”.
“Pensemos que, de cualquier forma, muchos latinos se autoflagelan hablando mal de sus países de origen y sus sociedades todo el tiempo. Es casi parte de la cultura latina el autorechazo”, agrega el destacado politólogo.
“La ley y el orden”, el caso de un voto latino por Trump
A través de las redes sociales destacó el caso de un joven latino de padres guatemaltecos que por primera vez ejerció su derecho al voto en Estados Unidos y lo hizo a favor de Donald Trump.
Alejandro Corado, el joven latino americano destacó a través de “X” que votó por Trump por estar en contra de la “perversa” ideología de género que se promueve en las escuelas y universidades, específicamente en el cambio de sexo, así como del aborto y del control de armas.
“Soy cristiano, soy pro vida, soy pro mujer (estoy en contra del feminismo, el feminismo destruye a las mujeres), soy pro armas, pro libre mercado, pro América, apoyo a la policía y a las fuerzas armadas, amo la constitución y la ley y el orden y, por supuesto, voté por Donald Trump”, concluye el latino de origen guatemalteco.
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JAHA