Ciudad de México.— El presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Sergio Gutiérrez Luna, presentó en la sesión de la Comisión Permanente de este miércoles, la iniciativa con proyecto de decreto que reforma la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, en materia de igualdad y libertad religiosa.
La propuesta, enlistada en la Gaceta de la Permanente y turnada a la comisión correspondiente, tiene el objetivo de que el Estado garantice al individuo sus derechos y libertades en materia religiosa, lo que comprende observar los días de reposo y de culto obligatorio, pudiendo éste oponerse a terceros sin que el cumplimiento de los deberes religiosos suponga un menoscabo o impedimento material al ejercicio de otros derechos o al cabal cumplimiento de las obligaciones de quienes profesan el culto o religión de que se trate.
Además, tampoco podrá restringirse, impedirse o condicionarse a nadie el acceso y disfrute de sus derechos o el cumplimiento de sus obligaciones en igualdad de circunstancias cuando en virtud de su credo alguna persona tenga el deber de observar una conducta obligatoria de acuerdo con los preceptos y dogmas de su creencia religiosa, tales como los días para el reposo y el culto, siempre que no exista el deber jurídico de ejercer el derecho o cumplir con una determinada obligación en fecha específica determinada en la ley.
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Indica que todas las autoridades del Estado, así como los particulares que realicen funciones estatales o ejerzan recursos públicos, tendrán la obligación de identificar y articular las alternativas y mecanismos que hagan posible la recuperación de los tiempos, así como el cumplimiento de los requisitos que de conformidad con las disposiciones aplicables se requieran para el ejercicio del derecho o el cumplimiento de la obligación que se trate en días distintos a los destinados al reposo o al cumplimiento de un deber religioso.
También se establece que las asociaciones religiosas tendrán derecho, en términos de la ley y su reglamento, a solicitar ante la autoridad o institución competente y a nombre de sus agremiados, previa acreditación de su afiliación de conformidad con las normas internas y estatutos de la asociación religiosa, su incorporación a los mecanismos a que se refiere la ley, cuando en virtud del cumplimiento de un deber religioso de observancia obligatoria se configure un impedimento u obstáculo para ejercer en igualdad de condiciones un derecho o el cabal cumplimiento de una obligación.
De igual forma, las asociaciones religiosas podrán celebrar convenios de colaboración con las autoridades e instituciones a que se hace referencia en el párrafo anterior a fin de que, de manera previa y coordinada, sus agremiados puedan ser incorporados dentro de los mecanismos antes mencionados, así como disfrutar de los demás derechos que les confieren las leyes.
El diputado Gutiérrez Luna explicó que en México hay diversas agrupaciones y asociaciones religiosas que, como parte de sus creencias, establecen el deber religioso de guardar el sábado como día de reposo de las labores y para la adoración y el culto.
No obstante, en la práctica, el Estado no protege ni garantiza que los creyentes puedan practicar el llamado Sabbath, ya que en muchos casos para ejercer algunos derechos o cumplir determinadas obligaciones, se exige a las personas que realicen actividades en sábado, por ejemplo, exámenes de ingreso a instituciones de estudio o para la obtención de un grado académico, clases escolares o la prestación del servicio militar.
ebv
México
Iglesia invita a renovar confianza y unidad rumbo al 12 de diciembre
Ciudad de México.- En vísperas del Día de la Virgen de Guadalupe, la celebración religiosa más importante del país, la Iglesia católica hace un llamado: recuperar la unidad, reconstruir la confianza y reencontrarnos como nación, en medio de un clima marcado por la polarización, el miedo y la violencia.
El Episcopado mexicano recuerda que este es un tiempo para tender puentes, no para levantar muros.

“Hoy, cuando México necesita puentes y no muros, diálogo y no confrontación, Guadalupe vuelve a recordarnos que somos un mismo pueblo, llamado a reconstruir la confianza y a vencer la indiferencia. Su mensaje escucha, acoge, protege y acompaña”, señala.
La Iglesia convoca a los fieles a unirse en oración y agradecimiento, pidiendo la bendición para todos los peregrinos y para que cada persona sea instrumento de paz, esperanza y unidad.
Un gesto que cobra fuerza cuando millones de mexicanos y migrantes en Estados Unidos se preparan para caminar hacia la Basílica de Guadalupe, como lo hacen cada año, aun en medio de crisis sociales.

Lo hacen, recuerda el texto, “con cansancio, con promesas, con silencios que pesan y con esperanzas que sostienen”.
La imagen de los peregrinos refleja que México todavía sabe caminar unido, a pesar del dolor y las adversidades.
La Iglesia subraya que, durante casi cinco siglos, la Virgen de Guadalupe ha sido un punto de unión para el país.

El acontecimiento guadalupano marcó la historia del Evangelio en América y abrió caminos de reconciliación entre pueblos distantes, ofreciendo un hogar común bajo su manto.
Además, destaca su profundo valor cultural: Guadalupe es un ejemplo único de inculturación del Evangelio, capaz de unir lenguas, culturas y sensibilidades porque “habla la lengua del corazón”.
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Por ello, incluso personas no cercanas a la Iglesia encuentran en su figura un símbolo de identidad, dignidad y cercanía humana.

En cada peregrinación convergen historias y realidades distintas: familias que buscan consuelo, jóvenes que anhelan un futuro mejor.
Además, migrantes que piden protección y víctimas que claman justicia.
Cada paso, asegura la Iglesia, representa un acto de esperanza que resiste al desencanto social.
ARH
Historias que Conectan
Deportado dos veces, hoy es uno de los grandes chefs de México
A Eduardo “Lalo” García nadie le regaló un lugar en la cocina. Antes de convertirse en uno de los chefs más influyentes del país, fue niño jornalero en los campos de Estados Unidos, migrante indocumentado, lavaplatos con documentos falsos, preso, cocinero autodidacta, deportado dos veces y, finalmente, un hombre que aprendió a transformar el dolor en algo que alimenta.

Su historia empieza lejos de las mesas elegantes, muy antes de Máximo Bistrot, mucho antes de que los críticos lo celebraran. Empieza en los surcos de tierra, con las manos de un niño que trabajaba como adulto.
Un niño entre surcos y madrugadas
Lalo, originario de Guanajuato, tenía cinco años cuando su familia cruzó a Estados Unidos para unirse a la ruta agrícola. Su infancia transcurrió entre naranjas, limones, cebollas, manzanas, pepinos y hongos —siguiendo la misma ruta migrante de miles de familias latinoamericanas que sostienen el sistema alimentario estadounidense sin que casi nadie lo note.
No fue a la escuela. No aprendió a leer ni a escribir de niño. Aprendió algo más duro: resistir.
Su trabajo consistía en llenar cubetas, redimir fichas a cambio de monedas y cargar costales más grandes que él. “Era mi versión de jugar videojuegos”, diría años después. Un juego de sobrevivencia. Un juego en el que no podía perder.
Esas cicatrices que menciona todavía las tiene en las manos.
@savethechildren_mx Eduardo García, mejor conocido com chef Lalo y embajador de Save the Children, nos contó para #ElPoderDeUnSueño cómo fue que lo que pasó en su niñez lo motivó a ser uno de los mejores chefs del mundo hoy. Lalo es nuestra inspiración día a día y la de miles de niños que cómo él, quieren ser chefs y cocinar a toda su familia 👨🍳👩🍳 ¡Gracias Lalo por enseñarnos que el poder de un sueño es posible! #chef #cocina #lifestory ♬ sonido original – Save the Children Mx
Encontrar la cocina… y también los errores
A los catorce años, su familia se mudó a Atlanta. Allí consiguió trabajo lavando platos en un restaurante. Se movía rápido, entendía todo a la primera, y en cuestión de meses pasó de la tarja a la estación de ensaladas.
Un compañero puertorriqueño lo vio y le dijo algo que jamás había escuchado: “Tú eres talentoso.”
Ese comentario cambió algo en él.
Pero la vida de un joven indocumentado en un país ajeno es frágil. En ese camino aparecieron compañeros equivocados, decisiones impulsivas y una cadena de errores que terminaron en un asalto a una licorería, un arresto y una condena: un año en una prisión de condado y tres años en una cárcel de máxima seguridad en Georgia.
Cuando las autoridades migratorias descubrieron su estatus irregular, lo deportaron por primera vez. Año 2000.
Volvió a México sin saber qué hacer con su vida.
Cruzó de nuevo… para despedirse de su padre
Dos semanas después de su deportación, recibió una llamada que lo partió en dos: su padre estaba muriendo de cáncer.
Sabía que regresar a Estados Unidos como indocumentado era un riesgo que podía destruir lo poco que tenía, pero lo hizo. Cruzó con documentos falsos por el puente de Nuevo Laredo. Esta vez no buscaba trabajo. Buscaba a su padre.
Y aunque los médicos dijeron que viviría dos semanas, vivió seis años más. Ese tiempo fue un regalo, pero también un espejo: Lalo sabía que no pertenecía a ningún lado. No era “de allá” ni de “aquí”.
Durante esos años trabajó como cocinero, aprendió por observación, estudió libros de Charlie Palmer y Charlie Trotter, experimentó con técnicas francesas, limpió, quemó, repitió. Nunca fue a una escuela culinaria. Su escuela fue la vida que lo había golpeado sin piedad.
En 2007, agentes migratorios aparecieron en su lugar de trabajo. Lo tomaron por sorpresa, pero él ya lo esperaba. Fue detenido y deportado por segunda vez. Esta vez, con prohibición permanente para volver a Estados Unidos.
Volver a México… y cocinar con memoria
En México comenzó desde cero. Pasó por Los Cabos, luego llegó a Ciudad de México. Allí encontró un lugar donde su historia —por primera vez— no lo marcaba como un crimen, sino como un ingrediente de su identidad.
Entró a Pujol, uno de los mejores restaurantes del país. Y algo hizo clic.
La cocina mexicana estaba cambiando. Una nueva generación apostaba por el origen, por el producto local, por la milpa, por los campesinos, por honrar la tierra. Sin saberlo, Lalo llevaba esa historia tatuada desde niño: la historia de quienes siembran y cosechan sin ser nombrados.

En 2011 abrió Máximo Bistrot junto a su esposa Gabriela. Eran cuatro empleados, un local pequeño y un sueño sencillo: cocinar bien.
Nada más. Nada menos.
Años después, Máximo sería considerado uno de los mejores restaurantes de México. Su cocina —francesa en técnica, mexicana en alma— se hizo un imán para críticos, amantes de la comida y viajeros que buscaban más que platos bonitos: buscaban verdad.
El chef que decidió que sus empleados no tendrían que migrar
Un día, mientras Máximo crecía, Lalo notó algo que le tocó el corazón:
sus empleados estaban construyendo casas con el sueldo que ganaban.
Muchos de ellos habían sido migrantes. Habían trabajado en los mismos campos y cocinas que él. Habían enviado dinero por años para construir algo en su pueblo. Ahora, por primera vez, podían vivir bien sin irse de México.
Entonces tomó una decisión que cambiaría su misión:
crecer el negocio para generar trabajo digno, para que otros no tuvieran que repetir su historia de migración dolorosa.
Actualmente dirige varios restaurantes, asociaciones en México, Londres y Dubái, y emplea a más de 130 personas. Y aunque su nombre aparece en premios, listas y guías culinarias, él nunca olvida quién fue.
Uno no es su peor decisión
Lalo suele decir algo que resume su vida:
“No me escondo de nada de esto porque quiero que la gente sepa quién soy.”
Su historia es incómoda. Difícil. Real.
Pero también es profundamente humana.
Nos recuerda que una persona no es su error. No es la etiqueta que un sistema le coloca. No es su peor día. Es su capacidad de levantarse, transformarse y servir.
Eduardo García no es solo un chef famoso.
Es la prueba de que las segundas oportunidades existen.
Que las manos que siembran también pueden crear belleza.
Que volver a casa puede sanar una vida entera.
Que la dignidad no la da un papel, sino el trabajo honesto.
Y que, al final, todos los grandes caminos empiezan igual: con una historia que duele… y que se decide no dejar ahí.
¿Dónde seguir a Lalo García?
Para conocer más de su trabajo, su cocina y su visión del mundo:
- Instagram de Máximo Bistrot: @maximobistrot
- Instagram personal: @eatlalo
- Libro recomendado: The Migrant Chef (Laura Tillman) – una mirada profunda y humana a su vida y su obra.
- Sitio web: www.maximobistorot.com.mx
México
Mascotas hacen más sociables a los jóvenes
Ciudad de México.- Vivir con un perro cambia el día a día de muchos jóvenes y hoy la ciencia ofrece nuevas pistas sobre este vínculo.
Un estudio reciente, publicado en iScience y realizado por instituciones científicas de Japón, analizó cómo la presencia de un perro influye en la salud mental y en la sociabilidad de adolescentes.
hallazgos muestran un impacto positivo que se refleja en menos estrés, mayor interacción social y un bienestar emocional más estable.

El equipo encabezado por Takefumi Kikusui, de la Universidad de Azabu, estudió el microbioma bucal de 345 adolescentes que vivían con un perro y lo comparó con el de jóvenes sin mascota.
El análisis mostró diferencias claras en la composición microbiana pese a tener una diversidad similar. Estas variaciones se relacionaron con mejores puntuaciones psicológicas en quienes compartían su hogar con un perro.
Kikusui explicó que la investigación nació tras trabajos previos que mostraron un mayor bienestar mental en adolescentes con perro.
El equipo sabía que la microbiota influye en el comportamiento a través del eje intestino-cerebro, así que decidió explorar si este vínculo se reflejaba también en los jóvenes.

Los participantes con perro mostraron menos problemas sociales y menos señales de soledad o ansiedad.
El estudio destacó que los perros ofrecieron seguridad, compañía y oportunidades naturales para socializar.
La adolescencia es una etapa de profundos cambios emocionales y sociales.
El cerebro y las hormonas influyen en la toma de decisiones, la regulación de impulsos y la forma en que los jóvenes construyen vínculos. Por ello, encontrar factores que favorezcan el bienestar en esta etapa resulta esencial.
El estudio mostró que tener perro a los 13 años se asocia con una mejor salud mental.
Kikusui señaló que este efecto no explica todo el bienestar del joven, pero forma parte de un conjunto de influencias positivas que pueden marcar una diferencia.
Los científicos ampliaron la investigación usando ratones de laboratorio.
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Tras inocularles microbiota de adolescentes con perro, observaron que los animales mostraron más interés social hacia sus compañeros y más disposición a ayudar a un ratón atrapado.
Este comportamiento sugirió que el microbioma podría desempeñar un papel en la conducta prosocial.
Los resultados describen la relación humano–perro y como un vínculo que acompaña, sostiene y promueve empatía en momentos decisivos de la vida.
La convivencia diaria impulsa rutinas más activas, conversaciones espontáneas y conexiones que fortalecen la confianza de los jóvenes.
El efecto positivo no depende solo del perro, destacan los investigadores, pero su presencia puede convertirse en un puente hacia relaciones más sanas y una vida emocional más equilibrada.
El equipo ya inició un nuevo estudio sobre microbioma y bienestar en personas mayores.
Su objetivo es entender cómo estas dinámicas influyen a lo largo de la vida y cómo la compañía de un perro puede seguir sumando bienestar en distintas etapas.
La ciencia abre un camino para comprender un vínculo conocido desde siempre: un perro no solo acompaña, también impulsa crecimiento, empatía y salud emocional.

Un recordatorio de que, en muchos hogares, el afecto y la compañía pueden transformar vidas jóvenes cada día.
ARH
México
Invierno y gripe: proteger a los más pequeños
Ciudad de México.- La temporada de gripe 2024-2025 llegó con fuerza, golpeando más a los más jóvenes y a sus familias. En EE.UU., los datos oficiales muestran que la tasa de hospitalización por influenza alcanzó los niveles más altos desde al menos 2010-2011.
En este escenario, proteger a bebés y niños pequeños se convierte en prioridad para padres, cuidadores y autoridades.
Durante el periodo de octubre de 2024 a abril de 2025, la Centers for Disease Control and Prevention (CDC) identificó una tasa acumulada de hospitalización por gripe de 127.1 por cada 100 mil personas, cifra que superó con creces el mediano histórico de 62.0 en temporadas anteriores.

Esta temporada se clasificó como “de alto riesgo” para todos los grupos de edad.
Los niños menores de 2 años registraron los índices más elevados de hospitalización por gripe, ya que su sistema inmunitario aún se encuentra en desarrollo.
Los bebés menores de 6 meses presentan la mayor vulnerabilidad, pues no pueden ser vacunados directamente.
El contagio de los más pequeños no es solo estadística: implica mayor riesgo de internación, complicaciones y angustia familiar.

El sistema inmune en desarrollo y la baja exposición previa a virus de la influenza explican en buena parte esa situación.
Al mismo tiempo, organismos como la American Academy of Pediatrics (AAP) y la CDC recomiendan la vacunación anual a partir de los 6 meses, y que los familiares cercanos también se inmunicen para crear una “burbuja” protectora.
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Cuando los padres o cuidadores enferman, pueden contagiar al bebé.
Si los adultos inmunizados evitan la infección, reducen la exposición en el hogar.
Además, la vacuna no sólo previene el contagio sino que disminuye la gravedad del cuadro.
Vacunar al niño (a) a los 6 meses o más y, de ser su primera vez o haber recibido sólo una dosis antes del 1.º de julio del año previo, aplicar dos dosis con cuatro semanas de diferencia.
Cada adulto immunizado protege al bebé que aún no puede recibir vacuna.
Expertos recomiendan consultar al pediatra ante síntomas como fiebre alta, dificultad para respirar o decaimiento; los antivirales son más eficaces si se administran dentro de las primeras 48 horas.

Mantener limpias las manos, ventilar espacios y, en lo posible, aislarse si se presentan síntomas para evitar contagiar al niño pequeño.
ARH
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