México
SCJN cede a posiciones ideológicas: Especialista
La abogada Diana Gamboa explicó a Siete24.mx que el máximo tribunal de justicia en el país ha cedido frente a posiciones de ideología de género.
Ciudad de México.- Luego de que ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) iniciaron la discusión de una acción de inconstitucionalidad para despenalizar el aborto en Coahuila antes de las doce semanas de gestación.
La abogada Diana Gamboa explicó a Siete24.mx que el máximo tribunal de justicia en el país ha cedido frente a posiciones de ideología de género.
La especialista destacó que resulta un eufemismo el hecho de que se recurra al aborto como un derecho a la mujer embarazada para impedir que su hijo nazca sin necesidad de esbozar ninguna justificación para ello.
“Estamos hablando del derecho a disponer de la vida de un ser humano, único y distinto de su madre”, expresó Gamboa Aguirre.
Advirtió que se despoja de toda dignidad al concebido no nacido al permitir que se disponga libremente de su vida.
La corte no hizo un ejercicio de auto-restricción.
Diana Gamboa reiteró que la SCJN presenta una serie de argumentos basadas en premisas totalmente endebles y pobres para un tribunal constitucional, que cede a posiciones ideológicas, que basa sus argumentos en ideologías que contraponen el derecho a la vida del ser humano no nacido.
“No es lo mismo la opinión de los distintos científicos que los datos, porque los datos son demostrables, porque precisamente se llegaron a ellos mediante el método científico y es posible probarlos y demostrarlos del modo universal, es decir es decir el mismo experimento que haga un genetista aquí en el cigoto a que haga en otro país va a demostrar que el ADN, que el genoma del concebido es el mismo desde la primera etapa de existencia del cigoto hasta que morimos”, añadió.

Por eso subyace un desvalor por la vida humana, un despojo absoluto de la dignidad del concebido, externó.
El nacimiento no debe ser causa en distinción de materia de derechos.
Diana Gamboa aseveró que las ideologías de género no son democráticas e incluso los ministros ignoran el parámetro de regularidad constitucional, porque específicamente el concebido sí encuentra parámetro de regularidad constitucional aplicable a México y concretamente y concretamente en tratados internacionales.
Sin embargo, resaltó que para efectos de interpretar un tratado la propia Convención de Viena sobre el derecho de los tratados, dispone que hay que atender también al preámbulo para dar contenido y alcance a un tratado en ese sentido esta los derechos del niño que está vigente en México que reconoce o define como niño a un menor de 18 años, en ese contexto el niño sí es un sujeto protegido y el concebido entra dentro de la definición de niño, porque es demostrable desde la ciencia que es un ser humano.
Además, la abogada dijo que en el preámbulo de esta convención reitera algo que se dijo desde la declaración universal de los derechos humanos y es que la base de la justicia. La libertad y la paz se encuentra en el reconocimiento, de la dignidad de los derechos inherentes a todo miembro de la familia humana.
“Finalmente esta convención refiere que el nacimiento, no debe ser causa de distinción en materia de derechos y precisamente aquí estamos haciendo una distinción de derechos, estamos dando el carácter de sujetos de derechos y específicamente el derecho a sobrevivir a la vida al concebido”, recordó la maestrante.
El adormecimiento de la conciencia humana hoy se hace sentencia.
Diana Gamboa Aguirre expresó que es preocupante, pero no debe ser desesperanzador para quienes ven en la vida humana un valor inherente, debe ser motivo para que se busque desde la educación y la cultura, como evidenciar lo que la Suprema Corte de Justicia de la Nación llame derecho es una injusticia.
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Señaló que en diferentes estudios que han abordado el tema, tanto en países que han aprobado el aborto desde hace décadas, como en otros en los cuales el tema sigue en discusión, se muestra que las mujeres que se encuentran ante un embarazo no deseado o planeado presentan ambivalencia de deseos y sentimientos.
No en términos de rechazo al producto del embarazo en sí mismo, sino de cara a las experiencias personales de la mujer o de su entorno, circunstancias como: estrés elevado, dificultades asociadas a la maternidad, dificultades económicas, aspectos de violencia, crisis psicológicas y vivencias de privación o de pobreza.
“Esto es lo que se percibe como una amenaza asociada a las condiciones, lo que no significa que no deseen un hijo, sino que no desean tenerlo en esas circunstancias particulares”, comentó.
Otros estudios, realizados en países donde el aborto es admitido desde hace años, demuestran que las mujeres deciden no abortar cuando se les ofrecen condiciones de seguridad, aún en las situaciones más vulnerables. Particularmente estudios en lugares como Reino Unido muestran que el 100% de mujeres pertenecientes a las poblaciones más vulneradas -migrantes y refugiadas- elegían no abortar cuando se les ofrecían opciones de mejores posibilidades y desarrollo.
El aborto es un negocio.
Gamboa Aguirre destacó que el aborto es un negocio, donde fundaciones como la internacional Planned Parenthood, inyectan cantidades inimaginables de dinero para forzar que se imponga esta narrativa ideológica que quiere vender al aborto como un acto de libertad y el derecho de la mujer.
“Ignora primero la causa porque a final de cuentas el embarazo no se da espontáneamente, porque el embarazo requiere de la actividad sexual y para el caso de la actividad sexual no consentida ya hay regulación específica”, argumentó.
ARH
México
Mascotas hacen más sociables a los jóvenes
Ciudad de México.- Vivir con un perro cambia el día a día de muchos jóvenes y hoy la ciencia ofrece nuevas pistas sobre este vínculo.
Un estudio reciente, publicado en iScience y realizado por instituciones científicas de Japón, analizó cómo la presencia de un perro influye en la salud mental y en la sociabilidad de adolescentes.
hallazgos muestran un impacto positivo que se refleja en menos estrés, mayor interacción social y un bienestar emocional más estable.

El equipo encabezado por Takefumi Kikusui, de la Universidad de Azabu, estudió el microbioma bucal de 345 adolescentes que vivían con un perro y lo comparó con el de jóvenes sin mascota.
El análisis mostró diferencias claras en la composición microbiana pese a tener una diversidad similar. Estas variaciones se relacionaron con mejores puntuaciones psicológicas en quienes compartían su hogar con un perro.
Kikusui explicó que la investigación nació tras trabajos previos que mostraron un mayor bienestar mental en adolescentes con perro.
El equipo sabía que la microbiota influye en el comportamiento a través del eje intestino-cerebro, así que decidió explorar si este vínculo se reflejaba también en los jóvenes.

Los participantes con perro mostraron menos problemas sociales y menos señales de soledad o ansiedad.
El estudio destacó que los perros ofrecieron seguridad, compañía y oportunidades naturales para socializar.
La adolescencia es una etapa de profundos cambios emocionales y sociales.
El cerebro y las hormonas influyen en la toma de decisiones, la regulación de impulsos y la forma en que los jóvenes construyen vínculos. Por ello, encontrar factores que favorezcan el bienestar en esta etapa resulta esencial.
El estudio mostró que tener perro a los 13 años se asocia con una mejor salud mental.
Kikusui señaló que este efecto no explica todo el bienestar del joven, pero forma parte de un conjunto de influencias positivas que pueden marcar una diferencia.
Los científicos ampliaron la investigación usando ratones de laboratorio.
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Tras inocularles microbiota de adolescentes con perro, observaron que los animales mostraron más interés social hacia sus compañeros y más disposición a ayudar a un ratón atrapado.
Este comportamiento sugirió que el microbioma podría desempeñar un papel en la conducta prosocial.
Los resultados describen la relación humano–perro y como un vínculo que acompaña, sostiene y promueve empatía en momentos decisivos de la vida.
La convivencia diaria impulsa rutinas más activas, conversaciones espontáneas y conexiones que fortalecen la confianza de los jóvenes.
El efecto positivo no depende solo del perro, destacan los investigadores, pero su presencia puede convertirse en un puente hacia relaciones más sanas y una vida emocional más equilibrada.
El equipo ya inició un nuevo estudio sobre microbioma y bienestar en personas mayores.
Su objetivo es entender cómo estas dinámicas influyen a lo largo de la vida y cómo la compañía de un perro puede seguir sumando bienestar en distintas etapas.
La ciencia abre un camino para comprender un vínculo conocido desde siempre: un perro no solo acompaña, también impulsa crecimiento, empatía y salud emocional.

Un recordatorio de que, en muchos hogares, el afecto y la compañía pueden transformar vidas jóvenes cada día.
ARH
México
Invierno y gripe: proteger a los más pequeños
Ciudad de México.- La temporada de gripe 2024-2025 llegó con fuerza, golpeando más a los más jóvenes y a sus familias. En EE.UU., los datos oficiales muestran que la tasa de hospitalización por influenza alcanzó los niveles más altos desde al menos 2010-2011.
En este escenario, proteger a bebés y niños pequeños se convierte en prioridad para padres, cuidadores y autoridades.
Durante el periodo de octubre de 2024 a abril de 2025, la Centers for Disease Control and Prevention (CDC) identificó una tasa acumulada de hospitalización por gripe de 127.1 por cada 100 mil personas, cifra que superó con creces el mediano histórico de 62.0 en temporadas anteriores.

Esta temporada se clasificó como “de alto riesgo” para todos los grupos de edad.
Los niños menores de 2 años registraron los índices más elevados de hospitalización por gripe, ya que su sistema inmunitario aún se encuentra en desarrollo.
Los bebés menores de 6 meses presentan la mayor vulnerabilidad, pues no pueden ser vacunados directamente.
El contagio de los más pequeños no es solo estadística: implica mayor riesgo de internación, complicaciones y angustia familiar.

El sistema inmune en desarrollo y la baja exposición previa a virus de la influenza explican en buena parte esa situación.
Al mismo tiempo, organismos como la American Academy of Pediatrics (AAP) y la CDC recomiendan la vacunación anual a partir de los 6 meses, y que los familiares cercanos también se inmunicen para crear una “burbuja” protectora.
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Cuando los padres o cuidadores enferman, pueden contagiar al bebé.
Si los adultos inmunizados evitan la infección, reducen la exposición en el hogar.
Además, la vacuna no sólo previene el contagio sino que disminuye la gravedad del cuadro.
Vacunar al niño (a) a los 6 meses o más y, de ser su primera vez o haber recibido sólo una dosis antes del 1.º de julio del año previo, aplicar dos dosis con cuatro semanas de diferencia.
Cada adulto immunizado protege al bebé que aún no puede recibir vacuna.
Expertos recomiendan consultar al pediatra ante síntomas como fiebre alta, dificultad para respirar o decaimiento; los antivirales son más eficaces si se administran dentro de las primeras 48 horas.

Mantener limpias las manos, ventilar espacios y, en lo posible, aislarse si se presentan síntomas para evitar contagiar al niño pequeño.
ARH
México
“No hay descanso emocional”: así afectan las redes sociales al desarrollo adolescente
Ciudad de México.— Sin importar la hora miles de adolescentes entran en un universo digital donde no existe pausa posible. Conversan sin hablar, comparten sin mirar, conviven sin presencia. Entre pantallas y notificaciones se juega una parte decisiva de su desarrollo emocional un territorio donde especialistas alertan sobre una tendencia que crece: mayor ansiedad y menor autoestima.
El artículo “Cómo afecta el uso de las redes sociales a adolescentes” de Child Mind Institute reporta los desafíos de una generación que crece en un entorno de interacción permanente. Las redes sociales modifican la convivencia y el desarrollo emocional, generan tensiones nuevas y exigen acompañamiento cercano.
Una generación que interactúa sin señales visibles
Las expertas clínicas Catherine Steiner-Adair, EdD, y Donna Wick, EdD, explicaron a Child Mind Institute que los adolescentes están formando vínculos con menos herramientas sociales que generaciones anteriores. La comunicación digital elimina gestos, miradas y matices que antes funcionaban como guía en la convivencia presencial.
La ausencia de señales no verbales provoca malentendidos y eleva la ansiedad social. Cada interacción ocurre con un distanciamiento que vuelve más difícil interpretar emociones. El intercambio deja de ser directo y se convierte en mensajes breves que cada persona elabora sin la tensión propia del encuentro cara a cara.
Comparación constante y los efectos en la autoestima
Explican que cuando un adolescente tiene una percepción negativa de su apariencia o de su vida cotidiana, pasar por redes sociales puede profundizar ese malestar. Las imágenes perfectas —producidas, filtradas o retocadas— crean un espejo distorsionado que afecta la autoestima.
Una encuesta de la Royal Society of Public Health aplicada a jóvenes británicos de entre 14 y 24 años muestra que plataformas como Instagram, Snapchat, X y Facebook incrementan sensaciones de ansiedad, tristeza, soledad e insatisfacción corporal. En un entorno donde la aprobación se mide con “me gusta”, muchos adolescentes invierten tiempo ajustando su identidad digital.
Amistad bajo nuevas reglas
Catherine Steiner-Adair, detalla que la amistad exige habilidades que se fortalecen con práctica real. Expresar emociones, resolver conflictos y escuchar requieren un aprendizaje que no se desarrolla en conversaciones intermitentes por texto. Cuando la interacción se traslada a pantallas, los adolescentes enfrentan menos riesgo emocional inmediato y tienen menos oportunidad de experimentar esas dinámicas.
Señala que muchos jóvenes perciben una llamada telefónica como un acto intenso. La conversación directa impone un nivel de presencia que se ha vuelto difícil de sostener para quienes rara vez la practican.
Crueldad, presión social y el temor a no ser suficiente
Donna Wick, EdD, observa que adolescentes escriben mensajes que jamás dirían cara a cara. En el caso de las niñas, esta tendencia aparece con más frecuencia, debido a la presión social por mantener armonía en círculos de amistad.
Catherine Steiner-Adair, EdD, señala que la autoestima se consolida cuando una persona reconoce quién es. La multiplicación de identidades digitales confunde ese proceso y alimenta la sensación de impostura, un fenómeno que Wick identifica como similar al “síndrome del impostor”.
Hiperconexión y silencios que pesan
Para Donna Wick, EdD, esta hiperconexión genera ansiedad porque no permite descanso afectivo. La tecnología elimina momentos de pausa. Aplicaciones que muestran ubicaciones, actualizaciones continuas y expectativas de respuesta inmediata crean un estado de alerta emocional permanente.
El silencio digital también adquiere un significado doloroso. Si una respuesta no llega, el adolescente interpreta el silencio como rechazo. Las relaciones pueden diluirse sin explicación, sin confrontación y sin oportunidad de cierre.
Papel de los padres en medio de la avalancha digital
Steiner-Adair como Wick coinciden en que el ejemplo adulto es el punto inicial del acompañamiento. Reducir el uso personal de dispositivos abre la puerta a que los adolescentes entiendan límites y prioridades.
Steiner-Adair recomienda establecer espacios y horarios sin tecnología en casa. La entrada al hogar después del trabajo, el trayecto a la escuela y los momentos designados para conversar deben mantenerse libres de pantallas. Esos espacios fortalecen el vínculo familiar.
Wick sugiere retrasar lo más posible el inicio en redes sociales y acompañar de forma respetuosa. Revisar mensajes sin motivo claro daña la confianza. Monitorear con apertura, sin invadir, permite preservar la comunicación.
Construir presencia y acompañamiento
Finalmente, concluyeron que limitar el tiempo de pantalla no busca prohibir la tecnología, sino equilibrar su peso. Cuando los adolescentes acuden a Internet para aclarar dudas o buscar consuelo, hallan información sin contexto y sin sensibilidad. La presencia de los padres permite ordenar emociones, aportar perspectiva y mantener estabilidad.
Son esos momentos cotidianos y constantes los que refuerzan la seguridad emocional y brindan herramientas para que los adolescentes enfrenten la presión digital.
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Tecnología y violencia: factores que condicionan la salud mental en jóvenes
Ciudad de México.— El uso de tecnología en niñas, niños y adolescentes en América Latina se ha convertido en un elemento central de su vida cotidiana. La ausencia de supervisión y la concentración en actividades de entretenimiento revelan un fenómeno con implicaciones para su salud emocional y para la forma en que construyen su relación con el entorno.
Uso de tecnología sin acompañamiento
María Elena Medina-Mora Icaza, coordinadora de la Unidad de Apoyo a la Salud Emocional y Psicológica de la UNAM, señala que los jóvenes utilizan la tecnología principalmente para actividades recreativas y no para estudio. La población juvenil emplea dispositivos móviles durante seis horas al día en promedio, lo que indica una reorganización de su rutina diaria donde se reduce el tiempo de descanso y alimentación. La especialista plantea que el reto consiste en orientar el uso de tecnología de modo que no interfiera con actividades esenciales.
Efectos de la violencia en etapas tempranas
Medina-Mora explica que la exposición a la violencia produce diversas consecuencias dependiendo de la etapa de desarrollo. Menciona conductas inmaduras, estrés o miedo en bebés, así como agresividad y bajo rendimiento escolar en infantes. Entre adolescentes se observan dificultades conductuales, escolares y participación en robos. También recuerda que los trastornos más frecuentes en el mundo son ansiedad, depresión y fobia específica.
Las encuestas muestran que 51 por ciento de quienes presentan un problema mental lo experimentó durante la adolescencia o en los primeros años de la edad adulta. Sin embargo, la salud mental no se encuentra incluida en el sector salud como enfermedad crónica no transmisible y no recibe recursos equivalentes a su incidencia.
Edad de inicio y necesidad de prevención
Según la especialista, los quince años representan el momento más habitual para la aparición inicial de estos padecimientos, coincidente con la etapa de bachillerato. La mediana de inicio se ubica en 19 años para hombres y 20 para mujeres. Medina-Mora subraya la importancia de la prevención y la atención oportuna para evitar complicaciones posteriores.
En estudios cualitativos realizados en varios países se observó que 50 por ciento de los estudiantes que habían tenido intención de quitarse la vida nunca lo comunicó a otra persona, lo que refleja ausencia de canales de diálogo en su entorno cercano.
Condiciones de vida y entornos inseguros
La investigadora indica que generar ambientes seguros durante la infancia y la adolescencia influye en el desarrollo posterior. Afirma que América Latina concentra algunos de los niveles más altos de violencia delictiva, asociada en buena parte al negocio de las drogas, situación que impacta de forma directa a la población joven.
Reclutamiento de menores por grupos delictivos
La organización Reinserta informa que niñas, niños y adolescentes participan en actividades de delincuencia organizada desde edades tempranas. Entre los 9 y 11 años realizan funciones como llevar mensajes, informar o sustraer objetos. A los 12 años transportan drogas. A los 16 manejan armas y participan en secuestros y asesinatos. En ciertos grupos delictivos se les asignan armas antes de los 12 años cuando observan habilidades específicas. Este proceso reduce de manera considerable su expectativa de vida.
La relación entre desventaja socioeconómica y uso de drogas aparece documentada en diversos países. En México, Medina-Mora señala que la inseguridad en las colonias donde viven los estudiantes es uno de los factores que condiciona su experiencia cotidiana.
Consecuencias en la vida emocional y social
La especialista indica que entre estas poblaciones se reportan sentimientos de soledad, enojo, episodios de estrés, ansiedad y depresión, además de adicciones, dependencia al juego e hiperconectividad. También refiere que existe poca vida en comunidad.
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