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Columna Invitada

Cultura del entretenimiento

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Por Antonio Maza Pereda

Recientemente un buen amigo me deseaba, a propósito de la Semana Santa, que lograra reconstruir el alma. Me encantó el concepto. Un deseo claramente ambicioso. A veces tenemos que reconstruir el alma, una tarea similar a la de reconfigurar el software o nuestras aplicaciones cibernéticas; parecida a la reorganización de nuestros planes. Algo que nos ocurre con alguna frecuencia.

También me estaba deseando un trabajo exigente, honrado, nada fácil a la hora de llevarlo a cabo. Porque requiere de un esfuerzo de profundizar en nuestros pensamientos, nuestros razonamientos, en nuestro conocimiento de lo que ocurre a nuestro alrededor. Pensando en la cultura de esta primera cuarta parte del siglo XXI, podríamos definirla como una cultura del entretenimiento. Entendiendo que la definición de una cultura se hace mayormente por el orden de importancia que le damos a nuestros valores. Y así, sí le damos prioridad al entretenimiento y a la diversión sobre la reflexión profunda, estaremos actuando en una cultura que pone en primer lugar el entretenimiento.

No hay más que ver cuánto de nuestros ingresos se destinan a la diversión. He visto muchachos y muchachas jóvenes endeudarse para poder asistir a un espectáculo, por montos que podrían fácilmente ser el de sus ingresos de uno o más meses. Pero que lo hacen con gusto, considerando que esa diversión lo vale. En otro campo, recientemente me hicieron una encuesta sobre el mercado de un producto industrial y una de las preguntas era si el empaque del producto me parecía divertido. Después de que se me pasó el ataque de risa, reflexioné: ¿cuál es el sentido de que se use en industria química un empaque que se pueda considerar divertido? Pero, evidentemente, al diseñador de ese producto le parecía algo muy importante.

Hay que reconocer que eso es algo que nos ocurre a todos. Gracias a las “benditas redes sociales”, han aumentado exponencialmente la facilidad y la disponibilidad de las ocasiones para la diversión y el entretenimiento. Simplemente considere usted cuántas horas del día le dedica al entretenimiento, cómo mezcla el entretenimiento con su trabajo formal. Después de medir eso, calcule usted cuánto le dedica a profundizar sus capacidades para desarrollar el trabajo que le han encomendado o que usted mismo se ha impuesto.

Recientemente se presentó el resultado de una evaluación sobre el coeficiente intelectual de la humanidad. Dicen los investigadores que, por primera vez desde que se empezó a medir ese indicador de la humanidad en su conjunto, el coeficiente intelectual ha disminuido en la última década. Los investigadores no llegan a comentar cuál es la razón de esta disminución. Pero no faltarán algunos, por ejemplo Nicolas Carr o Cal Newport, qué le asignan esta disminución a la presencia permanente de distractores y al concepto, muy de moda, de las multitareas, que nos recetan para ser cada vez más productivos.

No quiere decir esto que no debamos de tener entretenimiento y diversión. Ellos forman una parte del descanso necesario. Pero cuando se exagera puede reducir la eficiencia. Algo similar ocurre con actividades necesarias, cómo podría ser el sueño. Claramente necesitamos una cantidad razonable de sueño, para mantenernos mentalmente activos. Pero una persona que considere el sueño como su actividad fundamental, dormirá veinte horas diarias, y claramente terminaría enfermo. De la misma manera que si creyera que con dormir tres horas diarias podría aumentar enormemente su productividad.

Volviendo a mi amigo, yo entiendo qué es un buen deseo y tiene que ver con que yo tenga profundidad en mis pensamientos, en mis acciones. Entiendo que no me está pidiendo un tipo de profundidad exclusivamente académica, racional, científica o religiosa. Aunque claramente tiene elementos de esos en la reflexión, que me permiten tener un pensamiento profundo y, cómo dice mi buen amigo, reconstruir el alma.

La profundización ocurre fundamentalmente en nuestro interior. Y muy particularmente en nuestra capacidad de poner prioridades en nuestro trabajo y nuestro descanso. Así como ocurre en los individuos, ocurre también en la Sociedad y, señaladamente, en las actividades de nuestro Gobierno. Muchas veces nuestro desacuerdo con nuestros mandatarios no es por las actividades que llevan a cabo, sino porque estas no concuerdan con las prioridades de la Sociedad. Por poner un ejemplo, darle prioridad al ahorro sobre el gasto en la salud, se trata de fondo de un tema de prioridades.

Claro que ya pasó la Semana Santa, pero aún tenemos algunos de nosotros una semana adicional dónde podemos dedicarnos a revisar nuestras prioridades. En todo caso, no es un trabajo para hacer de una sola vez, sino una tarea permanente. Profundizar, construir nuestras prioridades, definir tareas, concentrarnos en lo fundamental. Ese es el tema.

La opinión emitida en este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la postura de Siete24.mx

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Protestas en el campo

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La preocupación de los ciudadanos, en las últimas semanas, ha tenido que ver con protestas de nivel nacional, tanto de agricultores y ganaderos como de transportistas, sobre todo los que utilizan las carreteras federales. Los transportistas, por supuesto, señalan la inseguridad en las carreteras, un tema del que se han quejado desde hace bastante tiempo, sin resultados contundentes. Fueron bloqueos importantes, en las principales carreteras del país y además, cosa muy significativa, en las aduanas, afectando nuestro comercio exterior. 

En paralelo a los bloqueos, hubo una serie de negociaciones. Rotas en varias ocasiones, y donde los que protestaban se quejaban de que llegaban a negociar personas sin capacidad de tomar decisiones. Por lo cual, los convenios eran imposibles e inútiles. Y por ello, después de haber aceptado levantar el bloqueo, en pocas horas se volvió a restablecer. Y, por otro lado, hubo reacciones fuertes.

La Secretaría de Gobernación dijo, como una especie de disculpa por no atender las negociaciones debidamente, que había carpetas de investigación para algunos de los dirigentes de estas manifestaciones. Y, por supuesto, participación de la extrema derecha, que por lo visto en nuestro país tiene más capacidad de movimiento de lo que muchos se podrían imaginar. No es claro de qué manera esas respuestas a las quejas de la ciudadanía ayudan a la paz y la concordia por quienes deberían gobernar para todos. Esa reacción huele a amenaza.

En fin, se aprueban las reformas en fast track, como dicen quienes protestan, con la aprobación por ambas cámaras. No se ha vuelto a hablar de que los transportistas estén en desacuerdo, pero el sector agropecuario sigue molesto. El centro de las protestas son las leyes que rigen el manejo del agua. La discusión tiene que ver, sobre todo, con la propiedad del gobierno sobre el líquido. Algo que, de hecho, estaba ya considerado en las leyes; tan es así, que no se habla de propiedad de los mantos acuíferos; se habla de concesiones que asigna la administración pública.

El gobierno da razones para estos cambios, entre las cuales está, por supuesto, la de reducir la corrupción. Algo que no ha podido lograr. Se siguen encontrando diferentes modos de huachicoleo, que demuestran que el combate a la corrupción está lejos de lograr buenos resultados. Finalmente, las reformas aprobadas incorporaron más de 50 enmiendas propuestas por agricultores y ganaderos, incluyendo la posibilidad de heredar los derechos de aprovechamiento del agua. Cambios muy criticados por sectores de la izquierda. 

La realidad en el campo es que solo el 14 % del territorio nacional es cultivable, y de ese 14 %, solo la mitad son terrenos de riego, mientras que la otra mitad, el 7 % del territorio nacional, es de temporal. En muchos casos, vivir en terrenos de temporal es una garantía de vivir en la pobreza, por estar sujeto a variaciones de todos los tipos. El acceso al riego no es poca cosa.

La discusión de fondo es cómo debe estar la propiedad en el campo: en manos del gobierno o de los particulares. No falta quien diga que esta reforma equivale a una expropiación del campo. Otros, posiblemente exagerando, hablaron de que este es el último clavo en el ataúd del campo. ¿En dónde está la verdad? Habrá que esperar a ver los resultados en el nivel de vida de los hombres y mujeres del campo. Ahí veremos quién tenía la razón. Es importante no dejar este asunto en el olvido. Los campesinos merecen ese apoyo.

La opinión emitida en este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la postura de Siete24.mx

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Dr. Joaquín Bojórquez Acuña: Excelencia en Ingeniería Nacional

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El viernes 5 de diciembre de 2025, en el emblemático “Palacio La Rochelle” de CDMX, la Unión Mexicana de Asociaciones de Ingenieros (UMAI) celebró su Cena de Fin de Año, un encuentro que reúne a líderes del sector, representantes de colegios, académicos y personalidades de la ingeniería nacional. El evento se convirtió en el marco solemne para la entrega del Reconocimiento a la Excelencia Gremial 2025, distinción reservada para quienes han fortalecido de manera notable el quehacer gremial, académico y técnico del país.

Este año, el galardón fue otorgado al Dr. Joaquín Bojórquez Acuña, ingeniero sonorense cuya trayectoria destaca en el desarrollo estructural, la valuación, la investigación aplicada y la gestión integral del riesgo, dejando una huella significativa en la ingeniería mexicana.

Un homenaje a una trayectoria que cruza la técnica, la academia y el servicio público

La postulación del Dr. Joaquín Bojórquez —presentada por el Consejo Integrador de la Construcción, la Industria y el Desarrollo (Colegio), INCIDE A.C.— destacó no solo su sólida formación académica, sino la naturaleza integral de una trayectoria que aporta en cinco frentes.

1. Innovación técnica.

Ha desarrollado metodologías que han cambiado la práctica profesional, como el algoritmo para cuantificar riesgos urbanos que permitió generar el primer plano nacional de riesgo por colapso de anuncios publicitarios. Su tesis de 2022 sobre caracterización del suelo y fuerzas sísmicas se ha convertido en referencia obligada para instituciones públicas, colegios profesionales y cuerpos de Protección Civil.

2. Formación de nuevas generaciones.

Fue pieza clave en la creación de la primera Maestría en Ingeniería Estructural, la Universidad La Salle en Sonora, formando ya cuatro generaciones de especialistas. Además, desde 2020 publica la columna Estructurando en la revista INCIDE, impulsando ética, normatividad y rigor técnico.

3. Profesionalización gremial.

Como ponente y analista técnico en foros nacionales —incluida UMAI— ha contribuido a actualizar reglamentos, fortalecer procesos de dictaminación y elevar la calidad de los criterios estructurales y de responsabilidad civil.

4. Servicio social.

Ha mantenido un compromiso activo con la comunidad participando de manera voluntaria en zonas afectadas por diversos siniestros, desde el sismo de 2017 en Puebla a la actualidad.

5. Articulación institucional.

A través de INCIDE A.C., participa en la integración multidisciplinaria de especialistas en ingeniería, arquitectura, valuación, DRO y gestión del riesgo, fortaleciendo la colaboración entre sectores y el desarrollo técnico del gremio.

Una noche de reconocimiento, unidad y sentido gremial

Durante la ceremonia, representantes de UMAI e INCIDE destacaron que la distinción no solo reconoce conocimientos técnicos, sino valores gremiales fundamentales: ética, servicio, rigor profesional y la capacidad de articular sectores que por años trabajaron de forma aislada. Se subrayó que la trayectoria del Dr. Bojórquez demuestra cómo la ingeniería puede trascender lo técnico y convertirse en motor de transformación social, académica y normativa.

El galardonado recibió la presea de manos de los presidentes nacionales Armando Roque Cruz (ANALISEC), Marco Méndez Cuevas (UMAI), José Guillermo Dozal (FEMCIC) y de un servidor como presidente de INCIDE, acompañado de su esposa, Genoveva Rascón, visiblemente emocionada. El reconocimiento se entregó ante representantes de federaciones y colegios de ingenieros, en un ambiente de fraternidad gremial y celebración por los logros compartidos del año.

Un cierre de año con visión de futuro La Cena de Fin de Año y la alianza entre UMAI e INCIDE no solo celebraron un reconocimiento individual, sino que reflejaron la fuerza de una ingeniería sonorense y mexicana que avanza hacia modelos más técnicos, éticos y coordinados. El reconocimiento resumió el espíritu del gremio —investigar, innovar, formar, servir y construir comunidad—, mientras que la frase que acompañó su postulación, “La fuerza de muchos, construyendo un mismo propósito”, marcó la noche con un mensaje de unidad y futuro compartido.

Mtro. Guillermo Moreno Ríos
Ingeniero civil, académico, editor y especialista en Gestión Integral de Riesgos y Seguros. Creador de Memovember, Cubo de la Resiliencia y Promotor del Bambú.
[email protected]

La opinión emitida en este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la postura de Siete24.mx

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Violencia a la Mujer

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La semana pasada se conmemoró el Día Internacional Contra la Violencia a la Mujer. Más allá de los individuos, tenemos un problema en nuestra cultura. La cual influye en todos los aspectos de la nación, incluso en las leyes, en las costumbres, en las prioridades, en el nivel de exigencia para los miembros de la Sociedad.  

Es difícil que yo, como varón, pueda tener una total comprensión de lo que significa vivir esta violencia contra una mujer. Tenemos también el problema de que lo que consideramos violencia son únicamente los casos más graves, sin considerar muchos otros modos de violentar, desde las bromas pesadas, violencia económica, acoso sexual o violaciones, llegando hasta crímenes atroces con tortura y asesinato. Es algo muy engranado en nuestra cultura, por desgracia.

La reacción de la Sociedad, incluyendo los hombres, por supuesto, pero también ciertos grupos de mujeres, es la de ignorarlas, en el mejor de los casos. En el peor, atacar a quien denuncia. Las ven como personas que estorban, que molestan a una Sociedad que se siente muy tranquila con lo que está ocurriendo. Quisieran víctimas silenciosas, usando la frase machista, tan manejada: “Calladita te ves más bonita”. Están aceptando el falso sentido de superioridad del varón, basado en la fuerza bruta, la capacidad de dañar al débil. Se sostiene el rol subordinado que se les asigna a ellas y los obstáculos legales para poder ejercer su papel cívico. Se ha vuelto una costumbre. 

Hay expertos que ven la raíz de esta violencia contra la mujer en la debilidad del hombre. Entre más débil es el hombre, más violento se vuelve para afirmarse, para poder sentir que, verdaderamente, en algo es poderoso. Porque, generalmente, en su mundo es alguien poco importante, con pocas capacidades. Eso funciona porque las culturas tienen un modo de mantenerse y de reproducirse, a través de muchos elementos: ceremonias, vestimentas, celebraciones, el sentido de lo fundamental. Así se sostiene la misma, y por eso es complicado, lento, difícil cambiar la cultura. Lo cual no quiere decir que debamos rendirnos.

De fondo, la solución más completa es el reconocimiento de que tenemos la misma dignidad. Debemos recibir el mismo respeto, independientemente de nuestro sexo. La mejor respuesta es la colaboración plena, más allá de las cuotas de género, aunque estas pueden ser consideradas útiles como un paso intermedio. Pero esa no es la solución completa. Hay que evitar radicalmente que esta causa tan importante, tan humana, se vuelva un botín político. Porque puede haber grupos y partidos que traten de lucrar con este justificado enojo de una gran cantidad de mujeres.

La solución está en la colaboración. Si no logramos encontrar una manera de que hombres y mujeres trabajemos por mejorar en este tema, el resultado será temporal.  No se trata de sustituir el patriarcado por un matriarcado; lo que importa es crecer en adultez. Tenemos que pasar del infantilismo, en los aspectos de relaciones entre los sexos, a la madurez. Entre más fuertes seamos, mejor nos podremos coordinar, colaborar, reconociendo y valorando nuestras diferencias.

Necesitamos una ciudadanía fuerte que adopte esta bandera, se la arrebate a la clase política y se dedique a desarrollar desde la raíz, desde la infancia, desde la escuela más básica, esta relación de madurez y de entendimiento entre unos y otros. Y no estar confiados en que las soluciones vendrán con el tiempo, en el muy largo plazo. Nos urge, lo necesitamos. Amigas, hay hombres que están de su lado. ¡Ánimo! Nuestra colaboración beneficiará a nuestra Sociedad.

La opinión emitida en este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la postura de Siete24.mx

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Pirotecnia: una tradición que exige conciencia, no indiferencia

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Cada diciembre en México se enciende algo más que pólvora: se enciende la conversación eterna entre tradición y seguridad. Nadie niega que los fuegos artificiales han acompañado nuestras celebraciones por siglos; forman parte de la memoria colectiva y de la estética festiva del país. Pero también es cierto que, detrás de ese brillo, siguen existiendo riesgos que ya no podemos minimizar.

No se trata de atacar a quienes aman la tradición ni de convertir en villano a quien recuerda su infancia con un “cuetito en la mano”. Esto no va de nostalgia. Va de responsabilidad. Va de preguntarnos, como adultos, como padres y como sociedad: ¿cuánto dolor ocasiona lo que seguimos normalizando?

Hermosillo es un ejemplo claro del reto. Durante muchos años, Protección Civil decomisaba alrededor de 200 kilos de pirotecnia clandestina cada temporada. Con la regulación más estricta y la prohibición de pirotecnia sonora, el año pasado se decomisaron solo 25 kilos. Un avance enorme, sí, pero también una señal de alerta: el problema no desapareció, solo se hizo más pequeño… y más disperso. 

Basta un artefacto para causar una tragedia

Y aquí es donde debemos ser honestos sin ofender a nadie:
¿Quién compra la pirotecnia? Los adultos.
¿Quién pone el dinero? Los padres.
¿Quién la manipula la mayoría de las veces? Los hijos.

La ecuación está desequilibrada desde el origen.
No es un tema de prohibición; es un tema de decisión familiar.

Durante años me tocó ver de cerca lo que muchos prefieren no imaginar: niños con quemaduras en las manos, en la cara, en los ojos; adolescentes que pierden movilidad o audición; casas enteras consumidas por un globo de Cantoya que cayó donde no debía. 

La estadística nacional coincide:

  • El 60% de los lesionados por pirotecnia son menores entre 5 y 14 años.
  • Las zonas más afectadas son manos (30%), ojos (28%) y rostro (15%).

Ante esos datos, cualquier argumento romántico se queda corto.

La tradición es valiosa, pero ninguna tradición debería sostenerse sobre el sufrimiento de los más pequeños. No es coherente que como sociedad hayamos avanzado en temas de equidad, salud mental, educación y seguridad vial, pero sigamos aceptando prácticas que lesionan a quienes más deberíamos proteger, porque curiosamente, la regulación avanzó porque algunas personas se preocuparon más por los perritos que por los niños o las personas autistas.

El riesgo de la pirotecnia no es una exageración. Tampoco es una persecución. Es una realidad que cada año se cobra vidas en todo el país: explosiones en talleres clandestinos, incendios en viviendas, abarrotes con venta ilegal, menores lesionados por artefactos defectuosos. Hablar de esto no es ser aguafiestas; es ser sensato.

Y aquí la reflexión indispensable:

¿De dónde sale el dinero para comprar pirotecnia?

Del bolsillo de los padres.
Por eso la decisión es profundamente familiar.

No importa si el niño insiste, si “todos los vecinos compraron”, si “es nomás tantito”.
Lo que para un menor es un juego, para un adulto debe ser un análisis de riesgo.

Celebrar, sí.
Poner en peligro a los hijos, jamás.

La regulación actual en Hermosillo demuestra algo importante: cuando la autoridad actúa, el riesgo disminuye. Pero el cierre definitivo del círculo depende de la familia. No de la policía, no del municipio, no de los inspectores, no de las campañas: de la decisión del adulto que entrega o no el billete.

El mayor acto de amor en diciembre no es comprar luces que explotan, sino garantizar que tus hijos regresen a casa sanos, completos y sin cicatrices.

La tradición puede continuar, pero la inconsciencia no.
Hoy Hermosillo está dando pasos. Falta que cada hogar dé los suyos.

Pasemos unas felices posadas y disfrutemos el Guadalupe – Reyes que ya se aproxima.


Mtro. Guillermo Moreno Ríos
Ingeniero civil, académico, editor y especialista en Gestión Integral de Riesgos y Seguros. Creador de Memovember, Cubo de la Resiliencia y Promotor del Bambú.
[email protected]

La opinión emitida en este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la postura de Siete24.mx

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