Columna Invitada
Soltar para vivir ligero: Libérate del pasado y el estrés
Por Jesús De La Garza

Soltar para vivir ligero, se dice fácil, pero no lo es. Vivimos arrastrando pesos invisibles: recuerdos que duelen, miedos por el mañana y culpas que nos atan. ¿Te has preguntado qué pasaría si soltaras todo eso? En este artículo, te invito a reflexionar sobre cómo el exceso de pasado, futuro y emociones no resueltas puede afectar nuestra vida. También te diré cómo aprender a soltar puede ser el primer paso hacia una vida más ligera y con propósito. Entendiendo siempre que hay mucho que no podemos controlar, pero que la forma en que reaccionamos sí depende de nosotros.
3 reflexiones que encontrarás en este artículo:
1 Cómo los excesos emocionales (pasado, futuro) afectan tu bienestar.
2 Algunas claves para soltar el peso emocional y encontrar equilibrio.
3 Técnicas simples para vivir ligero y reencontrarte con tu propósito.
¿Por qué nos aferramos y cómo afecta nuestra vida?
El peso invisible que cargamos
Aferrarse al pasado o preocuparse por el futuro crea un peso emocional invisible, pero real. Es como caminar con una mochila llena de piedras que nadie más puede ver, pero que tú cargas cada día. Los recuerdos dolorosos, las culpas no resueltas y los miedos al mañana se convierten en ese peso extra que dificulta avanzar.
El costo emocional de no soltar
Este peso invisible puede manifestarse en formas como el estrés, la ansiedad o la depresión. Cada emoción no resuelta actúa como una piedra más en esa mochila. Intentar seguir adelante sin soltar nada es como nadar contra la corriente llevando un ancla: tarde o temprano, el cansancio emocional nos hunde.
Entendiendo los excesos emocionales
Depresión: El exceso de pasado
La depresión suele anclarnos al pasado. Nos hace revivir errores, pérdidas o traumas una y otra vez. Es como estar atado a una película vieja que no deja de repetirse. Aprender a soltar estos recuerdos no significa olvidarlos, sino dejar de permitir que definan tu presente.
¿Cómo empezar a soltar el pasado?
- Escribe tus recuerdos dolorosos y léelos en voz alta. Luego, quémalos o rómpelos como acto simbólico de liberación.
- Practica el perdón: hacia otros y, sobre todo, hacia ti mismo.

Estrés: El exceso de presente
El estrés surge cuando sentimos que el momento actual nos sobrepasa. Se genera cuando tenemos demasiadas responsabilidades, problemas urgentes o situaciones que sentimos que escapan de nuestro control. El exceso de presente nos agobia porque creemos que todo debe resolverse de inmediato.
¿Cómo reducir el exceso de presente?
- Divide tus tareas en pequeños pasos y prioriza lo importante.
- Practica técnicas de relajación como respiración profunda o meditación guiada.
Ansiedad: El exceso de futuro
La ansiedad es vivir en un futuro que aún no existe. Nos preocupamos por lo que podría pasar, creando escenarios negativos en nuestra mente. Esta anticipación constante genera un ciclo de miedo y tensión que nos desconecta del presente.
¿Cómo reducir el exceso de futuro?
- Practica la respiración consciente: Inhala profundamente por 4 segundos, mantén por 4, exhala por 4 y repite.
- Enfócate en el ahora: ¿Qué puedes hacer hoy que esté bajo tu control?
Claves para soltar y vivir ligero
Aceptación radical: El primer paso
Aceptar no es lo mismo que rendirse. Es reconocer que no todo está bajo nuestro control. Aceptar el pasado, con sus luces y sombras, y entender que el futuro es incierto nos da la libertad de vivir plenamente el presente.
Ejercicio práctico: Escribe una carta a tu “yo” pasado agradeciendo las lecciones aprendidas y suéltala al viento o guárdala en un lugar especial.
Practica el aquí y el ahora
Vivir ligero implica estar presente. Muchas veces, nuestra mente divaga entre lo que fue y lo que podría ser, olvidando lo que está ocurriendo justo ahora.
Técnica rápida para anclarte al presente:
- Observa 5 cosas que puedas ver.
- Escucha 4 sonidos a tu alrededor.
- Siente 3 texturas distintas.
- Identifica 2 olores.
- Saborea 1 cosa, aunque sea solo tu saliva.
Aprender a fluir con la vida
La vida está en constante cambio. Resistirse a esos cambios genera sufrimiento. En cambio, aprender a fluir permite adaptarse y crecer.
Analogía: Imagina un río. Las piedras en su camino no detienen su curso; el agua simplemente fluye alrededor de ellas.
¿Cómo soltar te conecta con tu propósito de vida?
Vivir ligero para avanzar
Cuando sueltas lo que no te sirve, creas espacio para lo que importa. Es como limpiar una habitación llena de objetos viejos para llenarla de luz y nuevas experiencias.
El poder de la resiliencia en la pérdida
La resiliencia no es evitar el dolor, sino aprender a vivir con él y crecer a partir de las experiencias difíciles. Soltar nos permite ser más resilientes porque deja espacio para la transformación.
Conclusión
Soltar no es rendirse ni olvidar, es liberar el peso que impide que avances. Es permitirte vivir ligero, fluir con la vida y conectar con tu verdadero propósito. Recuerda que la resiliencia no se trata de ser invulnerable, sino de encontrar la fuerza en medio del caos. Hoy es el mejor día para soltar aquello que te pesa y comenzar a caminar más libre y en paz.
Preguntas Frecuentes (FAQ)
¿Cómo puedo soltar el pasado y dejar de vivir en la depresión?
Soltar el pasado requiere aceptar lo que ocurrió sin juzgarte. Practica ejercicios de perdón, escribe tus pensamientos y busca apoyo emocional si lo necesitas. Permítete avanzar reconociendo que el pasado no define tu presente.
¿Qué técnicas ayudan a reducir el estrés y la ansiedad causados por el futuro?
¿Por qué soltar me hace sentir más ligero y en paz?
¿Cómo saber si me estoy aferrando demasiado al pasado o al futuro?
Jesús de la Garza. Ingeniero Administrador de Sistemas, egresado de la F.I.M.E (U.A.N.L.) con basta experiencia en todo tipo de temas de Internet (marketing digital, posicionamiento web SEO, desarrollo y diseño web, contenidos digitales y mucho más)

La opinión emitida en este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la postura de Siete24.mx
Columna Invitada
Protestas en el campo
La preocupación de los ciudadanos, en las últimas semanas, ha tenido que ver con protestas de nivel nacional, tanto de agricultores y ganaderos como de transportistas, sobre todo los que utilizan las carreteras federales. Los transportistas, por supuesto, señalan la inseguridad en las carreteras, un tema del que se han quejado desde hace bastante tiempo, sin resultados contundentes. Fueron bloqueos importantes, en las principales carreteras del país y además, cosa muy significativa, en las aduanas, afectando nuestro comercio exterior.
En paralelo a los bloqueos, hubo una serie de negociaciones. Rotas en varias ocasiones, y donde los que protestaban se quejaban de que llegaban a negociar personas sin capacidad de tomar decisiones. Por lo cual, los convenios eran imposibles e inútiles. Y por ello, después de haber aceptado levantar el bloqueo, en pocas horas se volvió a restablecer. Y, por otro lado, hubo reacciones fuertes.
La Secretaría de Gobernación dijo, como una especie de disculpa por no atender las negociaciones debidamente, que había carpetas de investigación para algunos de los dirigentes de estas manifestaciones. Y, por supuesto, participación de la extrema derecha, que por lo visto en nuestro país tiene más capacidad de movimiento de lo que muchos se podrían imaginar. No es claro de qué manera esas respuestas a las quejas de la ciudadanía ayudan a la paz y la concordia por quienes deberían gobernar para todos. Esa reacción huele a amenaza.
En fin, se aprueban las reformas en fast track, como dicen quienes protestan, con la aprobación por ambas cámaras. No se ha vuelto a hablar de que los transportistas estén en desacuerdo, pero el sector agropecuario sigue molesto. El centro de las protestas son las leyes que rigen el manejo del agua. La discusión tiene que ver, sobre todo, con la propiedad del gobierno sobre el líquido. Algo que, de hecho, estaba ya considerado en las leyes; tan es así, que no se habla de propiedad de los mantos acuíferos; se habla de concesiones que asigna la administración pública.
El gobierno da razones para estos cambios, entre las cuales está, por supuesto, la de reducir la corrupción. Algo que no ha podido lograr. Se siguen encontrando diferentes modos de huachicoleo, que demuestran que el combate a la corrupción está lejos de lograr buenos resultados. Finalmente, las reformas aprobadas incorporaron más de 50 enmiendas propuestas por agricultores y ganaderos, incluyendo la posibilidad de heredar los derechos de aprovechamiento del agua. Cambios muy criticados por sectores de la izquierda.
La realidad en el campo es que solo el 14 % del territorio nacional es cultivable, y de ese 14 %, solo la mitad son terrenos de riego, mientras que la otra mitad, el 7 % del territorio nacional, es de temporal. En muchos casos, vivir en terrenos de temporal es una garantía de vivir en la pobreza, por estar sujeto a variaciones de todos los tipos. El acceso al riego no es poca cosa.
La discusión de fondo es cómo debe estar la propiedad en el campo: en manos del gobierno o de los particulares. No falta quien diga que esta reforma equivale a una expropiación del campo. Otros, posiblemente exagerando, hablaron de que este es el último clavo en el ataúd del campo. ¿En dónde está la verdad? Habrá que esperar a ver los resultados en el nivel de vida de los hombres y mujeres del campo. Ahí veremos quién tenía la razón. Es importante no dejar este asunto en el olvido. Los campesinos merecen ese apoyo.

La opinión emitida en este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la postura de Siete24.mx
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Dr. Joaquín Bojórquez Acuña: Excelencia en Ingeniería Nacional
El viernes 5 de diciembre de 2025, en el emblemático “Palacio La Rochelle” de CDMX, la Unión Mexicana de Asociaciones de Ingenieros (UMAI) celebró su Cena de Fin de Año, un encuentro que reúne a líderes del sector, representantes de colegios, académicos y personalidades de la ingeniería nacional. El evento se convirtió en el marco solemne para la entrega del Reconocimiento a la Excelencia Gremial 2025, distinción reservada para quienes han fortalecido de manera notable el quehacer gremial, académico y técnico del país.
Este año, el galardón fue otorgado al Dr. Joaquín Bojórquez Acuña, ingeniero sonorense cuya trayectoria destaca en el desarrollo estructural, la valuación, la investigación aplicada y la gestión integral del riesgo, dejando una huella significativa en la ingeniería mexicana.
Un homenaje a una trayectoria que cruza la técnica, la academia y el servicio público
La postulación del Dr. Joaquín Bojórquez —presentada por el Consejo Integrador de la Construcción, la Industria y el Desarrollo (Colegio), INCIDE A.C.— destacó no solo su sólida formación académica, sino la naturaleza integral de una trayectoria que aporta en cinco frentes.
1. Innovación técnica.
Ha desarrollado metodologías que han cambiado la práctica profesional, como el algoritmo para cuantificar riesgos urbanos que permitió generar el primer plano nacional de riesgo por colapso de anuncios publicitarios. Su tesis de 2022 sobre caracterización del suelo y fuerzas sísmicas se ha convertido en referencia obligada para instituciones públicas, colegios profesionales y cuerpos de Protección Civil.
2. Formación de nuevas generaciones.
Fue pieza clave en la creación de la primera Maestría en Ingeniería Estructural, la Universidad La Salle en Sonora, formando ya cuatro generaciones de especialistas. Además, desde 2020 publica la columna Estructurando en la revista INCIDE, impulsando ética, normatividad y rigor técnico.
3. Profesionalización gremial.
Como ponente y analista técnico en foros nacionales —incluida UMAI— ha contribuido a actualizar reglamentos, fortalecer procesos de dictaminación y elevar la calidad de los criterios estructurales y de responsabilidad civil.
4. Servicio social.
Ha mantenido un compromiso activo con la comunidad participando de manera voluntaria en zonas afectadas por diversos siniestros, desde el sismo de 2017 en Puebla a la actualidad.
5. Articulación institucional.
A través de INCIDE A.C., participa en la integración multidisciplinaria de especialistas en ingeniería, arquitectura, valuación, DRO y gestión del riesgo, fortaleciendo la colaboración entre sectores y el desarrollo técnico del gremio.
Una noche de reconocimiento, unidad y sentido gremial
Durante la ceremonia, representantes de UMAI e INCIDE destacaron que la distinción no solo reconoce conocimientos técnicos, sino valores gremiales fundamentales: ética, servicio, rigor profesional y la capacidad de articular sectores que por años trabajaron de forma aislada. Se subrayó que la trayectoria del Dr. Bojórquez demuestra cómo la ingeniería puede trascender lo técnico y convertirse en motor de transformación social, académica y normativa.
El galardonado recibió la presea de manos de los presidentes nacionales Armando Roque Cruz (ANALISEC), Marco Méndez Cuevas (UMAI), José Guillermo Dozal (FEMCIC) y de un servidor como presidente de INCIDE, acompañado de su esposa, Genoveva Rascón, visiblemente emocionada. El reconocimiento se entregó ante representantes de federaciones y colegios de ingenieros, en un ambiente de fraternidad gremial y celebración por los logros compartidos del año.
Un cierre de año con visión de futuro La Cena de Fin de Año y la alianza entre UMAI e INCIDE no solo celebraron un reconocimiento individual, sino que reflejaron la fuerza de una ingeniería sonorense y mexicana que avanza hacia modelos más técnicos, éticos y coordinados. El reconocimiento resumió el espíritu del gremio —investigar, innovar, formar, servir y construir comunidad—, mientras que la frase que acompañó su postulación, “La fuerza de muchos, construyendo un mismo propósito”, marcó la noche con un mensaje de unidad y futuro compartido.
Mtro. Guillermo Moreno Ríos
Ingeniero civil, académico, editor y especialista en Gestión Integral de Riesgos y Seguros. Creador de Memovember, Cubo de la Resiliencia y Promotor del Bambú.
[email protected]

La opinión emitida en este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la postura de Siete24.mx
Columna Invitada
Violencia a la Mujer
La semana pasada se conmemoró el Día Internacional Contra la Violencia a la Mujer. Más allá de los individuos, tenemos un problema en nuestra cultura. La cual influye en todos los aspectos de la nación, incluso en las leyes, en las costumbres, en las prioridades, en el nivel de exigencia para los miembros de la Sociedad.
Es difícil que yo, como varón, pueda tener una total comprensión de lo que significa vivir esta violencia contra una mujer. Tenemos también el problema de que lo que consideramos violencia son únicamente los casos más graves, sin considerar muchos otros modos de violentar, desde las bromas pesadas, violencia económica, acoso sexual o violaciones, llegando hasta crímenes atroces con tortura y asesinato. Es algo muy engranado en nuestra cultura, por desgracia.
La reacción de la Sociedad, incluyendo los hombres, por supuesto, pero también ciertos grupos de mujeres, es la de ignorarlas, en el mejor de los casos. En el peor, atacar a quien denuncia. Las ven como personas que estorban, que molestan a una Sociedad que se siente muy tranquila con lo que está ocurriendo. Quisieran víctimas silenciosas, usando la frase machista, tan manejada: “Calladita te ves más bonita”. Están aceptando el falso sentido de superioridad del varón, basado en la fuerza bruta, la capacidad de dañar al débil. Se sostiene el rol subordinado que se les asigna a ellas y los obstáculos legales para poder ejercer su papel cívico. Se ha vuelto una costumbre.
Hay expertos que ven la raíz de esta violencia contra la mujer en la debilidad del hombre. Entre más débil es el hombre, más violento se vuelve para afirmarse, para poder sentir que, verdaderamente, en algo es poderoso. Porque, generalmente, en su mundo es alguien poco importante, con pocas capacidades. Eso funciona porque las culturas tienen un modo de mantenerse y de reproducirse, a través de muchos elementos: ceremonias, vestimentas, celebraciones, el sentido de lo fundamental. Así se sostiene la misma, y por eso es complicado, lento, difícil cambiar la cultura. Lo cual no quiere decir que debamos rendirnos.
De fondo, la solución más completa es el reconocimiento de que tenemos la misma dignidad. Debemos recibir el mismo respeto, independientemente de nuestro sexo. La mejor respuesta es la colaboración plena, más allá de las cuotas de género, aunque estas pueden ser consideradas útiles como un paso intermedio. Pero esa no es la solución completa. Hay que evitar radicalmente que esta causa tan importante, tan humana, se vuelva un botín político. Porque puede haber grupos y partidos que traten de lucrar con este justificado enojo de una gran cantidad de mujeres.
La solución está en la colaboración. Si no logramos encontrar una manera de que hombres y mujeres trabajemos por mejorar en este tema, el resultado será temporal. No se trata de sustituir el patriarcado por un matriarcado; lo que importa es crecer en adultez. Tenemos que pasar del infantilismo, en los aspectos de relaciones entre los sexos, a la madurez. Entre más fuertes seamos, mejor nos podremos coordinar, colaborar, reconociendo y valorando nuestras diferencias.
Necesitamos una ciudadanía fuerte que adopte esta bandera, se la arrebate a la clase política y se dedique a desarrollar desde la raíz, desde la infancia, desde la escuela más básica, esta relación de madurez y de entendimiento entre unos y otros. Y no estar confiados en que las soluciones vendrán con el tiempo, en el muy largo plazo. Nos urge, lo necesitamos. Amigas, hay hombres que están de su lado. ¡Ánimo! Nuestra colaboración beneficiará a nuestra Sociedad.

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Pirotecnia: una tradición que exige conciencia, no indiferencia
Cada diciembre en México se enciende algo más que pólvora: se enciende la conversación eterna entre tradición y seguridad. Nadie niega que los fuegos artificiales han acompañado nuestras celebraciones por siglos; forman parte de la memoria colectiva y de la estética festiva del país. Pero también es cierto que, detrás de ese brillo, siguen existiendo riesgos que ya no podemos minimizar.
No se trata de atacar a quienes aman la tradición ni de convertir en villano a quien recuerda su infancia con un “cuetito en la mano”. Esto no va de nostalgia. Va de responsabilidad. Va de preguntarnos, como adultos, como padres y como sociedad: ¿cuánto dolor ocasiona lo que seguimos normalizando?
Hermosillo es un ejemplo claro del reto. Durante muchos años, Protección Civil decomisaba alrededor de 200 kilos de pirotecnia clandestina cada temporada. Con la regulación más estricta y la prohibición de pirotecnia sonora, el año pasado se decomisaron solo 25 kilos. Un avance enorme, sí, pero también una señal de alerta: el problema no desapareció, solo se hizo más pequeño… y más disperso.
Basta un artefacto para causar una tragedia
Y aquí es donde debemos ser honestos sin ofender a nadie:
¿Quién compra la pirotecnia? Los adultos.
¿Quién pone el dinero? Los padres.
¿Quién la manipula la mayoría de las veces? Los hijos.
La ecuación está desequilibrada desde el origen.
No es un tema de prohibición; es un tema de decisión familiar.
Durante años me tocó ver de cerca lo que muchos prefieren no imaginar: niños con quemaduras en las manos, en la cara, en los ojos; adolescentes que pierden movilidad o audición; casas enteras consumidas por un globo de Cantoya que cayó donde no debía.
La estadística nacional coincide:
- El 60% de los lesionados por pirotecnia son menores entre 5 y 14 años.
- Las zonas más afectadas son manos (30%), ojos (28%) y rostro (15%).
Ante esos datos, cualquier argumento romántico se queda corto.
La tradición es valiosa, pero ninguna tradición debería sostenerse sobre el sufrimiento de los más pequeños. No es coherente que como sociedad hayamos avanzado en temas de equidad, salud mental, educación y seguridad vial, pero sigamos aceptando prácticas que lesionan a quienes más deberíamos proteger, porque curiosamente, la regulación avanzó porque algunas personas se preocuparon más por los perritos que por los niños o las personas autistas.
El riesgo de la pirotecnia no es una exageración. Tampoco es una persecución. Es una realidad que cada año se cobra vidas en todo el país: explosiones en talleres clandestinos, incendios en viviendas, abarrotes con venta ilegal, menores lesionados por artefactos defectuosos. Hablar de esto no es ser aguafiestas; es ser sensato.
Y aquí la reflexión indispensable:
¿De dónde sale el dinero para comprar pirotecnia?
Del bolsillo de los padres.
Por eso la decisión es profundamente familiar.
No importa si el niño insiste, si “todos los vecinos compraron”, si “es nomás tantito”.
Lo que para un menor es un juego, para un adulto debe ser un análisis de riesgo.
Celebrar, sí.
Poner en peligro a los hijos, jamás.
La regulación actual en Hermosillo demuestra algo importante: cuando la autoridad actúa, el riesgo disminuye. Pero el cierre definitivo del círculo depende de la familia. No de la policía, no del municipio, no de los inspectores, no de las campañas: de la decisión del adulto que entrega o no el billete.
El mayor acto de amor en diciembre no es comprar luces que explotan, sino garantizar que tus hijos regresen a casa sanos, completos y sin cicatrices.
La tradición puede continuar, pero la inconsciencia no.
Hoy Hermosillo está dando pasos. Falta que cada hogar dé los suyos.
Pasemos unas felices posadas y disfrutemos el Guadalupe – Reyes que ya se aproxima.
Mtro. Guillermo Moreno Ríos
Ingeniero civil, académico, editor y especialista en Gestión Integral de Riesgos y Seguros. Creador de Memovember, Cubo de la Resiliencia y Promotor del Bambú.
[email protected]

La opinión emitida en este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la postura de Siete24.mx
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