Cultura
McGregor firma precontrato para pelear con ‘Money’
Ciudad de México.- La temporada 2025 de El Cascanueces de la Compañía Nacional de Danza (CND) regresa al Auditorio Nacional para reavivar la magia navideña. Esta puesta en escena, que suma más de dos décadas de éxito en el recinto, se sustenta en el compromiso y la trayectoria de sus principales solistas, quienes comparten su visión sobre la exigencia técnica y el honor de ser parte de esta tradición, como Elisa Ramos.
Elisa Ramos: toda una vida en el reino del hada de azúcar
Elisa Ramos, primera solista de la CND, personifica la historia viva de El Cascanueces en México. Ha participado en las 22 temporadas del montaje en el Auditorio Nacional, su vínculo con la obra se remonta a su infancia, cuando debutó a los diez años.
Su recorrido por la obra es un testimonio de crecimiento artístico: “He pasado por absolutamente todos los roles: ratón, angelito, soldado, Clarita… He crecido con El cascanueces”.
En esta edición la primera bailarina interpreta al Hada de Azúcar.
Sobre la permanencia en un rol tan demandante a través de los años,Elisa Ramos expresa un compromiso incondicional:
“Mientras me siga sintiendo bien y pueda aportar a este espectáculo, lo haré con todo el amor”. Además, destaca la vitalidad constante de la producción: “Nunca una temporada es igual a la anterior; cada elenco imprime una energía diferente”.

La exigencia del ballet
A pesar de su experiencia los solistas de la compañía no solo enfrentan el rigor técnico, sino también la presión emocional de presentarse ante miles de personas en un recinto monumental.

La solista Ana Paula Montero, quien debuta como Reina de las Nieves e interpreta la danza Árabe, describió el mayor obstáculo antes de salir a escena:
“Para mí, lo más difícil son los nervios; es complicado controlar el cuerpo antes de salir y lograr que todo el trabajo previo se vea en escena”.
Montero añadió que la capacidad de proyectar hacia un público masivo y la conexión con la pareja de baile representan desafíos tan importantes como la técnica misma.

Por su parte, Emanuel Talongo, quien debuta como Príncipe de las Nieves, compartió: Es una gran oportunidad y también un gran reto. Queremos que el público venga, se acerque al ballet y sienta la magia.”
Respecto a la dificultad de las cargadas y los levantamientos, el bailarín aseguró:
“Es muy pesado físicamente por las cargadas, pero el desafío es hacerlo ver fácil y disfrutarlo”.
El Cascanueces, la puerta de entrada al ballet
Braulio Fernández, intérprete del Cavalier, Elcascanueces y la danza rusa, subrayó el papel crucial de la pieza para la formación de nuevas audiencias. Considera que el montaje es la puerta ideal para quienes desean conocer el ballet:
“Invitaría sobre todo a los niños, porque ver a otros hombres en la escena de la danza me inspiró a mí”.
¿De qué trata El Cascanueces?
La historia de El Cascanueces se ubica a finales del siglo XIX en Rusia, época en la que se estrenó este ballet y en la que vivió su compositor, por lo que la escenografía actual evoca el esplendor de la Rusia zarista, con un toque contemporáneo. El cuento narra la aventura de Clara, a quien su padrino el juguetero Drosselmeyer le regala en Navidad un misterioso y mágico cascanueces, que cobra vida y la lleva a recorrer un mundo fantástico.
El Cascanueces se estrenó en 1892 en el Teatro Mariinski de San Petersburgo y sitúa su historia original a finales del siglo XIX —época del compositor Piotr Ilich Chaikovski (1840-1893)—. La escenografía actual de esta puesta en escena de la CND recrea ese esplendor con un toque contemporáneo. Su coreografía, versionada por compañías de todo el mundo, se basa en el cuento de E.T.A. Hoffmann El Cascanueces y el rey de los ratones (1816), convertido en un gran clásico navideño que se celebra globalmente cada diciembre.
El 2 de diciembre de 1980 se presentó por primera vez en el Palacio de Bellas Artes, y en 2001 llegó al Auditorio Nacional. La temporada 2025 inicia este jueves 18 y se extiende hasta el 23 de diciembre.
Horarios
Auditorio Nacional
Diciembre:
- jueves 18 y viernes 19, 19:30 horas
- sábado 20, lunes 22 y martes 23, 12 y 18 horas
- domingo 21, 12 y 17 horas
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Cultura
La herencia Agustina que dio origen a las Posadas Navideñas
El origen de la Navidad en México
Ciudad de México.- La tradición mexicana de las Posadas, que se celebran del 16 al 24 de diciembre, es mucho más que una fiesta vecinal con piñatas y aguinaldos. Su nacimiento se remonta a la Nueva España del siglo XVI, impulsada por los frailes Agustinos como un acto de evangelización para la celebración del nacimiento de Jesús.
Cada 16 de diciembre, México se llena de música, letanías y la peregrinación de María y José, pidiendo posada, un rito que marca el inicio de las posadas. Esta profunda tradición, considerada una herencia agustina, tiene sus raíces en la tradición eclesiástica hispánica, con una celebración previa a la Navidad que culminaba con la Misa de Gallo.
Al llegar al Nuevo Mundo en el siglo XVI, los misioneros españoles adaptaron y dotaron de un sentido cristiano a las costumbres religiosas locales, logrando un extraordinario sincretismo cultural. Fueron los frailes agustinos los principales promotores de esta práctica en América.
El hito fundamental ocurrió en 1587. Según el cronista agustino Fr. Juan de Grijalva, fue en ese año cuando los miembros de esta Orden en la Nueva España comenzaron a celebrar las Misas de Aguinaldo.
El significado de las Misas de Aguinaldo
Carlos Ernesto Rangel Chávez, Investigador del Archivo Histórico de la Provincia Agustiniana de Michoacán, detalla el inicio de esta práctica:
“Sería en 1587 cuando los Agustinos de la Nueva España comenzaron a celebrar las misas del Aguinaldo nueve días continuos antes de la Navidad”.
Estas misas, celebradas en los atrios conventuales de templos como el de San Agustín de Acolman, recordaban los nueve meses que María llevó en su vientre al Niño Jesús. Se realizaban con gran júbilo, incluyendo el rezo del Santo Rosario, villancicos y catequesis especiales. Para hacerlas más atractivas, el prior agustino Fray Diego de Soria obtuvo del Papa Sixto V una indulgencia de 20 años para los asistentes que se confesaran, relata Rangel Chávez, logrando que “las iglesias de San Agustín fueran más frecuentadas y reverenciadas”.
La evolución de la fiesta y el aguinaldo

La gran acogida de las Misas de Aguinaldo llevó a una síntesis que, en el siglo XVII, se formalizó como la Posada que hoy conocemos. El ritual comenzaba con el rezo del Rosario y el canto de las letanías, explica el historiador.
“La teatralidad es el corazón de la Posada: los asistentes se dividen en dos grupos, uno dentro de la casa y otro pidiendo posada con las imágenes de María y José, imitando su peregrinar de Nazaret a Belén.
Una vez acogidos, la fiesta continúa con villancicos y la distribución de los aguinaldos, que originalmente eran la fruta y dulces repartidos por los frailes al término de la misa en señal de gracias”.
A esta celebración se sumó la piñata, una olla de barro ornamentada con siete picos que representan los pecados capitales.
“Romper la piñata con los ojos vendados (fe ciega) era el acto simbólico de vencer el mal”.
“Ya en el siglo XIX, las Posadas salieron definitivamente de las iglesias a las calles y casas, convirtiéndose en un evento de fraternidad vecinal y familiar donde el anfitrión ofrece platillos típicos y ponche”, detalla.
Las posadas son un medio alegre y fervoroso para recordar y vivir la espera del Nacimiento de Jesús. La tradición, nacida en la Nueva España en el seno de la Orden de San Agustín, se expandió hasta convertirse en uno de los pilares de la Navidad mexicana.
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Cultura
‘La noche más venturosa’, la pastorela clásica con 20 años de tradición familiar
Ciudad de México.- La temporada navideña en México no está completa sin una pastorela. Espectáculos hay muchos, pero la Compañía Nacional de Teatro Clásico Fénix Novohispano ofrece una alternativa que se distingue por su carácter familiar y apego a la tradición. Se trata de “La noche más venturosa”.
La obra, escrita en 1817 por José Joaquín Fernández de Lizardi, se presenta con música en vivo y trajes de época, en el histórico Museo Casa del Risco, y ofrece una experiencia teatral familiar, libre de burlas y doble sentido.
Francisco Hernández, director y productor de la compañía, explica que al elegir este texto, busca resaltar una parte fundamental de la identidad teatral mexicana.
La Pastorela como identidad y tradición
Hernández subraya la importancia histórica de este género que nació en el Virreinato:
“La pastorela nace en la Nueva España en el siglo XVI con la finalidad de evangelizar en el Virreinato, y no ha dejado de representarse. pero ahora tiene la misión de hermanarnos, abrazarnos, sobre todo, de conjugar tres cosas muy importantes, verso, música en vivo, en espacio barroco y llevar al público a lo que es el teatro clásico”.
El texto en verso, dividido en dos actos, aborda la tentación de los siete pecados capitales a través de pastores que retratan las costumbres y maneras de percibir el mundo en el Virreinato, época en la que nacieron gran parte de nuestros gustos culinarios.

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Una experiencia familiar
La puesta en escena, que este año dirige el actor Wlises Mendoza, cuenta con 11 actores y cantantes que visten trajes de época, prometiendo un viaje a Belén. A diferencia de las adaptaciones modernas que a menudo buscan la sátira política o el humor adulto, esta pastorela mantiene la fidelidad al clásico.
“Eso la hace diferente y el público va a disfrutar una pastorela blanca buscando siempre su inteligencia, divirtiéndose y sobre todo pueden asistir con toda la familia”.
El productor hace hincapié en el enfoque familiar y respetuoso de su versión, que busca un mensaje de esperanza en medio de la violencia global.
En un contexto donde muchas pastorelas recurren al lenguaje actual y a las referencias pop, esta obra se mantiene firme en el texto original, con una clara advertencia para quienes buscan la comedia fácil o irreverente:
“Lo que no van a encontrar, lo siento para el que se divierta con esas cosas, no vamos a encontrar doble sentido, no vamos a encontrar discriminación, no vamos a encontrar burlas al público o a los compañeros o a los personajes, vamos a encontrar una pastorela tradicional mexicana”.
La compañía lamenta que el público a veces espera ver elementos ajenos a la verdadera pastorela.
“El público de repente cree que va a ir a la pastorela a ver coreografías con música de Beyoncé, que va a ir a ver un diablo que representa a la comunidad gay, que va a ir a ver a un ángel que representa a la comunidad gay, que se van a burlar de los indígenas en el escenario, que van a hacer chistes hacia el público. Y en nuestro caso, nuestra pastorela es clásica, no hay nada de eso”.
La experiencia en el Museo Casa del Risco es multisensorial, ya que los 19 artistas en escena son acompañados por música en vivo a cargo de un cuarteto de cuerdas dirigido por Verónica Peralta (con África Santiago en el primer violín, Carlos Velarde en el chelo y Adriana Forcada en el segundo violín), además de una soprano que canta villancicos tradicionales.
Esta pastorela, que ya se ha presentado en recintos emblemáticos como el Zócalo capitalino y la Catedral Metropolitana, se convierte en una cita recomendada para toda la familia que desea preservar la rica tradición teatral mexicana en estas fechas decembrinas.
DÓNDE Y CUÁNDO VERLA
- Lugar: Museo Casa del Risco (Plaza de San Jacinto No. 5, Col. San Ángel, Alcaldía Álvaro Obregón).
- Fechas y Horarios: Del 18 al 20 de diciembre a las 19:00 horas, y el 21 de diciembre a las 18:00 horas.
- Costo: $500. Estudiantes e INAPAM 2×1 presentando credencial vigente.
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Cultura
Las posadas ¿qué significan y cómo nació esta tradición?
Historiador del Tec de Monterrey explica
Ciudad de México.- Los mexicanos en todo el país disfrutan este fin de año de las tradicionales posadas, a partir de este 16 de diciembre. Los vecinos o la familia se reúnen con algunas velas para rezar a la Virgen María, los niños prenden velitas al momento de salir, cargan a los peregrinos y se inicia el recorrido, después de entonar al unísono el canto tradicional, los pequeños hacen fila para partir las piñatas, que fueron donadas por la comunidad.
¿Pero qué significan las posadas y cómo surgieron?
Alejandro Tovar, historiador y docente del Tec de Monterrey Campus Santa Fe, explica que esta tradición de las posadas se celebra desde hace dos siglos y nació con el nombfe de “fiestas de aguinaldo”, se realizaban con el recordatorio de parajes del nacimiento del Niño Jesús.
Las fiestas navideñas son una expresión de “sincretismo” (fusión de costumbres culturales). En ellas se conjuntan elementos de los pueblos originarios prehispánicos “así como la cultura occidental, e incluso asiática”.
El historiador señala que aunque en México existe una herencia histórica por celebrar la Navidad el 25 de diciembre, las festividades y ceremonias decembrinas se alargan durante todo el mes.
“Esto se percibe con mayor intensidad desde el 12 de diciembre, día en que se conmemora la advocación mariana a Nuestra Señora de Guadalupe y se incrementa a partir del 16 de diciembre, momento en que comienzan las tradicionales posadas”.
Las posadas, que llegaron con la conquista española, son representadas por grupos de personas que se dividen en dos, uno se coloca fuera de la casa y el otro adentro.
Los que se colocan afuera representan a la Virgen María y a José y con villancicos navideños piden asilo a los de la casa, quienes a su vez les contestan también con canciones de esta época.

Esta representación se lleva a cabo de esta manera porque, según la tradición, María y José tuvieron que ir de puerta en puerta pidiendo posada.
Tras esta escenificación, los presentes en la posada rompen la piñata, ollas de barro rellenas con fruta y forradas con papeles de colores, que según la tradición deben tener forma de estrella con 7 picos, pues cada uno de ellos representa a los pecados capitales.
Las personas, de una en una y con los ojos vendados -hecho que simboliza la fe-, tratan de romper la piñata con un palo que a su vez representa a Dios.
La posada concluye con una fiesta, en la que los anfitriones ofrecen a sus invitados diferentes platillos y ponche, bebida caliente hecha con fruta de la temporada, como caña de azúcar, manzana, ciruelas pasas, guayabas, entre otros.

Tradición de siglos
De acuerdo con Tovar, la tradición de las posadas comenzó bajo el nombre de “fiestas de aguinaldo”. Después de estas reuniones se daban regalos a los indígenas que acudían a este llamado de participación, quienes festejaban durante el invierno (“Panquetzaliztli”), el advenimiento de Huitzilopochtli, Dios de la Guerra azteca.
Los religiosos agustinos sustituyeron la imagen de Huitzilopochtli por la de José y María.
Durante estos días de posadas, muchas de las calles de México exhiben coloridos faroles, adornos y se rompen piñatas en las calles.
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