Ciudad de México.— A sus 64 años, doña Carmen camina cada mañana hacia el parque cercano a su casa donde instala su puesto de dulces, entre pensamientos y nostalgia, mientras cuenta los días para iniciar los trámites de la Pensión Mujeres Bienestar.

La noticia de este nuevo apoyo gubernamental ha sido un rayo de esperanza en su vida, que ha estado marcada por años de trabajo duro y sacrificios, pero sin la certeza de una jubilación digna. Como muchas mujeres de su generación, su contribución a la sociedad se invisibilizó en la informalidad del trabajo doméstico y el cuidado familiar.

El programa, que otorgará 3 mil pesos bimestrales a mujeres de 63 y 64 años, es la promesa de una seguridad que ella nunca tuvo. Sin embargo, aún hay inquietud entre sus vecinas, que como ella, esperan ansiosas que todo salga bien en el registro.

“Es una oportunidad, pero también un recordatorio de lo que nos han negado toda la vida”, reflexiona mientras mira a las mujeres que, como ella, han envejecido sin el respaldo de un sistema que reconozca su trabajo no remunerado.

El gobierno de México se prepara para implementar una nueva iniciativa que promete transformar la vida de miles de mujeres de más de 64 años: la Pensión Mujeres Bienestar. Este programa, que otorgará 3 mil pesos bimestrales a quienes han dedicado su vida al trabajo y el bienestar familiar, especialmente de las mujeres que han sido históricamente relegadas en términos económicos, es parte de los esfuerzos por mejorar las condiciones de las personas mayores.

Apoyo paulatino

La entrega de la Pensión Mujeres Bienestar comenzará en 2025, con mujeres de 63 y 64 años como las primeras beneficiarias. Para 2026, se incluirá a las mujeres de 60 a 62 años. En los municipios con mayoría indígena o afromexicana, el beneficio se aplicará a todas las mujeres desde los 60 años a partir de 2025, lo que busca reducir las brechas sociales y reconocer la vulnerabilidad económica de estas comunidades.

Registro y requisitos: cómo acceder al apoyo

Las mujeres interesadas podrán inscribirse entre el 7 de octubre y el 30 de noviembre de este año, en los módulos de la Secretaría de Bienestar. El proceso de inscripción será sencillo y se basará en la letra inicial del apellido, con días específicos asignados para cada grupo. Además, los documentos necesarios incluyen identificación oficial, acta de nacimiento, CURP, comprobante de domicilio y un número telefónico de contacto. La tarjeta para recibir los pagos se entregará a partir de enero de 2025, en coordinación con el Banco del Bienestar.

Este apoyo financiero llega en un momento crucial, en el que las mujeres mayores enfrentan numerosos desafíos, desde la precariedad laboral hasta la falta de acceso a pensiones contributivas.

3 mil pesos en México

El apoyo económico de 3 mil pesos bimestrales, aunque modesto, puede contribuir a cubrir necesidades básicas. En términos alimentarios, este monto podría ser destinado a la compra de productos esenciales para la despensa, como arroz, frijol, aceite y huevos, que son elementos clave en la dieta diaria de muchas familias mexicanas. Aunque el poder adquisitivo varía según la región, esta cantidad representa un alivio en el presupuesto para quienes dependen exclusivamente de esta ayuda.

Además de la alimentación, los 3 mil pesos pueden ser utilizados para cubrir gastos relacionados con la salud. Por ejemplo, las mujeres de esta edad suelen requerir medicamentos para el tratamiento de enfermedades crónicas como la diabetes o la hipertensión. Si bien el costo de los medicamentos varía, este apoyo podría ser destinado a la compra de fármacos genéricos o a consultas médicas en instituciones de salud pública. La pensión también podría usarse para adquirir suplementos alimenticios o vitaminas, que son de vital importancia para mantener una buena salud en esta etapa de la vida.

La pensión puede ser útil para cubrir necesidades personales y del hogar, como el pago de servicios básicos o la compra de productos de higiene personal. Las beneficiarias podrían destinar parte de este dinero a pagar el agua, la luz o el gas, lo que puede representar un alivio considerable en sus finanzas mensuales.

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Realidad económica y pobreza en la tercera edad

Las condiciones de vida de las personas mayores en México presentan retos importantes. Aunque la población de 65 años o más ha mostrado una leve mejora en términos de pobreza, según datos del CONEVAL, el 37.9% de este grupo aún se encuentra en situación de pobreza. Además, el rezago educativo y la falta de acceso a la seguridad social son carencias que afectan significativamente a este sector, especialmente a las mujeres, que históricamente han estado subrepresentadas en el mercado laboral formal.

El informe “Pobreza y Personas Mayores en México 2020” del CONEVAL subraya que el 46.1% de las personas mayores de 65 años cuentan con ingresos por debajo de la Línea de Pobreza por Ingresos (LPI), una cifra que refleja la dura realidad económica que enfrenta este sector de la población. La Pensión Mujeres Bienestar representa, en este sentido, un respiro para las mujeres de 60 a 64 años, quienes se encuentran en una etapa crítica de su vida, con crecientes gastos médicos y menos oportunidades laborales.

Gasto público en aumento

El creciente gasto en pensiones en México es un tema de debate. Según el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), el país ya destina el 5.8% del Producto Interno Bruto (PIB) a este rubro, un porcentaje que podría aumentar hasta el 7.8% para 2030 debido a la inflación y el envejecimiento de la población.

Actualmente, el gasto en pensiones ya equivale al doble del presupuesto destinado a la salud, lo que genera inquietud sobre la sostenibilidad de estas políticas a largo plazo. La implementación de la Pensión Mujeres Bienestar podría elevar el gasto en pensiones al 7.2% del PIB en los próximos años, lo que exige una planeación fiscal cuidadosa para evitar un colapso financiero.

Envejecimiento acelerado: ¿un reto para México?

El envejecimiento de la población mexicana es un fenómeno que avanza rápidamente. Según el Instituto Belisario Domínguez, para 2024 las personas mayores de 60 años representarán el 12.9% de la población, y se espera que esta cifra alcance el 25% en 2050. Este incremento plantea una serie de desafíos sociales, económicos y de salud pública que el país deberá enfrentar en las próximas décadas.

Las mujeres, en particular, se ven afectadas de manera desproporcionada por el envejecimiento. Muchas han trabajado en la informalidad o en el hogar, lo que las excluye de los beneficios de las pensiones contributivas. A esto se suma que, según el CONEVAL, un 55.7% de las personas mayores dependía de una pensión no contributiva en 2020, con un promedio mensual de apenas 1,292 pesos. Estas cifras subrayan la importancia de programas como la Pensión Mujeres Bienestar para cerrar la brecha de desigualdad de género en la vejez.

Un paso hacia el bienestar

La Pensión Mujeres Bienestar es una medida loable que reconoce el trabajo no remunerado de millones de mujeres mexicanas. Sin embargo, es importante cuestionar si este tipo de apoyos, aunque necesarios, son suficientes para resolver el problema estructural de la pobreza en la tercera edad.

El envejecimiento de la población mexicana requerirá de reformas más profundas en materia de pensiones, salud y seguridad social.

Además, es vital que se desarrollen políticas públicas con un enfoque integral, que no solo se centren en paliar las necesidades económicas inmediatas, sino también en garantizar el acceso a servicios de salud y cuidados especializados para las personas mayores.

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