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Columna Invitada

El reto es participar en las elecciones

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El 1 de junio se llevarán a cabo elecciones para elegir por primera vez ministros, magistrados y jueces. No quiero hablar de la reforma judicial, si es correcta o no. Muchos sabemos la respuesta. Lo Importante es enfocarnos en lo que debemos hacer los ciudadanos para aportar. Debemos incidir en la política, nos hacen falta representantes reales que promuevan leyes justas. Nos hace falta ser escuchados y ser servidos. No es posible, que, en un país con casi 90 millones de creyentes en Cristo, no somos escuchados y no somos servidos con políticas públicas afines a nuestros valores. La razón de esta desgracia es que dejamos de participar y hemos dado cheques en blanco a los políticos. Esto tiene que cambiar.

He escuchado a algunas personas decir que no van a votar porque no quieren convalidar el fraude. Esta declaración es un grave desacierto. No es un fraude, es una ley vigente, que fue aprobada y publicada en el Diario Oficial de la Federación. Si no participamos en la elección, alguien más elegirá a las personas juzgadoras por nosotros. No podemos decir que queremos apoyar la democracia o que somos partidarios de ésta si no nos involucramos, no aportamos y no votamos. No hacer nada equivale a convalidar las decisiones de quienes hoy ocupan el poder.

En estas elecciones, los expertos prevén una participación muy baja de la población con credencial de elector. Es decir, se dice que el gobierno está apostando a que con los votos “fijos” de sus clientes electorales le basta para colocar nueve perfiles afines en la Suprema Corte de Justicia. Esto debería motivarnos a participar. Si todos los creyentes participamos, claro que podemos colocar un buen perfil en la Corte. También en los juzgados y tribunales. Si participamos, podemos INCIDIR POSITIVAMENTE.

Pensemos en los futuros ministros a la Suprema Corte. De una boleta con 64 nombres y sus respectivos números, los ciudadanos tendremos que escribir únicamente los números de 5 candidatas y 4 candidatos. Estos ministros durarán 12 años en el cargo, es decir el doble de tiempo que un gobernador. Además, estos ministros serán mucho más poderosos que los ministros actuales, ya que además de que son menos, conocerán de todos los asuntos. Es decir, un ministro conocerá de civil, penal, administrativo y laboral. De todos los asuntos, por 12 años. Más poder en menos personas. ¿De verdad es prudente no incidir?

Hay buenos candidatos, muy pocos, pero los hay. Si queremos promover la democracia, involucrémonos, participemos y votemos. Yo si creo que podemos tener ministros creyentes, partidarios de la vida, la familia y las libertades individuales. Y sobre todo, creo que podemos ganarle a quienes apuestan que nos quedaremos con los brazos cruzados. Porque estamos llamados a combatir el mal del mundo con acciones de bien. Estamos llamados a la CARIDAD, y ésta también involucra salir de nuestra flojera y apatía para buscar el bien en todos los aspectos de nuestra vida.

No votar es promover el mal. Votar por las mejores opciones es promover el bien. No importa lo que digan, nademos contracorriente. ¡Si somos muchos, les daremos el susto de su vida!

La opinión emitida en este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la postura de Siete24.mx

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CIFAM Mérida 2025: Familias en armonía, clave para el desarrollo y la paz

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El Congreso Internacional de las Familias (CIFAM) Mérida 2025 es un evento celebrado del 14 al 16 de marzo de 2025 en el Centro de Convenciones y Exposiciones Yucatán Siglo XXI, en Mérida, Yucatán. Bajo el lema “Familias en armonía: clave para el desarrollo y la paz”, el congreso reunió a más de 500 familias y cerca de 6,000 asistentes, incluyendo a 103 oradores y talleristas nacionales e internacionales.

Fue un espacio dedicado a resaltar la importancia de la familia en la construcción de sociedades más pacíficas y prósperas, proporcionando herramientas y estrategias para fortalecer el núcleo familiar en un entorno desafiante.

Es la tercera vez que tengo la oportunidad de asistir al Congreso Mundial de las Familias: primero en la Ciudad de México en 2022, luego en Guadalajara en 2024 y ahora en Mérida en 2025.

Al escuchar la participación del gobernador de Yucatán, Joaquín ‘Huacho’ Díaz Mena, me quedé con una muy buena impresión. Un hombre amable a quien tuve la oportunidad de conocer, saludar e intercambiar impresiones en torno a la familia como la principal capacidad preventiva para disminuir el riesgo de materializar la inseguridad y por ello destaco algunos puntos de su intervención durante la inauguración:

  1. “Este evento nos convoca desde distintos rincones con un propósito común: fortalecer a la familia como base de la sociedad”
  2. La familia es el núcleo donde aprendemos valores esenciales como el respeto, la responsabilidad, la solidaridad y el amor.
  3. Es el principal espacio de apoyo y motivación, brindando seguridad en momentos difíciles y alegría en los logros compartidos.
  4. La globalización, los cambios culturales y la tecnología han generado retos que desafían la estabilidad familiar.
  5. Problemas como la desintegración social, la violencia intrafamiliar y las dificultades económicas impactan directamente a las familias.
  6. Es urgente promover estrategias de atención psicológica y acompañamiento desde la infancia hasta la juventud.
  7. Los padres tienen un papel insustituible en la formación de sus hijos, transmitiendo valores y principios para la vida.
  8. “La familia no es una estructura obsoleta o prescindible, sino el núcleo donde se forman ciudadanos con sentido de comunidad”
  9. La falta de atención a los problemas emocionales de los jóvenes puede derivar en adicciones, depresión o desesperanza.
  10. La sociedad entera tiene la responsabilidad de detectar y atender a tiempo las necesidades de sus integrantes.
  11. El fortalecimiento familiar contribuye a la construcción de comunidades más justas, solidarias y resilientes.
  12. Este Congreso es un espacio para el diálogo y la construcción de soluciones que respondan a los desafíos actuales.
  13. Expresar el amor y los sentimientos a nuestros seres queridos es fundamental para fortalecer los lazos familiares.
  14. “Nunca ahorremos un ‘te amo’ a nuestros hijos. No basta con pensarlo, es necesario expresarlo con sinceridad”.
  15. Yucatán ha implementado la “Ley para la Protección de la Familia del Estado de Yucatán” como un compromiso concreto para garantizar el desarrollo y bienestar de las familias.
  16. Aquí es importante destacar que el gobernador habla con la voz completa al defender la familia y los valores como una principal herramienta para combatir la inseguridad. Lo anterior y acorde a lo que mencionó la presidenta Claudia Sheinbaum el pasado 9 de marzo, es decir, va más allá del discurso, ya que Yucatán tiene tiempo haciendo lo correcto. Desde 2011 es reconocido como uno de los estados más seguros de México gracias a su baja tasa de homicidios dolosos, con 0.90 casos por cada 100,000 habitantes en 2024, muy por debajo de la media nacional de 11.33. Además, según el INEGI, mantiene una de las menores percepciones de inseguridad del país. Su estabilidad institucional, estar fuera de las principales rutas del narcotráfico y una cultura que fomenta la vigilancia comunitaria y la cohesión social son factores clave que fortalecen su seguridad y sobre todo, resaltar que la política de familia y seguridad ha traspasado administraciones y colores partidistas. ¡Bien por los yucatecos!

Debemos copiar lo bueno de lo que se hace en otros estados.

Felicito también desde esta trinchera, a todos los organizadores de este magno evento, que esperemos pronto poder traernos a Sonora, pero no será el 2026, ese ya nos lo ganó el estado de Nuevo León.

Mtro. Guillermo Moreno Ríos
Ingeniero civil, académico, editor y especialista en Gestión Integral de Riesgos y Seguros. Creador de Memovember, Cubo de la Resiliencia y Promotor del Bambú.
incide.guillermo@gmail.com

La opinión emitida en este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la postura de Siete24.mx

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Prioridad de la imagen

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En el ámbito de los políticos y de lo político, una de las grandes prioridades en este momento es la imagen. Construirla, desarrollarla, proteger la que se tiene, son las prioridades más allá del buen resultado de su desempeño y, a veces, más allá del cumplimiento de las obligaciones a las que se han comprometido por el bien del país.

Y esto lo encontramos de muchas maneras. El gran propósito de la imagen es verse bien ante el público, ante los medios, ante la opinocracia. Se busca la buena imagen como la prioridad número uno. Esto viene, por supuesto, del concepto que, en mi opinión, ha sido bastante pernicioso: el marketing político, dedicado sobre todo a construir una imagen pública.

Es interesante como se le dio más importancia hace unos días al famoso desaire, cuando estando la señora presidenta entrando al zócalo de la Ciudad de México, un grupo de los principales funcionarios y miembros de su partido, aparentemente sin intención, le dieron la espalda y no se dieron cuenta de que estaba entrando a la plaza. Hasta que ella misma, tocó al último, quien estaba en la cola de los que volteaban en otra dirección. Y ese hecho, el famoso desaire, se comentó, se discutió, se examinó de una manera exhaustiva. Quitándole importancia al Día Internacional de la Mujer, que objetivamente es más relevante y que pasó a un segundo lugar, porque no tenía que ver con la imagen de la presidenta.

Vemos el caso, tristísimo, de la semana pasada, del descubrimiento de los así llamados campos de exterminio. En este caso, la Comisión de Derechos Humanos del Pueblo, negó el hecho de que pudieran considerarse campos de exterminio, diciendo que un verdadero campo de exterminio serían los casos como el de los nazis. Sin mencionar, por supuesto, a los campos de exterminio de los grupos de izquierda como los que ocurrieron en los tiempos de Stalin, los de Mao-Tse-Tung o, más recientemente, en Camboya con Pot-Pot, que tuvo una cantidad importante de millones de muertos.

Lo fundamental era negar que efectivamente se pudieran clasificar los hechos de esa manera. No les preocupó mayormente si eran muchos o pocos los muertos, si hubo o no omisión de las autoridades encargadas de la seguridad pública, porque lo relevante era negar una manera de presentar lo que le restaba imagen a este gobierno.

Es interesante cómo se da el manejo de las prioridades. Algunos ejemplos: manejar como algo muy importante (que, por cierto, sí lo es), el apoyo a los ancianos, para ponerlo por encima en prioridad frente al tema de la violencia que abarca el país, que nos ataca a todos. Otros casos: el realce y la importancia que se le ha dado al aumento de los salarios mínimos, (también muy importante), considerándolo como una prioridad por encima del crecimiento de la economía del país. Pero finalmente, la mejora en los salarios mínimos es un tema de imagen mucho más fácil de vender a la clientela normal de Morena, mientras que el crecimiento de la economía del país, aunque a todos nos afecta, pobres y ricos, es algo más difícil de medir, más difícil de entender, y siempre estará sujeto a opiniones.

Vale la pena profundizar un poco en el tema de las madres buscadoras, y en el caso muy concreto, el asunto del rancho en Teuchitlán, Jalisco, donde aparecieron, al parecer, al menos 200 fallecidos e incinerados. Nos encontramos con gran cantidad de reacciones, comenzando por la señora presidenta, que quiso defender el gobierno de su antecesor, diciendo que ya basta de criticarlo. No se comentó el hecho de que la Guardia Nacional, que investigó ese rancho a finales del año pasado, no reportó nada de lo que estaba ocurriendo ahí. No encontró lo que encontraron civiles sin entrenamiento para la búsqueda de este tipo de situaciones. Tampoco se habló de la posibilidad de cuestionar al gobierno de Jalisco, cuando estos hechos ocurrieron durante el gobierno del Movimiento Ciudadano.

Por el contrario, ven a las madres buscadoras como una especie de apéndice de la oposición. Ellas se quejan de no ser atendidas y de que no reciben ni garantías ni apoyo para sus búsquedas. Tan es así, que existen asesinatos de las madres buscadoras. Hay reacciones que llegan a lo ridículo. El actual presidente del Senado, (quien ya anunció que quiere ser presidente del país), pone en duda si efectivamente hubo muertes. “Son zapatos los que se encontró”, dice el señor. “Pero eso no quiere decir que hayan sido desaparecidos”, agrega. Aparentemente, como decía algún comentarista político, este buen señor piensa que esos zapatos eran de los niños que se portaron mal y que los santos reyes se los quitaron para no entregarles sus regalitos.

Verdaderamente, es increíble que haya políticos del más alto nivel que quieran negar lo evidente. El famoso concepto de “abrazos y no balazos”, apenas está empezando a mostrar los resultados perniciosos que ha tenido para nuestro país.

Pero el fondo es mucho mayor. El gran problema de que en nuestra clase política se le da tanta importancia a la imagen. Ese es un asunto fundamental. Y mientras no tengamos eso resuelto, las prioridades no serán las que deberían de ser. Mientras consideremos que lo prioritario es la buena imagen, son los votos, es poder seguir en el gobierno, las soluciones que necesita este país no nos llegarán.

Una marca de un gran estadista es que no se guía por su imagen: se guía por las necesidades reales de su país, por un conocimiento y un deseo de decir la verdad. Un buen ejemplo de ello es Winston Churchill, que al inicio de la Segunda Guerra Mundial tuvo que enfrentarse a la situación de dirigir a un país con miedo, con grandes divisiones, y que se encontraba ante una guerra que aparentemente no tenía solución. Y en lugar de buscar tener la imagen y popularidad, hubo aquel famoso discurso donde dijo que solo podía “prometer sangre, sudor y lágrimas”. Nada menos mercadológico, nada peor para ganar popularidad. Aparentemente, estaba comunicando de una manera contraproducente. Sin embargo, ese estadista se dio cuenta de que lo importante era decirle la verdad a su pueblo, porque de ahí era donde iba a obtener el apoyo necesario.

Eso es exactamente lo que nos está haciendo falta en nuestro país. Que nuestros dirigentes, a todos los niveles y sus opositores, se rijan por la verdad y no por la imagen. Para muchos, la imagen reina en nuestra clase política. Hay que desterrar ese reinado.

La opinión emitida en este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la postura de Siete24.mx

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¿Podemos confiar en los medios?

Si no logramos tener en la comunicación tan fundamental, en la vida diaria, de esa vivencia de la esperanza, nuestro futuro será bastante dudoso

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En este momento, la gran escasez, es de esperanza. Y no necesariamente porque nosotros, en lo personal, estemos desesperanzados. Básicamente, pensemos en los medios, tanto los profesionales, los oficiales, como los privados, los de las redes sociales, que nos tienen constantemente en un estado de duda, de agobio y desesperanza. Y esto es algo que nos mantiene inquietos.

 Pensemos en dos noticias importantes de los últimos días. Uno es el caso de las guerras tradicionales.  El otro, el de las guerras comerciales. Ambos, entre naciones. Ambos, con el potencial de dañar a agresores y agredidos. Porque, en una guerra, todos los bandos pierden.

 El enfrentamiento entre Trump y su vicepresidente Vance con el señor Zelensky, presidente de Ucrania, quienes nos dieron un verdadero show que deja a la humanidad en la desesperanza. Poco importa saber quién ganó, quién perdió, quién tenía la razón, si alguien fue grosero o si ambos lo fueron, si ambos deberían de pedir disculpas o no. Simplemente, el resultado, después de haber visto un enfrentamiento de este estilo, no nos deja nada. No nos deja una posibilidad clara de que esta guerra, tan compleja, se vaya a resolver pronto.

 Y por el estilo: en estos mismos días, se hace realidad la ya tan anunciada amenaza de poner aranceles a distintos países, entre otros México. Tras de un tiempo de espera, el señor Trump cumplió con sus amenazas y de poco sirvieron reuniones, ofrecimientos de acciones por Canadá y México para cumplir las peticiones del presidente de los EE. UU.

Hay varios asuntos alrededor. Por un lado, los temas mismos. Situaciones complejas, difíciles, que no se pueden manejar con simplicidad. Pero, más importante, hay una deformación constante, buscada y desarrollada de la opinión pública. Donde se escuchan informaciones, se presentan datos y se tuercen, se muestran parcialmente, solamente para darle peso a sus ideas.

El resultado de esta comunicación, es desesperanza, miedo, rencores, fanatismo, odio. Tenemos no solamente ese tipo de resultados sino, algo tal vez más importante: nos estamos acostumbrando a tener una apariencia de razonamiento. Se ha hablado mucho de la posverdad, un tema tal vez más para filósofos y especialistas en el lenguaje. Vivimos las llamadas fake news; se nos está diciendo que ya la realidad no es lo que importa, que la razón no cuenta. Es una transformación, una deformación de la percepción de la realidad. A esas visiones deformadas se les hace pasar por razones. Y lo peor, es que lo estamos creyendo. Ante esta situación, ¿podemos confiar en los medios?

¿Cuál es el objeto de esta transformación, de esta deformación? ¿Será acaso buscar la paz? ¿O será tal vez el dinero o el prestigio? Parece que una parte del objetivo es crear y obtener ventajas de tipo económico. Pero también una parte importante es que tal vez, de ambos lados, hay una búsqueda de ganar a costa de la derrota del otro. No hay en esta discusión una búsqueda del concepto de ganar-ganar. Parecen decir: “Te aplico mi poder y no puedes hacer más que aceptar mi voluntad”.  Y lo hacemos frente a la prensa o en la plaza pública, donde no voy a aceptar que el otro pudiera tener, ni siquiera, un poquito de razón. Donde quiero quedar bien, porque estoy frente a quienes van a decir: ¿Quién ganó?

En ambos eventos nos encontramos con supuestos argumentos, con frases como: “no nos agradecen, no duran ustedes ni dos días sin nuestro apoyo, nos están faltando al respeto” o en el otro caso, como: “tomaron decisiones unilateralmente, no nos han tomado en cuenta, nosotros somos un pueblo soberano y ustedes no lo están considerando”. Finalmente, argumentos que son más de emotividad y no necesariamente de razón. Y que después de haberlos dicho, es muy difícil echarse atrás.

 El punto es cómo avasallar al enemigo, cómo poner fin a sus anhelos. Están poniendo sus ilusiones en mentiras. Y no debemos ser así. Necesitamos poder arriesgarnos a tener esperanza y tenemos que defender nuestra esperanza con respeto, con delicadeza; sostener nuestros puntos de vista, y vivir de acuerdo con esa esperanza. Y esto es verdaderamente importante.

Si no logramos tener en la comunicación tan fundamental, en la vida diaria, de esa vivencia de la esperanza, nuestro futuro será bastante dudoso. Tenemos que acostumbrarnos a tratar de convencer porque lo vivimos, ya que nosotros lo estamos demostrando con nuestro modo de ser, que creemos en aquello que estamos tratando de usar como argumento.

Tenemos problemas, casi siempre, por convertir el análisis en un asunto de política. La comunicación tiene un fondo político por el mero hecho de que trata de lo público, y también al revés: todas las cosas públicas terminan teniendo una faceta de comunicación. El propósito de una buena comunicación es poder construir una comunidad. Pero una comunidad no se construye de la manera como lo estamos presenciando. No se construye sin armonía, no se construye venciendo y derrotando a los demás.

Se trata de aceptar que puede haber diferentes puntos de vista y que, muchas veces, esos aspectos son valiosos. No se trata solamente de tener un buen método para vencer, que es lo que estamos manejando en este momento: hay que tratar de construir la paz tanto en los extremos tan dolorosos como puedan ser la situación en el Medio Oriente o en Ucrania, como la paz en nuestros hogares, en nuestras familias, en el trabajo diario, en la Sociedad.  Y, por difícil que parezca, también en la política.

 Es importante construir garantías, de manera que pueda haber confianza.  Mientras no tengamos confianza los unos en los otros, la paz es imposible. No se trata de lograr la paz para el vencedor y, desgraciadamente, lo que estamos viviendo en este momento es que algunos quieren tener paz, a costa de que otros pierdan.

La opinión emitida en este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la postura de Siete24.mx

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Sonora frente a los aranceles: ¿riesgo de crisis u oportunidad para ser resilientes?

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La gestión del riesgo, desde un enfoque de resiliencia, implica atender las señales, conocer nuestra situación, evaluar nuestras capacidades y desarrollar un plan de contingencia. Esto debe complementarse con estrategias de atención a emergencias y preparación para la continuidad de operaciones. Pero este principio no solo aplica a los fenómenos naturales, sino a cualquier ámbito, incluida la economía global. No podemos evitar la lluvia, pero sí decidir cómo protegernos, y siempre hay opciones para hacerlo.

El anuncio de aranceles del 25% por parte de Estados Unidos a productos mexicanos ha generado incertidumbre en Sonora, un estado que exportó poco más de $25 mil millones de dólares en 2024, principalmente en manufactura, agroindustria y minería, pero que sólo representa el 5 % de las exportaciones nacionales en comparación, el más bajo de los estados fronterizos, Chihuahua (13.2%), Coahuila (12.3%), Nuevo León (10.5%), Baja California (10.2 %) y Tamaulipas (6.4%)

Pero ¿y si esta presión comercial, en lugar de paralizarnos, se convierte en el catalizador para modernizar nuestra economía? La respuesta no está en el lamento, sino en identificar dónde están las brechas que debemos cerrar y las ventajas que aún no explotamos.

La manufactura: ¿Podemos ser más que “máquila barata”?

Los aranceles golpean fuerte a sectores como el automotriz, que representa el 38% de las exportaciones sonorenses. Empresas como Ford o GM ya evalúan ajustar sus cadenas de suministro. Pero aquí hay una oportunidad:

  • Fabricar componentes de alto valor: En lugar de solo ensamblar, ¿por qué no producir partes críticas para vehículos eléctricos (baterías, motores) o tecnología aeroespacial? Estados Unidos sigue necesitando estos insumos, y Sonora tiene la ventaja geográfica.
  • Invertir en automatización: Reducir costos con robots o IA para competir con Asia. El ITSON y el CIAD podrían ser aliados clave en capacitación.

¿Qué nos falta para dar ese salto tecnológico? ¿Infraestructura, educación o voluntad política?

Agroindustria: De vender materia prima a exportar valor agregado.

Sonora es líder en uvas, espárragos y carne, pero el 70% se exporta sin procesar. Los aranceles encarecen estos productos, pero:

  • ¿Y si vendemos alimentos deshidratados, enlatados o con marcas propias? Un ejemplo: Japón paga hasta 300% más por fruta orgánica empaquetada listo para consumo.
  • Certificaciones internacionales: Solo el 5% de nuestros campos agrícolas tienen sellos como Global G.A.P. o Fair Trade. Estas etiquetas permiten acceder a mercados premium y reducir la dependencia de EUA.

Mientras Sonora y Sinaloa exportan tomate fresco, California vende salsas gourmet hechas con ese mismo tomate a precios 10 veces mayores.

Energía Limpia: El megaproyecto que puede cambiar las reglas.

El Corredor Solar de Sonora, con un potencial para generar 5,000 MW, no es solo un plan ecológico: es una ventaja competitiva. Imagine atraer:

  • Data centers o fábricas intensivas en energía: Empresas como Google o Tesla buscan operar con electricidad 100% renovable. Sonora podría ofrecerla más barata que Texas.
  • Hidrógeno verde: Producirlo aquí y exportarlo a California, que quiere sustituir combustibles fósiles.

Necesitamos conexiones eléctricas modernas y almacenamiento. ¿Prioridad para el próximo gobierno estatal?

Mercados alternativos: ¿Hemos mirado hacia el Pacífico?

México tiene 13 tratados comerciales, pero Sonora sigue enfocada en EUA. Ejemplos de potencial desaprovechado:

  • Asia: Corea del Sur importa el 90% de su carne de res. Nuestros ganaderos podrían cubrir parte de esa demanda si superamos barreras sanitarias.

¿Nuestra mentalidad comercial es demasiado cómoda?

La urgencia de unir fuerzas: Empresas, gobierno y academia.

Ningún sector resolverá esto solo. Casos de éxito parcial:

  • Clúster Automotriz de Sonora: Logró atraer inversiones, pero hoy debe evolucionar hacia la electromovilidad.
  • Iniciativas locales: La vinícola de Caborca exporta a China, pero son excepciones, no la norma.

Es necesario crear un fondo estatal de innovación con aportaciones tripartitas (gobierno, empresas, universidades) para financiar proyectos que reduzcan la dependencia de EUA.

¿Seremos víctimas o protagonistas?

Los aranceles no son el fin, sino un recordatorio de que la economía global exige reinvención constante. Sonora tiene ventajas únicas: recursos naturales, ubicación estratégica y capital humano. Pero falta:

  • Menos discursos, más alianzas.
  • Menos conformismo, más resiliencia audaz.

La pregunta no es si podemos hacerlo, sino ¿cuánto tiempo perderemos antes de actuar? La próxima década definirá si somos un estado que reacciona… o uno que lidera.

¿Invertiremos en modernizar nuestros negocios o seguiremos esperando a que “el gobierno arregle las cosas”?

ARH

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