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Chef mexicano rompe tabúes con insectos
México.— En la oscuridad y con los ojos vendados, los invitados comen los insectos cocinados por el chef mexicano Irad Santacruz en una degustación que rompe tabúes y sensibiliza con el sabor de estos animales considerados el alimento del futuro.
Chapulines, toritos, ahuautles, cocopaches y chumiles, que desde tiempos prehispánicos son parte de la cocina mexicana, exacerban con su sabor los sentidos de estos invitados que aceptaron el reto de Santacruz, de 34 años, de comer “a ciegas” para romper ideas preestablecidas.
“El tapar sus ojos es para que puedan inmiscuir el oído, el tacto y el olfato, y al final vean que el producto está rico, aunque con los ojos no pueda ser visto de la mejor manera”, dice Santacruz sobre esta cata celebrada en el festival gastronómico “La Sazón del Claustro” el pasado 2 de febrero en Ciudad de México.
Santacruz, que estudió cocina en el estado de Puebla y Ciudad de México, advierte entre sus comensales un temor inicial que se pierde al comer los insectos, todos seleccionados y preparados de manera cuidadosa, a fin de garantizar una experiencia agradable.
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“El objetivo es sensibilizar en el consumo de insectos; sobre todo que vean el gran potencial de estos alimentos que siempre han estado presentes y vigentes en la cultura culinaria y la dieta del mexicano”, explica.
Asegura que en México existen al menos 64 especies de insectos que son comestibles, que varían según la temporada y la región, aunque muchos se concentran en el altiplano central y el sur del país.
En este experimento culinario de comer a ciegas, los invitados recibieron platos con cinco tipos de insecto guisados con el tradicional método mexicano del comal y acompañados de pulque, la bebida prehispánica extraída del maguey.
Para cocinarlos, Santacruz dice haber empleado “la técnica culinaria mexicana” que consiste en tatemar (poner al fuego) los insectos en el comal, lo que los deja dorados, crocantes y listos para ser comidos.
La degustación comenzó con cocopaches, escarabajos de color negro intenso y rayitas naranjas que miden de tres a cinco centímetros, que viven entre la hierba y se alimentan de ella, y que al comerlos tienen un regusto “herbal muy fuerte”, asegura el chef.
Como segundo, llegaron los chumiles -conocidos como jumiles en otras regiones-, unos insectos diminutos que por alimentarse de una hierba especial adquieren un sabor a manzana, canela y anís, sostiene.
Precisa que estos animales son tan pequeños y se mueven tan rápido que tras capturarlos, los recolectores los mantienen dentro de un balde con agua, para evitar que se salgan.
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A la mitad de la opípara cena, Santacruz sirvió ahuautle, la hueva de la mosca acuática que se recoge de los matorrales situados a las orillas de lagos y que en algunas zonas de México es considerada un platillo de Cuaresma.
Como cuarto tiempo resaltaron los toritos, insectos pequeños que crecen en los árboles del aguacate, de cuyas hojas se alimentan y que ofrecen a los comensales un delicado sabor muy parecido a este fruto.
“El insecto adquiere el sabor del aguacate y cuando uno lo come es maravilloso el sabor. Produce una grasa especial, por lo mismo que come aguacate, y no es necesario ponerle grasa. Con la que ellos producen se va tostando y eso ayuda a que no se queme”, explica Santacruz.
Al final de la degustación, el cocinero sirvió los tradicionales chapulines (saltamontes), solo que en lugar de prepararlos con sal los preparó al horno, lo que favorece que conserven sus nutrientes y adquieran un sabor diferente.
Además de su sabor y su presencia en la gastronomía mexicana, Santacruz resalta que los insectos son una especie de panacea porque “son los que menos efecto invernadero producen, los que menos agua consumen y los más nutritivos, incluso más que la carne”.
Para motivar su consumo, refiere a la publicación en 2013 del informe “Los Insectos comestibles: Perspectiva de futuro de la seguridad alimentaria y la alimentación”, de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Santacruz aseguró a Efe estar dispuesto a presentar nuevas degustaciones con insectos porque son un producto “que apenas está iniciando y esperamos que más gente se anime para replicar este tipo de catas”. (EFE)
emc
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Ciudad de México.— El ponche de frutas es una de las tradiciones navideñas más esperadas y sabrosas de la temporada, pues su temperatura reconforta ante el frío.
Su combinación de frutas de temporada y especias le otorga propiedades que van más allá del deleite gastronómico.
Además de su delicioso sabor, expertos en nutrición destacan que esta bebida aporta vitaminas, minerales y antioxidantes que refuerzan la salud en los fríos meses invernales.
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La historia del ponche se remonta a los antiguos pueblos persas, donde se consumía una bebida llamada panch, elaborada con agua, limón, hierbas, azúcar y ron.
A su llegada a México, el ponche se adaptó con ingredientes locales como guayabas, tejocotes y flor de Jamaica.
Beneficios de consumir ponche
Al consumirse con moderación, tiene beneficios, de acuerdo a la Secretaría de Salud. Estas son algunas de sus principales ventajas:
- Refuerzo del sistema inmunológico: La guayaba, uno de los ingredientes clave, es rica en vitamina C, superando incluso a la naranja. Esta vitamina es esencial para prevenir enfermedades respiratorias como resfriados y gripes, tan comunes en invierno.
- Mejora la salud ósea y combate la anemia: El tejocote, otra fruta típica del ponche, aporta calcio y hierro, dos minerales fundamentales para mantener huesos fuertes y prevenir la anemia por deficiencia de hierro.
- Antioxidantes que protegen las células: La flor de jamaica y la guayaba contienen compuestos bioactivos como flavonoides y carotenoides, que combaten el daño celular causado por los radicales libres. Estos antioxidantes también tienen propiedades antiinflamatorias y antihipertensivas.
- Efecto laxante y control del azúcar: Gracias a su alto contenido en fibra, la guayaba y el tamarindo favorecen la digestión y ayudan a regular los niveles de glucosa en sangre, lo que lo hace ideal para personas que buscan opciones saludables.
- Energía y vitalidad: Ingredientes como la manzana y la caña aportan carbohidratos que proveen energía. Además de minerales como potasio y magnesio, esenciales para el funcionamiento adecuado del cuerpo.
Sin embargo, el ponche debe consumirse con moderación, pues puede aportar exceso de azúcares si se usaron endulzantes añadidos en su preparación.
Porciones recomendadas: Un vaso de ponche dos veces por semana es suficiente para disfrutar sus beneficios sin exceder en calorías.
Alternativas: Para quienes buscan opciones bajas en azúcar, se puede preparar una versión sin piloncillo. Esto, para aprovechar el dulzor natural de ingredientes como la ciruela pasa o los higos deshidratados.
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JAHA
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Mitos sobre el sueño: ¿quien ronca no descansa?
Ciudad de México.— Existe una estrecha relación entre la calidad del sueño y la salud mental; “si duermo bien, mi salud mental es buena, pero si esta se modifica o altera, mi sueño también”, destacó la investigadora de la Facultad de Ciencias de la UNAM, Pilar Durán Hernández.
La especialista en neurobiología afirmó que los problemas del dormir afectan a 45 por ciento de la población mundial.
La falta de sueño cambia el estado mental de los individuos, ocasionando síntomas de depresión, además de mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, metabólicas y neurológicas, argumentó.
Durán Hernández expuso que la mayoría de los adultos requieren dormir de siete a ocho horas, incluso nueve por noche, para mantener una buena salud y funcionamiento mental. Aunque hay quienes solo descansan cinco y están perfectamente bien.
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La también divulgadora de las neurociencias y promotora de la Semana del Cerebro en la UNAM resaltó que numerosos trastornos mentales se asocian al insomnio, lo que constituye un factor de riesgo para padecer depresión clínica, persistiendo después de superarla.
En ese sentido, recomendó mantener prácticas que ayuden a cuidar la calidad de nuestro descanso por las noches y a prevenir desajustes en los horarios (higiene del sueño) como ocupar nuestras camas solo para ir a dormir; tomar una siesta diaria de al menos 20 minutos; evitar tener pantallas en la habitación; no consumir alcohol antes de dormir; realizar actividades relajantes; cenas ligeras; tampoco efectuar ejercicios intensos en las noches; y levantarse siempre a la misma hora.
Durán Hernández recordó que existen mitos, como tener que dormir ocho horas diarias, pero no necesariamente es así, pues depende de la edad. Por ejemplo, los bebés y adultos mayores lo hacen más. También se maneja que quien ronca no descansa; sin embargo, el que no duerme es el compañero o compañera de habitación.
Otro es que si lo realizó el doble de tiempo recuperó sueño perdido; eso es falso, si tengo somnolencia diurna no estoy durmiendo lo suficiente, aunque también puede ser consecuencia de estar enfermo y el cerebro indica que lo haga para reparar la salud, aclaró.
Cuando envejecemos lo llevamos a cabo por más tiempo durante el día y menos en la noche; un recién nacido, 16 horas diarias en promedio; durante el primer año de vida, 14 horas con dos siestas diurnas; a los cuatro años, 10 horas y una siesta al día. Sin embargo, cuando se llega a la adultez disminuye la necesidad de dormir, pero se vuelve más eficiente, dijo la experta.
En la etapa de adulto mayor -abundó- la arquitectura del sueño se fragmenta disminuyendo la cantidad de sueño MOR (fase en la que aumentan la actividad cerebral, respiración, frecuencia cardíaca y presión arterial mientras los ojos están cerrados y se mueven con rapidez).
Durán Hernández recalcó que conforme las personas envejecen descansan menos, pero nuestra estructura del sueño se rompe y empezamos a tener problemas de memoria porque el sueño MOR ya no está tan estructurado.
ebv
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Llegó de Inglaterra, pero ahora es mexicano; 200 años de la llegada del Paste a México
Ciudad de México.— El paste es un alimento con importantes cualidades nutricionales, de origen inglés, traído por mineros, quienes llegaron al estado de Hidalgo, particularmente a la comarca minera en el año 1824 como efecto de la migración británica de aquellos años. Hoy, el paste, está camino a convertirse por su practicidad, sus cualidades nutricionales y su buen sabor, en un alimento de amplio consumo en México.
Dada su creciente demanda, lo lógico sería pensar que es una genialidad de la antigua historia culinaria inglesa; pero lo cierto es que hace apenas unas décadas la creatividad mexicana encontró el modo de combinar la variada y rica gastronomía mexicana, con la sólida y práctica envoltura tradicional del paste y esto nos ha permitido pasar de consumos regionales en la zona minera de Pachuca a consumos nacionales en prácticamente todos los estados del país.
El paste original se ha visto favorecido por la riqueza de la cocina mexicana que nos presenta desde el clásico -papa con carne de res, papa, poro, cebolla y chile- hasta el de mole rojo -mole poblano con pollo-, pasando por el de frijol, atún, salchicha, solo por mencionar algunos. También hay pastes dulces, arroz con leche, piña, guayaba y chocolate con nuez, entre otros.
“A medida que vamos adentrándonos más en su origen, su desarrollo y el incremento de su consumo en México, es lógico pensar que en pocos años, el paste, será ubicado como uno de los productos alimenticios más buscados en el género de la comida rápida. Estamos viendo que cada día se convierte en una mejor respuesta a lo que el consumidor busca hoy en un aeropuerto, una central, una plaza o como un entremés o el postre de una reunión familiar. Va ganando mucho terreno entre los jóvenes y eso nos hace pensar que el boom de su consumo será exponencial en las próximas décadas”, afirmó Carlos Padilla, escritor, investigador y editor del libro sobre los 200 años del paste en México que presentara el próximo año la fundación Pasteko.
“Podemos afirmar, sin temor a equivocarnos que el paste mexicano se consume en todo el país y en algunas poblaciones de la frontera norte con los Estados Unidos”, afirmó Luis Nahum Samperio, presidente de Pasteko, una de las firmas líderes de mayor crecimiento en la comercialización de Pastes.
“Hemos pasado en 14 años de historia, de vender diariamente decenas de pastes al día, a vender decenas de miles. A la fecha solamente nuestra firma tiene presencia, por medio de tiendas propias y de franquicias, en 19 estados del país y en el Estado de Texas en Estados Unidos,” afirmó Samperio.
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Con motivo del 200 aniversario de la llegada del paste a México, la fundación Pasteko anunció que presentará en el mes de marzo del año próximo, un libro que reseña la historia, evolución y futuro de este alimento que siendo inglés se ha convertido en alimento mexicano.
Los componentes alimenticios básicos del paste son la harina de trigo, carne de res, cerdo o combinada, especias como orégano, manteca y cebolla podemos decir que sus principales cualidades son calóricas y proteicas, debido al aporte de energía se disponibilidad inmediata, así como el gramaje de proteína magra que obtenemos de él, afirmo el nutriólogo Luis Miguel Antón, colaborador en el best seller “Querido engordé a los niños”.
El paste es un alimento altamente recomendado en un contexto cercano al gasto de energía – previo a una jornada intensa, una caminata larga o un ejercicio importante- y en individuos saludables, sin antecedentes de dislipidemias ni resistencia a la insulina, afirmó Luis Miguel Antón, quien también Identificó el paste como un alimento que debe adaptado al contexto de salud del individuo, así como la actividad física que realiza durante el día y la semana.
“Tras 200 años de historia, podemos decir que el paste llegó de Inglaterra, se reencontró a sí mismo en Hidalgo, se expandió en todo México y parece ahora tener vocación de alimento global”, afirmó el historiador José Vergara.
ebv
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Maternidad sin violencia: el maltrato al dar a luz debe cambiar
El maltrato durante el embarazo o el parto también es violencia
Ciudad de México.- El 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, pone el foco en una forma de violencia poco visibilizada: la violencia obstétrica. Esta práctica, que ocurre en hospitales y clínicas durante el embarazo, parto o posparto, representa una grave violación a los derechos de las mujeres.
¿Qué es la violencia obstétrica?
Es el maltrato físico, psicológico o verbal que muchas mujeres enfrentan durante el embarazo, el parto o el posparto en los servicios de salud.
Violencia obstétrica: una realidad en México
De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH 2021), del INEGI, en México, una tercera parte de las mujeres que eligieron ser madres experimentaron este tipo de violencia.
En México, el 31.4 % de las mujeres de 15 a 49 años que tuvieron un parto entre 2016 y 2021 experimentaron algún tipo de violencia obstétrica. Este maltrato fue más común en hospitales públicos (37.9 %) que en privados (15.1 %).
La violencia obstétrica adopta muchas formas que deshumanizan a las mujeres en un momento tan crucial como el nacimiento de sus hijos. Entre los actos más frecuentes reportados están:
- Gritos o regaños durante el parto (11 %).
- Presión para aceptar métodos anticonceptivos sin consentimiento, temporales o definitivos, como operaciones para esterilizarlas (9.7 %).
- Ignorar a las mujeres cuando preguntaban por su bebé o por el proceso de parto (9 %).
- Retardar la atención justificando que “se quejaban mucho” (8 %).
- Obligar a permanecer en posiciones incómodas (7.2 %).
Ninguna mujer debería enfrentar humillaciones o maltratos mientras da vida a otro ser humano. Este comportamiento perpetúa un sistema que ignora las necesidades y los derechos de las mujeres.
Este tipo de violencia al dar a luz no solo afecta físicamente a las mujeres; también deja heridas emocionales profundas. Despoja a las mujeres de su autonomía, generando miedo y desconfianza hacia los servicios de salud.
Otras formas de violencia hacia las mujeres:
La violencia obstétrica no es la única que enfrentan las mujeres. El abuso sexual, la violencia doméstica y la trata, son también graves formas de violencia de género que requieren atención urgente.
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Mes Naranja: un llamado a la acción
En el marco del Mes Naranja, que comienza el 25 de noviembre y culmina el 10 de diciembre, es fundamental visibilizar y erradicar todas las formas de violencia contra las mujeres. Este periodo busca sensibilizar a la sociedad y promover el respeto hacia los derechos de las mujeres.
La violencia contra las mujeres no tiene cabida en nuestra sociedad. Respetar su dignidad y garantizar un trato humano es responsabilidad de todos.
npq
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